ADELANTADA A SU ÉPOCA
Hoy se cumplen veinte años del fallecimiento de la actriz y directora británica (nacionalizada estadounidense en 1948) Ida Lupino. Sofisticada e inteligente intérprete de intensos registros dramáticos, destacó principalmente por sus duros roles en títulos clásicos del cine negro. Hoy día se la considera uno de los iconos de ese género, si bien en su época no llegó a convertirse en una gran estrella (se la llamó 'la Bette Davis de los pobres'). También hizo historia al convertirse en una de las mujeres pioneras
en el campo de la dirección y el guión, en un momento en el que no era
habitual que ellas se dedicaran a esos menesteres. Y lo cierto es que lo
hizo con estilo propio y resultados notables en varios films de bajo presupuesto con temática social y tono feminista.
Sus padres formaban parte de una dinastía teatral, ambos eran actores de teatro -su padre Stanley
Lupino, de origen italiano y su madre, Connie O'Shea, de origen irlandés- y, por influencia familiar, Ida Lupino estudió en la Real Academia de
Arte Dramático londinense. Su debut en el cine británico se produjo con The love race (1931), comedia dirigida por su tío, Lupino Lane, y protagonizada por su padre, a la que siguió Her first affaire (1932) de Allan Dwan y otros títulos en su país de origen.
A finales de 1933 viajó a Hollywood, donde firmó contrato con Paramount, debutando junto a Buster Crabbe en la tragicomedia Search for beauty (1934) de Erle C. Kenton. Poco a poco fue destacando en películas como Sueño de amor eterno (1935) de Henry Hathaway, drama romántico de época basado en la novela "Peter Ibbetson" de George du Maurier, con Gary Cooper y Ann Harding, Anything goes (1936) de Lewis Milestone, musical con Bing Crosby, Ethel Merman y Charlie Ruggles, El alegre bandolero (1936) de Rouben Mamoulian, comedia de aventuras a mayor gloria del cantante Nino Martini, Cómicos en París (1937) de Raoul Walsh, musical con Jack Benny, o En tinieblas (1939) de William A. Wellman, drama con Ronald Colman y Walter Huston.
Su mejor década como actriz fueron los años 40, cuando protagonizó films tan estimables como La pasión ciega (1940), noir en el que que compartió créditos con George Raft, Ann Sheridan y Humphrey Bogart, y El último refugio (1941), otro magnífico noir con Bogart, ambos títulos claves del género producidos por los estudios
Warner y dirigidos por Raoul Walsh, El lobo de mar (1941) de Michael Curtiz, adaptación de una novela de Jack London, con Edward G. Robinson y John Garfield, El misterio de Fiske Manor (1941) de Charles Vidor, drama con Louis Hayward, Marea de luna (1942) de Archie Mayo, noir con Jean Gabin, Predilección (1946) de Curtis Bernhardt, drama biográfico sobre las hermanas Emily y Charlotte Brontë, con Paul Henreid, Olivia de Havilland y Sydney Greenstreet, Nunca huyas de mí (1947) de Peter Godfrey, melodrama con Errol Flynn y Eleanor Parker, El parador del camino (1948), de Jean Negulesco, melodrama en el que compartió
protagonismo con Cornel Wilde, Celeste Holm y Richard Widmark, o La fiebre del oro (1949) de S. Sylvan Simon, con Glenn Ford.
Finalizó la década dirigiendo su primera película oficial, el drama Never fear (1949), con
Sally Forrest,
Keefe Brasselle y
Hugh O'Brian. Posteriormente, como directora, labor en la que demostraría un buen
sentido del ritmo cinematográfico, realizó Outrage (1950), con Mala Powers y Tod Andrews, Hard, fast and beautiful (1951), con Sally Forrest y Claire Trevor, El autoestopista (1953), con Frank Lovejoy y Edmond O'Brien, El bígamo (1953), con Edmond O’Brien, Joan Fontaine y Edmund Gwenn, película en la que ella también actuó, y Ángeles rebeldes (1966), comedia protagonizada por Rosalind Russell y Hayley Mills.
En cuanto a su trabajo como actriz, en adelante, Ida Lupino
apareció en Bodas sangrientas (1950) de Michael Gordon, noir con Howard Duff y Stephen McNally, La casa en la sombra (1951) de Nicholas Ray, noir con Robert Ryan, Jennifer (1953) de Joel Newton, drama de intriga con Howard Duff, Infierno 36 (1954) de Don Siegel, noir con Steve Cochran, Howard Duff, Dean Jagger y Dorothy Malone, El gran cuchillo (1955) de Robert Aldrich, noir con Jack Palance, Wendell Corey, Jean Hagen, Rod Steiger y Shelley Winters, o Mientras Nueva York duerme (1956) de Fritz
Lang, noir con reparto encabezado por Dana Andrews y Rhonda Fleming. Desde 1959 trabajó más en televisión, tanto actuando como dirigiendo. Sus últimas películas en la gran pantalla fueeron producciones de bajo presupuesto excepto Junior Bonner, el rey del rodeo (1972) de Sam Peckinpah, neo-western con Steve McQueen y Robert Preston.
Ida Lupino se casó y divorció tres veces: con el actor Louis Hayward (1938-1945), el productor Collier Young (1948-1951) y el actor Howard Duff (1951-1983), con quien en 1952 tuvo a su hija Bridget. Retirada a los 60 años, falleció a los 77 de una apoplejía mientras estaba siendo tratada de cáncer de colon.
Sí, la tengo bien presente desde mi niñez en que ya veía sus películas. Gran trabajo de Javi especialmente en esta síntesis biográfica haciéndole el justo honor a Ida Lupino.
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