CLÁSICO EN TODOS LOS GÉNEROS
Aniversario natal del cineasta estadounidense George Stevens, ganador de dos Oscars (entre cinco nominaciones) al mejor director por Un lugar en el sol y Gigante, además de un Globo de Oro por la primera de ellas. El versátil Stevens pasó de ser un especialista en comedias en la primera mitad de su carrera, escindida por la Segunda Guerra Mundial, a un cada vez más perfeccionista director dramático. Varios de sus títulos son clásicos del cine americano.
Reseña biográfica procedente (con algún ligero retoque) de la página decine21:
Gigante de Hollywood
(por Juan Luis Sánchez)
Su nombre suena mucho menos que el otros grandes de la época dorada
de Hollywood. Pero a George Stevens le debemos grandes clásicos
indiscutibles de la comedia, el musical, el drama, el western y el cine de
aventuras.
Nacido el 18 de diciembre de 1904, en Oakland (California), George Cooper Stevens es hijo de los actores Landers Stevens (Hampa dorada) y Georgie Cooper (The Man from Thunder River),
dedicados sobre todo al teatro después de crear su propia compañía.
Desde pequeño le llevaban con ellos de gira, y pronto empezó a trabajar
con los técnicos, instalando los escenarios y en otras ocupaciones.
Como se solían representar obras clásicas, el joven Stevens aprendió
mucho de narrativa, y de cómo ganarse a los espectadores.
A principios de los años 20, la familia se mudó a Glendale
(California) para conseguir trabajo en la entonces emergente industria
del cine. No les faltaron oportunidades. Sus progenitores obtenían
muchos trabajos como secundarios, mientras que uno de sus hermanos,
Ashton Stevens, se hizo crítico de teatro en el Chicago Herald, y al
parecer sirvió como fuente de inspiración para el personaje de Joseph Cotten en Ciudadano Kane.
Su otro hermano, Jack Stevens se hizo cámara, y acabó consiguiéndole sus primeros trabajos en el cine, como operador en Roughest Africa, un corto protagonizado por Stan Laurel, aunque posteriormente también fue cámara de algunas de las célebres comedias de este actor con Oliver Hardy, como The Laurel-Hardy Murder Case. El joven George Stevens pasó una década desempeñando esta ocupación. Debutó como director con el corto Ladies Last, entrega del serial The Boy Friends.
Se consagró por completo con la romántica Sueños de juventud (1935), con Katharine Hepburn como joven humilde con delirios de grandeza. Desde entonces le confiaron grandes proyectos, como Annie Oakley (1935), con Barbara Stanwyck como tiradora de rifle, y sobre todo En alas de la danza (1936), uno de los grandes éxitos de Fred Astaire y Ginger Rogers. Uno de sus trabajos más apreciados de la primera época es Gunga Din (1939), clásico del cine colonial con Cary Grant, Victor McLaglen y Douglas Fairbanks Jr., considerado uno de los grandes modelos del cine de aventura posterior.
Tras títulos como Serenata nostálgica (1941), La mujer del año (1942), El asunto del día (1942) y El amor llamó dos veces (1943),
la carrera de Stevens se interrumpe por la Segunda Guerra Mundial. Se
alista en el ejército, como otros grandes cineastas de la época, en la
unidad de filmaciones, a las órdenes del general Eisenhower. Con su
equipo rodó momentos clave del conflicto, como el Desembarco de
Normandía o la liberación de París. Le afectaron especialmente las
imágenes que tomó del campo de concentración de Dachau, que llegaron a
ser usadas como prueba del holocausto en los Juicios de Nuremberg.
Las experiencias vividas durante la guerra marcaron tanto a George
Stevens que la segunda etapa de su filmografía pasó a ser más dramática
y reflexiva. Reconstruye las dificultades por las que pasa una familia
de inmigrantes noruegos en San Francisco en Nunca la olvidaré (1948) y rueda la brillante Un lugar en el sol (1951), adaptación de la novela "Una tragedia americana" de Theodore Dreiser, con Montgomery Clift y Elizabeth Taylor.
La historia de un joven humilde que a pesar de tener novia se enamora
de una atractiva millonaria se hizo con seis Oscar, entre ellos uno a
la realización de Stevens.
Casado con la actriz Yvonne Howell (La reina de la moda), fue
padre de George Stevens Jr., que sería director televisivo y primer
director del American Film Institute (AFI). Tras divorciarse de Howell,
Stevens se unió a Joan McTavish, que le acompañó hasta su muerte.
Raíces profundas (1953), con Alan Ladd
como pistolero que ayuda a una humilde familia de granjeros, es sin
duda uno de los westerns más imitados de todos los tiempos. Obtuvo un
segundo Oscar como director con Gigante (1956),
superproducción que reconstruye el periplo de una familia que cambia
la ganadería por el petróleo, con un reparto encabezado por tres
leyendas: Elizabeth Taylor, Rock Hudson y James Dean. Tuvo la oportunidad de denunciar el horror nazi del que había sido testigo al llevar a la pantalla El diario de Ana Frank (1959). Y se puso al frente, con ayuda de David Lean y Jean Negulesco, de una ambiciosa versión de los textos evangélicos, La historia más grande jamás contada (1965), la vida de Jesús narrada con sensibilidad, aunque de metraje excesivo.
Su último trabajo, El único juego de la ciudad (1970), sobre una corista que comparte piso con un pianista, contó de nuevo con Elizabeth Taylor, emparejada con Warren Beatty
que le puso a Stevens el apodo de "El súper jefe". Por desgracia, la
cinta fue un absoluto fracaso y Stevens decidió jubilarse. Falleció el 8
de marzo, de 1975, de un ataque al corazón, en su rancho de Lancaster.
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