LA OBSESIÓN PERFECCIONISTA
Hace hoy 86 años nació el director de cine, guionista y productor estadounidense Stanley Kubrick, afincado en el Reino Unido y considerado por muchos como uno de los más influyentes cineastas del siglo XX. Destacó tanto por su precisión técnica como por la gran estilización de sus obras y su marcado simbolismo. Extremadamente perfeccionista, Kubrick luchó y logró el control total sobre sus películas. Realizó trece largometrajes de diferentes géneros en cuarenta y seis años de carrera, entre los cuales se encuentran varios grandes clásicos del cine.
Perfil biográfico procedente de la página El Criticón:
Mal estudiante en
su niñez, sus padres intentaron incentivarlo mandándolo a California
para residir en Pasadena junto a su tío materno, Martin Perverler,
personaje importante en su posterior carrera cinematográfica ya que le
ayudó a financiar sus primeros proyectos fílmicos. Los intereses principales de Stanley eran el cine, la lectura, el
ajedrez, deporte del que era un experto jugador, y la fotografía,
afición que le valíó para conseguir su primer contrato profesional al
trabajar para la revista “Look”.
Kubrick debutó como director cinematográfico con una serie de
documentales rodados a comienzos de los años 50, los cortos “Day of the fight” (1951), “Flying Padre” (1951) y “The seafarers” (1953). Unos años
antes, en 1947, se había casado con Toba Metz, dialoguista de la que se
divorció en 1952.
Su primer trabajo de ficción fue Fear and desire (1953), drama bélico
de bajo presupuesto en el que aparecía como actor el posterior director
Paul Mazursky. Más tarde rodó otro título interesante pero menor en su
brillante filmografía, El beso del asesino (1955), relato pulp de poco
más de una hora interpretado por Frank Silvera, quien también había
sido el protagonista de su anterior película.
En 1954 Kubrick se casó con la directora artística y bailarina austríaca
Ruth Sobotka, quien se ocupó de la
dirección artística de Atraco perfecto (1956) la primera gran obra de
su esposo producida de manera independiente junto a James B. Harris.
Protagonizada por Sterling Hayden, recreaba de manera magistral un robo a un hipódromo. En este film, influenciado tanto por Fritz Lang como por John Huston o Samuel Fuller,
se aprecian algunas de las virtudes como autor del director
neoyorquino: su meticulosidad y perfeccionismo enfermizo con los
detalles, el realce visual en un intrincado proceder narrativo y un
control total de todo el proceso artístico. Al margen de ello y con
pronunciación principal en títulos posteriores, se distinguió
notablemente su carácter inconformista y esquivo, configurando películas
polémicas y controvertidas.
Senderos de gloria (1957), película que adaptaba una novela de Humphrey
Cobb, se convirtió en una de las cumbres del autor. Film antibélico,
puso en contacto por primera vez al joven director con Kirk Douglas,
quien demandó la presencia de Kubrick para sustituir a Anthony Mann en Espartaco (1960), fenomenal peplum basado en la novela de Howard Fast.
Por esta película, Stanley Kubrick recibió una nominación a los Globos
de Oro como mejor director, candidatura que volvió a lograr por Lolita
(1962), adaptación de la obra homónima del ruso Vladimir Nobokov,
quien también asumiría facetas de guionista, siendo nominado al Oscar
por su trabajo. El film ofrece una estupenda interpretación de James Mason como el profesor Humbert Humbert y la revelación internacional de Sue Lyon en el papel de Lolita.
Tras divorciarse de Sobotka en el año 1957, Kubrick contrajo matrimonio
en 1958 con Susanne Christian, la cantante alemana que aparece en la
inolvidable última escena de Senderos de gloria. Con esta actriz
germana, llamada tras su matrimonio Christianne Kubrick, el autor
estadounidense permaneció hasta su muerte. En Lolita intervino en un secundario pero decisivo papel el actor británico Peter Sellers,
quien, junto a George C. Scott y Sterling Hayden, el protagonista de Atraco perfecto, protagonizó otro memorable trabajo, Teléfono rojo
¿Volamos hacia Moscú? (1964), una sátira sobre la guerra fría basada en
la novela de Peter George. Kubrick fue nominado al Oscar como mejor
director y la película, su guión y Sellers también consiguieron ser nominados. Cuatro años después Stanley Kubrick retornó a la pantalla con uno de sus
proyectos más ambiciosos, 2001: Una odisea del espacio (1968), una
película co-escrita por el director y el escritor Arthur C. Clarke,
que pivotaba en un relato de este último llamado “El centinela”. El
film maduraba las convenciones de la ciencia-ficción previa, ofertaba
múltiples perspectivas en base a su cripticismo y establecía las bases
estéticas de las futuras producciones del género. La película obtuvo cuatro candidaturas a los premios de la Academia, entre ellas la segunda para Kubrick como director, ganando el Oscar a los mejores efectos visuales.
A partir de los años 70 la prolijidad de Stanley Kubrick en cada
proyecto provocó que los estrenos de sus películas se convirtiesen en
todo un acontecimiento cultural. En La naranja mecánica (1971) adaptó
una novela de Anthony Burgess y estableció una perspectiva sobre la violencia social con ramalazos de comedia negra y sátira. El film fue nominado al Oscar como mejor película, al igual que mejor dirección, guión adaptado y montaje. Su siguiente trabajo le retrotrayó a la Inglaterra del siglo XVIII al llevar a la pantalla una novela de William Thackeray, Barry Lyndon (1975). Con el protagonismo de Ryan O’Neal, Kubrick
recreó de manera espléndida el ambiente de la época, hecho que volvió a
ser recompensado con siete candidaturas a los Oscar, logrando cuatro (fotografía, decoración, vestuario y banda sonora) pero ninguno para Kubrick, productor, director y guionista de la película.
En los años 80 Kubrick estrenó dos películas, El resplandor (1980), título de terror protagonizado por Jack Nicholson que trasladaba al cine la novela homónima de Stephen King,
y La chaqueta metálica (1987), un film que volvía a recalcar sus
postulados antibélicos, ahora desarrollando su acción en la Guerra del
Vietnam en base a una novela de Gustav Hasford. Kubrick fue nominado al mejor guión adaptado.
Después de muchos años de reclusión, Kubrick, que barajaba varios proyectos, terminó realizando Eyes wide shut (1999), un drama psicológico basado en una novela del escritor austriaco Arthur Schnitzler y protagonizado por la pareja Tom Cruise-Nicole Kidman. Este último film se estrenó postumamente, ya que Stanley Kubrick falleció el 7 de marzo de 1999 en Inglaterra. Tenía 70 años.
Kubrick raya en la genialidad! Para mí, es trascendental. La semblanza, a su altura!
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