EL GURÚ DEL CINE ITALIANO
El director, actor, productor y guionista cinematográfico italiano Nanni Moretti cumple hoy 64 años. Cineasta de culto dentro y fuera de su país, es, por su ideología, discurso crítico e independencia, uno de los directores emblemáticos de la izquierda italiana. A lo largo de cuatro décadas ha construído un muy personal universo cinematográfico en clave irónica y sarcástica,
plagado de personajes neuróticos y confusos, a través de los
que ha mostrado también la realidad de su país de una manera absolutamente ajena a las normas. En sus comienzos se le denominó 'el Woody Allen italiano'. Minucioso y reflexivo, capaz de cuestionar y conmover, se le considera uno de los grandes talentos del cine italiano contemporáneo. Sus películas han sido premiadas en los Festivales de Cannes, Berlín y Venecia y alcanzado numerosos reconocimientos en Italia (hasta ocho David di Donatello y once Nastri d'argento). En 1996 fue nombrado Gran Oficial de la Orden al Mérito de la República Italiana y en 2012 Comendador de la Orden de las Artes y las Letras francesas.
Giovanni Moretti nació en Brunico, población del norte de Italia donde su familia, residente en Roma, pasaba ese año las vacaciones. Hijo de profesores, ambos han participado como actores, al igual que sus hermanas, en varias de sus películas.
La pasión por el cine se reveló en él a edad muy temprana, al igual que
el waterpolo, deporte que, en la adolescencia, le dio muchas
satisfacciones; en 1970 participó en la selección nacional juvenil. En cuanto al cine, tras terminar los estudios en el liceo clásico, intentó en vano trabajar como ayudante de dirección, por lo que acabó
por vender su colección de sellos para comprarse una cámara super 8 y a
los veinte años rodó sus dos primeros cortometrajes, La sconfitta y Pâté de bourgeois. El título de su primer largometraje, Soy un autárquico (1976), sería premonitorio de la posterior
evolución de su filmografía. Logró estrenarlo en los circuitos
comerciales y permaneció varios meses en cartel con éxito de crítica y
público, lo que indujo a adquirirlo a la RAI y pasarlo a 16 milímetros.
Aquel fue el año de su despegue. Despues que los hermanos Taviani le ofrecieran un breve papel como actor en Padre Padrone (1977), su segundo largometraje como director, Ecce bombo (1978), presentado a concurso en el Festival de Cannes, obtuvo después un notable éxito de taquilla. El tercero, Sueños de oro (1981), recibió el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia.
Poco a poco se iban marcando las líneas maestras de su cine. Desde sus comienzos, sus obras se organizaron en torno a la presencia
excluyente del propio realizador ante la cámara, más como portavoz de sí
mismo que en estricto carácter de actor. En torno a él circulaba el
conjunto de amigos y parientes que confería a sus obras carácter de
retrato grupal y generacional. El relato solía ser abierto, lo que le
permitía incorporar toda clase de fragmentos discontinuos, que iban
desde el comentario de actualidad hasta las ocurrencias más
surrealistas.
En Bianca (1984) donde compartió créditos con Laura Morante, era un profesor incapacitado para el compromiso amoroso, y con La misa ha terminado (1985), donde interpretó a un sacerdote en crisis personal y profesional, ganó el Oso de Plata y el Gran Premio del Jurado en el Festival de Berlín. Después creó en 1987 su propia productora, Sacher Film, con su amigo Angelo Barbagallo, y rodó Vaselina roja (1989), parábola de la realidad política italiana a partir de un partido de
waterpolo en el que Nanni Moretti juega con la amnesia y con los
recuerdos, y el documental La cosa (1990), sobre las convulsiones de la izquierda italiana.
A partir de Caro diario (1993), compuesto de tres episodios, el cómico y la persona aparecen fusionados. Este registro libre y sin ataduras, este enlace entre realidad y
ficción, entre relato y diario personal, es precisamente lo que hace de
sus películas algo insólito, sin prejuicios y vital. Con este film, que supuso su consagración internacional como uno de los mejores directores europeos, logró el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes, el premio FIPRESCI en los Premios del Cine Europeo y el David di Donatello a la mejor película. Cinco años después, Abril (1998) seguiría una estructura parecida, en lo que casi se asemeja a una secuela.
Con La habitación del hijo (2001) se adentró de lleno en el terreno del drama. Producida, realizada y protagonizada por él mismo, junto a Laura Morante, es una conmovedora reflexión sobre el dolor que la muerte accidental de un hijo adolescente provoca en una familia de clase media. Después de ganar la Palma de Oro y el premio FIPRESCI en el Festival de Cannes, además del David di Donatello a la mejor película, se convirtió en su film más aclamado. Siempre interesado en la política italiana, vuelve a la dirección con El caimán (2006), comedia satírica inspirada en la figura de Silvio Berlusconi, con Silvio Orlando,
Margherita Buy y
Jasmine Trinca, que obtuvo un gran éxito en Italia y, nuevamente, el David di Donatello a la mejor película, además de otros cinco, incluyendo los de mejor director y productor. Más tibiamente acogida fue Habemus Papam (2011), donde Michel Piccoli interpretaba a un recién electo pontífice que no parece estar en condiciones de soportar el peso de tal responsabilidad. Su último film estrenado, Mia madre (2015), sentido homenaje a su progenitora, con
Margherita Buy, John Turturro y
Giulia Lazzarini, es también una sátira de la industria del cine y una disección de los miedos sociales, morales y sentimentales contemporáneos.
Otras películas en las que sólo ha intervenido como actor son Mañana sucederá (1988) y La voz de su amo (1991), ambas de Daniele Luchetti, La segunda vez (1995) de Mimmo Calopresti, y Caos calmo (2008) de Antonello Grimaldi. En 1995, Moretti y su socio Angelo Barbagallo compraron y reestructuraron una antigua sala de cine de grandes dimensiones en el barrio romano de Trastevere, el Nuovo Sacher, que se distingue por una programación alternativa, con ciclos y debates que cuentan con los directores de los films proyectados y con su propia asistencia, además de un festival anual dedicado a proyectar cortometrajes de jóvenes realizadores
Nanni Moretti es compañero sentimental de Silvia Nono, con la que en 1996 tuvo a su hijo Pietro.
Otras películas en las que sólo ha intervenido como actor son Mañana sucederá (1988) y La voz de su amo (1991), ambas de Daniele Luchetti, La segunda vez (1995) de Mimmo Calopresti, y Caos calmo (2008) de Antonello Grimaldi. En 1995, Moretti y su socio Angelo Barbagallo compraron y reestructuraron una antigua sala de cine de grandes dimensiones en el barrio romano de Trastevere, el Nuovo Sacher, que se distingue por una programación alternativa, con ciclos y debates que cuentan con los directores de los films proyectados y con su propia asistencia, además de un festival anual dedicado a proyectar cortometrajes de jóvenes realizadores
Nanni Moretti es compañero sentimental de Silvia Nono, con la que en 1996 tuvo a su hijo Pietro.
No lo conocía. Semblanza muy rica en detalles y apreciaciones artísticas magistrales!
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