PIOTR ILYCH TCHAIKOVSKY (Votkinsk, Rusia, 7-5-1840 / San Petersburgo, 6-11-1893): IN MEMORIAM
Hace
hoy 121 años que falleció este célebre compositor romántico ruso, uno
de los más reputados autores de música clásica, famoso por sus tres
Ballets, cuatro Conciertos y seis Sinfonías, además de diez óperas (de
éstas, Eugenio Oneguin es la más conocida en occidente) y otras piezas como la Marcha Eslava, la Obertura 1812 o el Capricho italiano entre otras muchas composiciones.
Perfil biográfico (con algún retoque) procedente de la página laverdad.es:
El patético testamento musical de Tchaikovsky
(por Antonio Díaz Bautista)
En 1893, cuando presentó la Sinfonía Patética, tenía Tchaikovsky
cincuenta y tres años. Aunque no era una edad muy avanzada, ni siquiera
para su época, estaba muy envejecido, según sus biógrafos. Su existencia
había estado dominada por frecuentes periodos depresivos y por una
extrema hipersensibilidad, que lo hacía sumamente vulnerable a las
contrariedades. De familia acomodada, había sido un chiquillo
inteligente, bien dotado para la música, pero tan delicado que lo
calificaban como un «niño de porcelana». Como suele suceder en estas
personalidades, se sentía muy vinculado a su madre y la muerte de ésta, a
causa del cólera, cuando él tenía catorce años, fue un golpe durísimo.
Se ha querido ver en el trauma producido por esta pérdida el origen de
los desequilibrios psicológicos del compositor, agravados,
probablemente, por la no aceptación de su tendencia homosexual. Para
quien, desconociendo su biografía, escucha su música, por lo general
fácil, comunicativa y brillante, le cuesta entender que sea fruto de una
personalidad tan atormentada. Tchaikovsky fue un permanente inadaptado
que, ni siquiera en los escasos periodos estables de su vida, parece
haberse sentido conforme consigo mismo. No experimentó el menor
entusiasmo por los estudios de Derecho, que cursó hasta el final, ni con
el confortable puesto de funcionario del Ministerio de Justicia, que
alcanzó muy pronto, y que abandonó para dedicarse a la música.
Pero
tampoco parece haberse encontrado satisfecho con su actividad docente
en el Conservatorio de San Petersburgo y, ni siquiera, con su propia
producción musical, sin duda porque sus aspiraciones eran desmesuradas y
demasiado inconcretas. Aunque siempre se manifestó deseoso de encontrar
la serenidad a través del amor, sus relaciones con las mujeres fueron
tempestuosas. Se enamoró en 1869 de una soprano belga, Desirée Artot,
que se casó con otro hombre. Fruto de esta decepción amorosa escribió la Obertura-Fantasía Romeo y Julieta. Más tarde cedió a las presiones de una
joven, Antonia Miliukova, también bastante desequilibrada, y se casó con
ella, en 1877. El matrimonio no llegó a consumarse y se separaron a las
pocas semanas, tras una crisis nerviosa del compositor, quien intentó
suicidarse. Su hoy celebérima obra, el ballet El lago de los cisnes se había estrenado
sin éxito ese mismo año en Moscú y no fue hasta su reestreno póstumo
dieciocho años más tarde en San Petersburgo que comenzó a ser apreciada. El periodo más fecundo y, relativamente plácido, de la vida
de Tchaikovsky se produjo entre 1877 y 1890, bajo el patrocinio
económico de Nadezhda von Merk, una acaudalada viuda, doce años mayor
que él, con la que mantuvo una relación epistolar, sin llegar jamás a
verla. La ruptura con su protectora y amiga, lo sumió de nuevo en la
depresión, aunque justo después de esa época se estrenaron los deliciosos
ballets La bella durmiente (1890) y Cascanueces (1892) y no interrumpió su actividad creadora, puesto que en 1893 escribió la Sexta Sinfonía, su
testamento musical, a la que su hermano dio el sobrenombre de Patética.
Desde
mucho tiempo atrás había manifestado Tchaikovsky su sensación de estar
acabado, pero a partir de 1890, esta idea se hizo más punzante. En 1892
concibió una nueva sinfonía, cuya composición, en los años siguientes,
le hizo derramar muchas lágrimas, según confesaba. Era su «obra más
sincera» y no acabaría con el habitual allegro, sino con un lento y
triste adagio lamentoso. Preveía que la obra no sería bien aceptada y,
en una de sus últimas cartas, afirmaba que la música estaba impregnada
de un sentimiento que hacía pensar en un requiem. Fuera o no un
presentimiento, el músico murió nueve días después de ser estrenada, sin
demasiado éxito, Según la versión habitualmente aceptada falleció a
causa del cólera, pero hay quien afirma que, al descubrirse sus
relaciones homosexuales con un joven de la aristocracia zarista, sus
compañeros de estudios le formaron un tribunal de honor y lo obligaron a
suicidarse.
Tchaikovsky in 1893, as painted by Nikolai Kuznetzov |
El video contiene la ejecución del primer movimiento (Adagio) de la 6ª y más conocida Sinfonía de Tchaikovsky, la denominada Patética.
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