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viernes, 1 de agosto de 2014

Pola Negri (Lipno, Polonia, antes Rusia, 31-12-1897 / San Antonio, Texas, US, 1-8-1987): In memoriam

LA PRIMERA STAR EUROPEA EN HOLLYWOOD

Hace hoy 27 años falleció a los 89 la actriz polaca (nacionalizada estadounidense en 1951), Pola Negri, una de las más legendarias estrellas del cine mudo, que se distinguió por sus roles trágicos y de femme fatal. Célebre sobre todo por sus películas con Lubitsch, su variada carrera incluyó trabajos como actriz de teatro y vaudeville, cantante y bailarina.

Texto biográfico procedente (y ampliado) de la página El Criticón:

Barbara Apollonia Challupiec nació el 31 de diciembre de 1894 en la localidad polaca de Lipno, en esos momentos un territorio perteneciente a Rusia. Su infancia fue feliz hasta que su padre Jerzy Mathias Challupiec fue detenido por actitudes anti-zaristas por el ejército ruso y enviado a Siberia. A partir de ahí Barbara y su familia pasaron muchas penurias económicas, malviviendo junto a su madre Eleanora en los suburbios de la ciudad de Varsovia.  
Con un talento natural para la danza, Pola pudo formar parte en su temprana adolescencia del Imperial Ballet, lugar en donde interpretó diversas obras musicales. Varias enfermedades derivadas de la precariedad en la que vivía (contrajo tuberculosis) le apartaron de su carrera como bailarina, lo que provocó que tras su curación se volcase en el mundo de la actuación estudiando interpretación en la Escuela de Arte Dramático de Varsovia y convirtiéndose en una asidua de las tablas de su ciudad.
Con la llegada del cine, Pola Negri se trasladó a Alemania y en la ciudad de Berlín, tras triunfar en el teatro en la compañía de Max Reinhardt, entabló amistad con el director Ernst Lubitsch, quien impulsó el nombre de la actriz a nivel mundial. Algunos de sus títulos más conocidos fueron Los ojos de la momia (1918), Carmen (1918), Madame DuBarry (1919), Sumurum (1920), El gato montés (1921) o Montmartre (1922), todos ellos dirigidos por la mano maestra de Lubitsch. Estos títulos se conservan, pero la mayoría de los que rodó para otros directores se han perdido.
El exotismo desprendido de su presencia física no pasó desapercibido para las productoras estadounidenses, especialmente para la Paramount, que consiguió que Pola se trasladara a los Estados Unidos en 1923 para iniciar su carrera americana, convirtiéndose en la primera gran estrella europea requerida por los estudios de Hollywood. Con ella también viajó Ernst Lubitsch y juntos realizarían una de las películas más recordadas de la actriz, La frivolidad de una dama (1924), su mejor film americano, en el que interpretó a la zarina de Rusia Catalina la Grande.  
Su experiencia hollywoodense comenzó con Bella Donna (1923) de George Fitzmaurice y hasta finales de los años 20, Pola Negri se convirtió en una de las grandes divas del cine mudo gracias a films como La bailarina española (1923) y Sombras de París (1924), ambas dirigidas por Herbert Brenon, A woman of the world (1925) de Malcolm St. Clair, Hotel Imperial (1927), obra del realizador nórdico Mauritz Stiller o Las eternas pasiones (1927) de Rowland V. Lee. Otros quince títulos silentes que rodó con Paramount se han perdido.
En 1921 se divorció de su primer marido, el conde Eugene Damski, con quien había contraído matrimonio en 1919. Su segundo y último esposo fue otro aristócrata, el príncipe de origen ruso Serge Mdivani, con quien convivió entre los años 1927 y 1931.
Dama de gran temperamento, fueron notorios sus choques con otras grandes actrices de la época, como Theda Bara y Gloria Swanson, y sus líos amorosos con personajes cinematográficos tan conocidos como Charles Chaplin y Rodolfo Valentino. Tras la repentina muerte de este último en Nueva York en 1926, tomó el tren y atravesó el país desde Los Angeles para asistir enlutada y desfalleciente a su funeral. Su comportamiento ante el féretro de Valentino, posando para la prensa como si fuera su viuda, juzgado como teatral, además de airear sus supuestos planes de boda con el difunto, le atrajó considerables críticas.
La llegada del cine sonoro provocó la caída estelar de Pola, ya que su fuerte acento polaco le impidió asumir los papeles que por esos momentos representaba. Cancelado su contrato con Paramount, rodó  en el Reino Unido su último film silente, The woman he scorned (1929). Luego de que su primer talkie con RKO La reina Draga (1932) fracasase en taquilla, Negri regresó a Europa, rodando primero en Francia Fanatismo (1934) y, reclamada por su amigo el actor y director austriaco Willi Forst, en Alemania protagonizó Mazurka (1935). Con este ultimo título volvió a conocer el éxito y su antiguo estudio UFA, ahora controlado por Joseph Goebbels, la contrató para rodar cinco películas más entre 1936 y 1938. Aunque ella había fijado su residencia en Francia, la ocupación alemana la obligó a emigrar de nuevo a los Estados Unidos. Viviendo al principio a costa de la venta de sus joyas, al fin fue contratada por United Artists para un papel secundario en la exitosa comedia Casados sin casa (1943), que dirigió Andrew L. Stone y protagonizaron Adolphe Menjou y Martha Scott. En ella interpretó a una temperamental cantante de ópera. 
Al no recibir propuestas cinematográficas de calidad, Pola Negri decidó retirarse del cine. En tiempos sucesivos, escribió ficticios episodios de su vida para publicaciones Hearst. En 1948, luego que Mae Murray, Mae West y Mary Pickford rechazasen el papel de Norma Desmond y Montgomery Clift el de Joe Gillis en la película Sunset Boulevard que Billy Wilder preparaba, su director propuso a Pola regresar al cine con ese film pero ella declinó la oferta.
Desde principios de los años 40, su reencuentro con su antigua amiga Margaret West, ex actriz de vaudeville y heredera petrolífera, reavivó su estrecha relación y ambas se establecieron en San Antonio (Texas) en 1957, viviendo juntas y alejadas del ojo público hasta la muerte de Margaret en 1963. Al año siguiente aceptó una última oferta de Hollywood: los estudios Disney la contrataron para aparecer en La bahía de las esmeraldas (1964) de James Neilson, junto a Hayley Mills y Elli Wallach. Ese mismo año la industria cinematográfica alemana le concedió un premio honorífico por sus antiguas películas. En 1970 publicó su autobiografía Memorias de una estrella.

Pola Negri by Edward Steichen, Vanity Fair, June, 1, 1925

1 comentario:

  1. Pola Negri me produce una sensación parecida a la que me ha causado siempre Theda Bara, que la percibo en una aureola de rareza y fascinación. Creo que el cine mudo destacó a ellas junto con la Swanson como sus enigmáticas estrellas.

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