DE HOLLYWOOD A ATENAS (PASANDO POR PARÍS)
Hoy es aniversario natal del cineasta estadounidense Jules Dassin. Director, productor, guionista y actor, en su carrera hay dos etapas claramente diferenciadas: la primera en Hollywood, que produjo importantes títulos clásicos del cine negro (a pesar de los cortes y montajes efectuados por las productoras), y una segunda en Europa (tras su exilio forzoso debido a la caza de brujas del senador McCarthy), con films de éxito como Rififi, Nunca en domingo o Topkapi. La actriz griega Melina Mercouri fue su segunda esposa y también la protagonista de la mayoría de sus películas europeas.
Hoy es aniversario natal del cineasta estadounidense Jules Dassin. Director, productor, guionista y actor, en su carrera hay dos etapas claramente diferenciadas: la primera en Hollywood, que produjo importantes títulos clásicos del cine negro (a pesar de los cortes y montajes efectuados por las productoras), y una segunda en Europa (tras su exilio forzoso debido a la caza de brujas del senador McCarthy), con films de éxito como Rififi, Nunca en domingo o Topkapi. La actriz griega Melina Mercouri fue su segunda esposa y también la protagonista de la mayoría de sus películas europeas.
Julius Samuel Dassin era uno de los ocho hijos de una pareja judía emigrada a los Estados Unidos desde Ucrania. Su padre era un barbero en Harlem, el barrio neoyorquino donde Julius se crió. Graduado en 1929 en la Morris High School en el Bronx, viajó a Europa, donde entre 1934 y 1936 recibió clases de actuación. A su vuelta a Nueva Yok formó parte del ARTEF, una agrupación teatral judía, y trabajó también escribiendo para la radio. Por esa época se afilió al partido comunista durante un breve periodo,
dándose de baja en él en 1939, desilusionado por el pacto firmado entre
la Unión Soviética con Hitler. En 1937 se había casado con la violinista Béatrice Launer, con la que tendría tres hijos (el mayor, el futuro cantante Joe Dassin, exitoso en Francia en los años 70) y de la que se divorciaría en 1962.
Dassin llegó en 1940 a Hollywood, donde fue ayudante de directores como Alfred Hitchcock y Garson Kanin. Con su primer cortometraje demostró su talento para dirigir con un presupuesto reducido, lo que propició un contrato con M-G-M, estudio para el que filmó su primer largo, Nazi agent (1942), thriller en el que Conrad Veidt interpretaba a dos hermanos gemelos, uno oficial nazi y el otro al servicio de los aliados. Tras esta prometedora ópera prima, Dassin rodó títulos como Reunión en Francia (1942), drama bélico con
Joan Crawford,
John Wayne y
Philip Dorn, o El fantasma de Canterville (1944), comedia que adaptaba un relato fantástico de Oscar Wilde, con
Charles Laughton,
Robert Young y
Margaret O'Brien.
Ya fuera de M.G.M. su nombre se consagró en los estudios Universal con dos ásperos y descarnados thrillers que no obvian la violencia, Fuerza bruta (1947), sólido noir en el que Burt Lancaster interpreta a un convicto más noble que los carceleros que le custodian, y La ciudad desnuda (1948), noir con Barry Fitzgerald en el que dos policías investigan el asesinato de una bella modelo en Nueva York.
Quizás sea este uno de los films más representativos del característico
estilo propio de Dassin, marcado por un realismo extremo, muy próximo al
documental, un gran protagonismo de los escenarios urbanos, y
predilección por personajes muy cotidianos, que se ven envueltos en
situaciones excepcionales, en este caso la persecución de un asesino. Ya en 20th Century Fox le siguió Mercado de ladrones (1949), noir con Richard Conte,
Valentina Cortese,
Lee J. Cobb y
Barbara Lawrence sobre un camionero que decide no someterse a las presiones de los dirigentes de los sindicatos mafiosos. Después el productor Darryl F. Zanuck
le designó para dirigir Noche en la ciudad (1950), noir con Richard Widmark y Gene Tierney sobre un estafador en Londres atrapado en sus propios manejos en el mundo de la lucha-libre. Acusado por su pasada afiliación al partido comunista americano, Dassin fue urgido por Zanuck para filmar primero las secuencias más costosas para así comprometer al estudio, y finalmente el rodaje pudo completarse y el film pudo ser estrenado. Pero el testimonio en su contra de directores como Edward Dmytryk y Frank Tuttle ante el Comité de Actividades Antiamericanas y su propia renuncia a testificar ante el mismo en 1952 hundió la carrera de Dassin en Hollywood, al ser incluido en la famosa 'lista negra'.
Tras una breve temporada en Gran Bretaña, en 1953 se instala en Francia, aun sin dominio de la lengua y limitados contactos y cambia su nombre de Julius a Jules. Después de cinco años sin rodar una película, consigue dirigir la que es probablemente su obra capital, Rififi (1955),
tenso thriller de bajo presupuesto que narra uno de los más impactantes robos (en una joyería) jamás filmados,
pues dura unos cuarenta minutos y es mostrado sin diálogos ni música. Por este film recibió el premio al mejor director en el Festival de Cannes y una gran aclamación crítica.
Estaba protagonizado por Jean Servais, que también se puso a sus órdenes en El que debe morir (1957), adaptación de una novela de Nikos Kazantzakis, que se desarrollaba en Grecia. Durante el rodaje en ese país conocería a Melina Mercouri, miembro del reparto de la que se enamoró y con la que acabaría casándose en 1966. Su siguiente película fue La ley (1959), drama de coproducción franco-italiana con
Gina Lollobrigida,
Pierre Brasseur,
Marcello Mastroianni,
Melina Mercouri e
Yves Montand.
Uno de los grandes éxitos de Jules Dassin fue Nunca en domingo (1960), comedia dramática protagonizada por
Melina Mercouri y él mismo que narra la relación entre una prostituta griega y un escritor americano que intenta alejarla del oficio. Presentada en Cannes, su protagonista femenina ganó allí el premio a la mejor actriz y la película obtuvo gran difusión internacional (a la que no fue ajeno el tema musical de la película compuesto por Manos Hadjidakis), culminada con cinco candidaturas al Oscar (dos de ellas para Dassin como director y guionista). En esa época la caza anticomunista de brujas se estaba debilitando y Dassin fue aceptado otra vez. Sus siguientes obras fueron Fedra (1962), adaptación actualizada de la obra de Eurípides, con Melina Mercouri,
Anthony Perkins y
Raf Vallone, Topkapi (1964), comedia de aventuras con Melina Mercouri, Peter Ustinov y Maximilian Schell, en la que en un tono más ligero seguía los fundamentos de Rififi y con la que obtuvo un nuevo éxito popular, y Las 10:30 de una noche de verano (1966), drama triangular basado en una novela de Marguerite Duras, con
Melina Mercouri,
Romy Schneider y
Peter Finch.
Con su esposa Melina Mercouri, desposeída de su nacionalidad griega por su oposición al instaurado régimen de la dictadura de los coroneles, abandonó Atenas en 1967 y se instaló en Nueva York. Un documental y un largo de ficción allí producidos en 1968 apenas alcanzaron repercusión. Dassin fue perdiendo el favor del público progresivamente con sus siguientes películas: Promesa al amanecer (1970), drama según una novela de Romain Gary, con Melina Mercouri y Assaf Dayan, Gritos de pasión (1978), drama inspirado en la "Medea" de Eurípides, con Melina Mercouri y Ellen Burstyn, y Círculo de dos (1980), drama con
Tatum O'Neal y
Richard Burton.
Tras el cambio de régimen, Dassin y Mercouri volvieron a Grecia, donde ella llegó a ser parlamentaria y Ministra de Cultura en dos ocasiones, falleciendo de cáncer en 1994. En 1980 el cineasta había perdido a su hijo Joe, muerto de un infarto a los 41 años. Jules Dassin falleció a los 96 años de complicaciones derivadas de una gripe.
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