IRENE DUNNE (Louisville, Kentucky, US, 20-12-1898 / Los Angeles, 4-9-1990): IN MEMORIAM
Hoy se cumplen 24 años de la desaparición de la actriz estadounidense Irene Dunne, una de las más exitosas en los años 30 y 40,
especializada tanto en melodramas como en comedias. Fue candidata al
Oscar en cinco ocasiones, aunque nunca lo consiguió. Se la recuerda en películas como La usurpadora, La pícara puritana, Serenata nostálgica o Nunca la olvidaré. Fue una actriz
sensible, dúctil, versátil, sobria y de porte elegante, una gran dama
del cine. Se retiró en 1952 y vivió hasta los 91 años.
Semblanza biográfica (con retoques) procedente de la página El Criticón:
Su padre se dedicaba a supervisar
barcos de vapor y su madre era pianista. Fue su progenitora (su padre
falleció en 1910) quien le inculcó un profundo amor hacia la música y
quien le propuso estudiar canto. El primer deseo de Irene, que tenía voz de soprano, fue ser intérprete de ópera, pero tras fracasar
en el intento de formar parte del Metropolitan de Nueva York, terminó
apareciendo en multitud de comedias musicales de Broadway durante la
década de los 20. En 1928 contrajo matrimonio con el dentista Francis Griffin, el único
amor de su vida y con quien estuvo casada hasta 1965, año del
fallecimiento de Francis. La pareja adoptó una hija a la que llamaron
Mary Frances.
Después de muchas actuaciones teatrales, la actriz y cantante de
Kentucky logró firmar un contrato en 1930 con la RKO, después de que
un cazatalentos del estudio la contemplara cantar e interpretar a
Magnolia Hawks, el personaje principal del famoso musical "Show boat" de
Jerome Kern y Oscar Hammerstein II, que Florence Ziegfeld le había
dado a protagonizar encabezando la compañía que representaba la obra en
gira. Su debut cinematográfico se produjo con Leathernecking (1930), una comedia musical dirigida por Edward F. Cline.
Durante toda la década de los 30 Irene alternó comedias, musicales,
dramas, películas románticas, westerns... Sus títulos más importantes
son Cimarron (1931) de Wesley Ruggles, western basado en un novela de Edna Ferber que ganó el Oscar a la mejor película, con Richard Dix, La melodía de la vida (1932) de Gregory La Cava, drama según una historia de Fannie Hurst, con Ricardo Cortez, La usurpadora (1932) de John M. Stahl, melodrama que adaptaba una novela de Fannie Hurst, con John Boles, Dos amores (1933), drama con Joel McCrea, Ana Vickers (1933), drama según una novela de Sinclair Lewis, con Walter Huston, y Este hombre es mío (1934), drama romántico con Constance Cummings y Ralph Bellamy, las tres de John Cromwell, La edad de la inocencia (1934) de Philip Moeller, adaptación de la novela de Edith Warton, con John Boles, Roberta (1935) de William A.
Seiter, musical romántico con Fred Astaire, Ginger Rogers y Randolph Scott, Sublime obsesión (1935) de John M. Stahl, melodrama con Robert Taylor, Magnolia
(1936) de
James Whale, considerada la mejor traslación a la pantalla del musical
"Show boat" (que ella ya habría representado sobre las tablas seis años
antes), con Allan Jones, Charles Winninger, Paul Robeson y Helen Morgan, Los pecados de Teodora (1936) de Richard Boleslawski, comedia con Melvyn Douglas, La pícara puritana (1937) de Leo McCarey, sofisticada comedia con Cary Grant y Ralph Bellamy, probablemente su mejor película, La furia del oro negro (1937) de Rouben Mamoulian, western con Randolph Scott, El placer de vivir (1938) de Tay Garnett, comedia con Douglas Fairbanks Jr., la primera versión de Tú y yo (1939), de Leo McCarey, melodrama con Charles Boyer, o Invitación a la felicidad (1939) de Wesley Ruggles, drama romántico con
Fred MacMurray.
En La pícara puritana coincidió por primera vez con el actor Cary Grant,
con quien irradió química en ésta y en sus siguientes colaboraciones:
la comedia Mi mujer favorita (1940) de Garson Kanin y el drama familiar Serenata nostálgica (1941) de George Stevens. Con Charles Boyer inició una asociación en Tú y yo, que continuó con Huracán (1939) de John M. Stahl y Otra vez juntos (1944) de Charles Vidor. En los años 30 Irene fue nominada al Oscar a la mejor actriz en cuatro ocasiones: por Cimarrón, Los pecados de Teodora, La pícara puritana y Tú y yo.
En la década de los 40 Irene intervino en películas con menos constancia que en la
precedente, con papeles muy diversificados aunque con mayor querencia
por la comedia. Además de los títulos citados con Grant y Boyer, las mejores películas de Dunne fueron Ansia de amor (1941) de Gregory La Cava, comedia con Robert Montgomery, y Una dama en apuros (1942), comedia con Patric Knowles, ambas de
Gregory La Cava, Dos en el cielo (1943) de Victor Fleming, título bélico con Spencer Tracy, Las rocas blancas de Dover (1944) de Clarence Brown, drama con Alan Marshal y Roddy McDowall, Locamente enamorada (1945) de Charles Vidor, comedia con Alexander Knox y Charles Coburn, Ana y el rey de Siam
(1946) de Johm Cromwell, drama biográfico con Rex Harrison y Linda Darnell, Vivir con papá (1947) de Michael Curtiz, comedia familiar de época, con William Powell y Elizabeth Taylor, y Nunca la olvidaré (1949) de George Stevens, drama sobre una familia de inmigrantes noruegos en San Francisco, con Barbara Bel Geddes. Por este último título Irene fue nominada por quinta y última vez al
Oscar. De nuevo la fortuna fue esquiva y la estupenda actriz y cantante
se quedó sin su premio. Muchos años después, Irene Dunne ha sido descrita como la mejor actriz que nunca ganó un Oscar.
En la siguiente década, tras protagonizar The mudlark (1950) de Jean Negulesco, drama de época con Alec Guinness, ¡Qué vida ésta! (1950) de George Marshall, comedia con
Fred MacMurray, y It grows on trees (1952) de Arthur Lubin, comedia fantástica con Dean Jagger, se alejó del cine. Tras su retiro voluntario, Irene se dedicó a causas humanitarias y a colaborar con las Naciones Unidas. Falleció nonagenaria en Los Angeles a causa de problemas cardiacos en 1990.
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