ROMÁNTICO, SENTIMENTAL Y EXQUISITO
Hoy se cumplen veintiséis años del fallecimiento del cineasta francés Jacques Demy, probablemente el más atípico de los directores surguidos en la época de la Nouvelle Vague francesa. Fue junto a François Truffaut uno de los mayores románticos surgidos de ese movimiento y su estilo -como el de éste, asímismo clásico, melancólico y sentimental- se alejaba bastante de la tendencia predominante de otros realizadores del grupo que
abogaban principalmente por la experimentación formal, la crítica
social y la agitación política a la hora de hacer y entender el cine. Demy iba a reflujo en esta corriente artística con su personal universo imaginativo, colorido y poderosamente romántico. Sus películas, rebosantes de audacia y emoción, desprenden una belleza, sensibilidad, encanto y delicadeza que cautivan. Demostró su maestría sobre todo en el músical, un género sin tradición en Francia del que, con la colaboración habitual del músico Michel Legrand, su obra cumbre es Los paraguas de Cherburgo.
Hijo de un mecánico y una peluquera, Jacques Demy fue un niño creativo, despierto y soñador. Cinéfilo precoz, era un apasionado del arte, desde la pintura, el cine y el teatro hasta los espectáculos de marionetas o títeres. Tras estudiar Bellas Artes en Nantes se trasladó a París para cursar decoración. Sus primeros pasos profesionales en el cine fueron como director de cine
publicitario y como ayudante de dirección del documentalista Georges
Rouquier. Al mismo tiempo dirigió cortometrajes con compañeros de
estudios y amigos: uno de ellos, François Truffaut, le ofreció un
pequeño papel (un policía) en su debut como director, "Los cuatrocientos golpes" (1959). También apareció en "Paris nous appartient" (1960) de Jacques Rivette.
Su debut como director, Lola (1960) obtuvo un notable éxito de crítica y público. Dedicada a Max Ophüls, es un homenaje a su última película como director, "Lola Montes" (1955), y a Lola-Lola, el personaje interpretado por Marlene Dietrich en "El ángel azul"
(1930) de Josef Von Sternberg. Anouk Aimée interpreta a Lola, una
bailarina de cabaret y madre soltera alrededor de la cual se forma un
complejo entramado de personajes en constante movimiento. Una de las mejores películas de la primera nouvelle
vague, a la frescura propia del cine de ese movimiento, Demy añadió
el sentimentalismo ingenuo que caracterizó lo mejor de su obra. La banda
sonora de Michel Legrand añadió un toque de jazz que se adaptó
perfectamente al espíritu de improvisación y libertad del cine de la
época. El personaje de Lola se hizo recurrente en la filmografía de
Demy y las referencias a esta película aparecen en buena parte del
resto de su trabajo. El éxito de su primer largometraje le permitió llevar a cabo otros proyectos, como su participación en el film de siete episodios y otros tantos directores Los siete pecados capitales (1961), al que contribuyó con La lujuria, y La bahía de los ángeles (1963), drama romántico con Jeanne Moreau,
Claude Mann y
Paul Guers, posiblemente la cinta más decadente, sobria y desgarrada de su filmografía. En ella se cuenta la historia de una mujer cada vez más a la deriva debido a su ludopatía.
Después acometió su obra más ambiciosa, Los paraguas de Cherburgo (1964), melodrama romántico con
Catherine Deneuve,
Nino Castelnuovo,
Anne Vernon y
Marc Michel que cuenta la frustrada historia de amor entre Guy y Geneviève, una joven pareja que las circunstancias personales adversas impiden consolidar. Absolutamente novedosa en su planteamiento, todos sus diálogos son cantados sobre una inspiradísima y memorable partitura de Michel Legrand que ya es clásica, y a la vez, con su estética pop y colorista, un homenaje naif a la gran tradición del musical americano. Concebida como ópera popular, es sin duda la obra maestra de Demy. La película ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes, obtuvo un enorme éxito internacional y fue
candidata al Oscar como mejor película en lengua extranjera. Cosa curiosa en los Premios de la Academia, al año siguiente fue nuevamente nominada en otras cuatro categorías: mejor guión original (Demy), mejor banda sonora original (Legrand), mejor banda sonora adaptada (Legrand) y mejor canción ("I will wait for you", Demy/Legrand). El film, además, convirtió a Catherine Deneuve en una estrella. Tres años más tarde, Demy intentó repetir el éxito de su anterior película con Las señoritas de Rochefort (1967), musical alegre y vitalista con Catherine Deneuve y su hermana
Françoise Dorléac, flanqueadas por un seductor reparto que incluía a George Chakiris,
Gene Kelly,
Michel Piccoli,
Jacques Perrin, Grover Dale y Danielle Darrieux. Homenaje aún más explícito a los grandes musicales de la época dorada de Hollywood, triunfó ampliamente en Francia pero en menor medida en otros países. Demy y Legrand fueron de nuevo candidatos al Oscar por su banda sonora adaptada.
Con Estudio de modelos (1969), drama rodado en inglés con Anouk Aimée,
Gary Lockwood y
Alexandra Hay, considerado como la segunda parte de Lola, materializó su sueño de rodar en Hollywood. No obstante la película no fue bien acogida y Demy volvió a su país para dirigir Piel de asno (1970), adaptación musical del cuento de Perrault, con
Catherine Deneuve,
Jean Marais,
Jacques Perrin,
Micheline Presle y
Delphine Seyrig, su película más taquillera en Francia. Menos afortunados resultaton sus siguientes títulos: El flautista (1972), producción británica que adaptaba el cuento de los hermanos Grimm "El flautista de Hamelín", con Donovan,
Jack Wild, Donald Pleasence y John Hurt, No te puedes fiar ni de la cigüeña (1973), comedia con Catherine Deneuve y Marcello Mastroianni donde éste último aparecía embarazado, y Lady Oscar (1979), drama histórico inspirado en un cómic de Manga, con Catriona MacColl y
Barry Stokes.
Su carrera se recuperó en parte con Una habitación en la ciudad (1982), musical trágico acerca de unos trabajadores durante una huelga en Nantes en 1955, con
Dominique Sanda, Danielle Darrieux,
Richard Berry y
Michel Piccoli, nominado a nueve premios César. Al igual que en Los paraguas de Cherburgo, todos los diálogos de la película son cantados, aunque en esta ocasión la música no era de Legrand sino de Michel Colombier. Después rodó Parking (1985), revisión musical del mito de Orfeo, con
Francis Huster,
Laurent Malet,
Keïko Ito,
Gérard Klein y
Marie-France Pisier, La table tournante (1988), un film de animación codirigido con
Paul Grimault, y Tres entradas para el 26 (1988), musical con
Yves Montand,
Mathilda May,
Patrick Fierry y Françoise Fabian.
Jacques Demy se casó en 1962 con la también directora Agnès Varda, que aportó al matrimonio una hija anterior, Rosalie, que fue adoptada por Demy. La pareja tuvo un hijo en 1972, Mathieu Demy. El director falleció de sida a los 59 años.
Bueno, la causa del fallecimiento la desconocía. Una pena. Esta es otra de las supremas de Javi.
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