JOAQUÍN SOROLLA (Valencia, España, 27-2-1863 / Cercedilla, Madrid, 10-8-1923): IN MEMORIAM
Hoy es aniversario del fallecimiento del pintor español Joaquín Sorolla, llamado 'el pintor de la luz'. Vinculado a diversos ismos pictóricos (realismo, impresionismo, postimpresionismo, modernismo, luminismo), se le considera el principal impresionista español, aun cuando respecto a ese movimiento sus pinturas son tardías. No obstante, en ellas reúne la principales características que lo habían definido: el gusto por pintar al aire libre, la búsqueda de lo momentáneo, de lo fugaz, la captación de los efectos de la luz, la ausencia del negro y sus contornos y las pinceladas pequeñas y sueltas. Además de innumerables paisajes, pintó cuadros de temática social y gran cantidad de retratos, destacados por la expresividad de los rostros de sus personajes. En su pintura, donde casi siempre se halla la presencia humana, la gran protagonista es la luz, que hace vibrar los colores y marca el movimiento de las figuras. Entre sus temas más conocidos destaca su dedicación al paisaje costero levantino, que plasma con colores claros y pincelada vigorosa, en resplandecientes imágenes llenas de vida (niños desnudos, mujeres con vestidos vaporosos, sobre un fondo de playa). Su estilo alegre y agradable fue muy valorado en su época. Dejó más de 2.200 obras catalogadas.
Cuando tan sólo contaba dos años mueren
sus padres a causa de una epidemia de cólera, y Joaquín Sorolla y Bastida será
adoptado por sus tíos, junto con su hermana Concha. Su tío vió muy
pronto la habilidad del adolescente Sorolla con el dibujo y a los trece
años de edad le inscribió en clases nocturnas para desarrollar su afición. En la Escuela de Bellas Artes valenciana recibe una formación académica entre 1878 y1881.
Con dieciocho años viaja a Madrid y visita el Museo del Prado por primera vez. Le entusiasman especialmente los cuadros de Velázquez, al que se refería como maestro. Con ventiún años obtiene una beca para formarse en Roma, ciudad en la que pasará cinco años con viajes intermitentes a París, donde Sorolla entra en contacto con
los impresionistas, y le interesarán especialmente los grupos de
artistas que pintan al aire libre. De regreso a Roma, comienza a viajar por distintas ciudades italianas,
tomando pequeñas notas de color. En 1887 se instala en Asís y allí
empieza a hacer escenas de ambiente valenciano bajo la influencia de
José Benlliure y Gil. Es el inicio de su costumbrismo, que repercutirá
en gran medida en su futura obra.
Con veinticinco años contrae matrimonio
con Clotilde García del Castillo y después de pasar otros dos años en
Italia se establecen finalmente en Madrid. Con Clotilde tendrá tres
hijos: María Clotilde, Joaquín (que será el primer director del Museo Sorolla) y Elena. Poco a poco el joven pintor se irá abriendo camino y ganando reconocimiento como artista. Viaja habitualmente a París donde toma
el pulso del mercado y de las grandes exposiciones internacionales, en
las que los cuadros de tema social triunfaban tomando el relevo de la
pintura de historia. Allí descubre a los pintores nórdicos y su peculiar tratamiento de la
luz, en el que él basará su propia versión del luminismo: se abre su
etapa de consolidación. Su paleta va cobrando nuevos matices en su
esfuerzo por plasmar la luz. Surgen nuevas temáticas, como el
costumbrismo marinero, el que trata de las gentes del mar, o el realismo
social, demandado en los certámenes oficiales.
En 1900 llega su gran reconocimiento con la obtención del Grand Prix en la Exposición Universal de París, tras la cual tendrá la oportunidad de participar en diversas exposiciones internacionales en Londres, Munich, Roma o Frankfurt. Se inicia su etapa de culminación, la del Sorolla más brillante, cuyas
grandes dotes perceptivas y veloz ejecución producen sus mejores obras,
donde la luz es el interés dominante. Obtiene un gran éxito con los retratos, sin embargo, lo que más le
gustaba era pintar al aire libre. Durante los veranos se marchaba con su
familia a algún lugar de la costa española o el campo, donde aprovechaba para
pintar la mayoría de los cuadros que posteriormente llevaba a las
exposiciones internacionales.
En 1909 viaja con su familia a Nueva York con motivo de una exposición individual sobre su obra en la Hispanic Society of America, una institución dedicada al estudio del arte y la cultura hispana que sigue existiendo hoy en día. Allí
cosecha un gran éxito no sólo con la exposición sino también realizando
retratos para la alta sociedad, llegando incluso a retratar
al presidente norteamericano William Howard Taft.
Su clamoroso triunfo le permitirá comenzar el proyecto para construir su
casa en Madrid, que más tarde se convertirá en museo. Dos años después
vuelve a Estados Unidos y allí recibe el encargo de decorar la
Biblioteca de la Hispanic Society con un conjunto de paneles sobre las regiones y la vida tradicional española, un proyecto mural de proporciones gigantescas. Para llevar a cabo el encargo pasará ocho años viajando por toda España,
documentándose y realizando bocetos y fotografías. Tras años de duro
trabajo logrará culminar el proyecto, si bien nunca verá los paneles
montados en el espacio definitivo. Este gran esfuerzo afectará a su
salud y en 1920 sufrirá una hemiplejia que le impedirá seguir pintando
hasta su muerte tres años después.
La memoria de Sorolla continúa hoy
viva en su país de origen gracias al extraordinario legado que hicieron su mujer y sus tres
hijos al Estado español, que dio lugar a la creación del Museo Sorolla en la que era su casa madrileña. Allí se conserva el conjunto más extraordinario de obras del pintor valenciano.
Joaquín Sorolla, Selfportrait, 1904 |
La definición que nos ofrece Javi sobre las características del Impresionismo es sensacional! Y deleitándome con la obra de Sorolla se atiene perfectamente a lo que aprecia en su estilo. Yo modestamente añadiría una anotación que percibo distintiva en su pintura: “el blanco de Sorolla”.
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