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martes, 5 de septiembre de 2017

Tribute to Werner Herzog (München, Deutschland, 5-9-1942)

PASIÓN POR LA VIDA COMO AVENTURA

El director, guionista y productor cinematográfico alemán Werner Herzog cumple hoy 75 años. Considerado una de las principales figuras del Nuevo Cine Alemán, movimiento que duró desde finales de los años 60 hasta los años 80, fue principalmente entre 1972 y 1982 uno de los cineastas europeos que más atención internacional concitaron, sobre todo en los circuitos de exhibición de arte y ensayo. De formación autodidacta, se muestra contrario a lo académico y cree que los buenos cineastas se forman caminando, viajando, aprendiendo idiomas y experimentando la vida. Con cincuenta y cinco años de carrera a sus espaldas, ha dirigido decenas de ficciones y documentales (bastantes de ellos para la televisión) en los cinco continentes, e incluso óperas en importantes teatros europeos. Sus películas suelen presentar antihéroes herméticos y solitarios, bajo cuya aparente calma exterior se esconde una tormenta incontrolable que, tarde o temprano, acabará por explotar. Su filosofía se resume en la convicción de que el ser humano vive alejado de la naturaleza y asfixiado por las ataduras de la sociedad del consumo y que, ante eso, sólo los locos son capaces de llevar a cabo las más hermosas gestas de la humanidad
Nacido de padres biólogos, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando sólo habían transcurrido dos semanas de su alumbramiento y tras la destrucción de un edificio vecino por los bombardeos aliados, Werner Herzog fue trasladado por su madre al pueblo de Sachrang, en los remotos Alpes bávaros. Allí creció sin agua corriente ni inodoro con cisterna y tampoco teléfono. No vió películas ni supo de la existencia del cine hasta que un proyeccionista ambulante pasó por su pueblo. A los doce años se trasladó a Munich con su familia, que pronto fue abandonada por el padre. Mientras realizaba estudios secundarios, desde adolescente sintió la necesidad de experimentar "físicamente" la vida y se convirtió en contumaz viajero, incluso a pie, recorriendo varios países europeos. Por esta época supo que quería dirigir películas y, básicamente, aprendió todo lo que pudo sobre la técnica de rodar a través de libros y enciclopedias. A tal fin incluso robó una cámara de 35 mm. y rollos de película del Instituto de Cine de Munich, ciudad en la que también tuvo un paso breve por la Universidad para estudiar historia y literatura, financiándose mediante trabajos como obrero industrial. A comienzos de los años 60 consiguió una beca para para el Seminario de cine de la Universidad de Duquesne, en Pittsburgh (Estados Unidos), ciudad en la que permaneció un cierto tiempo sobreviendo con diversos empleos. Luego viajó a Sudán, a México y a Gran Bretaña, donde aprendió a hablar inglés.
En 1962 filmó su primer cortometraje, al que siguieron otros hasta su primer largo que él mismo (al igual que los siguientes) produjo, Signos de vida (1968), un drama ambientado en la II Guerra Mundial, que ganó un Oso de Plata / Premio Extraordinario del Jurado en el Festival de Berlín. Las películas posteriores confirmaron su carácter visionario y su atención por lo irracional y por las realidades marginales, rasgos bien visibles en títulos como También los enanos empezaron pequeños (1970), comedia negra protagonizada por enanos, personajes que se rebelan contra la institución en la que viven, lo que supone una reflexión sobre la humanidad como especie; los documentales El país del silencio y la oscuridad (1971) y Fata Morgana (1971), y Aguirre, la cólera de Dios (1972), primero de sus cinco films con Klaus Kinski, un drama ambientado en las selvas amazónicas durante el siglo XVI, con el conquistador español Lope de Aguirre guiando una expedición en busca del legendario El Dorado, aventura que pronto se convertirá en un verdadero descenso a los infiernos. Acaso, la película más emblemática de su autor y una de las puntas de lanza del Nuevo Cine Alemán, supuso su consagración internacional como autor. Luego vendrían El gran éxtasis del escultor de madera Steiner (1974), documental sobre el saltador de esquí suizo Walter Steiner, un típico personaje herzoguiano, un solitario monomaníaco que llega al límite y domina el miedo a la muerte y el aislamiento; El enigma de Kaspar Hauser (1974), drama basado en hechos reales acaecidos en el siglo XIX: la aparición en una plaza de Nuremberg de un hombre -encarnado por el actor no profesional Bruno S.- que no es capaz de hablar, ni casi de moverse, tras pasar 25 años en el sótano de un orfanato, y tiene que enfrentarse a la forma en que funciona el mundo, film ganador en Cannes del Gran Premio del Jurado y el premio Fipresci; Corazón de cristal  (1976), parábola sobre la llegada de la era industrial.en el siglo XVIII; Stroszek (1977), comedia dramática con Bruno S. y Eva Mattes sobre la relación entre un músico callejero y una prostituta; Nosferatu, vampiro de la noche (1979), remake del film de 1922 de Murnau sobre el conde Dracula, con Klaus Kinski, Isabelle Adjani y Bruno Ganz, que supuso su única obra esteticista y uno de sus mayores éxitos de taquilla, o Woyzeck (1979), drama basado en una obra de Georg Büchner y protagonizado por Klaus Kinski encarnando a un ingenuo soldado que, víctima de la crueldad del sistema y de sus propias circunstancias, se ve abocado a la desesperación y a la locura.
