LUDWIG VAN BEETHOVEN (Bonn, Electorado de Colonia, 16-12-1770 / Viena, Imperio Austrohúngaro, 26-3-1827): IN MEMORIAM
Hoy se cumplen 245 años del nacimiento del genial compositor alemán Ludwig van Beethoven, considerado uno de los más grandes de la cultura occidental. Autor de una ingente e influyente obra musical que supera el número de 340 composiciones, fue una figura crucial en la transición del clasicismo al romanticismo. Como compositor señala un antes y un después en la historia de la
música y refleja, quizá como ningún otro, no sólo el cambio entre el gusto
clásico y el romántico, entre el formalismo del primero y el
subjetivismo del segundo, sino también entre el Antiguo Régimen y la
nueva situación social y política surgida de la Revolución Francesa. Efectivamente, en 1789 caía La Bastilla y con ella toda una concepción
del mundo que incluía el papel del artista en su sociedad. Beethoven, siguiendo los
pasos de su admirado Mozart, fue el primer músico
que consiguió independizarse y vivir de los encargos que se le
realizaban, sin estar al servicio de un príncipe o un aristócrata, si
bien, a diferencia del salzburgués, él consiguió triunfar y ganarse el
respeto y el reconocimiento de sus contemporáneos.
Semblanza biográfica procedente (con modificaciones) de la página El poder de la palabra:
Bautizado en Bonn el 17 de diciembre de 1770, se
formó en un ambiente propicio para el desarrollo de sus facultades
aunque excesivamente rígido. Sus primeros brotes de talento musical
fueron dirigidos de forma tiránica por la disciplina de su padre, que
era tenor en la capilla de la corte e intentó hacer de él un segundo Mozart, aunque con escaso éxito. En 1789 Beethoven comenzó a
trabajar como músico de la corte para mantener a su familia. Sus
primeras obras bajo la tutela del compositor alemán Christian Gottlob
Neefe (quien le había introducido en el estudio de la obra de Johann Sebastian Bach), especialmente la Cantata fúnebre por la muerte del Emperador José
II (1790), mostraban ya una gran inteligencia, y se pensó en la posibilidad de
que se fuera a Viena para estudiar con Wolfgang Amadeus Mozart. Aunque
la muerte de Mozart en 1791 hizo que estos planes no pudieran
realizarse, Beethoven marchó a Viena en el año 1792 para estudiar con el
compositor austriaco Josef Haydn.
En Viena, Beethoven deslumbró a la aristocracia con sus improvisaciones
pianísticas, a la vez que llegó a acuerdos bastante beneficiosos con los
editores de música de la ciudad. Sus composiciones se encontraban a
medio camino entre el audaz estilo del compositor alemán Carl Philipp
Emanuel Bach y el exquisito refinamiento de Mozart. El creciente mercado
de publicaciones musicales le permitió trabajar como compositor
independiente, algo que Mozart intentó en la década anterior sin
conseguirlo.
En la primera década del siglo XIX Beethoven renunció al estilo local,
de estructuras débiles, como el que aparece en el Septeto en mi bemol
mayor para cuerda y viento, opus 20 (1799), y a partir del legado de Haydn y
Mozart, creó un nuevo lenguaje. Beethoven asimiló en
seguida el clasicismo vienés en todos los géneros instrumentales:
sinfonía, concierto, cuarteto de cuerda y sonata (la más conocida, la Sonata nº 14, Claro de luna, opus 27, publicada en 1802). La mayoría de las
obras que hoy se interpretan las compuso durante los años transcurridos
entre la Sinfonía nº 3 en mi bemol mayor, opus 55 (Heroica, comenzada
en 1803 y estrenada en 1805), y la Sinfonía nº 8 en fa mayor, opus 93
(1812), periodo denominado como su 'década heroica'.
La fama de Beethoven alcanzó su punto culminante durante estos años pero
la pérdida creciente de la capacidad auditiva que comenzó a notar en
1798, lo hizo aislarse de la sociedad. Comenzó
entonces a cambiar de domicilio con frecuencia. Durante el periodo
estival vivía en las afueras de Viena, sobre todo en Heiligenstadt y en
invierno regresaba a la ciudad. En 1802 expresó el profundo sufrimiento
que le causaba su progresiva sordera en el famoso Testamento de
Heiligenstadt, un documento dirigido a sus dos hermanos y a la sociedad
en general. Las excentricidades del músico aumentaron a partir del año
1805. Sus conciertos en público eran contados y en el año 1814 ofreció
el último.
A pesar de los rumores que circulaban entre las personas cercanas a él
sobre sus repetidos enamoramientos, Beethoven siempre elegía a mujeres
inaccesibles que pertenecían a la aristocracia, estaban casadas, o las
dos cosas a la vez. En la carta dirigida a su 'amada inmortal' (que se
supone nunca llegó a enviar y está fechada en el año 1812), expresa sus
sentimientos hacia la única mujer que debió corresponderle. El misterio
de la identidad de esta mujer se resolvió en 1977 gracias al musicólogo
estadounidense Maynard Solomon. Se trataba de Antonie Brentano, esposa
de un mercader de Frankfurt y madre de cuatro hijos. Su sentido ético y
el miedo al matrimonio, hicieron que Beethoven huyera de esta relación, a
pesar de los conflictos emocionales que le causó.
