BERNARD HERRMANN (New York City, US, 29-6-1911 / Los Angeles, California, US, 24-12-1975): IN MEMORIAM
Hoy es aniversario natal del compositor estadounidense Bernard Herrmann, definido
como el nombre más insigne de toda la historia de la música
cinematográfica. Llamado el impresionista del cine, comprendió mejor
que nadie la imagen y su relación con la música en las películas, y fue
creador de los temas líricos mas bellos y los más
terroríficos. Nunca bastante reconocido por sus coetáneos, sólo ganó un
Oscar al comienzo de su fértil carrera, siendo candidato al mismo por otras cuatro bandas sonoras.
Independiente y rebelde, fue modelo para todos, con una
sólida formación clásica que también le permitió una vida musical al
margen de Hollywood gracias a sus sinfonías, cantatas y una ópera. El
mismo orquestaba sus partituras dándole a su música un estilo propio
definido e identificable.
Tras estudiar en la Universidad de Nueva York y en la Academia
Juilliard, desarrolló su carrera profesional en la radio, y desde los
años 30 compaginó su faceta de director de orquesta (que inició en 1938
en la orquesta de la CBS) con su labor como compositor, de la que se
recuerdan especialmente sus magistrales creaciones para Hollywood.
Referencia
indiscutible de la música para el cine, su
nombre es indisociable del de dos cineastas de los que fue colaborador
habitual, los realizadores Orson Welles y Alfred Hitchcock. Después de
unos años dedicado a la creación de bandas sonoras radiofónicas, el
primero, con quien en 1938 había trabajado en la adaptación de "La
guerra de los mundos" de H. G. Wells, fue quien lo hizo debutar en el
mundo de la composición cinematográfica con Ciudadano Kane (1941) y El cuarto mandamiento (1942). Por el primero de estos dos títulos Herrmann fue candidato al Premio de la Academia a la mejor banda sonora, aunque ganó su único Oscar ese mismo año por El hombre que vendió su alma (1941) de William Dieterle. En los años 40 compuso también la música de películas como Alma rebelde (1944) de Robert Stevenson, Concierto Macabro (1945) de John Brahm, Ana y el rey de
Siam (1946) de John Cromwell, su tercera nominación al Oscar, El fantasma y la señora
Muir (1947) de Joseph L. Mankiewicz, y Jennie (1948) de William Dieterle. En los años 50 las de Ultimátum a la Tierra (1951) de Robert Wise –una de las primeras bandas sonoras que incluyen instrumentos electrónicos–, La casa en la sombra (1951) de Nicholas Ray, Operación Cicerón (1952) de Joseph L. Mankiewicz, Las nieves
del Kilimanjaro (1952) de Henry King, La hechicera blanca (1953) de Henry Hathaway, El jardín del diablo (1954) de Henry Hathaway, Sinuhé, el egipcio (1954) de Michael Curtiz -en la que compartió créditos con Alfred Newman-, El hombre de Kentucky (1955) de Burt Lancaster, El hombre del traje gris (1956) de Nunnally Johnson, Un sombrero lleno de lluvia (1957) de Fred Zinnemann, Los desnudos y los muertos (1958) de Raoul Walsh, Simbad y la princesa (1958) de Nathan H. Juran, o Viaje al centro de la Tierra (1959) de Henry Levin.
Mención
aparte merecen sus bandas sonoras en películas de Alfred Hitchcock,
para quien firmó algunas de las mejores partituras de la historia del
séptimo arte: Pero ¿quién mató a Harry? (1955), El hombre que sabía demasiado (1956), Falso culpable (1957), Vértigo (1958), Con la muerte en los talones (1959), Psicosis (1960) y Marnie, la ladrona (1964). Su colaboración con el rey del suspense se prolongó a lo largo de once años y ocho películas; la última de ellas Cortina rasgada (1966), rechazada por Hitch, que le sustituyó por John Addison, supuso la ruptura entre compositor y cineata.
Posteriormente trabajó con François Truffaut en Farenheit 451 (1966) y La novia vestía de negro (1967) y con Brian De Palma en Hermanas (1972) y Fascinación (1976), por la que obtuvo su cuarta nominación al Oscar. Suya es también la música de Taxi driver
(1976) de Martin Scorsese, su último trabajo, y quinta candidatura al
Oscar, por el que se le concedió un BAFTA postumamente. Fuera del ámbito
del cine, Bernard Herrmann
compuso algunas interesantes e infravaloradas obras, entre las que se
cuentan las Variaciones sobre “Deep River” (1933) para orquesta, todavía bajo el influjo de Aaron Copland, la cantata Moby Dick (1938) y la ópera Cumbres borrascosas (1950).
Bernard Herrmann estuvo casado con Lucille Fletcher (1939-1948), con quien tuvo dos hijos, Lucy Anderson (1949-1964) y Norma Shepherd (1967-1975), que fue su viuda. Falleció a consecuencia de una enfermedad cardiovascular a los 64 años mientras dormía en un hotel de Los Angeles.
En la banda sonora de Psicosis, una de sus obras maestras, Herrmann trató de reflejar el mundo oscuro y macabro del film y llego a una solución
sin precedentes en la historia de la música de películas: utilizar
únicamente una orquesta de cuerdas intentando, de esta manera, complementar
la fotografía en blanco y negro del film con una música "en
blanco y negro".
Impactante!!
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