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domingo, 31 de agosto de 2014

Tribute to Richard Gere (Philadelphia, Pennsylvania, US, 31-8-1949)

PRETTY MAN

El actor estadounidense Richard Gere cumple hoy 65 años. Apuesto y carismático galán a finales de los años 70 y sex symbol (a su pesar) en los 80, se transformó en maduro intérprete muy popular en los 90 desde que protagonizó Pretty woman, su mayor éxito de taquilla. Ganó un David di Donatello en sus comienzos y un Globo de Oro a los cincuenta y tres años. Budista reconocido, se ha comprometido en diversas causas humanitarias y es un persistente activista por los derechos humanos en el Tibet, cuya independencoia de China no ha dejado de apoyar desde hace más de veinte años.
Hijo de un agente de seguros y un ama de casa, Richard Gere destacó de adolescente en gimnasia y música (aprendió a tocar la trompeta). Después de graduarse en 1967, estudió Filosofía en la Universidad de Massachusetts durante dos años y luego lo dejó al decidir dedicarse a la interpretación. Profesionalmente se inició como actor en un grupo de teatro de repertorio y en 1973 llegó a protagonizar la versión escénica del musical "Grease" en Londres.
En el cine comenzó su carrera con un pequeño papel en Quiero la verdad (1975) de Milton Katselas, thriller con Michael Moriarty, Yaphet Kotto, Susan Blakely y Hector Elizondo, pero, aun secundario, pronto llamó poderosamente la atención en Buscando al señor Goodbar (1977) de Richard Brooks, drama protagonizado por Diane Keaton donde era un ligón de bar. A partir de entonces fue destacable su presencia protagonista en films como Stony, sangre caliente (1978) de Robert Mulligan, drama con Paul Sorvino y Tony Lo Bianco, Días del cielo (1978) de Terrence Malick, drama rural ubicado en la America de 1916, con  Brooke Adams y Sam Shepard por el que Gere fue premiado con un David di Donatello al mejor actor extranjero, Yanquis (1979) de John Schlesinger, drama romántico en tiempos de la II Guerra Mundial, con Vanessa Redgrave, William Devane y Lisa Eichhorn, American gigolo (1980) de Paul Schrader, estilizado thriller de intriga con Lauren Hutton, uno de los títulos que más contribuyeron a su estrellato, y, todavía más, Oficial y caballero (1982) de Taylor Hackford, drama militar con Debra Winger, David Keith y Louis Gossett Jr., que resultó un gran éxito de taquilla.
En pocos años, su atractiva apariencia y personalidad le habían convertido en un sex symbol. Seguidamente protagonizó Cónsul honorario (1983) de John Mackenzie, adaptación de una novela de intriga de Graham Greeen, con Michael Caine, Bob Hoskins y Elpidia Carrillo, Vivir sin aliento (1983) de Jim McBride, remake de "A bout de souffle" (1960) de Godard, con Valérie Kaprisky, Cotton Club (1984) de Francis Ford Coppola, drama musical ambientado en el night-club de jazz más famoso de Harlem en los años 30, con Gregory Hines, Diane Lane, Lonette McKee y Bob Hoskins, costoso film que, pese a su buena acogida crítica, fracasó comercialmente, Rey David (1985) de Bruce Beresford, drama bíblico con Edward Woodward, Alice Krige y Denis Quilley, despreciado por la crítica e ignorado por el público, Poder (1986) de Sidney Lumet, drama político con Julie Christie y Gene Hackman que tampoco funcionó, Atrapados sin salida (1986) de Richard Pearce, thriller con Kim Basinger, Más allá de la ambición (1988) de Gary Sinise, drama con Kevin Anderson que pasó casi inadvertido, y Asuntos sucios (1990) de Mike Figgis, thriller criminal con Andy Garcia.
Paradójicamente, cuando su carrera  se encontraba casi en punto muerto, Gere protagonizó junto a Julia Roberts la comedia romántica Pretty woman (1990) de Garry Marshall, que, aun poco valorada por la crítica, entusiasmó a millones de espectadores que acudieron en masa a las salas de cine, resultando al fin el mayor éxito en la filmografía del actor. Luego apareció en Rapsodia en agosto (1991) de Akira Kurosawa, drama japonés sobre el holocausto nuclear de Nagasaki, Análisis final (1992) de Phil Joanou, thriller psicológico con Kim Basinger, Sommersby (1993) de Jon Amiel, drama rural de época con Jodie Foster, Mr. Jones (1993) de Mike Figgis, drama romántico con Lena Olin, Entre dos mujeres (1994) de Mark Rydell, desacertado remake del film francés "Las cosas de la vida" (1970) de Claude Sautet, con  Sharon Stone y Lolita Davidovich, El primer caballero (1995) de Jerry Zucker, drama medieval basado en la leyenda artúrica, donde encarnó a Lancelot, con Sean Connery y Julia Ormond, Las dos caras de la verdad (1996) de Gregory Hoblit, thriller con Laura Linney y Edward Norton, El laberinto rojo (1997) de Jon Avnet, thrillewr judicial con Bai Ling y Bradley Whitford, Chacal (1997) de Michael Caton-Jones, comercial pero poco logrado remake del film del mismo título rodado por Fred Zinnemann en 1973, con Bruce Willis, y Novia a la fuga (1999), otra exitosa comedia de Garry Marshall, que le reunió con Julia Roberts.
El resto de su carrera incluye títulos como Otoño en Nueva York (2001) de Joan Chen, drama romántico con Winona Ryder, El Dr. T y las mujeres (2000) de Robert Altman, comedia con Helen Hunt, Farrah Fawcett y Laura Dern, Mothman: La última profecía (2002) de Mark Pellington, thriller sobrenatural con Laura Linney, Infiel (2002) de Adrian Lyne, thriller erótico con Diane Lane y Olivier Martínez, Chicago (2002) de Rob Marshall, musical dramático sobre la era del jazz que explora temas como la fama, el escándalo o la corrupción donde, junto a Renée Zellweger y Catherine Zeta-Jones, encarnó convicentemente a un cínico abogado, un film nominado al Oscar en trece categorías y ganador en seis por el que Gere ganó un Globo de Oro, ¿Bailamos? (2004) de Peter Chelsom, comedia romántica con  Jennifer Lopez y Susan Sarandon, La huella del silencio (2005) de Scott McGehee y David Siegel, drama con  Juliette Binoche, La gran estafa (2006) de Lasse Hallström, drama basado en hechos reales, con  Alfred Molina, Marcia Gay Harden, Hope Davis, Julie Delpy y Stanley Tucci, I'm not there (2007) de Todd Haynes, retrato de Bob Dylan a modo de ficticio documental, con Christian Bale, Cate Blanchett, Marcus Carl Franklin, Heath Ledger y Ben Whishaw, La sombra del cazador (2007) de Richard Shepard, thriller de acción con Terrence Howard, El caso Wells (2007) de Andrew Lau, thriller con Claire Danes, Noches de tormenta (2008) de George C. Wolfe, drama romántico con Diane Lane, Siempre a tu lado, Hachiko (2009) de Lasse Hallström, melodrama canino basado en hechos reales, con Joan Allen,  Amelia (2009) de Mira Nair, drama biográfico sobre la legendaria aviadora, desaparecida en 1937, Amelia Earhart, a quien encarnó en la pantalla Hilary Swank, Los amos de Brooklyn (2010) de Antoine Fuqua, thriller de historias cruzadas con Don Cheadle, Ethan Hawke y Wesley Snipes, La sombra de la traición (2011) de Michael Brandt, thriller de espionaje con Topher Grace, o El fraude (2012) de Nicholas Jarecki, thriller bursátil con Susan Sarandon, Tim Roth y Brit Marling.
Richard Gere estuvo casado con la modelo Cindy Crawford entre 1991 y 1995, matrimonio que finalizó en divorcio. A finales de 2002 se volvió a casar, esta vez con la modelo y actriz Carey Lowell, con quien tuvo un hijo y de la que se separó en 2013.

















Looking for Mr. Goodbar (1977)

 Bloodbrothers (1978)

Days of heaven (1978)

Yanks (1979)

 American gigolo (1980)

An officer and a gentleman (1982)

 Breathless (1983)

Cotton Club (1984)

 Pretty woman (1990)

Sommersby (1993)

Runaway bride (1999)

 Dr. T (2000)

 Chicago (2002)

Shall we dance? (2004)

 Hachi. A dog's tale (2009)


Fredric March (Racine, Wisconsin, US, 31-8-1897 / Los Angeles, California, US, 14-4-1975): In memoriam

GRAN ACTOR DE LA VIEJA ESCUELA

Aniversario natal hoy del prestigioso actor estadounidense Ernest Frederick McIntyre Bickel, conocido como Fredric March. De voz profunda y modulada, elegante, intenso y atractivo, no tardó en alcanzar un fulgurante estrellato que mantuvo el resto de su carrera tanto en cine como en teatro y televisión. Intérprete de primerísimo orden trabajó con directores de la categoría de Cukor, Mamoulian, Lubitsch, Leisen, La Cava, Ford, Wellman, Wyler, Wise o Frankenheimer, dejando a la posteridad más de una decena de títulos clásicos de los mejores tiempos de Hollywood. Ganó dos Oscars de entre cinco candidaturas, un Globo de Oro, la copa Volpi al mejor actor en Venecia, un Oso de Plata al mejor actor en Berlín, un David di Donatello en Italia al mejor actor extranjero y dos premios Tony de teatro en Broadway, entre otros.

Extracto biográfico procedente (con modificaciones) de la página El Criticón:

Tras estudiar Económicas se introdujo en el mundo del teatro para protagonizar con éxito varias producciones en Broadway a mediados de los años 20, actividad escénica que compaginaba con sus intervenciones como extra en pequeños papeles cinematográficos. Captado por Paramount, después de aparecer como principal protagonista en títulos como La loca orgía (1929), un film realizado por la directora Dorothy Arzner que contaba con la presencia femenina de Clara Bow, March se convirtió en una de las principales estrellas masculinas de la década de los 30. Una de sus primeras películas importantes fue The royal family of Broadway (1930) de George Cukor, título donde parodiaba a John Barrymore y por el que fue nominado al Oscar. Fredric March logró la estatuilla al año siguiente gracias a su participación en la adaptación de la novela Dr. Jekyll and Mr. Hyde de Robert L. Stevenson, El hombre y el monstruo (1931), un film dirigido por Rouben Mamoulian.
La llama eterna (1932) de Sidney Franklin, drama junto a Norma Shearer y Leslie Howard, El signo de la cruz (1932), un peplum de Cecil B. DeMille, El águila y el halcón (1933), película bélica de Stuart Walker, con Cary Grant y Carole Lombard, Una mujer para dos (1933), brillante comedia de Ernst Lubitsch basada en un libro de Noel Coward, donde compartió protagonismo con Gary Cooper y Miriam Hopkins, La muerte de vacaciones (1934), excepcional drama romántico de Mitchell Leisen , El burlador de Florencia (1934), comedia de época de Gregory La Cava, Las vírgenes de Wimpole Street (1934) de Sidney Franklin, Vivamos de nuevo (1934), adaptación de Resurrección de Tolstoi dirigida por Rouben Mamoulian, Los miserables (1935) de Richard Boleslawski, donde encarnó a Jean Valjean, según la novela de Victor Hugo, Ana Karenina (1935) de Clarence Brown, donde era el Conde Vronsky que cortejaba a Greta Garbo, El ángel de las tinieblas (1935) de Sidney Franklin, junto a Merle Oberon y Herbert Marshall, María Estuardo (1936), película histórica de John Ford con Katharine Hepburn en el papel principal, El caballero Adverse (1936) de Mervyn LeRoy, drama épico junto a Olivia de Havilland, Ha nacido una estrella (1937), película dirigida por William Wellman con Janet Gaynor de pareja, por la que volvió a ser nominado al Oscar, La reina de Nueva York (1937), sátira periodística de Wellman con el co-protagonismo de Carole Lombard, Corsarios de Florida (1938) de Cecil B. De Mille o La fugitiva de los trópicos (1938) de Tay Garnett, son algunas de las películas más sobresalientes interpretadas por March en los años 30.
Con el cambio de década su productividad fue menor debido a que repartió su trabajo entre Hollywood, Broadway y la televisión. En las tablas triunfó con obras como La piel de nuestros dientes (1943) de Thornton Wilder, Years ago (1947) de Ruth Gordon, por la que consiguió su primer premio Tony, Un enemigo del pueblo (1950) de Ibsen o Largo viaje hacia la noche (1956) de O'Neill, por la que fue premiado con un segundo Tony. A pesar de ello, durante los años 40, 50 y 60 participó en importantes títulos como Susana y Dios (1940) de George Cukor, junto a Joan Crawford, Así acaba nuestra noche (1941) de John Cromwell, con Margaret Sullavan, Con un pie en el cielo (1941) de Irving Rapper,con Martha Scott, La vida empieza hoy (1941) de Alexander Hall, con Loretta Young, Me casé con una bruja (1942) de René Clair, con Veronica Lake, Las aventuras de Mark Twain (1944) de Irving Rapper, con Alexis Smith, Los mejores años de nuestra vida (1946) de William Wyler, una extraordinaria película sobre la reinserción social y familiar de los combatientes en la 2ª Guerra Mundial, por la que consiguió su segundo Oscar, Cristobal Colón (1949) de David MacDonald, Muerte de un viajante (1951) de Laszlo Benedek, según la obra teatral de Arthur Miller, film por el que ganó un Globo de Oro y recibió su última nominación al Oscar de la Academia de Hollywood por su interpretación de Willy Loman, Los puentes de Toko-Ri (1954) de Mark Robson, La torre de los ambiciosos (1954) de Robert Wise, Horas desesperadas (1955) de William Wyler, El hombre del traje gris (1956) de Nunnally Johnson, En  mitad de la noche (1959) de Delbert Mann, La herencia del viento (1960) de Stanley Kramer, película de tema judicial con Spencer Tracy, Los secuestrados de Altona (1962) de Vittorio De Sica, basada en la obra de Jean Paul Sartre, Siete días de mayo (1964), excelente thriller político de John Frankenheimer, Un hombre (1967), western revisionista dirigido por Martin Ritt que contaba con el co-protagonismo de Paul Newman, o Tic, tic, tic (1970) de Ralph Nelson. La amplia carrera del intérprete de Wisconsin terminó con El repartidor de hielo (1973) de John Frankenheimer, basado en una obra de Eugene O'Neill, junto a Lee Marvin, Robert Ryan y Jeff Bridges.
Fredric March estuvo casado con Ellis Baker (1921-1927) y con la actriz Florence Eldridge desde 1927 hasta que murió. Con ella adoptó dos hijos, Penelope y Anthony. Murió a causa de un cáncer de próstata a los 77 años.


John Ford (Cape Elizabeth, Maine, US, 1-2-1894 / Palm Desert, California, US, 31-8-1973): In memoriam

JOHN FORD: CINEASTA DE LA EMOCIÓN

Hoy se cumplen 41 años de la muerte de este gigante del cine americano y mundial. Contaba 79 años. El cineasta de ascendencia irlandesa, pionero en el cine silente y célebre por sus westerns, tuvo una carrera de más de cincuenta años y 140 películas, un conjunto de extraordinaria importancia e influencia en el séptimo arte. Es el único director galardonado con cuatro Oscars (El delator, Las uvas de la ira, ¡Qué verde era mi valle!, El hombre tranquilo).
Con la simplicidad y la sobriedad expresiva como premisa, su estilo permanece como clásico entre los clásicos. Son característicos de su cine el profundo interés humano por sus personajes, el amor por los espacios abiertos y su gran talento para la composición visual, tantas veces devenida en pura poesía.

El siguiente texto procede (con algúna modificación) de la página decine21:

El hombre inquieto
(por Juan Luis Sánchez)

Director de directores, dejaba boquiabiertos a los espectadores, pero también a sus propios compañeros, los que mejor entendían lo que aportaba su cine. Elevó a categoría de arte el cine más convencional. “Era uno de esos artistas que nunca pronuncian la palabra ‘arte’, y de esos poetas que no hablan nunca de poesía”, escribía François Truffaut. Pero siempre rechazó que le trataran como a un autor. “No hago películas para hacer obras de arte. Ruedo películas para poder pagar las facturas”, dijo el hombre que se presentaba de la forma más humilde posible: “Me llamo John Ford y hago películas del oeste”. Dedicamos este perfil a los tres mejores directores de la historia del cine, según Orson Welles: John Ford, John Ford y John Ford.
John Martin Feeney (verdadero nombre del maestro) fue el decimotercer hijo de un matrimonio de emigrantes irlandeses que regentaban una taberna. Según consta en su partida de nacimiento, nació el 1 de febrero de 1894, en Cape Elizabeth, una ciudad costera de Maine. De pequeño era un mal estudiante, pero sus gafas de concha le daban un aspecto tan serio, que su padre siempre pensó que se ordenaría sacerdote. Tras la adolescencia, se convirtió en un muchacho tremendamente fuerte y ancho de espaldas, apodado ‘Toro Feeney”, por sus compañeros del equipo de fútbol. En el instituto manifestó un interés especial por las clases de Historia de los Estados Unidos, sobre todo cuando se enteró de la gran cantidad de irlandeses que lucharon en la guerra de la Independencia. En esta época empezó a desarrollar la pose de hombre rudo, con la que trataba de disimular su personalidad de artista sensible. Es decir, que en esencia el verdadero Ford era como Ethan Edwards y Sean Thornton, los protagonistas de Centauros del desierto y El hombre tranquilo.
El joven Ford encaminó sus primeros pasos profesionales hacia el mundo de la publicidad, pero pronto recaló en la Meca del cine. Cuando el director francés Jean-Luc Godard le preguntó en una entrevista qué le llevó a Hollywood, Ford respondió de forma concisa: “Un tren”. En realidad, se fue siguiendo los pasos de su hermano, Francis Ford, actor, guionista y cineasta en Universal, que le dio trabajo en sus películas, a veces como intérprete, pero también como ayudante de dirección. En 1917, escribió, protagonizó y dirigió su primer corto, el western mudo The Tornado, en cuyos títulos de crédito firmaba como Jack Ford. Causó tan buena impresión en Universal, que pronto le pusieron al frente de largometrajes, como A prueba de balas (1917), el primero de los más de 130 que llegó a rodar. Estaba protagonizado por Harry Carey, una de las estrellas del cine del oeste de la época muda. Durante los años 20, Ford fue aprendiendo el oficio, y aunque todavía partía de guiones simplones, desarrolló su particular estilo, que consistía en seleccionar el encuadre ideal y dejar hacer a los actores, a los que dirigía con una gran habilidad. Se consagró con El caballo de hierro (1924), donde narraba las dificultades que tuvieron los operarios del ferrocarril, con imágenes cercanas al documental. Por aquella época, conoció a la mujer de su vida, Mary McBryde Smith, joven de origen irlandés, que descendía de Tomás Moro, y aunque no se pudieron casar por la iglesia, pues ella era divorciada, le acompañaría hasta su muerte. El matrimonio tuvo dos hijos, ambos dedicados al cine, pues Patrick Michael se hizo productor de subproductos de serie B y Barbara montadora.
Aunque a partir de la llegada del sonoro, es difícil encontrar una película decepcionante de John Ford, y abundan las obras maestras, la época más importante, decisiva e influyente del maestro fueron los 30, donde se gestaba el cine tal y como lo conocemos. Durante la época de la Gran Depresión, el cineasta perfecciona su lenguaje fílmico en sus películas, casi siempre escritas por los guionistas Dudley Nichols y Nunnally Johnson. Destaca La patrulla perdida (1934), centrada en la presión psicológica a la que se ven sometidos los protagonistas, integrantes de una patrulla inglesa, perdidos en el desierto, donde están siendo acosados por un enemigo al que no logran ver. Igualmente interesante es El delator (1935), rodada en decorados que reconstruían la ciudad de Dublín, en la que un tipo ha denunciado a la policía al líder del grupo nacionalista irlandés del que ha sido expulsado. Su película más influyente es La diligencia (1939), que transformó para siempre no sólo el western, sino también el cine de acción. Hasta entonces, las películas del oeste eran intrascendentes espectáculos de acción, casi siempre de serie B. Pero Ford narra en el primer western psicológico los conflictos dramáticos que sufren varios personajes, tan realistas como interesantes, que por diversos motivos, coinciden en una reducida diligencia, rumbo a la ciudad de Lordsburg. Por su interpretación de Ringo Kid, el hombre que va al encuentro de los que mataron a su familia, John Wayne se convirtió en una estrella, y también en el actor fetiche de John Ford, pues el director le consideraba “el mejor actor de Hollywood” y el hombre que mejor le representaba a sí mismo en la pantalla. Fue la primera película que el director rodó en Monument Valley, en la frontera de Utah con Arizona, donde regresó en numerosas ocasiones, para otros rodajes. Allí, se hizo amigo de los navajos, a los que contrató como extras, pagándoles las tarifas establecidas por el sindicato. Los pieles rojas le consideraban miembro honorario de la tribu, pues les dio trabajo durante muchos años, y le pusieron el nombre indio Natani Nez, que significa “jefe alto”.
En esta época también rodó El joven Lincoln (1939), con Henry Fonda interpretando a Abraham Lincoln cuando era un prometedor abogado que no sabía que llegaría a ser presidente de los Estados Unidos. Las uvas de la ira (1940) es una de sus películas más valiosas, pues salió airoso de un reto impensable para cualquier director, triunfar con la adaptación de una obra maestra de John Steinbeck, peso pesado de la literatura americana. Se trata además de un atípico drama social, rodado cuando aún se notaban las consecuencias del Crack del 29, y el público prefería ver musicales, westerns o comedias distendidas para evadirse de sus propios problemas. En Hombres intrépidos (1940), basada en varias obras de teatro cortas de Eugene O'Neill, Ford también contaba los problemas de muchos personajes, en situaciones extremas, concretamente estaba protagonizada por la tripulación de un barco cargado de municiones.También se basaba en un libro de éxito, esta vez de Richard Llewellyn, el drama ¡Qué verde era mi valle! (1941), con Walter Pidgeon y Maureen O'Hara.
Aunque Ford tenía fama de tratar a los actores duramente en los rodajes, acentuando su pose de tipo duro, y convirtiéndose en un dictador, lo cierto es que mantenía una gran amistad con muchos de ellos. A diferencia de otros directores, Ford solía trabajar con los mismos actores, a los que siempre sabía darles ese personaje que les venía al pelo. A los habituales de sus películas se les llama ‘Compañía Estable de John Ford’, término normalmente usado en el teatro. Los que hayan disfrutado de más de una película de Ford, se habrán fijado en que los secundarios casi siempre son los mismos: su hermano Francis Ford, Ward Bond, Ken Curtis, Victor McLaglen, Mae Marsh, Woody Strode y alguno más, mientras que también repetía con algunos de los actores principales, como Henry Fonda, que protagonizó nueve de sus películas, y sobre todo John Wayne, presente en una veintena de films, los primeros como extra.
Las raíces irlandesas del creativo realizador explican la temática de su obra, que siempre gira en torno a la lealtad, la camaradería, la familia y sobre todo la tradición. Periodistas y autores que han escrito sobre Ford siempre han pensado que era conservador, del partido republicano, sobre todo porque sus mejores amigos, John Wayne, James Stewart y Ward Bond sí que lo eran. Sin embargo, sus familiares han declarado muchas veces que esto es completamente falso, pues se declaraba como un activista liberal. En una ocasión escuchó una conversación entre John Wayne y Victor McLaglen, que criticaban muchísimo a Roosevelt, durante una pausa de un rodaje. No dudó en increparles: “Todos vosotros habéis ganado vuestro dinero durante la era de Roosevelt”. A partir de ese momento, Wayne, que apreciaba mucho a su maestro, decidió eludir la política cuando estaba con él.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Hollywood también colaboró en la lucha contra los nazis, sobre todo produciendo propaganda bélica. Los mejores directores del momento son reclutados por el ejército, entre ellos John Ford, que alcanzó el grado de comandante, dedicándose a documentales sobre la marina, mientras el coronel Frank Capra rodaba sobre la infantería y el mayor William Wyler hacía lo propio con el ejército del aire.
Al término de la contienda, Ford siguió cosechando éxitos, como Pasión de los fuertes (1946), El fugitivo (1947), Tres padrinos (1948), pero tanto él como otros ilustres directores de su generación fueron desplazados por nuevos talentos, los miembros de la generación perdida: Elia Kazan, Billy Wilder, John Huston. Ford supo plasmar mejor que nadie en la pantalla lo que sintieron los grandes pioneros que hicieron avanzar al cine cuando fueron sustituidos por intelectuales, en películas como La legión invencible (1949) -que conforma la trilogía de la caballería, con Fort Apache (1948) y Río Grande (1950)- donde un capitán a punto de jubilarse impide el avance de los indios, gracias a su veteranía. En Centauros del desierto (1956), el curtido ex militar Ethan Edwards tiene dificultades para encajar en la sociedad de postguerra y la mujer de la que estaba enamorado prefirió casarse con su hermano, un hombre más hogareño. En El hombre que mató a Liberty Valance (1962) -para quien firma estas líneas la mayor obra maestra entre las grandes obras maestras de Ford-, Tom Doniphon, el personaje de John Wayne, es un héroe abrupto, imprescindible para pacificar la ciudad, que ha quedado desplazado por la llegada del progreso, por una sociedad que necesita hombres como Ransom (James Stewart).
Aunque John Ford nunca fue tan popular para el gran público como Alfred Hitchcock, sus películas siempre triunfaron en taquilla, por su calidad, y porque estaban protagonizadas por actores como John Wayne, que era una gran estrella. Se le recuerda sobre todo por sus westerns: Caravana de paz (1950), Misión de audaces (1959), Dos cabalgan juntos (1961), su episodio de La conquista del oeste (1962). En realidad, cultivó géneros dispares como el drama: Un crimen por hora (1958), El último hurra (1958); la comedia: La taberna del irlandés (1963); la comedia dramática: La ruta del tabaco (1941), El hombre tranquilo (1952), La salida de la luna/Relatos de Irlanda (1957); el biopic: Cuna de héroes (1955), Escrito bajo el sol (1957); el cine de aventuras: Corazones indomables (1939), Mogambo (1953); y se prodigó muchísimo en el cine bélico: el documental La batalla de Midway (1942), No eran imprescindibles (1945), El precio de la gloria (1952), Escala en Hawai (1955). Cuentan que cuando rodaba una de sus películas tuvo que ser operado de cataratas. Pero su pasión por el cine era tan grande, que se quitó la venda antes de tiempo, para retomar el rodaje antes de tiempo, desobedeciendo las advertencias del médico. Al final acabó perdiendo la visión en un ojo, lo que explica su característico parche. En cualquier caso, no está comprobada la veracidad de esta anécdota, pues el mismo John Ford disfrutaba despistando a sus biógrafos inventándose datos contradictorios sobre su vida.
Al final de su carrera, Ford estaba preocupado por algunas críticas que le habían acusado, a veces sin haber visto su obra, de racista y machista. Quizás esto explica películas como El sargento negro (1960), protagonizada por un afroamericano injustamente sometido a consejo de guerra acusado de dos asesinatos y una violación, El gran combate (1964) donde reflejó las injusticias que se cometieron con los cheyennes, maltratados y condenados a vivir en la misería en una reserva de Oklahoma, y Siete mujeres (1965), sobre un grupo de misioneras en Manchuria, durante la guerra entre China y Mongolia. El cineasta murió de cáncer de estómago el 31 de agosto de 1973, cuando el cine se transformaba por completo.