Mención aparte merece Fitzcarraldo (1982), drama de aventuras basado en hechos reales a comienzos del  siglo XX con Klaus Kinski y Claudia Cardinale, que cuenta la historia de un excéntrico y megalómano empresario del caucho obsesionado en construir un teatro de ópera en plena selva amazónica peruana; su extravagante plan exige sacar del río un gran barco fluvial y transportarlo hasta la cima de un monte. Su película más costosa, exigió más de tres años de preproducción. Lo más especial (y paradójico) del film es que esta gesta imposible no sólo fue la del protagonista sino también la de Herzog para acabar su película más ambiciosa. El paralelismo entre ambas odiseas es evidente y este film resulta imprescindible para entender cómo los sueños individuales, aun demenciales, cobraban en su cine una dimensión artística y humana tan grande como la gesta en sí. En el Festival de Cannes recibió el premio al mejor director. Después rodó Donde sueñan las verdes hormigas (1984), drama sobre antiguas tribus aborígenes en Australia que se esfuerzan denodadamente por conservar una cultura de cuarenta mil años de antigüedad y deben enfrentarse a un consorcio minero que se propone extraer uranio dentro de su territorio, en un lugar sagrado para ellos, tratándose, pues, de la rebelión del mundo del espíritu contra una civilización groseramente materialista que lo quiere todo y no comprende nada; Cobra Verde (1987), su última colaboración con Klaus Kinski, drama sobre  un bandido brasileño que acabó convirtiéndose en un afamado comerciante de esclavos africanos en el siglo XIX; Ecos de un reino oscuro (1990), documental sobre un periodista acusado de espionaje por el dictatorial régimen de Bokassa, que, tras ser encarcelado y torturado, fue puesto en libertad; Grito de piedra (1991), drama aventurero sobre alpinistas al sur de la Patagonia, con Vittorio Mezzogiorno, Mathilda May, Stefan Glowacz y Donald Sutherland; Lecciones en la oscuridad (1992), documental sobre el desastre ecológico que se produjo tras la retirada de las tropas iraquíes de Kuwait: incontables pozos de petróleo eran pasto de las llamas y millones de litros de petróleo iban a parar al mar; Las campanas del alma (1993), documental que presenta Siberia como una región de cultura profundamente primitiva y dominada por las supersticiones y la mística; El pequeño Dieter necesita volar (1997), documental sobre el  piloto germano-americano Dieter Dengler, quien, durante una misión en Vietnam fue derribado cerca de Laos y encerrado en un campo de prisioneros, donde fue torturado, encadenado y encerrado en una celda de bambú, desde la que planeó su fuga; Mi enemigo íntimo (1999), documental sobre su tumultuosa relación con el actor Klaus Kinski, realizado ocho años después de su muerte.
Ya en el siglo XXI ha dirigido, entre otras,  Invencible (2001), drama con Tim Roth y Jouko Ahola sobre un empresario de cabaret que en la Alemania del ascenso nazi contrata a un forzudo judío; La rueda del tiempo (2003), documental sobre Siddhartha Gautama, quien 2500 años atrás abandonó su palacio de la India y peregrinó en busca de la verdad hasta convertirse en Buda a los 35 años; El diamante blanco (2004), documental sobre la fatídica historia de Dieter Plage, quien encontró la muerte en el corazón de la selva de la Guayana mientras volaba en un ingenio propulsado por helio para observar la vida salvaje en las copas de los árboles; Rescate al amanecer (2006), drama de supervivencia con Christian Bale y Steve Zahn, sobre el piloto Dieter Dengler, de quien ya se había ocupado en un documental nueve años anterior; Encuentros en el fin del mundo (2007), documental concebido como epopeya, a medio camino entre la aventura y el disparate, que acaba describiendo al Polo Sur nada menos que como lugar de encuentro; Teniente corrupto (2009), remake inconfeso del film de 1992 de Abel Ferrara, un oscuro thriller con Nicolas Cage y Eva Mendes; La cueva de los sueños olvidados (2010), documental en 3-D filmado en la cueva francesa de Chauvet, con más de 400 pinturas rupestres de 32.000 años de antigüedad, donde se reflexiona sobre el tiempo y nuestro lugar en el mundo; La reina del desierto (2015), drama biográfico sobre Gertrude Bell, escritora, arqueóloga, exploradora y cartógrafa que colaboró con el Imperio Británico a principios del siglo XX, con Nicole Kidman y James Franco, un film vapuleado por la crítica, o Dentro del volcán (2016), documental científico sobre varios volcanes activos alrededor del mundo. 
Werner Herzog también ha colaborado como actor en diversas películas y escrito varios libros. Se ha casado tres veces, siendo sus esposas: Martje Grohmann, con la que contrajo matrimonio en 1967, unión de la que nació su hijo Rudolph en 1973 y que finalizó en divorcio en 1985; Christine Ebenberger, a la que desposó en 1987, naciendo su hijo Simon en 1989 y llegando el divorcio en 1997; y Elena Pisetski, con quien permanece casado desde 1999. En 1980 tuvo a Hanna, una hija extramatrimonial de su relación con la actriz Eva Mattes. Desde 1996 el cineasta reside en los Estados Unidos.



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1 comentario:

  1. Esta semblanza es otra obra maestra y no puede ser menos para homenajear a este maestro del celuloide!!

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