Museo LoPiù: Paul Gauguin paintings

domingo, 7 de junio de 2015

Paul Gauguin paintings

PAUL GAUGUIN (París, 7-6-1848 / Atuona, Islas Marquesas, Polinesia Francesa, 8-5-1903)

Hoy es aniversario natal del pintor postimpresionista francés Paul Gauguin, cuyos colores exuberantes, formas bidimensionales planas y temática primitiva contribuyeron a dar forma al arte moderno. Iniciado en la pintura adherido al movimiento impresionista, no tardó en abandonarlo pocos años después. Siempre inconformista, entre 1886 y 1888 su obra se alejó del naturalismo y experimentó un giro radical, cuyo origen cabe buscar en dos experiencias vitales de gran importancia: su encuentro con Van Gogh, pintor que le impactó por su rebosante expresividad, y su primer viaje a la Martinica, donde entró en contacto con un paisaje repleto de sensual colorido y una sociedad indígena, en estrecha convivencia con la naturaleza. Ambos factores se unieron para despertar en el artista una aguda nostalgia por lo primitivo, cauce en el que iba a encontrar una vía idónea para expresar una emotividad no contaminada por el naturalismo propio del arte refinado. De resultas de sus propias experiencias en la Martinica surgiría el sintetismo, estilo personal caracterizado por la representación no imitativa, el rechazo a la perspectiva y la separación de la imagen pictórica en zonas de color fuertemente contrastadas y a menudo delineadas en negro. Entre 1891 y 1903 efectuó largas estancias en Tahití y las islas Marquesas, donde su primitivismo fue atemperándose. La fuerza de la obra de Gauguin abrió nuevos horizontes estéticos en las generaciones posteriores, ejerciendo una poderosa influencia en los movimientos expresionista y fauvista o en otros grandes pintores como Picasso o Matisse.

Reseña biográfica a partir de la página artehistoria y otras fuentes:

Su padre era un periodista liberal y tuvo que emigrar, en 1850, con toda su familia a Perú (de donde procedía su esposa), a causa del clima político adverso previo al golpe de estado de Napoleón III. En Lima, huérfano de padre (que murió durante el viaje), residió la familia Gauguin hasta el otoño de 1854, fecha en la que regresan a Francia, instalándose en Orléans. En 1861 se trasladan a París donde la madre trabaja como modista para sacar a la familia adelante. Paul se prepara para ingresar en la Escuela de Náutica, pero suspende y se enrola en la marina mercante con 17 años, hasta 1871.

A su regreso a París en 1872 se convierte, gracias a un amigo de su madre (fallecida en 1867) en agente de Bolsa, trabajo en el que se desenvuelve muy bien, obteniendo buenos ingresos que le permiten coleccionar pinturas, empezar a pintar y contraer matrimonio con la joven danesa Mette Gad, con la que llevará una confortable vida burguesa y tendrá cinco hijos. Su primer maestro artístico será Camille Pissarro de cuya mano entra en el grupo impresionista, participando con ellos en varias exposiciones. También le llamará la atención Edgar Degas. En 1882 la Bolsa parisina se derrumba y muchos de sus agentes son despedidos, entre ellos Gauguin, que empieza a pensar en vivir de su pintura. Las dificultades económicas, problema con el que en adelante convivirá siempre, motivan el traslado en 1883 a Rouen porque la vida allí era más barata. Pasan dos años en los que no sabe muy bien qué hacer, llegando a trabajar como representante de toldos, viajando entre Rouen, París y Copenhague hasta que, tras fracasar en su negocio, en 1885 decide instalarse en París junto a su hijo mayor, dejando al resto de la familia en Dinamarca. Al año siguiente, la penuria económica le hace trasladarse a Pont-Aven, en la Bretaña francesa, donde su pintura cambiará radicalmente, abandonando el Impresionismo e iniciando un camino más personal con un colorido más intenso y un mayor simbolismo. Pero Gauguin es el eterno viajero que desea huir desde su infancia, por lo que envía a su hijo a Dinamarca y se traslada a Panamá, donde trabaja en el Canal que se está construyendo, y a Martinica, lugar en el que se relaciona por primera vez con el exotismo que caracterizará su pintura.

De regreso a Francia por enfermedad y tras un breve paso por París, se instala de nuevo en Bretaña, concretamente en Le Pouldu. Aquí experimenta de nuevo un cambio en su forma de pintar gracias a la influencia del arte oriental, que le llevará al Sintetismo, estilo adoptado por él y otros pintores de la época, consistente en apostar por la viveza del color, las áreas planas sin matizar y los contornos remarcados: lo que se pinta es la idea del artista, eliminando lo superfluo y reteniendo la esencia, consiguiendo así la síntesis de forma y color. En esos momentos pinta obras como La visión después del sermón, El Cristo amarillo o La bella Angela. Las relaciones que Gauguin entabló con poetas simbolistas influeyen en dar a su obra un significado intelectual.

La estancia bretona se vio interrumpida por una breve temporada con Vincent van Gogh en Arles, relación de la que ambos salieron mal parados, y aunque nunca se volvieron a ver, conservaron la amistad de forma epistolar. Su nuevo sueño es alejarse de la civilización occidental y encontrar un entorno entre gentes no corrompidas por el progreso, buscando las condiciones de autenticidad e ingenuidad primitiva en las que pueda florecer su pintura. Así decide marcharse a Tahití, llegando a Papeete en 1891. Piensa ganarse la vida haciendo retratos pero decide retirarse de la civilización y vivir con una joven mestiza en una choza de bambú. El primitivismo y el simbolismo marcan su pintura, como se observa en Yo te saludo, María, Mujer con flor, Tierra deliciosa o Diversiones. Su paleta se enriquece con colores puros y cálidos y su pintura, en la que renuncia a la perspectiva, y suprime el modelado y las sombras, cobra gran fuerza expresiva. Su estilo, deudor de la pintura japonesa, precede al Fauvismo. En septiembre de 1893 regresa a París, donde espera el reconocimiento de su talento y el éxito económico, pero ocurre lo contrario, por lo que en junio de 1895 se traslada de nuevo a Oceanía, desesperado, enfermo, alcohólico y solo. Las Marquesas será su nuevo destino y allí hará sus obras más famosas: Nunca más, Los jinetes, Joven con el abanico, Cuentos bárbaros, ¿De dónde venimos?, ¿Qué somos?, ¿Adónde vamos? o Y el oro de sus cuerpos, obras en las que pone de manifiesto su intención de romper absolutamente con la tradición realista. Gauguin empieza una campaña a favor de los indígenas y al tener dificultades con las autoridades de Tahití, abandona la isla y se traslada a Atuana, donde intenta aislarse lo más posible con una muchachita muy joven y en una cabaña confortable; morirá, al parecer de un ataque cardíaco a los 54 años, el 8 de mayo de 1903, soñando con regresar a Europa y volver a empezar, esta vez en España.