EL BAD BOY MÁS SEXY DEL CINE NEGRO.
Tal día como hoy en 1965 falleció el actor estadounidense Steve Cochran. Alto, guapo, fornido y muy varonil, fue llevado a Hollywood por Samuel Goldwyn, quien lo colocó de secundario en varias de sus producciones. Pero fue en Warner Bros. donde Cochran contó con mejores oportunidades de lucir su atezada presencia de duro, interpretando de forma siempre convincente toda una serie de roles de gangsters implacables y retorcidos o fríos y maquinadores villanos, con o sin bigote, en algunos títulos que hoy se consideran clásicos. A lo largo de sus veinte años de corta pero prolífica carrera, en las películas de mayor presupuesto solían encomendarle personajes secundarios y en las de serie B era el protagonista. Su magnetismo incuestionable le convirtió en el bad boy más sexy del cine negro, pero no fue suficiente para alcanzar un estrellato de primera categoría, ya que Cochran era demasiado rudo y sombrío para el gran público. Tampoco le benefició la reputación de mujeriego que le precedía y que le acompañó hasta el final (se dice que fue amante de estrellas como Mae West, Joan Crawford, Ida Lupino, Jayne Mansfield,
Mamie Van Doren o Merle Oberon). Su trágica muerte a los 48 años levantó no pocas especulaciones en los tabloides de la época.
El mayor de los dos hijos de un leñador, Robert Alexander Cochran fue un adolescente inquieto que, en su educación secundaria, destacó en atletismo y deportes como el baloncesto, apareciéndo también en producciones teatrales escolares. Tras breves periodos en que se empleó como vaquero y ferroviario marchó a estudiar en la Universidad de Wyoming, donde continuó practicando sus aficiones. Impulsivamente, en 1937, decidió dejar sus estudios y fue directo a Hollywood con el propósito de convertirse en estrella.
En la meca del cine empezó ganándose la vida como carpintero y vigilante jurado. Unido a una compañia de repertorio veraniego, a comienzos de la década de los 40 interpretó papeles en varias obras de Shakespeare en un festival en Carmel: Orsino en "Noche de Reyes", Malcolm en "Macbeth, "Horacio" en "Hamlet" y el rol titular en "Ricardo III". Posteriormente actuó en varias obras en Detroit. Durante la II Guerra Mundial fue incapacitado para el servicio militar debido a que le detectaron un soplo cardiaco, pero dirigió e interpretó obras en los campos de entrenamiento del ejército en la costa oeste. A finales de 1943, junto a Constance Bennett, anduvo de gira con la obra "Sin amor" de Philip Barry, en la que fue descubierto por Samuel Goldwyn. Tras un breve debut en Broadway en una obra que sólo se mantuvo seis días en cartel, volvió a Hollywood contratado por el citado productor.
Entre sus primeras películas figuran Un hombre fenómeno (1945) de Bruce Humberstone, comedia musical con
Danny Kaye,
Virginia Mayo y
Vera-Ellen donde interpreta a un gangster, Al son de las guitarras (1946) de Arthur Dreifuss, comedia musical con
Jinx Falkenburg y Jim Bannon, El asombro de Brooklyn (1946) de Norman Z. McLeod, comedia musical con
Danny Kaye,
Virginia Mayo y
Vera-Ellen, Acosados (1946) de Arthur Ripley, noir en el que, compartiendo créditos con
Robert Cummings,
Michèle Morgan y
Peter Lorre, vuelve a encarnar a un gangster, Los mejores años de nuestra vida (1946) de William Wyler, drama con Myrna Loy, Fredric March, Dana Andrews, Teresa Wright y Virginia Mayo donde le tocó un rol muy secundario, Copacabana (1947) de Alfred E. Green, comedia musical con
Groucho Marx,
Carmen Miranda,
Andy Russell y
Gloria Jean, o Nace una canción (1948) de Howard Hawks, musical con
Danny Kaye y
Virginia Mayo donde de nuevo hace de gangster. En esta época debuta en la televisión y regresa a Broadway para actuar junto a Mae West en una reposición de su comedia "Diamond Lil".
Contratado por Warner Bros., en adelante encarnará a gangsters, villanos o antagonistas en diversos titulos de este estudio: Al rojo vivo (1949) de Raoul Walsh, vibrante noir con
James Cagney,
Virginia Mayo y
Edmond O'Brien donde era un secuaz hambriento de poder del psicótico gangster protagonista, Los condenados no lloran (1950) de Vincent Sherman, noir con
Joan Crawford y
David Brian, Carretera 301 (1950) de Andrew L. Stone, drama criminal que protagonizó junto a
Virginia Grey y
Gaby André, Dallas, ciudad fronteriza (1950) de Stuart Heisler, western con
Gary Cooper y
Ruth Roman, Aviso de tormenta (1951) de Stuart Heisler, noir con
Ginger Rogers,
Ronald Reagan y
Doris Day, Atrapada (1951) de Edwin L. Marin, western con
Dennis Morgan y
Patricia Neal, Motín (1951) de Crane Wilbur, drama carcelario donde encabezó el reparto junto a David Brian, Unidos por el crimen (1951) de Felix E. Feist, noir con Ruth Roman, El hombre de bronce (1951) de Michael Curtiz, drama biográfico sobre el atleta Jim Thorpe, con
Burt Lancaster,
Charles Bickford y
Phyllis Thaxter, Ahí vienen los tanques (1951) de Lewis Seiler, film bélico donde encabezó el reparto secundado por
Philip Carey y
Mari Aldon, El león y el caballo (1952) de Louis King, western con Ray Teal, Guantes grises (1952) de Lewis Seiler, drama bélico con Cornel Wilde, y La canción del desierto (1953) de Bruce Humberstone, musical con
Kathryn Grayson y
Gordon MacRae.
Después de dejar Warner amplía su filmografía con El pantano siniestro
(1953) de John Rawlins, film de aventuras en Florida con
Carole Mathews y
Warren Stevens, Vuelta a la vida (1953) de Joseph Pevney, film de aventuras en Alaska en el siglo XIX, con
Rock Hudson y
Marcia Henderson, Apasionadamente (1954) de Kurt Neumann, drama circense con
Anne Baxter,
Lyle Bettger y
George Nader, Infierno 36 (1954) de Don Siegel, noir con
Ida Lupino, Howard Duff,
Dean Jagger y
Dorothy Malone, Cuando llegue la primavera (1956) de R.G. Springsteen, drama con Ann Sheridan, Amanecer incierto (1956) de Val Guest, thriller británico con
Lizabeth Scott,
Herbert Marshall y
Nicole Maurey, Calumnia sangrienta (1957) de Roy Rowland, drama con
Van Johnson y
Ann Blyth, El grito (1957) de Michelangelo Antonioni, drama italiano con
Alida Valli,
Dorian Gray, Lynn Shaw,
Gabriella Pallotta y Betsy Blair,
Guerra sin cuartel (1958) de Edward Bernds, western con
Diane Brewster,
Leo Gordon y
Gale Robbins,
La vida de un gangster (1958) de Roger Corman, drama criminal con
Lita Milan, Generación de rebeldes (1959) de Charles F. Haas, drama criminal con
Mamie Van Doren,
Ray Danton y
Fay Spain, y Sindicato del terror (1959) de Charles F. Haas, drama criminal con Mickey Rooney y Mamie Van Doren.
En adelante trabajaría más en series de televisión en calidad de actor invitado, volviendo al cine esporádicamente con títulos como Compañeros mortales (1961) de Sam Peckinpah, western con
Maureen O'Hara,
Brian Keith y Chill Wills, Amor y deseo (1963) de Richard Rush, drama con
Merle Oberon y Kurt Jürgens, y Zanzíbar (1964) de Robert Lynn, drama británico de acción con
Hildegard Knef y
Paul Hubschmid. Su última película fue Tell me in the sunlight (1967), drama con Shary Marshall y Jay Robinson que él mismo produjo, dirigió y protagonizó
en las Bahamas en 1965, pero que no se estrenó hasta dos años después de su muerte.
Steve Cochran se casó en tres ocasiones, finalizando en divorcio sus dos primeros matrimonios. Sus esposas fueron Florence Lockwood (1935-1946), con quien tuvo a su hija Xandria; la actriz Fay McKenzie (1946-1948) y Jonna Jensen, una emigrante danesa veinticinco años más joven que él, con la que se casó en 1961 y que había pedido el divorcio antes de la desaparición del actor. Esta se produjo en extrañas circunstancias: En 1965 contrató a tres jovencitas mexicanas de 14, 19 y 25 años para que le acompañasen en una travesía marítima con el objeto de buscar localizaciones para una próxima película en la que ellas aparecerían. A pesar de que su salud no era buena, Cochran salió el 3 de junio con sus acompañantes desde Acapulco conduciendo su yate, que perdió uno de sus mástiles en una fuerte tormenta cuando se dirigía a Costa Rica. Días después el actor enfermó gravemente y murió de un edema pulmonar agudo. El yate permaneció a la deriva y las tres muchachas siguieron a bordo aterrorizadas, pues no sabían manejarlo. Así transcurrieron diez días hasta que la corriente llevó la embarcación a un punto cercano a la población de Champerico, en la costa del Pacífico en Guatemala. Allí las autoridades recogieron a las tripulantes y se hicieron cargo del cadáver de Cochran para realizarle una autopsia.
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