MAESTRO DEL CINE NEGRO
Tal día como hoy, hace 120 años, nació el cineasta alemán Robert Siodmak, que en la década de los 40 y primeros años 50 desarrolló la mejor etapa de su carrera en estudios de Hollywood, en la que aportó varios grandes clásicos del cine negro (principalmente en Universal) imbuidos de un nihilismo fatalista. Empezó su trayectoria en el cine alemán mientras el nazismo ascendía y pronto tuvo que exilarse por su origen judío. Después de establecerse durante seis años en París, donde llevaba camino de convertirse en sucesor de René Clair, un nuevo exilio le llevó a los Estados Unidos. Allí ofreció las mejores y más representativas muestras de su talento en títulos visualmente reminiscentes del expresionismo alemán como La escalera de caracol (1945), Forajidos (1946), que conllevó su única nominación al Oscar al mejor director y en donde debutó Burt Lancaster, A través del espejo (1946) o El abrazo de la muerte (1949). Su canto del cisne en Hollywood se produjo con la atípica, colorista y espectacular El temible burlón (1952). Más valorado por el público europeo que el estadounidense, desarrolló la
última fase de su carrera en producciones de géneros diversos en
Francia, Alemania o Inglaterra. Considerado un prominente director de actores, extrajo memorables interpretaciones dramáticas de Lon Chaney Jr., Franchot Tone, Ella Raines, Gene Kelly, Charles Laughton, George Sanders, Geraldine Fitzgerald, Dorothy McGuire, George Brent, Ethel Barrymore, Burt Lancaster, Ava Gardner, Olivia de Havilland, Yvonne De Carlo, Dan Duryea, Barbara Stanwyck, Maria Schell o Mario Adorf.
Nacido en el seno de una familia judia, Robert Siodmak tuvo tres hermanos varones. En su primera juventud trabajó de contable en un banco y también como actor y director teatral antes de introducirse en el mundo del cine como montador y guionista para el director Curtis Bernhardt. Luego fue contratado como montador por un primo suyo productor, Seymour Nebenzal, a quien acabó convenciendo para que financiase su primera película, Los hombres del domingo (1930), mezcla de ficción y documental silente sobre la vida de los berlineses en la que colaboraron los futuros directores Edgar G. Ulmer, Billy Wilder y Fred Zinnemann, así como su hermano Curt Siodmak, responsable del argumento. Esta producción le abrió las puertas de los estudios UFA, donde empezó a destacar con títulos ya sonoros como Dilema (1931), drama criminal con Albert Basserman y Gustav Fröhlich, La tempestad de las pasiones (1932), drama criminal con Emil Jannings y Anna Sten (de la que también rodó una versión en francés, Tumultos (1932), con Charles Boyer y Florelle), o Quick, el clown (1932), comedia con Lilian Harvey y Hans Albers. La coproducción austriaco-germana Secreto que quema (1933), un drama con Willi Forst basado en una novela de Stefan Zweig, fue duramente atacada en la prensa por al ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels.
Nacido en el seno de una familia judia, Robert Siodmak tuvo tres hermanos varones. En su primera juventud trabajó de contable en un banco y también como actor y director teatral antes de introducirse en el mundo del cine como montador y guionista para el director Curtis Bernhardt. Luego fue contratado como montador por un primo suyo productor, Seymour Nebenzal, a quien acabó convenciendo para que financiase su primera película, Los hombres del domingo (1930), mezcla de ficción y documental silente sobre la vida de los berlineses en la que colaboraron los futuros directores Edgar G. Ulmer, Billy Wilder y Fred Zinnemann, así como su hermano Curt Siodmak, responsable del argumento. Esta producción le abrió las puertas de los estudios UFA, donde empezó a destacar con títulos ya sonoros como Dilema (1931), drama criminal con Albert Basserman y Gustav Fröhlich, La tempestad de las pasiones (1932), drama criminal con Emil Jannings y Anna Sten (de la que también rodó una versión en francés, Tumultos (1932), con Charles Boyer y Florelle), o Quick, el clown (1932), comedia con Lilian Harvey y Hans Albers. La coproducción austriaco-germana Secreto que quema (1933), un drama con Willi Forst basado en una novela de Stefan Zweig, fue duramente atacada en la prensa por al ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels.
Su condición de judío indujo a Siodmak a emigrar a París, donde se reunió en el exilio con otro judío, Billy Wilder, quien a la sazón ejercía sólo como guionista. Allí su creatividad floreció durante los siguientes seis años con películas de diferentes géneros: El sexo débil (1933), comedia con Victor Boucher, Se acabó la crisis (1934), musical con Albert Préjean y Danielle Darrieux, Noches de París (1936), opereta con Conchita Montenegro, Max Dearly y George Rigaud, Mister Flow (1936), drama con Fernand Gravey y Edwige Feuillère, Cargamento blanco (1937), drama criminal con Käthe von Nagy, Jules Berry, Suzy Prim y Jean-Pierre Aumont,
El capitán corsario (1938), drama con Harry Baur y Albert Préjean, o Trampas (1939), thriller de intriga con
Maurice Chevalier, Pierre Renoir, Marie Déa y Erich von Stroheim.
En la víspera de la ocupación alemana de París en 1940, Siodmak se encontraba a bordo del último barco que zarpó de Francia hacia América. Sus primeras películas en Hollywood las rodó en los estudios Paramount: El secreto de la enfermera (1941), comedia con Anne Shirley y Richard Carlson, Fuga de noche (1942), thriller con Richard Carlson y Nancy Kelly, y Mi hijo no se vende (1942), comedia con Richard Carlson, Martha O'Driscoll y Cecil Kellaway, y para Republic dirigió La madre pródiga (1943), drama con Mabel Paige, John Craven y Dorothy Morris. Después un contrato de larga duración le mantuvo ligado a los estudios Universal. Allí empezó realizando El hijo de Drácula (1943), film de terror con Lon Chaney Jr., La dama desconocida (1944), noir con Franchot Tone, Ella Raines y Alan Curtis, La reina de Cobra (1944), film de aventuras en los mares del sur rodado en technicolor, con Maria Montez, Jon Hall y Sabu, Luz en el alma (1944), drama que adaptaba una novela de Somerset Maugham, con Deanna Durbin y Gene Kelly, El sospechoso (1944), thriller de época con Charles Laughton y Ella Raines, y Pesadilla (1945), drama con George Sanders, Geraldine Fitzgerald y Ella Raines. Cedido a RKO dirigió La escalera de caracol (1945), estilizado thriller de época con Dorothy McGuire, George Brent y Ethel Barrymore, uno de sus films más exitosos, en el que recurrió a elementos expresionistas para transmitir sensaciones de terror. Ya firmemente establecido como director de primera categoría realiza su gran obra maestra, Forajidos (1946), noir cumbre del género, basado en un relato de Hemingway, que convirtió en estrellas a sus protagonistas Burt Lancaster (debutante aquí en la pantalla) y Ava Gardner (como una bellísima, misteriosa y ambigua femme fatal); en medio de una atmósfera fatalista de tonalidades expresionistas que encadena una sucesión de flash-backs, Siodmak fascinó a público y critica en esta película nominada al Oscar en cuatro categorías, incluyendo la de mejor director. En similar tónica expresionista se sitúa el thriller A través del espejo (1946), con Olivia de Havilland (interpretando a dos hermanas gemelas), Lew Ayres y Thomas Mitchell, al que siguieron Almas borrascosas (1947), drama con Phyllis Calvert, Robert Hutton, Ella Raines y Eddie Albert, Una vida marcada (1948), memorable noir para 20th Century Fox con Victor Mature y Richard Conte, El abrazo de la muerte (1949), otro gran clásico del noir con Burt Lancaster, Yvonne De Carlo y Dan Duryea, El gran pecador (1949), costoso drama producido por M.G.M. que adaptaba la novela "El jugador" de Dostoyevski, con Gregory Peck, Ava Gardner y Melvyn Douglas, que no recuperó la inversión, El caso de Thelma Jordon (1950), noir distribuido por Paramount con Barbara Stanwyck y Wendell Corey, Deportado (1950), drama criminal basado en la vida de Lucky Luciano, con Märta Torén y Jeff Chandler, y El temible burlón (1952), desenfadado film de piratas producido por Warner Bros. y protagonizado por Burt Lancaster que supuso el último éxito comercial de Siodmak en Hollywood.
Descontento con su posición en Hollywood (le reprochaban excederse en los presupuestos), Siodmak decidió regresar en 1952 a Europa. En Francia dirigió El gran juego (1954), drama con Gina Lollobrigida, Jean-Claude Pascal, Raymond Pellegrin, Peter van Eyck y Arletty; en Alemania Las ratas (1955), drama con Maria Schell y Curd Jürgens que ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín, Mi padre, el actor (1956), drama con O.W. Fischer, El diablo ataca de noche (1957), drama criminal sobre un asesino en serie, con Claus Holm, Annemarie Düringer y Mario Adorf, que fue nominado al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, y Acusación: homicidio (1958), drama con Ruth Leuwerik; en Inglaterra Retrato de una pecadora (1959), drama con Nadja Tiller, Tony Britton, William Bendix y Natasha Parry; en Francia Katia (1959), drama de época ambientado en la Rusia zarista, con Romy Schneider y Curd Jürgens, y El abogado del diablo (1961), drama con Nadja Tiller y Pierre Brasseur; y nuevamente en Alemania, Túnel 28 (1962), thriller ambientado en la guerra fría, con Don Murray y Christine Kaufmann, así como tres adaptaciones de novelas de Karl May protagonizadas por Lex Barker: En el imperio del mal (1964), Cumbres de violencia (1965) y Los violentos de Rio Bravo (1965). Puntualmente volvió a contactar con el cine americano para dirigir La gran aventura (1966), western con Robert Shaw, Mary Ure y Robert Ryan que supuso un fracaso de crítica y público. Su contribuxión a la cinematografía alemana se cierra con La invasión de los bárbaros, blockbuster histórico de aventuras en la Antigua Roma exhibido en dos partes en 1968 y 1969, con Laurence Harvey, Orson Welles, Sylva Koscina, Honor Blackman, Robert Hoffmann y Harriet Andersson, film mal recibido por la crítica.
Robert Siodmak estuvo casado con Bertha Odenheimer desde 1933 hasta comienzos de 1973, fecha en que ella murió. El final del director fue triste y dramático: practicamente olvidado, ahogó su soledad en el alcohol. Su fallecimiento se produjo siete semanas después que el de su esposa, por un ataque cardiaco. Mientras se estaba muriendo, sus compañeros de borrachera robaron en su casa.
Descontento con su posición en Hollywood (le reprochaban excederse en los presupuestos), Siodmak decidió regresar en 1952 a Europa. En Francia dirigió El gran juego (1954), drama con Gina Lollobrigida, Jean-Claude Pascal, Raymond Pellegrin, Peter van Eyck y Arletty; en Alemania Las ratas (1955), drama con Maria Schell y Curd Jürgens que ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín, Mi padre, el actor (1956), drama con O.W. Fischer, El diablo ataca de noche (1957), drama criminal sobre un asesino en serie, con Claus Holm, Annemarie Düringer y Mario Adorf, que fue nominado al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, y Acusación: homicidio (1958), drama con Ruth Leuwerik; en Inglaterra Retrato de una pecadora (1959), drama con Nadja Tiller, Tony Britton, William Bendix y Natasha Parry; en Francia Katia (1959), drama de época ambientado en la Rusia zarista, con Romy Schneider y Curd Jürgens, y El abogado del diablo (1961), drama con Nadja Tiller y Pierre Brasseur; y nuevamente en Alemania, Túnel 28 (1962), thriller ambientado en la guerra fría, con Don Murray y Christine Kaufmann, así como tres adaptaciones de novelas de Karl May protagonizadas por Lex Barker: En el imperio del mal (1964), Cumbres de violencia (1965) y Los violentos de Rio Bravo (1965). Puntualmente volvió a contactar con el cine americano para dirigir La gran aventura (1966), western con Robert Shaw, Mary Ure y Robert Ryan que supuso un fracaso de crítica y público. Su contribuxión a la cinematografía alemana se cierra con La invasión de los bárbaros, blockbuster histórico de aventuras en la Antigua Roma exhibido en dos partes en 1968 y 1969, con Laurence Harvey, Orson Welles, Sylva Koscina, Honor Blackman, Robert Hoffmann y Harriet Andersson, film mal recibido por la crítica.
Robert Siodmak estuvo casado con Bertha Odenheimer desde 1933 hasta comienzos de 1973, fecha en que ella murió. El final del director fue triste y dramático: practicamente olvidado, ahogó su soledad en el alcohol. Su fallecimiento se produjo siete semanas después que el de su esposa, por un ataque cardiaco. Mientras se estaba muriendo, sus compañeros de borrachera robaron en su casa.
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