LA TRAGEDIA DEL TESTIGO LÚCIDO
Aniversario natal del prolífico y polifacético literato austríaco Stefan Zweig, poeta, traductor, biógrafo, ensayista, además de autor de buen número de novelas en el período de entreguerras, muchas de las cuales fueron muy populares. Escritor de gran cultura, profundamente humanista, europeista, cosmopolita, propugnó la idea de la reconciliación franco-alemana y a su pesar fue fidedigno testigo de excepción de un período terriblemente convulso en Europa, presenciando cómo el mundo en que había vivido se derrumbó, primero con la Gran Guerra y después con el ascenso del nacionalsocialismo alemán. Su capital obra autobiográfica El mundo de ayer (Memorias de un europeo), escrita entre 1939 y 1941, poco antes de su suicidio a los 60 años, así lo describe con admirable precisión. Olvidado durante décadas, su importante contribución a la cultura europea se conserva intacta y recientemente, en bastantes países de Europa, se ha reeditado su obra, densa, rica, elegante y de perspicacia psicológica inigualable. Convencido que Europa no será nada si no es la Europa de la cultura y de los valores, la figura de Stefan Zweig no ha hecho sino agrandarse con el tiempo.
Informe biográfico a partir de la página Editorial Juventud:
Stefan
Zweig es sin duda, uno de los grandes escritores del siglo XX,
y su obra ha sido traducida a más de cincuenta idiomas.
La cultivada Viena donde nació Zweig, de acomodada familia judía, oriunda de Moravia, era una ciudad única en el mundo. En el ambiente hipercivilizado de la monarquía de los Habsburgo se forma Zweig, que ha sido uno de los más populares escritores de este curioso período comprendido entre las dos guerras mundiales.
Su vocación literaria es muy temprana. Siendo estudiante, descubre los versos de Rilke. El primer ensayo en prosa, que remite al periódico más prestigioso de Viena es aceptado. No tarda en traducir poemas de Verhaeren para las revistas y publicar sus primeros versos de bachiller: Cuerdas de plata.
Tras obtener en 1904 el título de Doctor en Lengua y Literaturas Románicas, reside un año en París. Luego va a Londres y se siente fascinado por la obra del poeta William Blake. Viaja por Bélgica, Inglaterra, Francia, España, el norte de África e Italia, formando parte activa de la vida cultural de los países que visita. De su asombroso intercambio epistolar con los intelectuales más importantes de su época en Europa quedaría constancia en más de 20.000 cartas privadas. De vuelta conoce en Leipzig a Kippenberg, el director de la prestigiosa editorial Insel-Verlag, y traba con él una amistad que nunca declina. La primera novela corta de Zweig, escrita en los años 1910 y 1911, es Ardiente secreto. Viajero impenitente, visitará asímismo Rusia, la India, Norteamérica, Panamá, Cuba y México. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial se alista en el ejército, pero es declarado no apto para el combate y se le concede un puesto en el archivo de guerra. La influencia de Romain Rolland, premio Nobel de Literatura en 1914, le va imbuyendo del espíritu pacifista que a partir de 1915 caraterizaría su pensamiento y su obra. La rebelión personal y el enfrentamiento entre el individuo y la injusticia y arbitrariedad del Estado serán temas centrales de buena parte de sus escritos. En 1917, la editorial Insel publica el drama Jeremías, su primera obra antibelicista.
La cultivada Viena donde nació Zweig, de acomodada familia judía, oriunda de Moravia, era una ciudad única en el mundo. En el ambiente hipercivilizado de la monarquía de los Habsburgo se forma Zweig, que ha sido uno de los más populares escritores de este curioso período comprendido entre las dos guerras mundiales.
Su vocación literaria es muy temprana. Siendo estudiante, descubre los versos de Rilke. El primer ensayo en prosa, que remite al periódico más prestigioso de Viena es aceptado. No tarda en traducir poemas de Verhaeren para las revistas y publicar sus primeros versos de bachiller: Cuerdas de plata.
Tras obtener en 1904 el título de Doctor en Lengua y Literaturas Románicas, reside un año en París. Luego va a Londres y se siente fascinado por la obra del poeta William Blake. Viaja por Bélgica, Inglaterra, Francia, España, el norte de África e Italia, formando parte activa de la vida cultural de los países que visita. De su asombroso intercambio epistolar con los intelectuales más importantes de su época en Europa quedaría constancia en más de 20.000 cartas privadas. De vuelta conoce en Leipzig a Kippenberg, el director de la prestigiosa editorial Insel-Verlag, y traba con él una amistad que nunca declina. La primera novela corta de Zweig, escrita en los años 1910 y 1911, es Ardiente secreto. Viajero impenitente, visitará asímismo Rusia, la India, Norteamérica, Panamá, Cuba y México. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial se alista en el ejército, pero es declarado no apto para el combate y se le concede un puesto en el archivo de guerra. La influencia de Romain Rolland, premio Nobel de Literatura en 1914, le va imbuyendo del espíritu pacifista que a partir de 1915 caraterizaría su pensamiento y su obra. La rebelión personal y el enfrentamiento entre el individuo y la injusticia y arbitrariedad del Estado serán temas centrales de buena parte de sus escritos. En 1917, la editorial Insel publica el drama Jeremías, su primera obra antibelicista.
