DOCTOR Y CLÉRIGO en TV (Dr. James Kildare & Father Ralph De Bricassart)
El polifacético actor estadounidense de televisión, cine y teatro Richard Chamberlain cumple hoy 81 años. Fue muy popular por su participación en las series televisivas "Dr. Kildare", "Shogun" y "El pájaro espino".
Reseña biográfica a partir de la página El Criticón:
Hijo de un vendedor, George Richard Chamberlain se graduó en la Beverly Hills High School y luego estudió en el Pomona College, en donde destacó como atleta. Más tarde
pasó por el ejército y llegó a participar en la Guerra de Corea. En la parte final de los años 50 se unió a grupos teatrales y trabajó en la televisión antes de
debutar en el cine con El secreto de los arrecifes (1960), un thriller dirigido por William Witney con Peter Falk en el reparto y conseguir la popularidad a comienzos de la siguiente década al protagonizar la teleserie "Dr. Kildare" (1961-1966), que le valió un Globo de Oro además de convertirle en teen-idol. En los años 60, pudo ser visto en el western Fort Comanche (1961) de Joseph M. Newman, con
Richard Boone y George Hamilton, el drama judicial A cualquier precio
(1963) de Boris Sagal, su primer papel protagonista en la gran pantalla, el drama romántico Alegre amanecer (1965) de Alex Segal, coprotagonizado por Yvette Mimieux, Petulia (1968), drama de Richard Lester en el que estaba casado con Julie Christie, o La loca de Chaillot (1969) de Bryan Forbes, comedia dramática protagonizada por Katharine Hepburn. En 1969 protagonizó Hamlet de Shakespeare para el Birmingham Repertory Theatre.
A lo largo de su trayectoria como actor, Chamberlain interpretó a diversos personajes reales, fuese en televisión o en el cine. Al lado de Charlton Heston
se convirtió en Octavio Augusto en Asesinato de Julio César (1970) de Stuart Burge,
fue el compositor Piotr Ilich Tchaikowsky en La pasión de vivir (1970) de Ken Russell, donde Glenda Jackson era su mujer, o encarnó al escritor Lord Byron en Lady Caroline Lamb (1973) de Robert Bolt, drama de época con Sarah Miles y Peter Finch. En televisión interpretó al rey inglés Eduardo VIII junto a Faye Dunaway en "La mujer que yo amo" (1972), fue F. Scott Fitzgerald en "F. Scott Fitzgerald and the last of the Belles" (1974) o interpretó a Giacomo Casanova en "Casanova" (1987). También rodó varias adaptaciones de clásicos literarios, convirtiéndose
en Aramis para Richard Lester en Los Tres Mosqueteros (1973), Los
Cuatro Mosqueteros (1974) y El regreso de los Tres Mosqueteros
(1989), películas basadas en personajes creados por Alejandro Dumas. En televisión también participó en otras adaptaciones de Dumas interpretando el papel de Edmond Dantès en "El Conde de Montecristo" (1975) y como Luis XIV de Francia y su hermano Philippe en "La máscara de hierro" (1977), así como en la serie del oeste "Centennial" (1978-1979). Otros títulos de su filmografía en los años 70 son El coloso en llamas (1974) de John Guillermin, multiestelar película de desastres, La zapatilla y la rosa: La historia de Cenicienta (1976) de Bryan Forbes, versión musical del famoso cuento europeo, La última ola (1977) de Peter Weir, drama psicológico de suspense que es uno de sus mejores títulos cinematográficos, o El enjambre (1978) de Irwin Allen, otra producción de catástrofes con reparto multiestelar.
En la década de los 80 triunfó en la pequeña pantalla con series como "Shogun" (1980) y "El pájaro espino" (1983), por las que recibió sendos Globos de Oro. En este período protagonizó junto a Sharon Stone
las películas de aventuras Las minas del Rey Salomón (1985) de J. Lee Thompson y Allan
Quatermain en la ciudad perdida del oro (1986) de Gary Nelson, adaptaciones de novelas
de H. Ridder Haggard. En adelante apareció esporadicamente en la gran pantalla interpretando roles secundarios en producciones menores y en televisión, su medio más habitual, donde protagonizó versiones de "El caso Bourne" (1988) y "La noche del cazador" (1991). En Broadway representó revivals de musicales como My fair Lady y The sound of music.
Richard Chamberlain, homosexual no confeso hasta que en 2003 publicó su autobiografía «Shattered love», tiene como pareja desde 1977 al actor Martin Rabbett, a quien se unió civilmente en el estado de Hawaii después de haberlo adoptado.
FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES (Fuendetodos, Zaragoza, España, 30-3-1746 / Burdeos, Francia, 16-4-1828): IN MEMORIAM
Hoy
es aniversario natal del celebérrimo pintor español Francisco José de
Goya y Lucientes, el artista europeo más importante de su tiempo y el
que ejerció mayor
influencia en la evolución posterior de la pintura. Siempre ligado a las
circunstancias que le tocó vivir, pasó de pinturas de tema religioso y
escenas idílicas o costumbristas, plasmadas con colores claros y vivos e
impregnadas de alegría y romanticismo, a retratista de la Corte, con
atento estudio de las posturas y las expresiones, así como de los
contrastes de luces y sombras. Sus grabados al aguafuerte, con
personajes extraños y macabros, constituyen una crítica feroz de la
sociedad civil y religiosa de la época. Tras la invasión de España por
las tropas napoleónicas, plasmó los horrores de la guerra y sus
dramáticas consecuencias, dando testimonio de las atrocidades cometidas
por los dos bandos. Finalmente retratista de la España más negra, sus
últimas
obras, tanto por su originalidad temática como por su técnica pictórica
de pincelada amplia y suelta, se consideran precursoras tanto del
impresionismo como del expresionismo. Su obra, fecunda y versátil, de
gran libertad técnica y brillantez de
ejecución, no ha dejado de acrecentar la importancia de su figura hasta
nuestros días.
Reseña biográfica procedente (con algún retoque) de la página artehistoria:
Los
grandes genios son siempre difíciles de encasillar. Habitualmente
ellos marcan las pautas de un estilo concreto pero a veces, y es el caso
de Goya, se desvinculan del estilo característico de su tiempo. Quizá
la figura de Goya sea más atrayente por lo que supone de ruptura.
Francisco de Goya y Lucientes nace en un pequeño pueblo de la provincia
de Zaragoza llamado Fuendetodos el 30 de marzo de 1746. Sus padres
formaban parte de la clase media baja de la época; José Goya era un
modesto dorador que poseía un taller en propiedad y poco más, de hecho
"no hizo testamento porque no tenía de qué" según consta en su óbito
parroquial. Engracia Lucientes pertenecía a una familia de hidalgos
rurales venida a menos. La familia tenía casa y tierras en Fuendetodos
por lo que el pintor nació en este lugar, pero pronto se trasladaron a
Zaragoza. En la capital aragonesa recibió Goya sus primeras enseñanzas;
fue a la escuela del padre Joaquín donde conoció a su amigo íntimo
Martín Zapater y parece que acudió a la escuela de dibujo de José
Ramírez. Con doce años aparece documentado en el taller de José Luzán,
quien le introdujo en el estilo decadente de finales del Barroco.
