ANALISTA DEL LADO OSCURO DE LA CONDICIÓN HUMANA
El director cinematográfico estadounidense David Fincher cumple hoy 58 años. Cineasta de la modernidad, su filmografía propone un inteligente, frío y minucioso análisis de la condición humana en el mundo contemporáneo, enfantizando sus aspectos más oscuros, sombríos y amenazantes. Creador de un universo estético propio de gran complejidad y notable poder de sugestión, es un perfeccionista minucioso que, haciendo prevalecer la forma sobre el fondo, se vale de un virtuosismo visual no exento de retórica para, en medio de atmósferas malsanas y siniestras, dar textura al espanto que percibe en la psique embrutecida, desquiciada y paranoica de una sociedad alienante que anula al individuo. Su formato más frecuente es el thriller, no concebido como la habitual historia de acción trepidante en escenarios urbanos, sino que utiliza fluidos pero controlados y meticulosos movimientos de cámara para describir con detalle sórdidos e intrincados conflictos del alma humana, con el mal siempre en acecho. Sus personajes sueles ser seres solitarios, poco sociables, ambivalentes o marginales (varios de sus títulos tratan sobre asesinos en serie) y sus finales pesimistas. Entre los directores que más le han influido figuran Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick, Alan J. Pakula o Martin Scorsese. Entre otros muchos reconocimientos, ha sido candidato al Oscar al mejor director por El curioso caso de Benjamin Button y La red social y ganador de un Globo de Oro y un BAFTA por esta última.
Hijo de un escritor y periodista y de una enfermera, David Andrew Leo Fincher se trasladó, cuando tenía dos años, con su familia a San Anselmo, California, donde George Lucas fue uno de sus vecinos. Tempranamente aficionado al cine, a los ocho años comenzó a rodar películas con un cámara de 8 mm. De adolescente marchó a Ashland, Oregon, para graduarse en la escuela secundaria. En esa época dirigió obras de teatro y fue asistente de producción en la emisora local de noticias de televisión. También se empleó como camarero, lavaplatos y cocinero.
El director cinematográfico estadounidense David Fincher cumple hoy 58 años. Cineasta de la modernidad, su filmografía propone un inteligente, frío y minucioso análisis de la condición humana en el mundo contemporáneo, enfantizando sus aspectos más oscuros, sombríos y amenazantes. Creador de un universo estético propio de gran complejidad y notable poder de sugestión, es un perfeccionista minucioso que, haciendo prevalecer la forma sobre el fondo, se vale de un virtuosismo visual no exento de retórica para, en medio de atmósferas malsanas y siniestras, dar textura al espanto que percibe en la psique embrutecida, desquiciada y paranoica de una sociedad alienante que anula al individuo. Su formato más frecuente es el thriller, no concebido como la habitual historia de acción trepidante en escenarios urbanos, sino que utiliza fluidos pero controlados y meticulosos movimientos de cámara para describir con detalle sórdidos e intrincados conflictos del alma humana, con el mal siempre en acecho. Sus personajes sueles ser seres solitarios, poco sociables, ambivalentes o marginales (varios de sus títulos tratan sobre asesinos en serie) y sus finales pesimistas. Entre los directores que más le han influido figuran Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick, Alan J. Pakula o Martin Scorsese. Entre otros muchos reconocimientos, ha sido candidato al Oscar al mejor director por El curioso caso de Benjamin Button y La red social y ganador de un Globo de Oro y un BAFTA por esta última.
Hijo de un escritor y periodista y de una enfermera, David Andrew Leo Fincher se trasladó, cuando tenía dos años, con su familia a San Anselmo, California, donde George Lucas fue uno de sus vecinos. Tempranamente aficionado al cine, a los ocho años comenzó a rodar películas con un cámara de 8 mm. De adolescente marchó a Ashland, Oregon, para graduarse en la escuela secundaria. En esa época dirigió obras de teatro y fue asistente de producción en la emisora local de noticias de televisión. También se empleó como camarero, lavaplatos y cocinero.
Aunque tenía claro que quería dedicarse a dirigir películas, no quiso estudiar en ninguna escuela de cine, prefiriendo aprender con la experiencia directa. En 1983 trabajó para Industrial Light & Magic, la compañía de George Lucas, donde fue ayudante de fotografía y colaboró en efectos especiales. Desde el año siguiente se convirtió en exitoso director de anuncios para la televisión y creó una productora donde rodaría decenas de videoclips para multitud de artistas, entre ellos Madonna, Aerosmith, Billy Idol, George Michael, Michael Jackson o The Rolling Stones, lo que constituyó su aprendizaje como cineasta.
