En el 185 aniversario del nacimiento del gran compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovski recordamos el fragmento final de su solemne Obertura 1812, escrita en 1880 y estrenada en 1882 para conmemorar la victoria de la resistencia rusa en 1812 frente a las tropas napoleónicas que habían llegado a tomar Moscú.
La ejecución corresponde aquí a la orquesta y coros de Voces para la Paz con dirección de Miguel Roa en el Auditorio Nacional de Música de Madrid en junio de 2010.
El
insigne compositor romántico ruso Piotr Ilich Thaikovsky nació tal día
como hoy en 1840. Posiblemente su obra más popular es el ballet en cuatro
actos y veintinueve escenas El lago de los cisnes, estrenado en el Teatro Imperial
Bolshói de Moscú en 1877. No bien recibido entonces (a los críticos su
música les pareció 'demasiado ruidosa, sinfónica y wagneriana'), se
siguió representando en Rusia con escaso éxito hasta que en un nuevo
estreno en 1895 en San Petersburgo, ya fallecido su autor, recibió
aclamación crítica. Su puesta en escena, de Marius Petipa y Lev Ivanov,
sirvió de modelo a producciones sucesivas. Así, la de Sergei Diaghilev
con la célebre compañía itinerante de los Ballets Rusos, estrenada en
Londres en 1911 y muchas otras que sucedieron después (como las de Rudolf Nureyev y Margot Fonteyn en 1963 en París y 1964 en Viena) hasta convertirlo
en el ballet más célebre de cuantos se han representado en el mundo.
En
el video que aquí se ofrece podemos contemplar la escena final del
ballet en una producción de 2004 del Teatro alla Scala (a la sazón en
fase de restauración) para el también milanés Teatro degli Arcimboldi,
inaugurado en 2002. La orquesta fue dirigida por James Tuggle, se utilizó la
coreografía de Vladimir Burmeister y
Lev Ivanov, y la puesta en escena corrió a cargo de Florence Clerc y
Frédéric Olivieri. Los bailarines principales son Roberto Bolle como el
príncipe Sigfried, Svetlana Zakharova como Odette, la princesa
transformada en cisne durante el día por un hechizo maléfico, y Gianni
Ghisleni como Rothbart, el malvado brujo antagonista en forma de buho.
Muy diversos han sido los finales (generalmente trágicos) de las
sucesivas puestas en escena del ballet a lo largo de décadas de
representaciones (1). En ésta, por contra, se da a entender con una sugestiva plasticidad que, tras una
lucha a vida o muerte entre Siegfried y Rothbart en la que el primero
casi perece ahogado en el lago, finalmente el príncipe acaba con el brujo,
rompiendo con ello el maleficio y logrando así que Odette recupere su forma humana. Un
happy ending para la pareja de enamorados a los majestuosos acordes de
una partitura inolvidable.
(1) En el ballet original de 1877 Siegfried luchaba con Rothbart y le arrancaba una de sus alas, destruyendo así sus poderes. Roto el embrujo de las doncellas cisne, el píncipe se unía a Odette en una apoteosis final, lo que suponía el triunfo del amor sobre el mal. A partir de la versión de 1895, más comunes han sido los distintamente impactantes desenlaces trágicos, con la muerte de uno o los dos amantes, fundamentalmente en las representaciones en Occidente; en cambio, en las compañías de la URSS y China optaron por finales felices. Un tema siempre objeto de discusión, pues hay preferencias para todos los gustos.
Con ocasión del aniversario del fallecimiento del gran compositor ruso Piotr Ilych Tchaikovsky recordamos la deliciosa Danza de los mirlitones, correspondiente al Acto II de su ballet "Cascanueces", aquí ejecutada en pas de trois formando parte de una lujosa producción del Teatro Mariinsky de San Petersburgo en diciembre de 2012.
Recordamos el aniversario natal del extraordinario compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky con este fragmento de los primeros compases de su Concierto para piano y orquesta n.º 1, una de sus obras más famosas, que consta de tres movimientos y tiene una duración de unos cuarenta minutos.
Recordamos el aniversario del fallecimiento del compositor ruso Piotr Ilych Tchaikovsky con su popular Vals de las flores, correspondiente al Acto II de la Suite-Ballet "Cascanueces", aquí en interpretación de la Orquesta Sinfónica de RTVE con dirección de Carlos Kalmer.
Recordamos el aniversario del fallecimiento del compositor ruso Piotr Ilych Tchaikovsky con su popular Gran Vals Lugareño (también conocido como Vals de las guirnaldas) del Acto I del ballet "La bella durmiente", aquí en interpretación de la Orquesta Sinfónica Gimnazija Kranj (Eslovenia) dirigida por Nejc Bečan.
En 1966 se filmó una histórica representación en la Opera de Viena de "El lago de los cisnes" de Tchaikovsky encabezada por Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev, con coreografía de este último. La Orquesta Sinfónica de Viena fue dirigida por John Lanchbery. La mítica pareja había revolucionado el mundo del ballet cruzando los límites entre ballet clásico y danza moderna. Nureyev dijo que ambos bailaban con "un cuerpo y un alma". El video recoge la intervención del célebre bailarín durante la interpretación del vals del famoso ballet.