En este taller conoció a los hermanos Bayeu, muy importantes para su
carrera profesional. Zaragoza era pequeña y Goya deseaba aprender en la
Corte; este deseo motiva el traslado durante 1763 a Madrid, participando
en el concurso de las becas destinadas a viajar a Italia que otorgaba
la Academia de San Fernando, sin obtener ninguna. En la capital de
España se instalará en el taller de Francisco Bayeu, cuyas relaciones
con el dictador artístico del momento y promotor del Neoclasicismo,
Antón Rafael Mengs, eran excelentes. Bayeu mostrará a Goya las luces,
los brillos y el abocetado de la pintura. Durante cinco años permaneció
en el taller, concursando regularmente en el asunto de la pensión,
siempre con el mismo resultado. Así las cosas, decidió ir a Italia por
su cuenta; dicen que llegó a hacer de torero para obtener dinero. El
caso es que en 1771 está en Parma, presentándose a un concurso en el que
obtendrá el segundo premio; la estancia italiana va a ser corta pero
muy productiva (Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes, Sacrificio a Pan). A mediados de 1771 está trabajando en Zaragoza, donde
recibirá sus primeros encargos dentro de una temática religiosa y un
estilo totalmente académico. El 25 de julio de 1773 Goya contrae
matrimonio en Madrid con María Josefa Bayeu, hermana de Francisco y
Ramón Bayeu por lo que los lazos se estrechan con su "maestro". Los
primeros encargos que recibe en la Corte son gracias a esta relación. Su
destino sería la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, para la que
Goya deberá realizar cartones, es decir, bocetos que después se
transformarán en tapices. La relación con la Real Fábrica durará 18 años
y en ellos realizará sus cartones más preciados: Merienda a orillas del Manzanares, El quitasol, El cacharrero, La vendimia o La boda.
Por supuesto, durante este tiempo va a efectuar otros encargos
importantes; en 1780 ingresa en la Academia de San Fernando para la que
hará un Cristo crucificado, actualmente en el Museo del Prado.
Y ese mismo año decora una cúpula de la Basílica del Pilar de Zaragoza,
aunque el estilo colorista y brioso del maestro no gustara al Cabildo
catedralicio y provocara el enfrentamiento con su cuñado Francisco
Bayeu. Al regresar a Madrid trabaja para la recién inaugurada iglesia de
San Francisco el Grande por encargo de un ministro de Carlos III.
En Madrid se iniciará la faceta retratística de Goya, pero será durante
el verano de 1783 cuando retrate a toda la familia del hermano menor de
Carlos III, el infante D. Luis, en Arenas de San Pedro (Ávila) en el cuadro La familia del infante don Luis de Borbón,
sirviéndole para abrirse camino en la Corte, gracias también a su
contacto con las grandes casas nobiliarias como los Duques de Osuna o
los de Medinaceli, a los que empezará a retratar, destacando Los Duques de Osuna y sus hijos, uno de los hitos en la carrera de Goya. Carlos IV
sucede a su padre en diciembre de 1788; la relación entre Goya y el
nuevo soberano será muy estrecha, siendo nombrado Pintor de Cámara en
abril de 1789. Este nombramiento supone el triunfo del artista y la
mayor parte de la Corte madrileña pasa por su estudio para hacerse
retratos, que cobra a precios elevados. Durante 1792 el pintor cae
enfermo; desconocemos cuál es su enfermedad pero sí que como secuela
dejará a Goya sordo para el resto de sus días. Ocurrió en Sevilla y
Cádiz y en Andalucía se recuperará durante seis meses; esta dolencia
hará mucho más ácido su carácter y su genio se verá reforzado. El estilo
suave y adulador dejará paso a una nueva manera de trabajar. Al
fallecer su cuñado en 1795 ocupará Goya la vacante de Director de
Pintura en la Academia de San Fernando, lo que supone un importante
reconocimiento. Este mismo año se iniciará la relación con los Duques de
Alba, especialmente con Doña Cayetana,
cuya belleza y personalidad cautivarán al artista. Cuando ella enviudó,
se retiró a Sanlúcar de Barrameda y contó con la compañía de Goya,
realizando varios cuadernos de dibujos en los que se ve a la Duquesa en
escenas comprometidas. De esta relación surge la hipótesis de que Doña
