PADRE DEL ROMANTICISMO
Hoy es aniversario natal del escritor francés Victor Hugo, una de las figuras más prominentes de la Literatura del siglo XIX, en la que sobresalió en varios géneros, además de político e intelectual comprometido. Sus obras dieron un gran impulso al Romanticismo en su país, movimiento del que fue máximo exponente y del que implantó las bases ideológicas. De fuerte e influyente personalidad, practicante de
experiencias espiritistas y amante de las libertades, Victor Hugo se convirtió en un héroe para la Tercera República. Fue contrario a todo maniqueísmo y estuvo fervientemente a favor de la abolición de la pena de
muerte, de los derechos humanos, del laicismo (aunque creía en un Ser Supremo), luchó
por los derechos de los niños y de las mujeres, de la enseñanza
pública, laica y gratuita para todos, de la libertad de expresión, de la
democracia total y defendió la idea de los Estados Unidos de Europa. Muy popular como novelista, en el siglo XX sus obras dieron lugar a numerosas adaptaciones al cine, a la televisión o al teatro.
Hijo de un general, la infancia de Victor Hugo transcurrió en París, salvo dos años
(1811-1812) en que residió con su familia en Madrid, donde su padre
había sido trasladado por Jose I Bonaparte, hermano de Napoleón. De temprana vocación literaria,
ya en 1816 escribió en un cuaderno escolar: «Quiero ser Chateaubriand o
nada». En 1819 destacó en los Juegos Florales de Toulouse y fundó el
Conservateur Littéraire, junto con sus hermanos Abel y Eugène, pero su
verdadera introducción en el mundo literario se produjo en 1822, con su
primera obra poética: Odas y poesías diversas. Después publica la novelas Han de Islandia (1823), Bug-Jargal (1826) y los poemas de Odas y baladas (1826). En 1822 contrajo matrimonio con Adèle Foucher, hija de un funcionario
del Ministerio de Defensa francés y amiga desde la infancia, con la que tuvo cinco hijos, de los cuales sólo la última le sobreviviría. Adèle mantendría una relacion amorosa con el crítico Sainte-Beuve en 1831.
En el prefacio de su drama Cromwell
(1827), que se convertiría en encendido manifiesto del Romanticismo francés, proclamó el principio de la «libertad en el arte», y definió su
tiempo a partir del conflicto entre la tendencia espiritual y el
apresamiento en lo carnal del hombre. Su segunda obra teatral, Marion de Lorme (1829), fue censurada por ser considerada demasiado liberal. Al año siguiente logró un rotundo éxito con el drama en verso Hernani (1830), que años después sería adaptado por el compositor italiano Giuseppe Verdi, dando como resultado la ópera Ernani (1844).
El período 1829-1843 fue el más productivo de la carrera de Victor Hugo. Su gran novela histórica Nuestra Señora de París (1831), que se desarrolla en el París del siglo XV, le hizo aún más famoso. En Claude Gueux (1834), otra novela de esta etapa, condenó elocuentemente los sistemas penal y social de la Francia de su tiempo. Escribió varios volúmenes de poesía lírica que fueron muy bien recibidos, entre ellos Los orientales (1829), Las hojas de otoño (1831), Los cantos del crepúsculo (1835) y Las voces interiores (1837). Obras teatrales suyas de gran éxito son El rey se divierte (1832), posteriormente adaptada por Verdi para su ópera Rigoletto (1851), el drama en prosa Lucrecia Borgia (1833) y el melodrama Ruy Blas (1838). En 1841 recibe el nombramiento como miembro de la Académie Française. Su siguiente drama, Les Burgraves (1843) fue un fracaso. Al disgusto de Hugo causado por ello se le unió ese mismo año la muerte de su hija Leopoldine y del marido de ésta, Charles Vacquérie, ambos ahogados en el Sena, que le sorprende mientras él estaba en los Pirineos junto a la actriz Juliette Drouet, su amante desde 1833. Para calmar sus desazones amorosas mantuvo de por vida relaciones sentimentales con ésta, aunque también tuvo otras numerosas amantes. Terriblemente afectado por la pérdida de su hija, escribió varios poemas, entre ellos "Mañana, desde el alba", que aparecerían mucho después en Las contemplaciones (1856).
Entre 1843 y 1851, aunque siguió escribiendo, Hugo no publicó nada, su carácter se agrió y el escritor se alejó del teatro, dedicándose más activamente a la política. Su familia siempre había sido bonapartista y él mismo, en su juventud fue monárquico. En 1845 fue nombrado par de Francia por el Rey Luis Felipe, pero tras la revolución de 1848 que dió paso a la Segunda República, Hugo se hizo republicano y fue diputado. En 1851, después del fracaso de la revuelta contra el presidente Luis Napoleón, más tarde emperador con el nombre de Napoleón III, cuyas ambiciones dictatoriales había denunciado, Hugo hubo de emigrar a Bruselas tras el golpe de Estado. En 1852 se instaló, con su familia, en Jersey (Reino Unido), de donde pasó en 1856 a la isla de Guernsey, comenzando su largo exilio de quince años. Durante estos años atacó incansablemente la figura del nuevo emperador escribiendo la feroz sátira Napoleón el pequeño (1852) y los poemas satíricos Los castigos (1853). Asímismo publicó el libro de poemas líricos Las contemplaciones (1856) y el primer volumen de su poema épico La leyenda de los siglos (1859-1883). Republicano convencido, denunció sin tregua los vicios del régimen conservador de su país y en 1859 rechazó una oferta de amnistía de Napoleón III («Cuando vuelva la libertad, volveré»). En Guernsey completó su más extensa y famosa novela, Los miserables (1862), que describe vividamente, al tiempo que condena, la injusticia social de la Francia del siglo XIX.
Hugo regresó a su país después de la caída del Segundo Imperio en 1870 y entre aclamaciones reanudó su carrera política. Fue elegido diputado para la Asamblea Nacional a comienzos de 1871, cargo del que dimite un mes después, volviendo a ser expulsado de Francia por su defensa de los insurrectos de la Comuna de París (movimiento del que no formó parte) y sus críticas a la salvaje represión de que fueron objeto por el ejército, regresando a finales de ese año. Más tarde es elegido para el Senado en 1876, militando en favor de la amnistía de los comuneros. Entre las obras más destacables de sus últimos años se cuentan El noventa y tres (1874), una novela sobre la Revolución Francesa, y El arte de ser abuelo (1877), conjunto de poemas líricos acerca de su vida familiar.
Desengañado de la política y con problemas de salud desde 1878, pone fin a sus actividades como escritor. No obstante, hasta su muerte, Hugo fue una de las figuras tutelares de la recuperada
república, así como una indiscutible referencia literaria. Sus obras continuaron editándose, marcando un hito decisivo en el gusto de las jóvenes generaciones de escritores franceses. A su muerte fue honrado con un funeral de Estado y sus restos permanecieron expuestos bajo el Arco del Triunfo durante una noche. Una gran multitud se desplazó para ofrecer su último homenaje al popularísimo escritor, cuyo cuerpo fue trasladado, según su deseo, en el llamado "coche fúnebre de los pobres" al Panteón de París y seguido por dos millones de personas, siendo enterrado junto a algunos de los más célebres ciudadanos franceses.
Victor Hugo, 1876 |
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