ESTRELLA EUROPEA EN LOS AÑOS 60
Hoy es aniversario natal del actor alemán Horst Buchholz. Tempranamente consagrado en su país como prototipo de joven rebelde (en sus inicios se le denominó 'el James Dean alemán'), expandió internacionalmente su carrera gracias a su capacidad para expresarse en otras lenguas, participando en buen número de producciones europeas o americanas de diversos géneros en las que mostró convincente versatilidad (lo mismo encarnó a jóvenes fogosos que a personajes históricos como Marco Polo, Miguel de Cervantes o Johan Strauss II). Empero, a partir de la madurez, sus oportunidades de encontrar buenos papeles en el cine disminuyeron considerablemente y buscó refugio en la televisión y el teatro.
Nacido en un pobre suburbio berlinés, Horst Werner Buchholz nunca conoció a su padre biológico. Cuando tenía cuatro años su madre se casó con un zapatero apellidado Buchholz, de quien Horst adoptaría el nombre. Durante la Segunda Guerra Mundial fue evacuado a Silesia y después fue albergado en un hospicio en Checoslovaquia. Tan pronto como pudo regresó a Berlín y apenas terminó su escolarización buscó trabajo en el teatro, debutando sobre la escena con sólo quince años.
Todavía era un adolescente cuando, tras varios trabajos como figurante, apareció en un pequeño papel en el thriller alemán La huella conduce a Berlín (1952) de Franz Cap y ya en drama romántico Marianne (1955) de Julien Duvivier tuvo un papel importante. El drama Cielo sin estrellas (1955) de Helmut Käutner impulsó su carrera, y en el drama sobre delincuencia juvenil Die halbstarken (1956) de Georg Tressler causó sensación entre el público joven de su país, lo que propició que comenzase a ser llamado 'el James Dean alemán'. Su estrellato se vio confirmado por sus siguientes películas: Un rey sin corona (1957) de Harald Braun, drama de época con O.W. Fischer y Odile Versois, Las confesiones del estafador Felix Krull (1957) de Kurt Hoffmann, comedia dramática de época que adaptaba una novela de Thomas Mann, con Liselotte Pulver, Un amor de París (1957) de Helmut Käutner, drama romántico con Romy Schneider, Asfalto húmedo (1958) de Frank Wisbar, thriller con Martin Held y
Maria Perschy, o Resurrección (1958) de Rolf Hansen, drama adaptado de la novela de León Tolstói, donde compartió créditos con Myriam Bru, actriz francesa con la que se casó ese mismo año (ella se retiró) y que le daría dos hijos, Beatrice y Christopher que también se dedicarían al cine. El matrimonio se mantuvo hasta la muerte de Buchholz.
Su carrera internacional comenzó en Inglaterra con La bahía del tigre (1959) de J. Lee Thompson, interesante drama criminal junto a John Mills y su hija
Hayley Mills, quien debutó en la pantalla con esta cinta, ganadora del Oso de Plata en el Festival de Berlín y premio BAFTA a la mejor película, continuando con Das totenschiff (1959) de Georg Tressler, título de aventuras con Mario Adorf, Helmut Schmid, y Elke Sommer, y Los siete magníficos (1960) de John Sturges, western que no era sino un remake de "Los siete samurais" (1954) la obra maestra de Akira Kurosawa, cambiando escenarios japoneses por el viejo oeste, con Yul Brynner, Eli Wallach, Steve McQueen, Charles Bronson, Robert Vaughn,
Brad Dexter y James Coburn, y que supuso la incorporación de Buchholz al cine americano. Hollywood contó con él para sus dos siguientes películas: Fanny (1961) de Joshua Logan, drama romántico nominado al Oscar en cinco apartados, con
Leslie Caron,
Maurice Chevalier y
Charles Boyer, y Uno, dos, tres (1961) de Billy Wilder, ácida y divertidísima comedia satírica ambientada en el Berlín de la Guerra Fría, con
James Cagney,
Pamela Tiffin y
Arlene Francis, donde Buchholz interpretó a un furibundo joven comunista obligado a casarse con la hija del representante de Coca-Cola en Europa tras haberla embarazado. Esta película, no bien comprendida en su momento por el público americano, es hoy día uno de los grandes clásicos de la comedia de todos los tiempos.
