TALENTO DESAPROVECHADO
Hoy se cumplen cincuenta años de la partida a los 46 de la actriz estadounidense Cathy O'Donnell. Con un agradable físico de dulce chica de la puerta de al lado, comenzó su trayectoria en Hollywood bajo los auspicios de Samuel Goldwyn; pero determinados avatares condicionaron que su carrera en la pantalla no contase con la protección de ningun estudio en particular y no llegó a convertirse en estrella, retirándose a los 40 años. Con todo, en su breve filmografía hay varios títulos clásicos dirigidos por William Wyler, Nicholas Ray y Anthony Mann.
Hija del propietario de una sala de cine, Ann Steely (su nombre real) se trasladó con su familia a Oklahoma City, donde se graduó y trabajó como estenógrafa hasta que decidió estudiar arte dramático en la universidad de esa ciudad. Ahorró dinero para un viaje de dos semanas a Hollywood, donde esperaba emprender una carrera cinematográfica. Un agente de Samuel Goldwyn la descubrió y ella pasó por una prueba de pantalla que impresionó a Goldwyn, a pesar de su marcado acento sureño. Una vez contratada cambió su nombre a Cathy O'Donnell y, después de aparecer como figurante sin acreditar en una producción de Goldwyn, obtuvo un papel secundario en Los mejores años de nuestra vida (1946) de William Wyler, drama sobre el retorno a casa de varios excombatientes en la II Guerra Mundial, con Myrna Loy, Fredric March, Dana Andrews, Teresa Wright y Virginia Mayo. A continuación desempeñó papeles protagónicos en dos modestas producciones de serie B, ambas dirigidas por Bernard Vorhaus, El cadaver errante (1947), noir con
June Lockhart,
Hugh Beaumont,
Mark Daniels, y El espiritista (1948), thriller con
Turham Bey y
Lynn Bari. Finalmente en RKO le dieron un papel en consonancia con su talento en Los amantes de la noche (1948) de Nicholas Ray, memorable noir clásico sobre dos jóvenes amantes fugitivos de la ley, donde compartió créditos con
Farley Granger y
Howard Da Silva.
En 1948, a la edad de 24 años, se casó con el productor Robert Wyler, de 47, el hermano mayor del director William Wyler, cuyo contrato de larga duración con Goldwyn había acabado encarnizadamente. De forma subsiguiente, un airado Goldwyn insistió en que Cathy se divorciara de su marido, pero al negarse ella, Goldwyn canceló su contrato y la dejó marchar.
La actriz no se ligó en adelante a ningún estudio en concreto y pudo ser vista, entre otros títulos, en Calle lateral (1950) de Anthony Mann, drama policiaco con
Farley Granger,
James Craig y
Paul Kelly, La historia de los Miniver (1950) de H.C. Potter, drama posbélico con Greer Garson,
Walter Pidgeon,
John Hodiak y
Leo Genn, Brigada 21 (1951) de William Wyler, drama policiaco con
Kirk Douglas,
Eleanor Parker y William Bendix, La manzana de la discordia (1954) de Marc Allégret, producción italiana de episodios históricos con
Hedy Lamarr,
Robert Beatty y
Massimo Serato, El hombre de Laramie (1955) de Anthony Mann, western con
James Stewart,
Arthur Kennedy y
Donald Crisp,
La mansión de los espectros (1958) de
Harold Daniels, film de terror con
Gerald Mohr,
William Ching y
John Qualen,
y Ben-Hur (1959) de William Wyler, drama épico-histórico de gran presupuesto que adaptaba la novela de Lewis Wallace, con
Charlton Heston,
Jack Hawkins,
Haya Harareet,
Stephen Boyd, Hugh Griffith, Martha Scott y Sam Jaffe, donde interpretó a Tirzah, la hermana de Judah Ben-Hur, en su última aparición en la gran pantalla. También trabajó en episodios de diversas series televisivas hasta 1964.
Cathy O'Donnell falleció de cáncer a los 46 años, el día que se cumplía el vigésimo segundo aniversario de su boda. Su marido Robert Wyler murió nueve meses después. La pareja no tuvo hijos.
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