Hoy es aniversario del fallecimiento del poeta inglés Lord Byron. Su vida y obra le consagraron como uno de los principales baluartes de la literatura
romántica, con el protagonismo de un melancólico héroe rebelde, lleno de
sensibilidad y en permanente búsqueda de emociones. Se ha discutido el valor literario y sobre todo el carácter innovador de
sus composiciones líricas, mientras que su facilidad versificadora y su
expresión ágil e incisiva mantienen el interés de sus sátiras y
composiciones narrativas. Excéntrico, apasionado y libertino, Byron encarnó para sus coetáneos el ideal romántico y fue admirado por escritores españoles como José de Espronceda y Gustavo Adolfo Bécquer y asímismo diversos poetas hispanoamericanos en los que caló su influencia, además de en otros autores victorianos. Se le considera el primer héroe de la modernidad.
Perteneciente a una familia aristocrática, George Gordon Byron perdió a su padre (que murió en Francia separado de su madre) a los tres años. Se crió junto su temperamental progenitora, una dama de carácter irritable, en la localidad de Aberdeen, en la costa escocesa del mar del Norte. A los nueve años fue iniciado tanto en la lectura de la Biblia como en el sexo por su institutriz y a los diez heredó el título
nobiliario de barón Byron (y las propiedades familiares), tras la muerte de su tío abuelo. El hecho de haber nacido con el pie derecho deforme le provocó
múltiples amarguras desde su infancia, debiendo calzar un zapato ortopédico. Desde muy pronto, el refugio de la
literatura y la poesía sería su mejor terapia. Luego de completar sus estudios en la Harrow School londinense estudió en el Trinity College de Cambridge, etapa en la que curiosamente se distinguió como deportista, a pesar de su cojera, que siempre se esforzó en disimular. En esta época llamó la atención por su vestimenta extravagante, su vida despilfarradora y licenciosa y sus encuentros sexuales con personas de ambos sexos.
A los dieciocho años publicó su primer libro de poemas, Horas de ocio (1907), y una crítica adversa aparecida en el Edimburgh Review provocó como réplica su violenta sátira titulada Bardos ingleses y críticos escoceses (1809), con la que logró cierta notoriedad. Alcanzada la mayoría de edad, ocupó un escaño en la Cámara de los Lores y emprendió una serie de viajes en los que recorrió países como España, Portugal,
Albania, Grecia y Turquía, convirtiéndose en un auténtico poeta itinerante con una vida disoluta en la que no faltaban los lujos y los escándalos. A su regreso, en 1911 perdió a su madre y publicó, como memoria poética de su
viaje, los dos primeros cánticos de Las peregrinaciones de Childe Harold (1912),
que le valieron rápidamente la fama. El héroe del poema, Childe Harold,
parece basado en elementos autobiográficos, aunque sin duda recreados y
aumentados para configurar lo que sería el típico héroe byroniano -al
que él mismo trató de emular en su vida-, caracterizado por la rebeldía
frente a la moral y las convenciones establecidas y marcado por una vaga
nostalgia y exaltación de sentimientos, en especial el sufrimiento por
un indeterminado pecado original.
En su mansión de Newstead se organizan orgías y se bebe en
calaveras vacías. Byron reconoce su propia belleza, cuida su imagen y se esmera en su
delgadez, bebe vinagre para mantenerse pálido y asegura alimentarse sólo
de bizcochos y agua de soda. En 1912 inició una relación amorosa con la aristócrata Lady Caroline Lamb y al siguiente su acompañante fue su hermanastra Augusta Leigh. En años sucesivos aparecieron sus poemas narrativos: El infiel (1813), La novia de Abydos (1813), El corsario (1814) y Lara (1814). En 1815, año en que publicó Melodías hebreas, se casó con Anna Isabella Milbanke,
que tras dar a luz a la única hija legítima del poeta, Augusta Ada, le abandonó. Un
año después, acordó la separación legal de su esposa. Los rumores sobre
sus relaciones incestuosas con su hermanastra Augusta, acusaciones de sodomita y las dudas sobre su cordura provocaron su ostracismo social. Profundamente amargado, Byron abandonó Inglaterra en 1816 y no regresó jamás.
Muy propenso a trastornos bipolares y diversas enfermedades, se hizo acompañar de su médico personal John William Polidori cuando se trasladó a Ginebra (Suiza), donde residió brevemente con Percy y Mary Shelley y Claire Clairmont, con quien sostuvo relaciones amorosas y tuvo a Allegra, una hija ilegítima que sólo vivió cinco años. Allí escribió el tercer canto de Childe Harold y el poema narrativo El prisionero de Chillon (1816). Tras una estancia en Génova, entre los años 1816 y 1819 vivió en Venecia, donde llevó una vida fastuosa, salpicada de nuevos escándalos y rodeado de sus múltiples mascotas. En esta ciudad escribió el drama en verso Manfred (1817), que originó su correspondencia con Goethe, el cuarto y último canto de Childe Harold (1818), además del poema satírico Beppo (1818), escrito en octava rima, el mismo estilo que escogió y desarrolló por completo en el poema satírico Don Juan (1919), del que redactó los dos primeros cantos -destinado a convertirse en su obra más popular, que dejaría inacabada a su muerte-, y el poema narrativo Mazeppa (1919). Durante dos años viajó por Italia hasta que en 1921 se instaló en Pisa. En esta ciudad escribió los dramas en verso Sardanápalo (1921) y Caín (1821) y el poema narrativo La isla (1823). Fundó en 1822 la revista The Liberal con los poetas Percy Bysshe Shelley y Leigh Hunt,
pero la muerte de Shelley en un naufragio aquel mismo año y una pelea con Hunt puso fin a
esta empresa cuando sólo habían publicado tres ejemplares.
Cuando le llegaron noticias de la rebelión de los griegos contra los turcos, haciendo caso omiso a su débil condición física y a su falta de experiencia militar, se unió a los insurgentes en julio de 1823 en Missolonghi. No sólo reclutó un regimiento para la causa de la independencia griega sino que contribuyó con grandes sumas de dinero. Fue nombrado por los griegos Comandante en Jefe de sus fuerzas en enero de 1824, aunque no llegaría a participar en ningún combate importante. Apenas tres meses después sufrió un ataque epiléptico y contrajo unas fiebres que acabaron con su vida a los 36 años.
Cuando le llegaron noticias de la rebelión de los griegos contra los turcos, haciendo caso omiso a su débil condición física y a su falta de experiencia militar, se unió a los insurgentes en julio de 1823 en Missolonghi. No sólo reclutó un regimiento para la causa de la independencia griega sino que contribuyó con grandes sumas de dinero. Fue nombrado por los griegos Comandante en Jefe de sus fuerzas en enero de 1824, aunque no llegaría a participar en ningún combate importante. Apenas tres meses después sufrió un ataque epiléptico y contrajo unas fiebres que acabaron con su vida a los 36 años.
Lord Byron in Albanian dress by Thomas Phillips, 1813 |
Una reseña muy instructiva rigurosa y completa, que cumple muy bien su propósito de introducirnos en la obra de Byron, un poeta imprescindible!!
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