CINEFILIA ENTRE EL HOMENAJE Y EL PASTICHE
El director cinematográfico y guionista estadounidense Brian De Palma cumple hoy 76 años. En su día uno de los componentes del llamado 'nuevo Hollywood', en casi cincuenta años de irregular carrera ha alternado espectaculares éxitos con fracasos clamorosos. Fascinado por los personajes de comportamientos patológicos y aberrantes y las mujeres fatales, e interesado sobre todo por los aspectos técnicos de la puesta en escena y los golpes de efecto visual, sus obras -habitualmente tramas criminales de intriga apoyadas muchas veces en inverosímiles guiones propios- despliegan por lo común una astuta retórica fílmica tan alabada como denostada.
El menor de los tres hijos de un cirujano ortopédico, Brian Russell De Palma estudió física y cibernética en la Universidad de Columbia, donde descubrió el cine experimental, y a comienzos de los años 60, se graduó en arte dramático en el Sarah Lawrence College. Comenzó su carrera como director filmando en Nueva York cortometrajes y documentales en 16 mm dentro de las coordenadas de la contracultura americana. Con voluntad de ser el Godard americano, en colaboracion con amigos, rodó su primer largometraje cámara en mano, la comedia de bajo presupuesto The wedding party (1963), película con un jovencísimo y debutante Robert De Niro
que no se estrenó hasta 1969. Un año antes había estrenado la comedia negra Murder a la
mod (1968) y Saludos (1968), comedia satírica también protagonizada por De Niro.
Inició el siguiente decenio con Dionysus (1970), film codirigido
por Richard Schechner que estaba basado en "Las bacantes" de Eurípides, Hola,
mamá (1970), tercera vez que Brian colaboró con Robert De Niro, su
actor fetiche en estos primeros proyectos independientes, y Beeman, el magnífico (1972), otra de las varias comedias satíricas que De Palma
filmó en sus inicios como autor, en este caso con producción de Warner Brothers. En esta última ocasión incluso tuvo el
honor de dirigir a Orson Welles, aunque el film pasó desapercibido. Con Hermanas (1973), el director de New Jersey, de nuevo independiente, comenzó a afianzarse como
talentoso realizador de estilizados thrillers psicológicos que
manifestaban su deuda con el sentido visual y atmosférico de las
películas de Alfred Hitchcock, empleando además, en esta película protagonizada por Margot Kidder y Jennifer Salt, a Bernard Herrmann, el compositor habitual de Hitch. El virtuosismo visual y la importancia del montaje como clave en su narrativa consiguieron llamar la atención de la crítica. Con El fantasma del paraíso (1974), imaginativo musical de terror con Paul Williams, William Finley, Gerrit Graham y Jessica Harper, logró una de sus mejores películas, en
una original y brillante adaptación al ámbito pop del clásico de Gaston
Leroux. En esta obra dio carta blanca a su sensibilidad gótica y a sus investigaciones expresionistas. La metáfora del 'monstruo inocente' condenado a caer en las redes de un manipulador abusivo remite a la paranoia del artista, eternamente amenazado con ser desposeído de su obra.
Ya captado por Hollywood dirige las interesantes Fascinación (1976), thriller psicológico con
ecos de "Vértigo" y Cliff Robertson,
Geneviève Bujold y
John Lithgow como actores principales, y Carrie (1976), drama psicológico que adaptaba una novela de Stephen King, con
Sissy Spacek,
John Travolta y Piper Laurie, que supone su primer éxito a gran escala. Después, ya con la (apresurada) etiqueta de 'nuevo Hitchcock', rueda La furia (1978), drama sobrenatural con Kirk Douglas, John Cassavetes, Carrie Snodgress, Charles Durning, Amy Irving y Andrew Stevens, Una familia de locos (1980), comedia indie con Nancy Allen, Harry Davenport, Kirk Douglas, Vincent Gardenia, Keith Gordon y Gerrit Graham, Vestida para matar (1980), thriller donde se le publicita como 'maestro de lo macabro' (en realidad un pastiche de "Psicosis" y Vértigo"), con
Michael Caine,
Angie Dickinson y
Nancy Allen,
Impacto (1981), thriller de intriga con
John Travolta y Nancy Allen. El motor de estas ficciones: la hipnosis, la telepatía, la prestidigitación, la paramnesia, la telekinesis y, por supuesto, el voyeurismo, constituyen variaciones de sus llamativas y más o menos artificiosas puestas en escena.
Después intenta con éxito convertirse en brillante realizador comercial con El precio del poder (1983), nueva y ultraviolenta versión de "Scarface" (1932) de Howard Hawks, que el guionista Oliver Stone situó entre exiliados cubanos en Miami durante el boom de la cocaína, con
Al Pacino,
Steven Bauer,
Michelle Pfeiffer y
Mary Elizabeth Mastrantonio. Menor repercusión consiguen Doble cuerpo (1984), thriller erótico con
Craig Wasson,
Gregg Henry y Melanie Griffith, y Dos tipos geniales (1985), comedia con
Danny DeVito y
Joe Piscopo, obteniendo otro gran éxito comercial con Los intocables de Eliot Ness (1987), thriller (mezcla de noir clásico y pulp) ambientado en el Chicago de los años 30, con
Kevin Costner,
Sean Connery,
Robert De Niro,
Andy García y
Charles Martin Smith. Menos afortunadas resultan Corazones de hierro (1989), drama bélico en Vietnam con
Michael J. Fox y
Sean Penn, y, sobre todo, La hoguera de las vanidades (1990), adaptación de un best-seller de Tom Wolfe, con Tom Hunks, Bruce Willis y Melanie Griffith, que supone el mayor fiasco crítico y comercial de su carrera. Mayor fortuna lograron En nombre de Caín (1992), thriller psicológico con
John Lithgow,
Lolita Davidovich y
Steven Bauer, Atrapado por su pasado (1993), uno de sus mejores thrillers, con
Al Pacino,
Sean Penn y
Penelope Ann Miller.
Tres años después consigue el mayor éxito de taquilla de su carrera con Misión imposible (1996), título de espionaje y acción basado en la serie televisiva emitida por CBS entre 1966 y 1973, con el protagonismo de Tom Cruise. Desde entonces ha dirigido Ojos de serpiente (1998), thriller con Nicolas Cage y Gary Sinise, Misión a Marte (2000), aventura espacial de ciencia-ficción con
Gary Sinise,
Don Cheadle y
Tim Robbins, Femme fatale (2002), thriller erótico de misterio con Antonio Banderas y
Rebecca Romijn-Stamos, La dalia negra (2006), neo-noir que adaptaba una novela de James Ellroy, con Josh Hartnett,
Scarlett Johansson,
Aaaron Eckhart y
Hilary Swank, Redacted (2007), un film bélico de bajo presupuesto, sin estrellas y limitad distribución, a pesar de recibir el León de Plata al mejor director en el Festival de Venecia, y Passion (2012), thriller erótico con
Rachel McAdams y
Noomi Rapace que fue muy mal acogido, calificado por la crítica como autoparodia.
Brian De Palma se ha casado y divorciado en tres ocasiones. Sus esposas han sido la actriz Nancy Allen (1978-1983), la productora Gale Anne Hurd (1991-1993), con la que tuvo una hija, y Darnell Gregorio (1995-1997), con quien tuvo otra hija.
La matoría de sus películas me han gustado, lo considero un destacado en su Arte. La reseña de Javi es precisa y completa. Muy valiosa.
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