LA MUJER PANTERA
Hoy es aniversario natal de la actriz francesa Simone Simon. Fue una de las estrellas internacionales -en su no muy dilatada carrera, participó en producciones en Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia y Alemania- más destacadas de su país en la primera mitad del siglo XX. Su belleza felina, sus irresistibles ojos verdes y una media melena
que le daba un aspecto independiente, la convirtieron en la actriz ideal
para ser La mujer pantera y otras féminas seductoras e inquietantes de la pantalla. Poseedora de un encanto y un aura propia e inimitable, se la ha considerado un antecedente de Brigitte Bardot.
Simone Simon era hija de un ingeniero judío (piloto aéreo durante la Segunda Guerra Mundial que moriría en un campo de concentración) y de una italiana. Antes de que la familia se estableciese en Marsella, ciudad donde Simone creció, los Simon vivieron en Madagascar, Budapest, Turín y Berlín. En 1931 Simone marchó a París, donde, despues de varios breves empleos, debutó en el cine. Tras intervenir en más de una decena de títulos, fue descubierta por Marc Allégret y obtuvo su primer papel importante en el drama dirigido por éste El lago de las damas (1934), film que, tras ser visto por el productor Darryl F. Zanuck, contribuyó decisivamente a que la joven actriz marchase a Hollywood contratada por 20th Century Fox. No obstante, antes de su partida, protagonizó el drama Ojos negros (1935) de Viktor Tourjansky, con Harry Baur y Jean-Pierre Aumont, y la comedia Días de sol (1935), junto
a Jean-Pierre Aumont, también dirigida por Marc Allégret, a quien ella siempre consideró su mentor y se mantuvo agradecida.
Ya en la meca del cine, Simon hubo de aprender inglés a toda prisa y tuvo muchos problemas para adaptarse al modo de vida americano y a la disciplina de los estudios, siendo reemplazada de varios títulos previstos para ella. Apareció inicialmente en las películas Aula de señoritas (1936) de Irving Cummings, melodrama protagonizado por
Herbert Marshall y
Ruth Chatterton y Jóvenes enamoradas (1936) de Edward H. Griffith, comedia romántica con
Janet Gaynor,
Loretta Young y
Constance Bennett, protagonizando ella a continuación junto a James Stewart el drama romántico El séptimo cielo (1937) de Henry King, remake del film silente del mismo título que en 1927 habia dirigido Frank Borzage. Tras compartir créditos con Don Ameche y Robert Young en la comedia Josette (1938) de Allan Dwan, donde interpretaba a una cantante de nightclub, Simon volvió a Francia insatisfecha con el desarrollo de su carrera americana. Jean Renoir le ofreció protagonizar junto a Jean Gabin el drama La bestia humana (1938), adaptación libre de una novela de Émile Zola que obtuvo reconocimiento internacional. También actuó en Cabalgata de amor (1940) de Raymond Bernard, drama histórico con Michel Simon y Claude Dauphin.
La ocupación alemana de Francia la hizo regresar a Hollywood, donde rodó para RKO sus películas de mayor éxito: El hombre que vendió su alma (1941) de William Dieterle, comedia dramática que actualizaba el mito de Fausto, con
Edward Arnold,
Walter Huston y
James Craig, y, sobre todo, La mujer pantera (1942) de Jacques Tourneur, obra maestra del cine de terror donde interpretaba a la atormentada Irena Dubrona, con
Kent Smith,
Tom Conway,
Jane Randolph y
Jack Holt, destinada a convertirse en un gran clásico del género y su película más recordada. También fue protagonista, entre otros títulos, de Mademoiselle Fifi (1944) de Robert Wise, drama bélico de época que adaptaba una novela de Guy de Maupassant, y El regreso de la mujer pantera (1944), secuela inferior de su éxito anterior dirigida por Robert Wise y
Gunther von Fritsch.
Finalizada la guerra, Simon retornó definitivamente a Francia. Después de participar en títulos como Pétrus (1946) de Marc Allégret, comedia de intriga con Fernandel, Brumas de tentación (1947) de Lance Comfort, producción británica que adaptaba una novela de Georges Simenon, con Robert Newton, o La mujer sin nombre (1950) de Géza von Radványi, drama italiano con Vivi Gioi y Françoise Rosay, encontró sus mejores nuevas oportunidades en dos memorables films de Max Ophüls: La ronda (1950), estilizado drama de historias entrelazadas en la Viena de 1900, adaptado de una obra de Arthur Schnitzler, con un magnífico reparto que incluía a Anton Walbrook,
Simone Signoret, Danielle Darrieux, Odette Joyeux, Isa Miranda,
Serge Reggiani,
Daniel Gélin,
Fernand Gravey,
Jean-Louis Barrault y
Gerard Philipe, y El placer (1952), adaptación de tres cuentos de Maupassant donde Simon era una modelo que mantenía un romance con el pintor para el que posaba (Daniel Gélin) para acabar en suicidio por amor desesperado. A partir de entonces, la actriz apenas se prodigó en el cine, se retiró en 1957 y tan sólo volvió a la pantalla en La dama de azul (1973) de
Michel Deville, comedia dramática protagonizada por
Michel Piccoli y
Lea Massari.
Simone Simon, que nunca se casó, falleció en París por causas naturales a los 94 años.
Interesante y como siempre, rigurosamente documentada reseña.
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