ENTREGADO Y METICULOSO
Hoy es aniversario natal del actor estadounidense (de origen ucraniano) Paul Muni. Procedente del teatro, carismático, íntegro, concienzudo, intenso y con sobresaliente destreza para la meticulosa caracterización, se especializó en personajes históricos de gran fuerza y fue uno de los intérpretes más destacados del Hollywood clásico. A lo largo de treinta años de carrera cinematográfica actuó sólo en veintitrés peliculas, pero no pasó desapercibido: tanto por la primera como por la última fue candidato al Oscar. En total fue nominado a ese premio en cinco ocasiones y lo ganó como mejor actor de 1936. Muy prestigioso tanto en la pantalla como en la escena, fue también premiado con un Tony teatral.
Nacido
Frederich (Meshilem en hebreo) Meier Weisenfreund, en el seno de una familia judía de actores ambulantes, emigró con sus padres a los Estados Unidos en 1902. Establecidos en Chicago, el pequeño 'Moony' (así le llamaban coloquialmente) manifestó interés por la profesión de sus progenitores en el teatro yiddish y desarrolló habilidad para el maquillaje, lo que le capacitaría para cambiar facilmente de aspecto e interpretar personajes mucho mayores en edad. En su debut escénico a los 12 años personificó a un hombre de 80. En 1921 se casó con Bella Finkel, una compañera de tablas, a quien permaneció unido hasta que murió. Trasladado después a Nueva York, en 1926 interpreta su primera obra en inglés y logra un auténtico éxito.
Gracias a su reputación escénica, en los comienzos del cine sonoro fue contratado por la Fox para protagonizar El valiente (1929) de William K. Howard, drama con Johnny Mack Brown por el que obtiene su primera candidatura al Oscar al mejor actor. A pesar de esta llamativa irrupción en Hollywood, después sólo rueda Siete caras (1929) de Berthold Viertel, drama con Marguerite Churchill donde interpreta siete papeles diferentes. El hecho de que estos films no rindieron en taquilla, la dificultad de Muni para adaptarse al medio cinematográfico y el descontento con los papeles que le ofrecían, le decide a volver a Broadway, donde es aclamado por el público.
De nuevo en Hollywood triunfa en toda regla con dos películas en un mismo año: Scarface, el terror del hampa (1932) de Howard Hawks, obra maestra del cine policiaco, con
George Raft y
Boris Karloff, cuya inusitada violencia y puesta en escena marcaría todo el género criminal en las siguientes décadas, y Soy un fugitivo (1932) de Mervyn LeRoy, excelente drama carcelario con
Glenda Farrell,
Helen Vinson y
Preston Foster, un retrato desolador de la injusticia y el sufrimiento humanos causados por
el sistema penal de los Estados Unidos vigente tras la I Guerra
Mundial. Por esta última (producida por Warner, estudio que no tardaría en contratarle) Muni fue candidato al Oscar por segunda vez. Luego apareció en El mundo cambia (1933) de Mervyn LeRoy, drama con
Aline MacMahon,
Mary Astor,
Donald Cook, ¿Qué hay, Nellie? (1934) de Mervyn LeRoy, comedia dramática con Glenda Farrell y Ned Sparks, Barreras infranqueables (1935) de Archie Mayo, drama con Bete Davis, Infierno negro (1935) de Michael Curtiz, drama criminal con Karen Morley, y El doctor Sócrates (1935) de William Dieterle, drama criminal con Ann Dvorak.
En su tercera candidatura, Muni consigue el Oscar al mejor actor por La tragedia de Louis Pasteur (1936) de William Dieterle, drama biográfico con
Josephine Hutchinson y
Anita Louise por el que también fue premiado con la Copa Volpi en el Festival de Venecia. Para entonces es ya uno de los actores más admirados de Hollywood. Prosigue su carrera con títulos como La buena tierra (1937) de Sidney Franklin, drama basado en una novela de Pearl S. Buck, con Luise Rainer, donde ambos encarnan convincentemente a una pareja de labradores chinos, La vida de Emile Zola (1937) de William Dieterle, otro gran drama biográfico, con
Gale Sondergaard y
Joseph Schildkraut que le supone su cuarta nominación al Oscar, Juarez (1939) de William Dieterle, drama histórico con Bette Davis y Brian Aherne, y No estamos solos (1939) de Edmund Goulding, drama con Jane Bryan y Flora Robson. Insatisfecho con la vida hollywoodense, no renueva su contrato con Warner y tras rodar para otros estudios El renegado (1941) de Irving Pichel, drama histórico con Gene Tierney, y Ataque al amanecer (1942) de John Farrow, drama bélico con
Anna Lee,
Lillian Gish,
Cedric Hardwicke y
Robert Coote, vuelve a focalizar sus energías en el teatro.
Ocasionalmente regresa al cine en películas como Canción inolvidable (1945) de Charles Vidor, drama biográfico sobre la vida de Frédéric Chopin y su relación con George Sand, encarnados respectivamente por Cornel Wilde y Merle Oberon, Contraataque (1945) de Zoltan Korda, drama bélico con
Marguerite Chapman y
Larry Parks, El diablo y yo (1946) de Archie Mayo, comedia fantástica con
Anne Baxter y
Claude Rains, Stranger on the prowl (1952) de Joseph Losey, drama con Joan Lorring filmado en Italia, y The last angry man (1959) de Daniel Mann, drama con David Wayne que cerró su filmografía con una quinta nominación al Oscar al mejor actor.
Activo en teatro y televisión, ganó un premio Tony en 1956 por la obra "La herencia del viento", su mayor éxito en Broadway, estrenada un año antes. Entre septiembre y diciembre de 1955, diagnosticado de un tumor en el ojo izquierdo, que le hubo de ser extirpado quirúrgicamente, fue sustituido por Melvyn Douglas. Tras esos dos meses volvió a interpretar la misma función. No obstante, el progresivo deterioro de su salud le obligó a retirarse definitivamente en 1962. Problemas cardiacos precipitaron su muerte a los 71 años de edad.
Tal cual lo describe Javi, lo percibo y aprecio yo. He podido admirarlo en casi toda su filmografía. Sin dudas, uno de los grandes y más profesionales actores.
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