VERSÁTIL Y SENSUAL
Hoy se cumplen cuatro años del fallecimiento de la actriz inglesa Susannah York. Rubia, de ojos azules, labios arqueados y carnosos y piel muy blanca, simbolizó la sensualidad de los swinging sixties. Competente intérprete en cine, teatro y televisión, fue una de las figuras británicas más destacadas de la pantalla en las décadas de los 60 y 70.
Nacida Susannah Yolande Fletcher en el seno de una familia acomodada, desde niña manifestó interés por el arte escénico y en 1958 se graduó en la Real Academia de Arte Dramático londinense. Debutó en el cine con Whisky y gloria (1960), drama militar con Alec Guinness y John Mills, y a continuación actuó en el papel principal de Despertar a la vida (1961) de Lewis Gilbert, que coprotagonizaron Kenneth More y Danielle Darrieux, e intervino en su primera producción de Hollywood, la notable Freud, pasión secreta (1962) de John Huston, con Montgomery Clift como Sigmund Freud.
En Tom Jones (1963) de Tony Richardson, comedia histórica de aventuras basada en la novela de Henry Fielding, tuvo como oponente a Albert Finney. La película fue un gran éxito comercial, ganó cuatro Oscars (entre ellos el de mejor película) y el rostro de Susannah se hizo conocido internacionalmente. El cine americano la reclamó para formar parte del reparto de dos títulos de aventuras: El séptimo amanecer (1964) de Lewis Gilbert, con William Holden y Capucine, y Arenas del Kalahari (1965) de Cy Endfield, con Stuart Whitman y Stanley Baker. En la comedia Magnífico bribón (1966) de Jack Smight, compartió créditos con Warren Beatty y en el drama histórico Un hombre para la eternidad (1966) de Fred Zinnemann, otra producción británica ganadora del Oscar a la mejor película, formó parte de un selecto reparto que incluía a Paul Scofield, Orson Welles, Robert Shaw y Wendy Hiller. Luego fue compañera de Dirk Bogarde en Sebastian (1968) de David Greene, un drama romántico de espionaje, interpretó a una lesbiana en El asesinato de la hermana George (1968) de Robert Aldrich y participó en los repartos multiestelares de ¡Oh, qué guerra tan bonita! (1969), musical satírico de Richard Attenborough, ambientado en la I Guerra Mundial, y La batalla de Inglaterra (1969) de Guy Hamilton, ambientada en la II Guerra Mundial. Su mejor papel le llegó con Danzad, danzad, malditos (1969) de Sydney Pollack, estremecedor drama sobre un maratón de baile durante la Gran Depresión americana, con un ajustado reparto que incluía a Jane Fonda, Michael Sarrazin, Red Buttons y Gig Young. El talento interpretativo demostrado por Susannah York en esta película le valió una nominación al Oscar en la categoría de actriz secundaria.
Sus films más destacables en los años siguientes fueron Feliz cumpleaños, Wanda June (1971) de Mark Robson, con Rod Steiger, Salvaje y peligrosa (1972) de Brian G. Hutton, con Elizabeth Taylor y Michael Caine, Imágenes (1972) de Robert Altman, premio a la mejor actriz en Cannes, Oro (1974) de Peter Hunt, con Roger Moore, Las criadas (1975) de Christopher Miles, con Glenda Jackson, Culpable sin rostro (1975) de Michael Anderson, con Michael York, El asalto de los hombres pájaro (1976) de Douglas Hickox, con James Coburn, El grito (1978) de Jerzy Skolimowski, con Alan Bates, Testigo silencioso (1978) de Daryl Duke, con Elliott Gould o Superman (1978) de Richard Donner, donde era la esposa de Marlon Brando y madre de Christopher Reeve, El despertar (1980) de Mike Newell, con Charlton Heston o Superman 2 (1980) de Richard Lester. Lamentablemente los títulos que constituyeron su filmografía posterior no tuvieron la categoría de las décadas precedentes y Susannah York se empleó más a fondo en la televisión y en el teatro.
Entre 1960 y 1976 Susannah estuvo casada con Michael Wells, con quien tuvo dos hijos nacidos en 1972 y 1973. En 1991 fue nombrada Oficial de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura francés. Diagnosticada de cáncer a finales de 2010, falleció al año siguiente seis dias después de su 72 cumpleaños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario