AL SON DE LENTAS CAMPANADAS
El tango Una plegaria, que el argentino Eduardo Bianco compuso en honor del rey español Alfonso XIII, se hizo muy famoso en Europa antes de la guerra. En España lo popularizó Celia Gámez en una grabación de 1931 para el sello Odeón. Bianco lo tocó frente a
Hitler y Goebbels en 1939 y, despojado de su letra, logró un éxito enorme en Alemania, convirtiéndose en una de las músicas más escuchadas entre los batallones de la Wehrmacht. Luego, tristemente, los nazis obligaban a los músicos presos en
los campos de concentración a tocar ese tango mientras los otros iban a
las cámaras de gas. Allí le cambiaron el nombre, le llamaron: "El tango
de la muerte".
Una plegaria
(Eduardo Bianco)
Plegaria que llega a mi alma
al son de lentas campanadas,
plegaria que es consuelo y calma
para las almas desamparadas.
El órgano de la capilla
embarga a todos de emoción
mientras que un alma de rodillas
pide consuelo, pide perdón.
¡Ay de mí! ¡Ay Señor!
¡Cuánta amargura y dolor!
Cuando el sol se va ocultando
(una plegaria)
y se muere lentamente
(brota de mi alma)
se cruza un alma doliente
(elevo un rezo)
en el atardecer.
Murió la bella penitente,
murió y su alma arrepentida
voló muy lejos de esta vida,
se fue sin quejas, candidamente,
y en una noche callada
se oye un canto de dolor
su alma triste, perdonada,
toda de blanco canta el amor.
¡Ay de mí! ¡Ay Señor!
¡Cuánta amargura y dolor!
Cuando el sol se va ocultando
(una plegaria)
y se muere lentamente
(brota de mi alma)
se cruza un alma doliente
(elevo un rezo)
en el atardecer.
Qué historia tan macabra la del “Tango de la muerte”. No había escuchado esa historia ni tampoco “La Plegaría” por Celia Gámez.
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