Cayetana fuera la protagonista de dos de los cuadros más famosos de Goya: La maja desnuda y La maja vestida. Pero también intervendrá en la elaboración de los Caprichos,
protagonizando algunos de ellos. En estos grabados Goya critica la
sociedad de su tiempo de una manera ácida y despiadada, manifestando su
ideología ilustrada. En 1798 el artista realiza la llamada Capilla
Sixtina de Madrid para emular a la romana de Miguel Ángel: los frescos
del Milagro de San Antonio de Padua en San Antonio de la Florida,
en los que representa al pueblo madrileño asistiendo a un milagro. Este
mismo año firma también el excelente retrato de su amigo Jovellanos. El
contacto con los reyes va en aumento hasta llegar a pintar La Familia de Carlos IV, en la que el genio de Goya ha sabido captar a la familia real tal y como era, sin adulaciones ni embellecimientos. La Condesa de Chinchón
será otro de los fantásticos retratos del año 1800. Los primeros años
del siglo XIX transcurren para Goya de manera tranquila, trabajando en
los retratos de las más nobles familias españolas, aunque observa con
expectación cómo se desarrollan los hechos políticos. El estallido de la
Guerra de la Independencia en mayo de 1808 supone un grave conflicto
interior para el pintor ya que su ideología liberal le acerca a los
afrancesados y a José I,
mientras que su patriotismo le atrae hacia los que están luchando
contra los franceses. Este debate interno se reflejará en su pintura,
que se hace más triste, más negra, como muestran El coloso o la serie de grabados Los Desastres de la Guerra. Su estilo se hace más suelto y empastado. Al finalizar la contienda pinta en 1814 sus famosos cuadros sobre el dos (La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol) y el tres ( Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío)
de mayo de 1808. Como Pintor de Cámara que es debe retratar a Fernando
VII quien, en último término, evitará que culmine el proceso incoado por
la Inquisición
contra el pintor por haber firmado láminas y grabados inmorales y por
pintar la Maja Desnuda. A pesar de este gesto, la relación entre el
monarca y el artista no es muy fluida; no se caen bien mutuamente. La
Corte madrileña gusta de retratos detallistas y minuciosos que Goya no
proporciona al utilizar una pincelada suelta y empastada. Esto provocará
su sustitución como pintor de moda por el valenciano Vicente López.
Goya inicia un periodo de aislamiento y amargura con sucesivas
enfermedades que le obligarán a recluirse en la Quinta del Sordo, finca
en las afueras de Madrid en la que realizará su obra suprema: las Pinturas Negras,
en las que recoge sus miedos, sus fantasmas, su locura (Duelo a garrotazos, El aquelarre, Saturno devorando a un hijo...). En la Quinta le
acompañaría su ama de llaves, Leocadia Zorrilla Weis, con quien
tendrá una hija, Rosario. De su matrimonio con Josefa Bayeu había nacido
su heredero, Francisco Javier. Goya está harto del absolutismo
que impone Fernando VII en el país, así que en 1824 se traslada a
Francia, en teoría a tomar las aguas al balneario de Plombières pero en
la práctica a Burdeos, donde se concentraban todos sus amigos liberales
exiliados. Aunque viajó a Madrid en varias ocasiones, sus últimos años
los pasó en Burdeos donde realizará su obra final, La lechera de Burdeos, en la que anticipa el Impresionismo.
Goya fallece en Burdeos en la noche del 15 al 16 de abril de 1828, a la
edad de 82 años. Sus restos mortales descansan desde 1919 bajo sus
frescos de la madrileña ermita de San Antonio de la Florida, a pesar de
que falte la cabeza, ya que parece que el propio artista la cedió a un
médico para su estudio.
Francisco de Goya, Autorretrato, 1815
En el video, un resumen de la obra goyesca con "Arabesca" (de 12 Danzas Españolas de Enrique Granados) como fondo musical.
(Nota: el penúltimo retrato de Goya que aparece en el clip no fue realizado por el pintor aragonés, sino por el valenciano Vicente López Portaña en 1826).
Hoy es aniversario natal del gran poeta francés Paul Verlaine. Considerado el maestro del decadentismo y principal precursor del
simbolismo, es, en realidad, el único poeta francés que merece el
epíteto de «impresionista» y, junto con Victor Hugo, el mayor poeta
lírico francés del siglo XIX.