Durante la guerra había tenido que exiliarse en Zurich tras su deserción del ejército consecuente a sus ideas pacifistas. Después del armisticio vuelve a una Austria destruída y desde
1919 a 1935 fija su residencia en Salzburgo. Es en esta época en la que publica las obras que le concederán
fama mundial, además de ensayos, biografías y estudios, con los que acerca
a sus lectores a los grandes humanistas europeos. Con la misma intención
recorre Europa como conferenciante y en la mayoría de los países
que visita da la conferencia en el idioma del país. Las salas en
las que se celebraban las charlas de Stefan Zweig estaban siempre
llenas, lo que demuestra lo apreciado
que era como intelectual en toda Europa. En 1920 se casa
con Friderike Maria Burger von Winnternitz, de quien se divorciaría en 1938, y publica
Tres maestros, obra biográfica sobre Balzac, Dickens y Dostoievski. También tuvieron gran éxito sus estudios de carácter
inspirados en las obras de Sigmund Freud y en los que trataba tabús
eróticos y sociales de su época como la infidelidad, las
obsesiones sexuales y la homosexualidad. Así aparecen sucesivamente las novelas Miedo (1920), Amok (1922), Los ojos del hermano
eterno (1922), La confusión de los sentimientos (1926), Carta de una desconocida (1927) y Veinticuatro horas de la vida de una mujer (1929). Asímismo destacan el primer estudio de divulgación del psicoanálisis para el gran público La curación por el espíritu (1931), fruto de su intensa amistad con Freud, el ensayo histórico Momentos estelares de la humanidad (1927) y sus libros biográficos María Antonieta (1932) María Estuardo (1934), Erasmo de Rotterdam (1934) o Castellio contra Calvino (1936). Durante estos años el autor había seguido con gran preocupación la expansión del fascismo en Europa. En 1933, con la llegada de los nazis al poder, los libros de Zweig fueron prohibidos o quemados y el escritor pierde la editorial que había publicado todas sus obras. En 1934 la policía registra su casa en Salzburgo en busca de armas, lo que le empuja a abandonar su país y separarse de su esposa.
En 1935 se establece como exiliado en Londres y, tres años después, con la ocupación alemana de Austria, privado de su nacionalidad, se ve forzado a solicitar la ciudadanía británica, que obtuvo en 1940.
Tras el divorcio de su esposa en 1938, se casa al año siguiente con su secretaria Lotte Altmann y se traslada brevemente a París. La impaciencia del corazón (1939) fue su última novela escrita en Europa. A poco de estallar la Segunda Guerra Mundial busca refugio al otro
lado del Atlántico, dando conferencias en Estados Unidos y diversos países latinoamericanos y en 1941 acaba por establecerse en Brasil. Convencido de
la definitiva destrucción de los valores culturales y espirituales
europeos bajo la totalitaria expansión del nazismo de Hitler, desolado por su exilio forzoso y sumido en un estado de profunda depresión y melancolía, se quita
la vida, envenenándose junto a su esposa el 22 de febrero de 1942. El trágico
fin de su vida ocurrió
en su residencia de Petrópolis, estado de Río de Janeiro. Su entierro,
celebrado en Río
con honores de jefe de estado, fue un acto multitudinario. Su magistral y evocadora obra autobiográfica El mundo de ayer (1942) fue publicada postumamente en Estocolmo.
Los
centenares de miles de ejemplares de sus obras que se han vendido
en todo el mundo atestiguan que Stefan Zweig es uno de los autores
más leídos
del siglo XX. Zweig se ha labrado una fama de escritor completo
y se ha destacado en todos los géneros. Como novelista refleja
la lucha de los hombres bajo el dominio de las pasiones con un estilo
liberado de todo tinte folletinesco. Sus tensas narraciones reflejan
la vida en los momentos de crisis, a cuyo resplandor se revelan los
caracteres; sus biografías, basadas en la más rigurosa
investigación de las fuentes históricas, ocultan hábilmente
su fondo erudito tras una equilibrada composición y un admirable
estilo, que confieren a estos libros categoría de obra de arte.
En sus biografías es el atrevido pero devoto admirador del genio,
cuyo misterio ha desvelado para comprenderlo y amarlo con un afecto
íntimo y profundo. En sus ensayos analiza problemas culturales,
políticos y sociológicos del pasado o del presente con
hondura psicológica, filosófica y literaria.
Pero, ¿por
qué han tenido tanta resonancia y tanto éxito sus obras?
El mismo Zweig nos da la clave en su Autobiografía: " ... el
inesperado éxito de mis libros proviene, según creo, en
última instancia de un vicio personal, a saber: que soy un lector
impaciente y de mucho temperamento. Me irrita toda facundia, todo lo
difuso y vagamente exaltado, lo ambiguo, lo innecesariamente morboso
de una novela, de una biografía, de una exposición intelectual.
Sólo un libro que se mantiene siempre, página tras página,
sobre su nivel y que arrastra al lector hasta la última linea
sin dejarle tomar aliento, me proporciona un perfecto deleite. Nueve
de cada diez libros que caen en mis manos, los encuentro sobrecargados
de descripciones superfluas, diálogos extensos y figuras secundarias
inútiles, que les quitan tensión y les restan dinamismo". Toda
una época
de guerras y de esplendor cultural, a un mismo tiempo encuentra un fiel reflejo
en la obra polifacética, brillante y, en cierto sentido, única
de Stefan Zweig.
Respecto a su vida sentimental, El exilio imposible, recientemente publicado libro biográfico de George Prochnik, profesor de Literatura inglesa en la Universidad Hebrea de Jerusalén, descubrió que Zweig estaba lleno de contradicciones y ambigüedades: «Amaba a las mujeres y entendía la vida interior femenina de un modo muy
raro en aquella época. Sus deseos eróticos son bastante misteriosos y
hay indicios de que pudo tener aventuras homosexuales.
Sus amistades más apasionadas eran masculinas. Parece que prefirió ser
un voyeur de las relaciones amorosas y le inquietaba la fuerza de sus
propios deseos».
Imprescindible la lectura de esta síntesis biográfica, sobre un escritor también imprescindible!
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