PIOTR ILYCH TCHAIKOVSKY (Votkinsk, Rusia, 7-5-1840 / San Petersburgo, 6-11-1893): IN MEMORIAM
Hace
hoy 121 años que falleció este célebre compositor romántico ruso, uno
de los más reputados autores de música clásica, famoso por sus tres
Ballets, cuatro Conciertos y seis Sinfonías, además de diez óperas (de
éstas, Eugenio Oneguin es la más conocida en occidente) y otras piezas como la Marcha Eslava,la Obertura 1812 o el Capricho italiano entre otras muchas composiciones.
Perfil biográfico (con algún retoque) procedente de la página laverdad.es:
El patético testamento musical de Tchaikovsky
(por Antonio Díaz Bautista)
En 1893, cuando presentó la Sinfonía Patética, tenía Tchaikovsky
cincuenta y tres años. Aunque no era una edad muy avanzada, ni siquiera
para su época, estaba muy envejecido, según sus biógrafos. Su existencia
había estado dominada por frecuentes periodos depresivos y por una
extrema hipersensibilidad, que lo hacía sumamente vulnerable a las
contrariedades. De familia acomodada, había sido un chiquillo
inteligente, bien dotado para la música, pero tan delicado que lo
calificaban como un «niño de porcelana». Como suele suceder en estas
personalidades, se sentía muy vinculado a su madre y la muerte de ésta, a
causa del cólera, cuando él tenía catorce años, fue un golpe durísimo.
Se ha querido ver en el trauma producido por esta pérdida el origen de
los desequilibrios psicológicos del compositor, agravados,
probablemente, por la no aceptación de su tendencia homosexual. Para
quien, desconociendo su biografía, escucha su música, por lo general
fácil, comunicativa y brillante, le cuesta entender que sea fruto de una
personalidad tan atormentada. Tchaikovsky fue un permanente inadaptado
que, ni siquiera en los escasos periodos estables de su vida, parece
haberse sentido conforme consigo mismo. No experimentó el menor
entusiasmo por los estudios de Derecho, que cursó hasta el final, ni con
el confortable puesto de funcionario del Ministerio de Justicia, que
alcanzó muy pronto, y que abandonó para dedicarse a la música.
Pero
tampoco parece haberse encontrado satisfecho con su actividad docente
en el Conservatorio de San Petersburgo y, ni siquiera, con su propia
producción musical, sin duda porque sus aspiraciones eran desmesuradas y
demasiado inconcretas. Aunque siempre se manifestó deseoso de encontrar
la serenidad a través del amor, sus relaciones con las mujeres fueron
tempestuosas. Se enamoró en 1869 de una soprano belga, Desirée Artot,
que se casó con otro hombre. Fruto de esta decepción amorosa escribió la Obertura-Fantasía Romeo y Julieta.Más tarde cedió a las presiones de una
joven, Antonia Miliukova, también bastante desequilibrada, y se casó con
ella, en 1877. El matrimonio no llegó a consumarse y se separaron a las
pocas semanas, tras una crisis nerviosa del compositor, quien intentó
suicidarse. Su hoy celebérima obra, el ballet El lago de los cisnes se habíaestrenado
sin éxito ese mismo año en Moscú y no fue hasta su reestreno póstumo
dieciocho años más tarde en San Petersburgo que comenzó a ser apreciada.El periodo más fecundo y, relativamente plácido, de la vida
de Tchaikovsky se produjo entre 1877 y 1890, bajo el patrocinio
económico de Nadezhda von Merk, una acaudalada viuda, doce años mayor
que él, con la que mantuvo una relación epistolar, sin llegar jamás a
verla. La ruptura con su protectora y amiga, lo sumió de nuevo en la
depresión, aunque justo después de esa época se estrenaron los deliciosos
ballets La bella durmiente (1890) y Cascanueces (1892) y no interrumpió su actividad creadora, puesto que en 1893 escribió la Sexta Sinfonía, su
testamento musical, a la que su hermano dio el sobrenombre de Patética.
Desde
mucho tiempo atrás había manifestado Tchaikovsky su sensación de estar
acabado, pero a partir de 1890, esta idea se hizo más punzante. En 1892
concibió una nueva sinfonía, cuya composición, en los años siguientes,
le hizo derramar muchas lágrimas, según confesaba. Era su «obra más
sincera» y no acabaría con el habitual allegro, sino con un lento y
triste adagio lamentoso. Preveía que la obra no sería bien aceptada y,
en una de sus últimas cartas, afirmaba que la música estaba impregnada
de un sentimiento que hacía pensar en un requiem. Fuera o no un
presentimiento, el músico murió nueve días después de ser estrenada, sin
demasiado éxito, Según la versión habitualmente aceptada falleció a
causa del cólera, pero hay quien afirma que, al descubrirse sus
relaciones homosexuales con un joven de la aristocracia zarista, sus
compañeros de estudios le formaron un tribunal de honor y lo obligaron a
suicidarse.
Tchaikovsky in 1893, as painted by Nikolai Kuznetzov
El video contiene la ejecución del primer movimiento (Adagio) de la 6ª y más conocida Sinfonía de Tchaikovsky, la denominada Patética.