PRIMERA DAMA DEL TEATRO NORTEAMERICANO
Hoy es aniversario natal de la insigne actriz estadounidense Helen Hayes. Conocida como Primera Dama del teatro norteamericano (título que también ostentó Katharine Cornell), fue sobre la escena donde ofreció lo más relevante de su talento interpretativo a lo largo de más de sesenta años de carrera. Menuda y de físico poco notable, su aspecto no era el de una estrella de cine convencional y su filmografía no es muy dilatada, aunque apareció en varios títulos de interés. Fue reconocida con dos Oscars, uno como mejor actriz y otro como mejor secundaria casi cuarenta años después. Asímismo recibió dos premios Tony y uno honorífico en 1980 por su actividad sobre las tablas y un Emmy televisivo.
Helen Hayes nació en el seno de una familia de clase media trabajadora. Su madre, que había sido aspirante a actriz, al descubrir que la pequeña tenía ciertas dotes para la actuación, no dudó en animar a su hija a seguir ese camino. A la edad de cinco años la pequeña Helen entró al mundo del teatro en Washington haciendo de príncipe Carlos en "La familia Real". Desde niña formó parte de diversas compañías teatrales en Broadway y su
educación fue por eso errática e irregular. En una ocasión dijo que
había aprendido a sumar al hacer caja después de las funciones
nocturnas.
Tras su graduación en 1917, continuó con su actividad escénica hasta convertirse en primera actriz y, aunque participó en algunos cortometrajes cinematográficos, no protagonizó su primera película hasta comienzos de los años 30: El pecado de Madelon Claudet (1931) de Edgar Selwyn, melodrama con Lewis Stone por el que Hayes ganó el Oscar a la mejor actriz interpretando a una prostituta. A pesar de entrar con tan buen pie en Hollywood, la actriz detestaba hacer películas pues estaba convencida de que lo suyo era el teatro. Aun así en esta época protagonizó títulos como El doctor Arrowsmith (1931) de John Ford, drama con Ronald Colman basado en una novela de Sinclair Lewis, Adiós a las armas (1932) de Frank Borzage, notable melodrama bélico según la novela de Ernest Hemingway, con Gary Cooper y
Adolphe Menjou donde tuvo su mejor papel en la pantalla: una enfermera británica que vive un tempestuoso amor con un militar norteamericano, Canción de oriente (1932) de Clarence Brown, drama con Ramon Novarro, La hermana blanca (1933) de Victor Fleming, drama romántico con Clark Gable, o Vuelo nocturno (1933) de Clarence Brown, drama aéreo con John Barrymore,
Clark Gable,
Lionel Barrymore,
Robert Montgomery y
Myrna Loy, y un par de cintas más que no la llevaron muy lejos.
Pasra entonces ya había regresado a Broadway con obras como María Estuardo de Maxwell Anderson (1933), César y Cleopatra de George Bernard Shaw (1935), Victoria Regina de Laurence Housman (1935), papel que interpretó durante cuatro años, primero en Nueva York y luego de gira, El mercader de Venecia de William Shakespeare (1938), Damas y caballeros de su marido Charles MacArthur y Ben Hecht (1939) o Noche de reyes de Shakespeare (1940). Ya considerada la primera dama del teatro americano a partir de los años 40, ganó dos premios Tony a la mejor actriz por Happy birthday de Anita Loos (1947) y Leocadia de Jean Anouilh (1958). Entre otras obras, protagonizó asímismo El zoo de cristal de Tennessee Williams (1948 y 1956), La piel de nuestros dientes de Thornton Wilder (1955), Tal día como hoy (1958) de Eugene O'Neill, El jardín de los cerezos de Anton Chekhov (1960), Vive como quieras (1966) de George S. Kaufman y Moss Hart, Primera plana de Ben Hecht y Charles MacArthur (1969), Harvey de Mary Chase (1970) o Largo viaje hacia la noche de Eugene O'Neill (1971). Sus repetidas crisis asmáticas, por las que hubo de ser hospitalizada, la obligaron a retirarse del teatro en 1971. Desde 1950 hasta 1985 también ejerció una prolongada actividad en la televisión, medio en el que consiguió un premio Emmy a la mejor actriz de 1953.
Después de una prolongada ausencia, su vuelta al cine se produjo puntualmente en Mi hijo John (1952) de Leo McCarey, drama con la guerra fría de trasfondo en el que compartió créditos con
Van Heflin,
Robert Walker y Dean Jagger, y cuatro años más tarde en Anastasia (1956) de Anatole Litvak, drama histórico sobre la supuesta única superviviente de la matanza de los Romanov, con
Ingrid Bergman y
Yul Brynner, donde Hayes encarnó a la ex emperatriz Maria Feodorovna en una de sus interpretaciones más recordadas, como también lo es su simpática polizonte de Aeropuerto (1970) de George Seaton, drama que inauguró la interminable serie de catástrofes aéreas en la pantalla, con Burt Lancaster,
Dean Martin,
Jean Seberg,
Jacqueline Bisset,
George Kennedy,
Van Heflin,
Maureen Stapleton,
Barry Nelson y
Lloyd Nolan. Por esta película Hayes fue premiada con un segundo Oscar, esta vez en la categoría de mejor actriz secundaria. Posteriormente apareció en Herbie, un volante loco (1974) y Se nos ha perdido un dinosaurio (1975), dos comedias Disney dirigidas por Robert Stevenson, El secreto del castillo (1977) de Norman Tokar, otra comedia Disney, con David Niven, Jodie Foster y Leo McKern.
Helen Hayes estuvo casada entre 1926 y 1928 con John Swanson. Su segundo marido desde 1928 hasta 1956, año en que enviudó, fue el dramaturgo y guionista Charles MacArthur, con quien en 1930 tuvo una hija, Mary, que falleció de poliomielitis a los diecinueve años. El matrimonio adoptó un hijo, el futuro actor James MacArthur (1937-2010). La actriz escribió tres libros de memorias. En 1983 un pequeño teatro en Nueva York fue rebautizado como Teatro Helen Hayes en su honor. Ese mismo año se creó el Premio Helen Hayes de teatro en Washington, DC. En 1986 fue condecorada con la Medalla Presidencial de la Libertad y en 1988 se le otorgó la Medalla de las Artes del gobierno americano. Helen Hayes falleció a los 92 años de un paro cardiaco.
Con total gusto se disfruta esta semblanza de alguien tan especial como la Hayes!
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