En 1990 fue contratado por 20th Century Fox para sustituir al director inicialmente previsto para Alien 3 (1992), film de ciencia-ficción y terror con
Sigourney Weaver y estética reminiscente del videoclip, tercera entrega de la franquicia 'Alien' que tuvo mejor acogida fuera que dentro de los Estados Unidos y se considera su trabajo menos personal. Tras este opaco debut se consagró con Seven (1995), estilizado, impactante y tenebroso thriller de intriga cuyo título hace referencia a los siete pecados capitales, con Brad Pitt, Morgan Freeman y Kevin Spacey, al que siguieron The game (1997), artificioso thriller psicológico con Michael Douglas y Sean Penn cuya trama se sustenta en una arbitraria sucesión de sorpresas que acaban por poner al descubierto el vacío existencial de su protagonista, y El club de la lucha (1999), sátira social configurada como un nihilista canto al inconformismo juvenil y a la violencia, retratando a un grupo de jóvenes perdedores sin perspectivas vitales, con Brad Pitt, Edward Norton y Helena Bonham Carter, film hoy de culto, aun denostado en su día por la crítica. Con un estilo más clásico rodó La habitación del pánico (2002), angustioso y claustrofóbico thriller de supervivencia con elementos de suspense hitchcockiano, protagonizado por Jodie Foster, Forest Whitaker y Kristen Stewart, que dio excelentes dividendos en taquilla, o Zodiac (2007), denso e intenso thriller de estilo realista (el primero que rodó con tecnología digital) sobre el famoso 'asesino del Zodiaco', un asesino en serie que, entre 1966 y 1978, mató a numerosas personas en San Francisco, con Jake Gyllenhaal, Mark Ruffalo y Robert Downey Jr., un film de moderado éxito que una vez más incide en la obsesiva fascinación por el mal de Fincher.
A continuación realizó su film de más alto presupuesto, El curioso caso de Benjamin Button (2008), fantasía dramática con Brad Pitt y Cate Blanchett que adaptaba un relato de F. Scott Fitzgerald sobre un hombre que nace con apariencia de anciano y va rejuveneciendo con los años, a modo de original parábola sobre la vida y la muerte. Esta producción fue nominada al Oscar en trece apartados, incluyendo los de mejor película y director. Su siguiente triunfo lo consiguió con un film más modesto pero muy taquillero, La red social (2010), drama biográfico sobre Mark Zuckerberg (interpretado por Jesse Eisenberg), el discutido creador de Facebook en 2004 cuando era universitario en Harvard, antes de transformar una idea en un imperio y convertirse en el multimillonario más joven del mundo. Tras recibir aclamación crítica y sustanciosos beneficios, esta crónica de nuestro tiempo logró cuatro Globos de Oro (entre ellos los de mejor película y director), tres premios BAFTA (entre ellos el de mejor director), el César al mejor film extranjero y ocho nominaciones al Oscar (incluidas las de mejor película y director), ganando en los apartados de mejor guión adaptado, montaje y banda sonora. A Zuckerberg no le gustó el retrato que se hizo de él.
Sus dos últimas películas estrenadas hasta el momento son Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2011), segunda traslación a la pantalla del best-seller del sueco Stieg Larsson, un thriller de intriga con Daniel Craig y Rooney Mara que resultó más exitoso fuera que dentro de los Estados Unidos, y Perdida (2014), aborbente, retorcido y perturbador thriller de intriga con Ben Affleck y Rosamund Pike, a la postre su film más taquillero. En los últimos años Fincher ha concentrado su trabajo en la televisión produciendo y dirigiendo algunos episodios de las series televisivas "House of cards" (2013), por cuyo episodio piloto ganó un premio Emmy, "Mindhunter" (2017) y "Amor, muerte y robots" (2019), todas ellas distribuidas por Netflix.
David Fincher se casó en 1990 con la modelo Donya Fiorentino, con la que en 1994 tuvo a su hija Phelix. La pareja se divorció en 1995 y él se volvió a casar en 1996 con la productora Ceán Chaffin, quien ha colaborado en la mayoría de sus películas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario