EL ROSTRO DE FRANKENSTEIN
Aniversario natal del actor inglés Boris Karloff, recordado por sus películas de terror, en especial aquellas en las que interpretó al monstruo de Frankenstein. En otros films (participó en más de 160), sus rasgos particulares, su dicción y una curiosa fotogenia le convirtieron en la perfecta representación del villano. A pesar de su encasillamiento, nunca se quejó e incluso se parodió a sí mismo en títulos cómicos. Se le considera como uno de los grandes actores clásicos del cine de terror, junto a Bela Lugosi (Drácula) y Lon Chaney Jr. (El Hombre Lobo).
Reseña biográfica a partir de la página El Criticón:
Legendario intérprete del cine de terror, William Henry Pratt (nombre real de Boris Karloff) nació familia numerosa, siendo el más joven de ocho hermanos. Muy aficionado al teatro, Karloff abandonó la carrera
diplomática para la que se estaba preparando (su padre era diplomático
en la capital inglesa), y se marchó a Canadá a los 21 años para intentar
buscar fortuna en el mundo de la interpretación. En Ontario se unió a una compañía teatral, momento que aprovechó para cambiar su nombre real por el de Boris Karloff. Para sufragar sus gastos
Karloff comenzó a trabajar de bracero en una granja mientras poco a
poco iba afianzándose como actor teatral, generalmente interpretando
papeles secundarios en giras con diversas compañías que recorrían todo
el territorio norteamericano.
Logró debutar en el cine como figurante en The dumb girl of Portici (1916), pero durante un tiempo no tuvo suerte como intérprete y estuvo sin encontrar trabajo ni en el cine ni en el teatro y se ocupó como camionero, una labor que compaginó con breves apariciones en películas de la Universal. Durante la época del cine mudo Boris Karloff intervino en numerosos
títulos, siempre como secundario, siendo una de sus películas más
destacadas la versión de El último mohicano (1920) dirigida
por Clarence Brown y Maurice Tourneur.
La llegada del cine sonoro supuso un punto a favor de Karloff. Aunque
en la actualidad y a causa de los personajes que le caracterizan en su
filmografía más básica puede ser contemplado como un hombre tosco y
temible, Boris era todo lo contrario: afable, simpático, cordial, muy
culto, refinado y profundo en la modulación de su expresión oral,
aspecto que facilitó su asentamiento en papeles de más cuerpo a
comienzos de los años 30. Su debut en el cine hablado se produjo con The unholy night (1929), un film dirigido por Lionel Barrymore. Con la película Código penal (1931) de Howard Hawks, Boris Karloff perdió el anonimato entre el público, destacando asímismo con otro papel secundario en Sed de escándalo (1931) de Mervyn LeRoy. Ese mismo año un actor de origen húngaro llamado Bela Lugosi
había conseguido el estrellato personificando al Conde Drácula en una
película dirigida por Tod Browning para los estudios Universal. El éxito del film provocó la recuperación de mitos literarios y legendarios de terror por parte del famoso estudio. James Whale quería filmar El doctor Frankenstein (1931), una adaptación de la novela de Mary Shelley, y deseaba a Bela Lugosi para el papel de
monstruo, que rechazó el papel alegando que no le interesaba aparecer sin
diálogos y totalmente maquillado, ya que no le reconocerían sus fans. Whale pensó en Karloff, que aceptó sin dudarlo poniéndose en manos del experto en maquillaje Jack Pierce. El arte de Pierce, la impresionante creación de Boris Karloff y la
realización de Whale consumaron una obra maestra que hizo de Karloff uno
de los rostros más populares de los años 30 dentro del género de terror
y actor fetiche para la Universal.
La década de los 30 resultó memorable para Boris dentro y fuera del cine fantásico y de terror: Scarface, el terror del hampa (1932) de Howard Hawks, El caserón de las sombras (1932) de James Whale, La máscara de Fu-Manchú (1932) de
Charles Brabin, La Momia (1932) de Karl Freund, El resucitado (1933) de T. Hayes Hunter, La patrulla perdida (1934) de John Ford, La casa de los
Rothschild (1934) de Alfred L. Werker, Satanás (1934) de Edward G.
Ulmer, La novia de Frankenstein (1935) de James Whale, El cuervo (1935) de Lew Landers, Horror en el cuarto negro (1935)
de Roy William Neill, El poder invisible (1936) de Lambert Hillyer, Los muertos andan (1936) de Michael Curtiz, El hombre que trocó su mente (1936) de Robert
Stevenson, Charlie Chan en la ópera (1936) de
H. Bruce Humberstone, Alarma en la ciudad (1937) de Lloyd Corrigan, Mr. Wong, detective (1938) de William Nigh, La sombra de Frankenstein (1939) de Rowland V. Lee o las entrañables (aunque
irregulares) secuelas de Mr. Wong son algunos de los títulos más
importantes que Boris Karloff protagonizó durante los años 30.
Con Bela Lugosi, con quien había trabajado en diversos films en el decenio anterior (Satanás, El cuervo, El poder invisible, La sombra de
Frankenstein), volvió a coincidir en los años 40 en Black Friday (1940) de Arthur Lubin, El castillo de los misterios (1940) de David Butler y El ladrón de cadáveres (1945) de Robert Wise.
En los años 40 y 50 Boris Karloff continuó trabajando
tanto en el teatro (donde en 1941 representó "Arsénico por compasón" en Broadway), como en el
cine, la televisión y la radio. Muchas producciones de esa época eran de bajo presupuesto, hecho que no impidió que se convirtieran en estimables trabajos. Sus mejores títulos fueron Misterio en la ópera (1944) de George Waggner, La zíngara y los monstruos (1944) de Erle C. Kenton, La isla de los muertos (1945) y Bedlam (1946), ambas de Mark Robson, La vida secreta de Walter
Mitty (1947) de Norman Z. McLeod, comedia con Danny Kaye,
El asesino poeta (1947) de Douglas Sirk, Los inconquistables (1947) de Cecil B. DeMille, Raíces de pasión (1948) de George Marshall, The strange door (1951) de Joseph Pevney o El castillo del ogro (1952) de Nathan Juran.
Tras un bache de su carrera cinematográfica en los años 50, fue recuperado en los 60 por Roger Corman en El cuervo (1963) y El terror (1963), además de Las tres caras del miedo (1963) de Mario Bava o La comedia de los horrores (1964) del magnífico Jacques Tourneur. Incansable trabajador hasta el final de sus días, entre bastantes subproductos en que apareció en su última época destaca El héroe anda suelto (1968), film de culto que supuso el debut del director Peter Bogdanovich.
Boris Karlof se casó cinco veces: con Grace Harding (1910-13), Montana Laurena Williams (1920), Helene Vivian Soule (1924-1928), Dorothy Stine (1928-1946), madre de su única hija, y Evelyn Hope Helmore (1946-1969). Falleció a los 81 años a causa de un enfisema pulmonar.
Muy enriquecedora. Me reveló aspectos de su vida nuevos para mí.
ResponderEliminar