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martes, 17 de diciembre de 2019

Pepe Blanco - Cocidito madrileño

PEPE BLANCO (Logroño, La Rioja, España, 19-3-1911 / Madrid, España, 17-12-1981): IN MEMORIAM

Hoy se cumplen veintiocho años del fallecimiento del cantante español Pepe Blanco. Con voz potente y varonil entre lo flamenco y lo madrileño, y presencia escénica cercana, castiza y chulesca, dio a la canción española un sello particular muy apreciado por el público de su época, lo que, unido a su simpatía, le hicieron ser uno de los personajes más populares de las dos décadas siguientes a la posguerra española.
José Blanco Ruiz era de familia humilde. Con diez años tuvo que ponerse a trabajar en un taller mecánico de la capital riojana y en su adolescencia fue carretero, transportando grava y arena de los pueblos a los almacenes de Logroño. A los dieciocho años obtuvo el carnet de chófer profesional y se convirtió en taxista, oficio que desempeñaría primero en su tierra natal, luego en San Sebastián y finalmente en Madrid hasta 1939. Casado en la población de Cenicero con la riojana Rosa Sistiaga en 1935, en esa época ya actuaba como cantante de tabernas en localidades de su región. Se le conocía con el apelativo de 'Marchenita', en referencia a que intentaba emular los timbres y modos del cantaor sevillano de flamenco Pepe Marchena, fundamentalmente interpretando fandangos. También cantaba jotas y tangos.
Al estallar la Guerra Civil española en julio de 1936 se incorporó al bando nacional, en el que permaneció hasta el fin de la contienda en abril de 1939. Ya desmovilizado, regresó a Logroño, al taxi y al cante. En una actuación en el Café Ibiza le surgió la oportunidad de presentarse en el circo Price de Madrid y conocer a su empresario Juan Carcellé, uno de los más importantes del género de variedades en la posguerra. Allí debutó en 1942 en el espectáculo "Charivari en la pista", cuya primera figura era el entonces famoso cómico Rámper, secundado por los payasos Pompoff y Teddy. Pepe se convirtió pronto en cancionero popular; además de lucir una voz clara y potente y un repertorio agradable, era muy comunicativo con el público y poseía una simpatía contagiosa. Después de su experiencia en el Price, al año siguiente participó en el teatro Fontalba en el espectáculo "Cabalgata", encabezado por la cantante y bailarina Mary Paz y en el que debutó una impetuosa y juvenil Lola Flores. A continuación actuó en "Cabalgata 1944" en el teatro de la Comedia, con Amalia de Isaura y el bailarín Vicente Escudero, y en la reapertura del teatro Pavón con "Torbellino 1944", espectáculo que la compañía presentó también en Barcelona. En 1945 siguió interviniendo en otros espectáculos de variedades en el Teatro Maravillas, en el Price y de nuevo en el Maravillas con "Vuelo de estrellas", donde coincidió con la cantante catalana Carmen Morell (nombre artístico de Rosa Ferrando Galiana), a quien ya conocía del teatro Poliorama barcelonés. Al empresario Manuel Taramona se le ocurrió la idea de juntarlos como pareja artística, pese a que ella era dieciocho años más joven. Pepe Blanco ya era una figura en ciernes y había grabado sus primeros discos: El farolero (bulerías), Quién desprecia (pasodoble), Te quiero porque te quiero (pasodoble), y otros. Carmen Morell era una promesa dotada de una voz hermosa y cristalina.
Pepe Blanco y Carmen Morell, ya constituidos en pareja artística, se presentaron en el madrileño teatro Infanta Isabel con el espectáculo "Alegrías 1946" de Quintero, León y Quiroga. La relación profesional fue también sentimental (aunque oculta al estar él casado). Ambos formaron compañía propia y emprendieron giras por todo el territorio nacional con sucesivos espectáculos: "Melodías de España" (1947), "Un corazón y un clavel" (1949) o "En el corazón, banderas" (1950). La campechanía y casticismo de él se complementaba con la belleza y elegancia de ella. Su repertorio era muy alegre y variado, constituido por números románticos y canciones de distintas regiones españolas (copla andaluza, jotas, chotis, pasodobles, etc). Los dos rivalizarían durante años con la pareja formada por Manolo Caracol y Lola Flores (de hecho su asociación fue más larga, durando hasta 1960), pero mientras que éstos salían a escena con indumentaria flamenca, Blanco y Morell vestían de forma impecable, él de etiqueta, ella con traje de noche.