En 1815, tras la muerte de su hermano mayor Kaspar, Beethoven
empleó todas sus energías en un costoso pleito legal contra su cuñada
por la custodia del hijo de nueve años de aquel, Karl. En un
principio la madre obtuvo el favor del tribunal, pero la intervención en
1820 del archiduque Rodolfo, el protector más poderoso del músico, hizo
que ganara el juicio. Beethoven no actuaba como un padre ideal y los
roces y desavenencias surgidos entre ellos desembocaron en 1826 en un
intento de suicidio por parte de Karl.
Desde su llegada a Viena, Beethoven alternó las
composiciones basadas en modelos clásicos, como su Cuarteto para cuerda
en la mayor nº 5, opus 18 (1800, en el que tomó como patrón el Cuarteto
de Mozart K. 464, cuarteto nº 18 en la mayor), con las inspiradas en
estructuras italianas más imprecisas, como ocurre en la conocida canción
Adelaide (1795).
El nuevo estilo al que se refirió en 1802, marca su retorno a las
estructuras vienesas clásicas. A pesar de la fuerza de sus composiciones
en la década que transcurre entre 1802 y 1812, musicalmente representan
el desarrollo de las formas empleadas por Mozart y Haydn. Esto se
aprecia en obras de una envergadura sin precedente como la Sinfonía nº 3
en mi bemol mayor, opus 55 (Heroica) y el Concierto para piano en mi
bemol mayor, opus 73 nº 5 (Emperador, 1809), o en composiciones de
estructura compleja como la Sinfonía nº 5 en do menor, opus 67 (El destino, 1808) y
la Sonata para piano nº 23 en fa menor, opus 57 (Appassionata,
1805). En
estas obras demostró que con su estilo, basado en una temática del todo
nueva y en armonías opuestas que utilizaban notas contrarias, podía
crear música dotada de una fuerza y expresividad muy importantes. Entre
1808 y 1810 escribió una de sus piezas cortas más conocidas, la Bagatela para piano en la menor (Para Elisa), dedicada a Theresse Malfatti, una joven alumna suya a quien se declaró sin éxito (El título, debido acaso a un error de lectura, se debe a Ludwig Nohl, que descubrió el manuscrito y publicó transcrita la pieza por primera vez en 1867).
Las
dificultades para terminar la Sinfonía nº 8 en fa mayor, opus 93 y las
dudas sobre una posible relación con su 'amada inmortal' llevaron a
Beethoven a un periodo de incertidumbre. La fascinante capacidad de
producción de la década anterior entró en declive. Las obras posteriores
a 1812, como la Colección de canciones A la amada lejana, opus 98 (1816) y la Sonata para piano en la mayor, opus 101 (1817),
experimentaron nuevos matices y desarrollaron las estructuras musicales
que el compositor utilizaba en la década de 1790. Este grupo de obras
cíclicas y de final abierto respondía a la influencia de una nueva
generación de compositores románticos.
En 1818 Beethoven, ya sordo por completo, tuvo que utilizar 'libros de
conversación' en donde la gente escribía sus notas y observaciones para
que el compositor los entendiera. Los últimos años de la vida de Beethoven estuvieron marcados también por la soledad y una progresiva introspección, pese a lo cual prosiguió su labor compositiva. Renegó de todo el mundo menos de un
pequeño y cerrado círculo de amigos. Exceptuando los estrenos de la
Sinfonía nº 9 en re menor, opus 125 (Coral) y partes de la Missa solemnis en re
mayor, opus 123 en 1824, su música siguió interesando únicamente a un
reducido grupo de expertos. A pesar de todo, ya había alcanzado un gran
prestigio y en su lecho de muerte recibió todo tipo de muestras de
simpatía. Afectado de diferentes y penosas enfermedades, murió de neumonía a los 56 años en Viena el 26 de marzo de 1827; miles de personas
asistieron a su funeral.
Las
obras más importantes de Beethoven se pueden resumir en 9 Sinfonías, 7 Conciertos (5 para piano, uno para violín y un triple concierto para
piano, violonchelo y violín), 16 Cuartetos de cuerda, 32 Sonatas para
piano, 10 Sonatas para violín y piano, 5 Sonatas para violonchelo y
piano, una ópera, Fidelio, 2 Misas y la Misa Solemne, opus 123, varias
oberturas y numerosas variaciones para piano. Tradicionalmente se le ha
considerado como el puente hacia el romanticismo, y su producción
musical está dividida en tres periodos según una conocida interpretación
de Lenz. Actualmente los expertos lo consideran como el último
representante de la escuela vienesa clásica, que en lugar de seguir la
corriente romántica se dedicó a desarrollar la música que le habían
legado Mozart y Haydn.
Ludwig van Beethoven, Portrait by Joseph Karl Stieler, 1820 |
La sinfonía nº 9 en re menor, opus 225 (Coral) de Beethoven, considerada, con la 3ª y la 5º, la más importante del compositor alemán, fue su última gran obra. En el video se puede apreciar la ejecución de su cuarto movimiento a cargo de la West-Eastern Divan Orchestra, cuatro voces solistas
y el National Youth Choir de Gran Bretaña dirigidos por Daniel Barenboim en el Royal albert Hall de Londres en 2012. El coro incluye la Oda a la Alegría de Schiller, reconocido como un símbolo internacional de la libertad y desde 1972 el himno de la Unión Europea.
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