John Ford

"El caballo de hierro" (1924)

"El delator" (1935)

"La diligencia" (1939)

"Las uvas de la ira" (1940)

"¡Qué verde era mi valle!" (1941)

"No eran imprescindibles" (1945)

"Pasión de los fuertes" (1946)

"Fort Apache" (1948)

"El hombre tranquilo" (1952)



"Centauros del desierto" (1956)

"El hombre que mató a Liberty Valance" (1962)
 

sábado, 30 de agosto de 2014

Tribute to Cameron Diaz (San Diego, California, US, 30-8-1972)

BELLA, DIVERTIDA Y TALENTOSA
La actriz estadounidense Cameron Diaz cumple hoy 42 años. Es una de las estrellas más populares y taquilleras de los últimos tiempos y en sus veinte años de carrera casi todas sus películas han resultado éxitos comerciales. Quizá le falta arriesgarse a rodar alguna película en que ella soporte todo el peso de la historia por sí misma.

Perfil biográfico procedente (y retocado) de la página El Criticón:

Cameron Michelle Diaz es hija de Emilio Diaz, hijo de inmigrantes cubanos que trabajó como capataz de una empresa petrolífera, y de Billie Diaz, agente de exportación de ascendencia alemana e inglesa. Tiene una hermana mayor llamada Chimene. "Cami" (su nombre familiar) se marchó de casa en su adolescencia tras ser descubierta en Long Beach por el fotógrafo Jeff Dunas, quien le propuso trabajar como modelo publicitaria en la agencia Elite. Gracias a esta profesión pudo viajar y residir en diferentes partes del mundo, como Australia, Japón, México o París. En la época en la que Cameron trabajaba como modelo su compañero sentimental era el productor de vídeo Carlos de La Torre.Tras acudir a un casting consiguió debutar en el cine con La máscara (1994), comedia protagonizada por Jim Carrey y dirigida por Chuck Russell por la que la actriz californiana alcanzó fama internacional.
En este período de su carrera Edward Burns la dirigió en Ella es única (1996) e interpretó a la mujer del "juez" Harvey Keitel en Solamente se vive una vez (1996). Con posterioridad protagonizó éxitos de taquilla como La boda de mi mejor amigo (1997), comedia romántica de P. J. Hogan que protagonizó Julia Roberts, Algo pasa con Mary (1998) de Bobby y Peter Farrelly, o la adaptación cinematográfica de Los ángeles de Charlie (2000), film que co-protagonizó junto a Drew Barrymore y Lucy Liu, que dio lugar a un remake en 2003. Asímismo intervino en Cómo ser John Malkovich (1999) de Spike Jonze, Un domingo cualquiera (1999) de Oliver Stone o Cosas que dirías con sólo mirarla (2000) de Rodrigo García. Fue nominada al Globo de Oro como mejor actriz secundaria por Algo pasa con Mary y Cómo ser John Malkovich.
Vanilla sky (2001), película de Cameron Crowe que rehacía en inglés "Abre los ojos" de Alejandro Amenábar y Gangs of New York (2002) de Martin Scorsese le proporcionaron otras dos nominaciones al Globo de Oro. Otras películas de su filmografía son En sus zapatos (2005) de Curtis Hanson, comedia con Toni Collette y Shirley MacLaine, Vacaciones (2006) de Nancy Meyers, comedia romántica co-protagonizada por Jude Law, Kate Winslet y Jack Black, Algo pasa en Las Vegas (2008) de Tom Vaughan, junto a Ashton Kutcher, La decisión de Anne (2009) de Nick Cassavetes, drama en el que encarnaba a la mujer de Jason Patric y madre de Abigail Breslin, el thriller psicológico The box (2009) de Richard Kelly, la comedia de acción Noche y día (2010) de James Mangold, junto a Tom Cruise, The green hornet (2011) de Michel Gondry, donde era la secretaria de un superhéroe interpretado por Seth Rogen, Bad teacher (2011) de Jake Kasdan, comedia coprotagonizada por Justin Timberlake, Un plan perfecto (2012) de Michael Hoffman, comedia en la que era una texana experta en rodeo al lado de Colin Firth, El consejero (2013) de Ridley Scott, thriller con Michael Fassbender, Penélope Cruz, Javier Bardem y Brad Pitt en el reparto, No hay dos sin tres (2014), comedia de Nick Cassavetes o Sex tape (2014) de Jake Kasdan, su último film estrenado. También ha puesto voz a la princesa Fiona en las películas de animación de "Shrek".
Respecto a su vida amorosa, fue durante tres años pareja sentimental de Matt Dillon. Más tarde estuvo comprometida con el actor Jared Leto y con el actor y cantante Justin Timberlake.

Fred MacMurray (Kankakee, Illinois, US, 30-8-1908 / Santa Monica, California, US, 5-11-1991): In memoriam

ELEGANTE DISCRECIÓN

Aniversario natal de Frederick Martin MacMurray, actor estadounidense conocido como Fred MacMurray, cuya carrera cinematográfica sobrepasa las 80 películas. Atractivo y eficaz galán de comedia en sus comienzos, demostró su versatilidad como intérprete en clásicos como Recuerdo de una noche (con su director Mitchell Leisen colaboró en nueve títulos), Perdición o El apartamento (Billy Wilder supo extraer el lado oscuro del tipo encantador que Fred solía ser). Además de Leisen y Wilder, otros directores importantes en su carrera fueron: Wesley Ruggles, George Stevens, Edward Dmytryk, Richard Quine o Douglas Sirk. Tuvo como sucesivas parejas cinematográficas a Claudette Colbert, Katharine Hepburn, Carole Lombard, Sylvia Sidney, Joan Bennett, Madeleine Carroll, Barbara Stanwyck, Alice Faye, Jean Arthur, Marlene Dietrich, Rosalind Russell, Paulette Goddard, Joan Crawford, Dorothy Lamour, Anne Baxter, Ava Gardner, Alida Valli, Maureen O'Hara, Claire Trevor, Irene Dunne, Eleanor Parker, Dorothy McGuire, Kim Novak o Lauren Bacall. Aunque tuvo imagen de galán sofisticado, fue un hombre de vida discreta que nunca dió un escándalo y, sin haber ganado premios de consideración, permanece en la memoria de muchos aficionados al séptimo arte.

