ESTRELLA RUBIA EN LA LISTA NEGRA DE HOLLYWOOD
La actriz estadounidense Carroll Baker cumple hoy 84 años. Su belleza rubia causó sensación y su actuación en Baby Doll, película que la lanzó a un efímero estrellato de menos de una década, creó expectativas no consolidadas en su carrera posterior. Publicitada más como sex symbol que como actriz, rompió con Hollywood y se refugió en Roma, rodando después un buen número de producciones de baja calidad. De vuelta ya madura a su país, nunca consiguió recuperar su estatus.
Hija de un viajante de comercio de ascendencia polaca, sus progenitores se separaron cuando ella tenía ocho años, trasladándose con su madre y su hermana menor a Turtle Creek, Pennsylvania y a los dieciocho a St. Petersburg, Florida. Después de su primer año en la universidad, comenzó a trabajar como
ayudante de un mago y se unió a una compañía de danza, trabajando como
bailarina profesional. En 1949, fue elegida Miss Florida Fruits and
Vegetables. En 1951, Baker se trasladó a la ciudad de Nueva York, donde
alquiló un apartamento en Queens. Trabajó como bailarina de nightclub y
como corista en espectáculos de vodevil, viajando por Windsor, Ontario,
Detroit y New Jersey. En 1952 se matriculó en el Actors Studio y estudió con Lee Strasberg. Tuvo como compañeros a Shelley Winters, Mike Nichols, Rod Steiger y Marilyn Monroe y mantuvo una estrecha amistad con James Dean hasta su muerte en 1955. Tras aparecer en anuncios publicitarios de televisión, debutó en el cine con un pequeño papel en Easy to love (1953) de Charles Walters, musical protagonizado por Esther Williams. Después intervino en un par de obras en Broadway.
Su primera interpretación relevante la hizo en Gigante (1956) de George
Stevens, en donde daba vida a la hija del matrimonio formado por
Elizabeth Taylor y Rock Hudson, curiosamente Baker era nueve meses mayor
que quien hacía de su madre. Ese mismo año se rodó el título que convertiría a Baker en una estrella, la polémica Baby
Doll (1956) de Elia Kazan. El autor del guión, Tennessee Williams, pensó que
la actriz idónea para interpretar a Baby Doll Meighan era Marilyn
Monroe, que en aquel momento ya había entrado en contacto con el Actor’s
Studio para dar un vuelco a su carrera, pero Elia Kazan prefirió optar
por Baker, que ya había llamado su atención en el famoso estudio de
actores. En el cartel promocional de la películase veía a Carroll Baker
tumbada en una cuna y chupándose el pulgar. La cinta fue condenada por
la Legión Católica de la Decencia que la consideró gravemente ofensiva a
las normas tradicionales de la moral y las buenas costumbres. El arzobispo de Nueva York prohibió a los católicos que viesen la película.y en muchos países se vetó su estreno. A pesar de toda la polvareda levantada, Baby Doll se convirtió en un éxito de taquilla y fue muy bien recibida por la crítica. Baker fue
nominada al Oscar y recibiría el Globo de Oro como actriz revelación. A raíz del éxito de la película, la joven actriz fue bautizada como la nueva Marilyn Monroe y se convirtió en un sex symbol. Después trabajó en Horizontes de grandeza (1958) de William Wyler, magnífico western con Gregory Peck, Jean Simmons, Charlton Heston y Burl Ives, No soy para ti (1959) de Walter Lang, comedia romántica con Clark Gable y Lilli Palmer, Promesa rota (1959) de Irving Rapper, drama de época con Roger Moore, La conquista del Oeste (1962), western en cinco episodios donde ella apareció en el primero de los dirigidos por Henry Hathaway, Los insaciables (1963) de Edward Dmytryk, drama basado en un best-seller de Harold Robbins, con George Peppard y Alan Ladd, El gran combate (1964) de John Ford, western con Richard Widmark y James Stewart, Sylvia (1965) de Gordon Douglas, drama con George Maharis, La historia más grande jamás contada (1965) de George superproducción sobre la vida de Jesús de Nazaret que contó con un
extenso y conocido reparto en el que destacaba Max von Sydow como
Jesucristo, donde ella era la Verónica, El aventurero de Kenya (1965) de Ronald Neame, film de aventuras con Robert Mitchum, Harlow, la rubia platino (1965) de Gordon Douglas, drama biográfico sobre la famosa rubia platino del cine de los años 30, que no obtuvo el éxito esperado.
Las discrepancias de la actriz con la Paramount (antes ya había tenido problemas con la Warner) cancelaron su contrato con el Estudio y Baker no consiguió trabajo en Hollywood. Ante semejante panorama, decidió trasladarse a Europa y se estableció en Italia. Entre los films allí rodados figuran El harén (1967) de Marco Ferreri, y diversos títulos pertenecientes al género giallo: El dulce cuerpo de Deborah (1968) de Romolo Guerrieri, Orgasmo (1969), Una droga llamada Helen (1969), Un tranquilo lugar para matar (1970), las tres de Umberto Lenzi, o thrillers eróticos como Baba Yaga (1973) de Corrado Farina, El cuerpo (1974) de Luigi Scattini, o La mujer de mi padre (1976) de Andrea Bianchi. Doce años después de dejar el cine americano vuelve a trabajar en su país en una producción de Andy Warhol, Bad (1977) dirigida por
Jed Johnson, con Perry King y Susan Tyrrell. En México rodó Ciclón (1978) de René Cardona Jr., en Inglaterra El mundo está lleno de hombres casados (1979) de Robert Young y en España Las flores del vicio (1979) de Silvio Narizzano. En la producción británica Los ojos del bosque (1980) de John Hough compartió créditos con Bette Davis, volviendo a Hollywood para intervenir en Star 80 (1983) de Bob Fosse. En la última etapa de su malograda carrera trabajó en televisión y de secundaria en peliculas como Tallo de hierro (1987) de Héctor Babenco, Poli de guardería (1990) de Ivan Reitman o The game (1997) de David Fincher. Se retiró en 2002 y reside en New York.
Carroll Baker ha estado casada tres veces: con Louie Ritter en 1953, matrimonio que no duró ni un año; con Jack Garfein (1955-1969), director judío sobreviviente de Auschwitz con quien tuvo dos hijos; y Donald Burton, actor inglés que fue su marido desde 1978 hasta que falleció en 2007.
Nunca llegué a ver BabyDoll pero sí Gigante.
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