DE LA ACTUACIÓN A LA POLÍTICA
La actriz británica Glenda Jackson cumple hoy 79 años. En los años 70 tuvo su momento álgido como gran estrella ganando dos Oscars de entre cuatro nominaciones, entre otros galardones como un Globo de Oro, un BAFTA, un Emmy, un David di Donatello, y premios a la mejor actriz en los festivales de San Sebastián y Montreal.
Informe biográfico procedente (con modificaciones) de la página decine21:
Fuerza femenina
Mujer de fuerte carácter, es una de las grandes del cine mundial y del cine británico en particular, si bien es cierto que muchas de sus películas han quedado como emblemas del cine contestatario y provocativo de los años 70 y pocas han alcanzado la vitola de clásicos.
La carrera cinematográfica de Glenda Jackson brilló especialmente
en la década de los 70, aunque más tarde no fue de las más fructíferas
en cuento a repercusión mediática, pues la actriz se retiró del cine en
1992, a los 56 años, para dedicarse a la política activa en el Parlamento
británico, como miembro del Partido Laborista. En su estilo –estrella de
cine con marcadas tendencias políticas y sociales en pro de los
derechos de las mujeres– tiene un enorme parecido con otra actriz
británica de igual edad, Vanessa Redgrave,
con quien trabajó en sus tiempos de actriz, si bien es cierto que la
filmografía de la Redgrave es mucho más extensa debido a su incesante
actividad interpretativa. Sin embargo, a Glenda Jackson sus años de
carrera le reportaron nada menos que dos Oscar, además de dos
nominaciones y otros muchos premios, algo de lo que la mayoría de las
grandes estrellas no pueden vanagloriarse.
Tras graduarse en la escuela, Glenda May Jackson entró a trabajar en una
farmacia a los dieciséis años. Pero se aburría mortalmente y decidió dar
un giro radical. A los dieciocho años fue admitida en la Royal Academy
of Dramatic Art y poco después, a los 22 años, se casó con Roy
Hodges. El matrimonio tuvo un hijo, pero acabó en divorcio en 1976, tras dieciocho años de vida en común.
Sobre las tablas su primera papel fue en la obra "Mesas separadas".
Pronto se vio que Glenda era amiga de roles poco convencionales, en
donde la mujer reivindicaba su lugar protagonista en la sociedad. Así,
tras algunas breves apariciones en series televisivas, llamó la atención
en la vanguardista película Marat/Sade (1967) de Peter Brook, donde interpretó a Charlotte Corday. Dos años después daría el campanazo con otro film controvertido, pero de mucha mayor repercusión: Mujeres enamoradas (1969) de Ken Russell. La historia se basa en una novela de D.H. Lawrence
y narra la insatisfacción vital y amorosa de dos parejas. Glenda
Jackson asombró con su papel de Gudrun Brangwen y ganó el Oscar a la
mejor actriz. Repetiría con Ken Russell en La pasión de vivir
(1970), en donde encarnaba a la mujer del compositor ruso Tchaikovsky (Richard Chamberlain). Y
su siguiente papel relevante le supuso otra nominación al Oscar: Domingo, maldito domingo (1971) de John Schlesinger, junto Peter Finch y Murray Head, uno de los filmes señeros de lo que se llamó el Free Cinema, narraciones muy realistas y de claro componente social. Por esta película obtuvo un BAFTA y una segunda candidatura al Oscar.
Poco a poco los trabajos de Glenda Jackson se fueron definiendo cada
vez más desde el punto de vista del universo femenino. Se implicó en
vidas de mujeres reales o de personajes de la literatura que
reivindicaban precisamente la preeminencia del temperamento femenino.
Así, fue María Tudor en María, reina de Escocia (1971) de
Charles Jarrott, en donde trabajó con Vanessa Redgrave; una granjera amante de un soldado prófugo en La máscara y la piel (1972) de Michael Apted; una inglesa divorciada que tiene un affair con un americano casado (George Segal) en la comedia Un toque de distinción (1973) de Melvin Frank, papel que le supondría su segundo Oscar; Lady Hamilton, la amante del almirante Nelson (Peter Finch), en Legado de un héroe (1973) de James Cellan Jones; una monja atraída por un joven escritor en La sonrisa del gran tentador (1974) de Damiano Damiani; una burguesa en una relación triangular con su marido escritor (Michal Caine) y un gigoló y narcotraficante (Helmut Berger); junto a Susannah York fue una de Las criadas (1975) de Christopher Miles, que adaptaba la obra de Jean Genet; se metió en la piel de uno de las grandes creaciones de Henrik Ibsen, en Hedda
(1975), adaptación de la célebre "Hedda Gabler" y por cuyo trabajo optó
de nuevo al Oscar; encarnó a Sarah Bernhardt en Sara (1976) de Richard Fleischer; y se convirtió en la atormentada poetisa británica Stevie Smith, en Stevie (1978) de Robert Enders.
Poco a poco sus películas fueron dulcificándose y destacó más en la comedia. De carácter agradable y romántico es Alegrías de un viudo (1978) de Howard Zieff, con Walter Matthau, actor con el que repetiría en Un enredo para dos (1980) de Ronald Neame; y fue musa de Robert Altman en Salud (1980) y Tres en un diván (1987). De la década de los 80 destacan algunas películas serias: El retorno del soldado (1982) de Alan Bridges, sensible adaptación de la novela de Rebecca West sobre los traumas de la guerra, que reúne a un gran reparto en el que se incluyen Julie Christie, Ann-Margret y Alan Bates y los biopics televisivos La historia de Patricia Neal (1981), en torno a la problemática trayectoria de la actriz norteamericana, y Sakharov
(1984), sobre la vida del célebre disidente ruso, Premio Nobel de
Física. Antes de finalizar la década la actriz dio sus últimos coletazos
en el cine otra vez de la mano del provocador Ken Russell, con películas como Salomé, el precio de la pasión (1988) y El arco iris
(1989). Pero la carrera de Glenda Jackson se diluyó más tarde en
algunas producciones para la televisión, antes de renunciar al cine por
la política, su otra gran pasión.
POSDATA
Glenda Jackson falleció en Londres el 15 de junio de 2023 a la edad de 87 años.
Ella logra un estilo muy personal, con cierto desenfado encantador!
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