EL SILENCIOSO HÉROE ATORMENTADO
Hoy se cumplen 101 años del nacimiento del actor estadounidense Alan Walbridge Ladd, conocido como Alan Ladd. A partir de El cuervo (This gun for hire, 1942) y durante tres lustros fue una estrella muy popular que destacó primero en el cine negro y luego en otros géneros como aventuras, westerns o cine bélico. Dejó a la posteridad algunos clásicos, el más relevante, el mítico western Raíces profundas (Shane, 1953). Su prematura muerte fue certificada como causada por un edema cerebral, aunque en Hollywood todos dieron por hecho que se trató de un suicidio.
Texto biográfico redactado a partir de una reseña biográfica de la página El Criticón:
A pesar de su corta estatura, Alan Ladd se
consolidó en los años 40 como una de las estrellas masculinas más
admiradas entre el público norteamericano, dejando a sus espaldas un problemático pasado.
Sus padres fueron Alan Ladd Sr., un contable freelance y Selina Rowley una ex-actriz de nombre artístico Ina Raleigh. En 1917, cuando Alan tenía cuatro años de edad, presenció el desplome de su padre y su muerte fulminante a causa de un ataque cardíaco. Sin más familia ni amigos, su madre y él sobrevivieron de lo poco que les quedó. Al año siguiente, el pequeño Alan, que aún no había cumplido los cinco años, encontró una caja de cerillas con la que jugar y quemó el miserable apartamento donde vivían. Sin muebles ni posesiones, con el poco dinero que tenía, su madre dejó Arkansas y se mudó con Alan a Oklahoma City. Allí se volvió a casar con Jim Beavers, un pintor de brocha gorda frecuentemente desempleado. En 1920, incapaz el padrastro de encontrar trabajo para poder mantener a la familia, decidieron trasladarse a California. De adulto, Ladd contó que su desplazamiento, un viaje de cuatro meses en su decrépito vehículo, fue similar al relatado por John Steinbeck en "Las uvas de la ira". También recordaba el hambre que pasaron porque su familia era demasiado pobre para comprar comida. Beavers se vió obligado a vender sus utensilios de pintor para poder pagar las frecuentes reparaciones del vehículo. Ya en California pasaron de un campamento transitorio en Pasadena a Hollywood, donde Beavers encontró un trabajo de corta duración como pintor de decorados de un estudio cercano a su desaparición. A los 12 años Alan sufrió una enfermedad estomacal por malnutrición, lo que le causó retrasos en la escuela, donde era el mayor de su clase aunque el de más pequeño tamaño. Sus compañeros le llamaban 'Tiny', cosa que él odiaba. A los 14 años se empleó en una tienda de comestibles y gradualmente trató de fortalecer su débil constitución y desarrollar su musculatura. En 1930 se inscribió en la North Hollywood High School, donde sobresalió en natación y buceo, pero una
lesión le impidió proseguir su prometedora carrera en la piscina. Tras el instituto trabajó en multitud de oficios, entre ellos socorrista y vendedor de hamburguesas.
A comienzos de los años 30 consiguió hacerse un hueco en los estudios
Warner trabajado como grip y apareciendo como figurante en varias
películas, además de tomar clases de actuación. Por esa época, se casó con su compañera de clase Marjorie Jane 'Midge' Harrold (matrimonio
que duraría desde 1936 hasta 1941). La pareja tuvo a su hijo Alan
Ladd Jr. en 1937, pero su alegría por el acontecimiento duró poco: la desvalida madre de Ladd, por entonces viuda y alcohólica, que se había venido a vivir con ellos a su pequeño y mísero apartamento con muebles de segunda mano, se suicidó ingiriendo veneno y agonizando ante los horrorizados ojos de su hijo.
Se dice que el aire cansino del actor, a menudo evidente en sus actuaciones en la pantalla, fue originado por ese terrible incidente.