La ya muy popular pareja emprendió en 1951 una gira por América Latina. Iban contratados por tres meses y se quedaron más de un año. Triunfaron especialmente en la capital de Argentina, recorriendo también Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Cuba, Panamá y México. Tras su vuelta presentaron espectáculos como "Aventuras del querer" (1952), "Me debes un beso" (1954), "Dos amores vienen cantando" (1955), "Siete novias para mí solo" (1957) o "Luz al personaje" (1960).
El cantante riojano, que había debutado en el cine junto a Antoñita Colomé en "La mentira de la gloria" (1946), intervendría junto a Carmen Morell en las películas "La mujer, el torero y el toro" (1950), "Amor sobre ruedas" (1954) y "Maravilla" (1957), con Lolita Sevilla en "La chica del barrio" (1956), y con Estrellita Castro en "La niña del patio" (1957).  Ya retirado, sería requerido por el director Carlos Saura para una breve colaboración en "Bodas de sangre", interpretando (todavía con su característico gracejo) uno de sus éxitos emblemáticos, el pasodoble ¡Ay, mi sombrero!.
Entre las grabaciones más populares del repertorio de Pepe Blanco figuran las bulerías El gazpacho y la farruca Serva la barí (1946), las farrucas Tani y El gitano señorito (1947), la farruca La Chunga y el pasodoble ¡Ay, mi sombrero! (1948), el pasodoble Cocidito madrileño (1949), el pasodoble ¡Ay, Malvaloca! (1950), el pasodoble Soy postinero y el pasacalle Madrid tiene seis letras (1955), o la jota En La Rioja nací (1957). A dúo con Carmen Morell destacan la canción-marcha Me debes un beso (1954), el pasodoble-jota Amor que viene cantando (1955), el pasodoble El piropo es español (1956), y las diferentes 'jotas de picadillo', que simulaban riñas y reconciliaciones (años después imitadas por las 'peleas en broma' de Juanito Valderrama y Dolores Abril).
La relación personal de la pareja se iría deteriorando con los años, al no desligarse el riojano de su familia (esposa y dos hijos) a la que siempre mantuvo. Blanco sostuvo como pudo dos vínculos sentimentales y no quería romper ninguno, pero Morell se mostraba crecientemente disconforme. Las desavenencias llegaron al límite cuando él empezó a abusar de la bebida y, perdida la compostura, profería insultos, amenazas y malos tratos a su compañera. Carmen precipitó la ruptura sentimental y profesional. Cada uno se fue por su lado y nunca volvieron a verse. Para Blanco fue un duro golpe del que nunca se recuperó. Morell se casó en 1961 con el empresario Gustavo Gutiérrez Quiñones, fijando su residencia en Valencia, y continuó su carrera en solitario. Pepe, que tenía más gancho para el público, actuó a partir de 1961 en espectáculos con Lilián de Celis, Rosita Ferrer, Rafael Farina o Antonio Molina y en salas de fiestas. Pero la voz le fue fallando y, a mediados de los años 70, actuó por última vez en la sala madrileña Cleofás en visible estado de embriaguez. Su vida había ido cuesta abajo en los últimos años, había sufrido la pérdida de su esposa y el Madrid en que residía ya no era el de la posguerra. 
El portero del inmueble en que habitaba lo encontró muerto en su casa. Un fallo cardiaco fue el causante de su defunción a la edad de 70 años. El entierro en Logroño de Pepe Blanco supuso una multitudinaria manifestación de duelo por un artista único que creó un estilo inconfundible en la canción española.



Uno de los mayores éxitos de Pepe Blanco fue Cocidito madrileño, popularísimo pasodoble de Quintero, León y Quiroga estrenado en 1949, que se escuchaba a todas horas por la radio, haciendo las delicias de un público todavía sometido a las restricciones de la posguerra española. 

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