EL GENIO IGNORADO EN SU ÉPOCA
Hace hoy 195 años vino al mundo el escritor estadounidense Herman Melville en el seno de una familia de origen aristocrático venida a menos. Autor de novelas, cuentos, relatos, ensayo y poesía, su obra tiene hoy un prestigio muy superior al que disfrutó en su tiempo. El fracaso de sus últimas obras, unido a su precaria situación económica y al suicidio de su hijo mayor, le pasaron factura psicológicamente y falleció de un ataque al corazón a los 72 años completamente olvidado. A partir de la segunda década del siglo XX su figura fue revalorizándose y hoy obras suyas como Moby Dick o Bartleby, el escribiente son consideradas grandes clásicos de la literatura universal.
Este es su perfil procedente (y retocado) de la página Biografías y Vidas:
A los once años se trasladó con su familia a Albany, donde estudió hasta
que, dos años después, tras la quiebra de la empresa familiar y la muerte de su padre, tuvo que
ponerse a trabajar en diversos oficios como empleado de banca o ayudante en la granja de su tío. En 1837 abandonó su país natal y viajó como grumete a Liverpool donde permaneció cuatro meses. Cuando volvió a los Estados Unidos comenzó a ejercer como maestro rural. La dificultad para encontrar un empleo estable le
llevó, en 1841, a enrolarse en un ballenero. Melville vivió con caníbales en las Islas Maquesas, residió en Honolulu y fue encarcelado en Tahití.
Fruto de sus experiencias
en alta mar fueron Typee (1846) y Omoo (1847), escritas a su regreso a Estados Unidos en 1844 y ambientadas en las islas de los Mares del Sur.
En 1847 contrajo matrimonio con Elizabeth Shaw, con la que tendría cuatro hijos, y dos años después publicó Mardi.
Dado que había sido etiquetado de autor de novelas de viajes y
aventuras, el simbolismo de esta obra desconcertó a crítica y público,
que la rechazaron. También en 1849 apareció Redburn y un año después La guerrera blanca,
en la que arremetía ferozmente contra la rigidez de la marina
estadounidense. Con estas obras recuperó el favor del público, pero se
advertía ya la creciente complejidad que iba a caracterizar sus obras
posteriores, notablemente influidas por el simbolismo de Nathaniel Hawthorne, con quien trabó amistad cuando se trasladó a vivir en una granja cerca de Pittsfield (Massachusetts).
En 1850 publicó Moby Dick, obra también rechazada. Esta novela,
considerada una de las grandes obras de la literatura universal,
escondía una gran metáfora del mundo y la naturaleza humana: la
incensante búsqueda del absoluto que siempre se escapa y la coexistencia
del bien y del mal en el hombre, y ello tras un argumento aparentemente
simple: la obsesión del capitán Ahab por matar a Moby Dick, la ballena
blanca.
Pierre (1852) y Cuentos del mirador (1856), que contiene los relatos Benito Cereno y Bartleby el escribiente, considerado uno de los antecedentes
de la obra de Kafka, dejaban ver el creciente desprecio del autor por
la hipocresía humana. Israel Potter (1855) y El confidente (1857) fueron las últimas obras que publicó en vida. Como sus trabajos no obtenían el fruto económico deseable, acosado por las deudas, se verá obligado a vender su granja y trasladarse a vivir de nuevo en Nueva York, donde a partir del
año 1866 Herman Melville trabajó como modesto inspector de aduanas, profesión
que terminó abandonando en 1885. Durante sus últimos años se dedicó a la poesía. Olvidado por todos, su novela póstuma Billy Budd no apareció hasta 1924. La obra de Melville se tiene como una de las cimas de la corriente romántico/existencialista estadounidense.
Moby Dick una novela “de aventuras”, muy original. La aparente obsesiva y encarnizada batalla en contra de una ballena da piė a un sin número de interpretaciones.
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