En los años siguientes mantuvo su estatus de estrella europea en títulos de dispar calidad como Nueve horas de terror (1963) de Mark Robson, drama de intriga con Jose Ferrer, Diane Baker y Robert Morley, El tedio (1963) de Damiano Damiani, drama adaptado de una novela de Alberto Moravia, con
Catherine Spaak y
Bette Davis, La conquista de un imperio (1965) de Denys de La Patellière,
Raoul Lévy y
Noël Howard, coproducción europea de aventuras sobre Marco Polo, donde encabezó un reparto internacional que incluía a Akim Tamiroff,
Elsa Martinelli,
Robert Hossein,
Grégoire Aslan,
Omar Sharif, Orson Welles y Anthony Quinn, Estambul 65 (1965) de Antonio Isasi, producción española de aventuras con Sylva Koscina, Balada de los asesinos (1967) de Yves Allégret, comedia criminal con Sylva Koscina, Cervantes (1967) de Vincent Sherman, coproducción filmada en España y el primer film biográfico dedicado al autor del Quijote, con
Gina Lollobrigida,
José Ferrer,
Louis Jourdan y
Francisco Rabal, El astrágalo (1968) de Guy Casaril, drama francés con
Marlène Jobert, Come, quando, perché (1969) de Antonio Pietrangeli, drama italiano con Philippe Leroy y
Danièle Gaubert, Las ratas de la violencia (1970) de Sergio Garrone, film bélico italiano con Sylva Koscina y
William Berger, El gran vals (1972) de Andrew L. Stone, drama biográfico sobre el compositor Johan Strauss hijo, con
Mary Costa,
Nigel Patrick,
Yvonne Mitchell y
Rossano Brazzi, o La amante del asesino (1975) de Krzysztof Zanussi, thriller alemán según una novela de James Hadley Chase, con Ann Wedgeworth y Chip Taylor.
Menor interés (salvo excepciones) suscita el resto de su filmografía, apareciendo generalmente en roles de carácter en películas como Brigada antisecuestro (1976) de Irvin Kershner (telefilm exhibido en salas de cine), drama de acción sobre el secuestro y liberación de rehenes en el aeropuerto ugandés de Entebbe, con
Peter Finch,
Charles Bronson y
Yaphet Kotto, Viaje a la Atlántida del capitán Nemo (1977) de Alex March (otra producción televisiva vista en salas de cine), film de ciencia-ficción y aventuras con
José Ferrer,
Burgess Meredith y
Mel Ferrer, De Dunquerque a la victoria (1979) de Umberto Lenzi, film bélico con George Peppard,
George Hamilton y
Anny Duperey, El tren de los espías (1979) de Mark Robson, thriller de acción con
Lee Marvin,
Robert Shaw,
Linda Evans,
Maximilian Schell y Mike Connors, Afrodita, la diosa del amor (1982) de Robert Fuest, drama erótico con
Valérie Kaprisky, Aventuras en el Sahara (1983) de Andrew V. McLaglen, drama aventurero con Brooke Shields, Lambert Wilson, John Rhys-Davies y John Mills, Código: Esmeralda (1985) de Jonathan Sanger, drama de espionaje con Ed Harris, Max von Sydow, Helmut Berger y Eric Stoltz, Y los violines dejaron de sonar (1988) de Alexander Ramati, drama histórico polaco sobre la persecución de gitanos por el régimen nazi, Águila de acero III (1992) de John Glen, drama militar de acción con Louis Gossett, Jr., Tan lejos, tan cerca (1993) de Wim Wenders, drama fantástico secuela de "El cielo sobre Berlín" del mismo director, con
Otto Sander,
Peter Falk,
Nastassja Kinski, Heinz Rühmann, Bruno Ganz, Solveig Dommartin,
Rüdiger Vogler y
Willem Dafoe,
La vida es bella (1997) de Roberto Benigni, drama sobre el holocausto judío ganador de tres Oscars, con
Roberto Benigni,
Nicoletta Braschi y
Giorgio Cantarini, o El enemigo (2001) de Tom Kinninmont, thriller de acción con Luke Perry,
Olivia d'Abo,
Roger Moore y
Tom Conti. En esta etapa también trabajó en televisión y en España protagonizó la serie "Réquiem por Granada" (1991), que dirigió Vicente Escrivá, intepretando al rey Boabdil. Asímismo, ocasionalmente volvió a actuar en teatro en su país.
Usualmente reticente a hablar de su vida privada, en el año 2000 confesó haber amado a otros hombres y se reconoció bisexual. El actor falleció a los 69 años de una neumonía que contrajo tras una operación quirúrgica por fractura de cadera. Dos años después su hijo Christopher Buchholz realizó el documental "Horst Buchholz... mein papa" (2005).
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