Rechazado una y otra vez por los estudios de cine por su corta estatura y pelo rubio, que decían no fotografiaba bien, hizo pequeños trabajos en producciones radiofónicas. En cine empezó haciendo papeles secundarios durante años mientras el éxito que ansiaba se le resistía. Tras divorciarse en 1941 de Midge, con quien nunca se entendió, en 1942 contrajo matrimonio con Sue Carrol, diez años mayor que él, una ex-actriz que se había
reconvertido en agente de intérpretes. Carrol, que le descubrió escuchándole por la radio, le había ofrecido firmar un contrato para representarle. Su segunda mujer fue clave en el progreso vital y profesional del actor. Su tenaz labor con Ladd supuso el
lanzamiento de su marido como gran estrella de Hollywood. Instantaneamente famoso, entre enero y noviembre de 1943 Alan fue movilizado para participar como soldado en la 2ª Guerra Mundial, aunque sus recurrentes problemas estomacales finalmente le liberaron del servicio.
Su estrellato se había impulsado gracias a su aparición en El cuervo
(1942), un film de la Paramount dirigido por Frank Tuttle y co-protagonizado por la rubia Veronica Lake. Al público le gustó tanto la pareja que Lake y Ladd intervinieron juntos
durante toda la década de los 40 en otros títulos como La llave de
cristal (1942) de Stuart Heisler, La dalia azul (1946) de George
Marshall o Saigón (1948) de Leslie Fenton. Otras películas protagonizadas por Alan Ladd en los años 40
fueron Lucky Jordan (1942) de Frank Tuttle, China (1943) de John Farrow, El porvenir es nuestro (1944) de Irving Pichel, El fuera de la ley (1945) de Raoul Walsh, O.S.S. (1946) de Irving
Pichel, Revolución en alta mar (1946) y Calcuta (1947), ambas de John Farrow, Smith el silencioso (1948), de Leslie
Fenton, El gran Gatsby (1949) de Elliott Nugent o El misterio de una desconocida (1949) de Lewis Allen. Independientemente de la calidad de sus títulos, Ladd era uno de los actores favoritos del público.
En los años 50 continuó la tónica de su carrera. Proseguía llevando
gente a las salas pero muchos de sus films no resultaron demasiado satisfactorios. Algunas excepciones fueron Capitán Carey (1950) de Mitchell Leisen, Reto a la muerte (1951) de Lewis Allen, Sólo una bandera (1951) de William Dieterle, La novia de acero (1952) de Gordon Douglas, Tempestad en Oriente (1953) de Charles Vidor, el western Raíces profundas (1953) de George Stevens, su película más conocida y una de las mejores
de su trayectoria en Hollywood, donde encarnó al legendario héroe Shane, Rebelión en el fuerte (1954) de Raoul Walsh, Infierno en la bahía de San Francisco (1955) de Frank Tuttle, La sirena y el delfín (1957) de Jean Negulesco, El rebelde orgulloso (1958) de Michael Curtiz o Arizona, prisión federal (1958) de
Delmer Daves.
A finales de los años 50, el rubio Ladd comenzó a perder el favor del espectador,
lo que le sumió en una fase depresiva que culminó con su probable
suicidio (poco más de un año antes ya se había disparado 'accidentalmente' cerca del
corazón y se dice que había sido diagnosticado de cáncer), acontecido el 29 de enero de 1964, cuando falleció a causa
de una sobredosis de barbitúricos mezclados con alcohol. Paradojicamente, Los insaciables (1964) de Edward Dmytryk, el último film en que intervino, y estrenado postumamente, tuvo un gran éxito comercial. Tenía 50 años y dejaba viuda a su compañera Sue Carrol, con quien tuvo dos hijos, Alana y David.
Varios aspectos valiosos y apreciables destaco en esta publicación:la perfecta caracterización de Ladd magistralmente vinculada al contexto social de su época, la capacidad de síntesis, el rigor de no subestimar detalle alguno en el transcurrir de la historia y lo fluido del texto que nos cuenta y entretiene hasta el final.
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