TRIBUTO A LUCERO TENA (Durango, México, 16-9-1938)
La bailarina, bailaora de flamenco y tañedora de castañuelas hispanomexicana Lucero Tena cumple hoy 78 años. Dotada de una excepcional y disciplinada expresividad, además de triunfar con su danza como primera figura en tablaos, teatros, espectáculos televisivos y salas de conciertos en España y multitud de países extranjeros, ha destacado por dar a las castañuelas carácter de instrumento solista en la interpretacion de obras musicales clásicas. Su trayectoria se ha visto reconocida con la Medalla del Círculo de Bellas Artes y con el Lazo de Isabel la Católica. Ella es, en la actualidad, la mejor crotalista del mundo.
Hija de padres españoles residentes en México, María de la Luz Tena Alvarez sufrió a los cuatro años de fiebres maltesas por una intoxicación alimentaria. El médico que la atendió, una vez
desaparecieron los signos de esa enfermedad, creyó conveniente
aconsejarla que, para su más rápido y total restablecimiento, debía
practicar algunos ejercicios físicos. Así fue como empezó la pequeña Lucero a tomar lecciones de baile. Estudió ballet clásico con Nina Chestakova durante ocho años y danza
española con la bailarina madrileña Emilia Díaz, quien le enseñó los
bailes del folclore español y
las danzas clásicas de compositores españoles como Falla, Albéniz,
Granados, Turina, etc.
Practicó mucho, actuó en funciones de aficionados, hasta que en 1954, muy ilusionada, quiso conocer a la legendaria Carmen Amaya, la más grande bailaora flamenca de su tiempo, que se hallaba actuando en México. La joven aspirante a emular el arte
flamenco, una vez fue recibida por aquella genial gitana, le pidió que
le diera clases, a lo que ésta se negó. No obstante, Carmen Amaya, para no desilusionarla, la dejó asistir a sus ensayos durante meses. Ocurrió que una
hermana de la gran artista, primera bailarina de su compañía, cayó
enferma de hepatitis, circunstancia que le permitió a Lucero Tena sustituirla.
Lo hizo muy bien y así permanecería casi tres años con el elenco de aquella
sensacional artista surgida en el Somorrostro barcelonés. Con su compañía realizó giras por distintas ciudades de México y después por USA, incluyendo el Carnegie Hall de Nueva York.
Con todo lo que había aprendido de Carmen Amaya, en 1958 Lucero Tena llegó a Madrid, contratada por
Manuel del Rey, empresario de un tablao que había inaugurado con éxito
dos años antes, El Corral de la Morería. Allí, Lucero Tena desplegó
su arte supremo durante un cuarto de siglo y formó su propio cuadro flamenco. Precisamente en aquel local conocería un día al doctor Carlos Mendoza, con quien contraería matrimonio en 1977. La
popularidad adquirida le permitió grabar diversos discos
donde dejó la impronta de su habilidad con los palillos (1): Lecciones de castañuelas, El barroco español en castañuelas, Palillos flamencos, Música española con castañuelas… Toda su maestría quedó muy reconocida al ser nombrada profesora del Conservatorio de Música de Madrid. Cuando dejó de bailar se dedicó
solamente a exhibir su arte como concertista de castañuelas, bien en el
mencionado local con repertorio flamenco, o participando en los entonces
populares Festivales de España, con música clásica. Si en la primera de
esas facetas la acompañaba el guitarrista Serranito y el cantaor
Gabriel Moreno, en la otra actuaba con grandes orquestas de todo el mundo. En esas
circunstancias fue dirigida por eminentes maestros: Rostropovich,
Frübeck de Burgos, López Cobos… Recorrió sesenta y cinco países, donde
su arte era siempre aclamado. Puede decirse que Lucero Tena fue la introductora de las castañuelas como instrumento orquestal. Diversos compositores han escrito obras para ella, entre las que destacan Dos Danzas Españolas del maestro Joaquín Rodrigo.
(1) Las castañuelas o palillos, que es como las
llaman en Andalucía, son un instrumento musical de percusión, fabricado
en madera, que ya eran conocidas en tiempos de los fenicios, hace de
esto tres mil años. Los egipcios también habían creado los crótalos, de
similar sonido. Con el tiempo, fueron cambiando de forma y se convirtieron en lo que
ahora llamamos castañuelas. Este instrumento de percusión viene siendo
usado desde hace muchos años por todas las bailarinas de España,
populares o clásicas, algunas de las cuales han sobresalido por la
elegancia de su toque, pero ninguna de ellas ha hecho de este 'sonar'
un arte en si mismo, es decir un reino de expresión estética, pleno de
valores emocionales y sensibles. Ese mérito habría de corresponder a Lucero Tena. Para llegar a la creación de este arte era necesario que se reunieran
en una persona las dotes esenciales que admiramos en Lucero Tena:
sensibilidad rítmica, calibración justa de las intensidades sonoras y,
sobre todo, una maestría única en su tañer de
castañuelas. El 'toque' de Lucero es el más perfecto, uniforme y ritmado
que haya podido escucharse. En este sentido, ha acuñado el término 'concertista de castañuelas', muy apropiado a la actividad que desarrolla.
En el video se puede admirar la maestría artística de Lucero Tena interpretando el famoso Intermedio de la zarzuela "La boda de Luis Alonso" del compositor sevillano Gerónimo Giménez en una actuación en el Auditorio Nacional de Música (Madrid, 10 de junio de 2007) con la orquesta dirigida por Enrique García Asensio.
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