Reseña a partir de las páginas Buscabiografías y Biografías y Vidas:
"La independencia siempre fue mi deseo, la dependencia siempre fue mi destino" (Paul Verlaine)
Hijo de un oficial del Ejército, tras instalarse su familia en París en 1851, cursó estudios en el Liceo Bonaparte. Lector asiduo de poesía romántica -sintiendo una predilección especial por Víctor Hugo-,
sus primeros versos datan de 1858. Inicia estudios de derecho y
posteriormente trabaja como empleado en una compañía de seguros y luego
en el ayuntamiento de París durante siete años. De carácter melancólico y taciturno, un día deja todo y se entrega a la absenta y a escribir en las tabernas
parisinas del mundo de la bohemia, pasando a una vida de un cierto grado de
indigencia económica. En los cafés escribe
versos relacionándose con los poetas parnasianos, a quienes había comenzado a
frecuentar a partir de 1860. En aquel tiempo, se reconoce admirador de Charles Baudelaire.
En 1863 aparecía en laRevue du progrès moral
el primer poema de Paul Verlaine, augurando una obra ambigua,
infinitamente bella, que vagabundea en el umbral de la modernidad. Sus
primeras obras como, Poemas saturnianos (1866) que trata sobre la
fatalidad a la que están condenados sin redención posible cuantos
nacen, como él, bajo el signo de Saturno, y Fiestas galantes (1869), exponen el rechazo al romanticismo parnasiano. Su verso se centra más en aspectos técnicos como la sonoridad que en el sentimentalismo.
Después de una crisis producida por el amor no correspondido que le inspiró su prima Élise Moncomble, en 1870 se casa con Mathilde Mauté de Fleurville -que
apenas tenía dieciséis años- e intenta integrarse en una burguesía
decente aspirando a una vida "sencilla y tranquila", aunque abandonó a
su esposa dos años después para viajar y vivir con el poeta de 17 años Arthur Rimbaud,
al que sigue a Bélgica e Inglaterra. En 1873, estando borracho y cuando
Arthur quiere romper la relación que les une, Verlaine le descerraja un
tiro en la pierna, por lo que pasó dos años en prisión. Su colección Romanzas sin palabras
(1874), escrita durante su estancia en la cárcel, se basa en la
relación con Rimbaud. Buscando refugio en el catolicismo, su reconversión
inspiró un volumen de poesía religiosa titulado Sabiduría (1880).
Fue profesor de francés en Inglaterra de 1875 a 1877 y regresó a
Francia posteriormente donde dio clases de inglés. A su alumno Lucien Létinois, al que llamaba hijo adoptivo, dedicaría muchas de las elegías de Amor (1888). En 1883, tras la repentina muerte por fiebres tifoideas de Létinois, llevó en Coulommes una vida escandalosa, alternando unas etapas de desenfreno alcohólico con otras de arrepentimiento ascético. De este período data la publicación de Los poetas malditos (1884), en que dio a conocer a Rimbaud, Tristan Corbière y Stéphane Mallarmé, y Antaño y hogaño (1884), colección de poemas, transformándose en poeta simbolista, interesado en el sueño y la ilusión. Establecido definitivamente en París a partir de 1885, escribió prosa autobiográfica, como Memorias de un viudo (1886), Mis hospitales (1891) y Confesiones (1895). En sus últimos años gozó de gran prestigio literario, dio conferencias
en Bélgica y Gran Bretaña y fue elegido «Príncipe de los poetas» en
1894, lo que contrasta con la miseria y el estado de degradación en que
vivía. Paul Verlaine falleció en París a los 51 años.
Su influencia se manifiesta poderosamente en los poetas franceses posteriores.
Llueve en mi corazón
Llueve en mi corazón
Como llueve en la ciudad;
¿Qué es esta languidez
Que penetra mi corazón?
¡Oh dulce ruido de la lluvia
Por tierra y en los techos!
Para un corazón que se aburre,
¡Oh el canto de la lluvia!
Llora sin razón
Este corazón hastiado.
¡Qué! ¿ninguna traición?...
Este duelo es sin razón.
Es pues la peor pena
De no saber por qué
Sin amor y sin odio
Mi corazón tiene tanta pena.