Semblanza biográfica (retocada) procedente de la página El Criticón:

Tras estudiar música en el Instituto de Arte de Chicago probó fortuna como saxofonista, interviniendo en una gira con una formación de jazz que le llevó a recalar en California y a interesarse por el mundo del cine. En Hollywood comenzó a trabajar de figurante abandonando su primera pasión melómana a mediados de los años 30. En 1935 firmó un contrato con la Paramount y debutó en el cine como protagonista en Lirio dorado (1935), un film de Wesley Ruggles con Claudette Colbert -una de sus habituales compañeras en la gran pantalla- y Ray Milland como compañeros principales de reparto. Su actuación fue muy celebrada, hecho que le proporcionó protagonismo en importantes proyectos (muchos de ellos comedias elegantes y románticas) como Sueños de juventud (1935), película dirigida por George Stevens con el co-protagonismo de Katharine Hepburn, Candidata a millonaria (1935), comedia de Mitchell Leisen con Carole Lombard -otra de sus usuales partenaires en la pantalla- o Concertino (1936), de nuevo con Lombard y con dirección de William K. Howard. Aunque se amoldaba bien a las comedias, su talento interpretativo le sirvió para intervenir en todo tipo de géneros, desde el drama hasta el musical pasando por el western. Así fue en films como El camino del pino solitario (1936) de Henry Hathaway, Comenzó en el trópico (1937) de Mitchell Leisen o Invitación a la felicidad (1939) de Wesley Ruggles.
Los años 40 fueron muy fructíferos para MacMurray (además de que su rostro fuese la inspiración para las facciones del Capitán Marvel, célebre personaje de cómic creado en 1940), ya que en esta década protagonizó algunas de sus mejores películas. Entre ellas Recuerdo de una noche (1940) de Mitchell Leisen y con Barbara Stanwyck como compañera de reparto, Demasiados maridos (1940) de Ruggles con Jean Arthur, Capricho de mujer (1942) de Leisen, con Marlene Dietrich, Ella y su secretario (1942) de Leisen, con Rosalind Russell, No hay tiempo para amar (1943) de Leisen, con Claudette Colbert, Perdición (1944) de Billy Wilder con Barbara Stanwyck y Edward G. Robinson, su film más importante, Bodas blancas (1944) de Leisen, con Claudette Colbert, El huevo y yo (1947), película dirigida por Chester Erskine con Claudette Colbert como co-protagonista, El milagro de las campanas (1948) de Irving Pichel, con Alida Valli y Frank Sinatra, son algunos de sus títulos más valiosos de esa década, en la que fue uno de los actores mejor pagados de Hollywood.
Los films más destacados de Fred en los años 50 son ¡Qué vida ésta! (1950) de George Marshall, con Irene Dunne, Un millonario para Christy (1951), también de Marshall, con Eleanor Parker, El motín del Caine (1954), drama naval de Edward Dmytryk con Humphrey Bogart como protagonista (y otro de los personajes no encantadores de Fred), La casa número 322 (1954) de Richard Quine, cinta de cine negro con Kim Novak, El mundo es de las mujeres (1954) de Jean Negulesco, con reparto multiestelar, Horizontes azules (1955) de Rudolph Maté, western coprotagonizado por Charlton Heston, Las lluvias de Ranchipur (1955) de Negulesco, con Lana Turner y Richard Burton o Siempre hay un mañana (1956) de Douglas Sirk, con Barbara Stanwyck. Luego su carrera se desliza hacia la serie B, hasta que Billy Wilder le rescata en uno de sus papeles más memorables: el hipócrita jefe de Jack Lemmon y adúltero amante de Shirley MacLaine en la comedia dramática El apartamento (1960), un gran éxito de público y crítica que gana cinco Oscars, incluído el de mejor película. Ese trabajo supuso un excepcional punto de arranque de los años 60, década en la que MacMurray revitalizó momentáneamente su carrera: a la par que trabajaba para la Disney, intervenía con éxito en la pequeña pantalla. En el cine protagonizó títulos como Un sabio en las nubes (1961), su continuación Un sabio en apuros (1963), ambos dirigidos por Robert Stevenson y con excelentes resultados en taquilla, o Veinte docenas de hijos (1966) y El más feliz millonario (1967), los dos de Norman Tokar, todos ellos productos de entretenimiento familiar de la Disney. Un ángel para Charlie (1973) fue su último título para esa compañía. El actor abandonó la gran pantalla tras el rodaje de El enjambre (1978) una película dirigida por Irwin Allen.
Fred MacMurray se casó dos veces. La primera con Lillian Lamont en el año 1936. La pareja adoptó dos niños: Susan y Robert. Él enviudó en 1953. Más tarde se unió a la intérprete June Haver, con quien contrajo matrimonio en 1954, prolongando su relación hasta el fallecimiento del actor. Con June volvió a adoptar hijos, en este caso las gemelas Katherine y Laurie.
MacMurray falleció a causa de una neumonía a los 83 años.