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lunes, 7 de diciembre de 2020

Hurd Hatfield (New York City, US, 7-12-1917 / Rathcormac, County Cork, Ireland, 26-12-1998): In memoriam

TALENTO ENCASILLADO E INFRAVALORADO POR HOLLYWOOD
 
Hoy es aniversario natal de actor estadounidense de cine, teatro y televisión Hurd Hatfield. Apuesto y elegante, fue lanzado al estrellato por M.G.M. con una sorprendente y contenida interpretación en El retrato de Dorian Gray (1945), un muy estilizado film que se adelantó a su época y fue mucho más celebrado por la crítica que por el público. Luego el conservador estudio se desentendió de Hatfield, a quien el ambiguo y narcisista papel en esa película dejó marcado de por vida. El actor siempre se lamentó de ello, pues le supuso un encasillamiento para el resto de su carrera, en la que, no obstante, tuvo otras oportunidades de mostrar su talento.
William Rukard Hurd Hatfield era hijo de un abogado que fue diputado por Nueva York. Educado en la Universidad de Columbia, se trasladó después a Londres, donde estudió arte dramático con Michael Chekhov y debutó sobre la escena teatral. Después de iniciarse la II Guerra Mundial retornó a su país formando parte del elenco de la compañía "The Chekhov Theatre Players", en la que también estaban Beatrice Straight y un principiante Yul Brynner (con quien se dice que Hatfield tuvo un affair) para representar "Noche de Reyes" de Shakespeare en 1941. Cuando la compañía llegó a la costa oeste fue contratado por Metro-Goldwyn-Mayer, que le dió un papel secundario en la película Estirpe de dragón (1944) de Harold S. Bucquet, drama basado en la novela de Pearl S. Buck, con Katharine Hepburn, Walter Huston, Aline MacMahon, Akim Tamiroff y Turhan Bey.
Alcanzó un estrellato fugaz con su segunda película, El retrato de Dorian Gray (1945) de Albert Lewin, exquisita adaptación de la famosa novela homónima de Oscar Wilde donde interpretó el rol titular, con George Sanders, Donna Reed, Angela Lansbury, Peter Lawford, Lowell Gilmore y Richard Fraser. Para el papel del bello Dorian el director había hecho pruebas a muchos actores rubios con ojos azules, tal y como describe el libro al personaje. Sin embargo ninguno le convenció y optó por elegir a Hatfield, moreno de ojos oscuros. El joven actor no estaba muy convencido de que el personaje fuera adecuado para él, pero aceptó aun pensando que no era lo bastante guapo para interpretarlo. En el rodaje tuvo diferencias con Lewin, quien le exigía que se mostrase casi hierático y apenas le permitía expresar emociones con su rostro (salvo algún arqueo de cejas), presentado con aspecto andrógino. Esto resultó un acierto para la película, hoy convertida en un gran clásico, pero un handicap para el actor. Durante el rodaje Hatfield y Lansbury trabaron una amistad que se prolongaría de por vida.
El prestigio del film resultó un arma de doble filo para Hatfield: a partir de entonces fue encasillado en papeles de jóvenes ambiguos o villanos. Su siguientes películas fueron: Memorias de una doncella (1946) de Jean Renoir, adaptación de una novela de Octave Mirbeau, con Paulette Goddard, Burgess Meredith, Francis Lederer y Reginald Owen donde interpretó a un tuberculoso, ¿Principio o fin? (1947) de Norman Taurog, sorprendente docudrama sobre la bomba atómica y quienes la fabricaron, con reparto encabezado por Brian Donlevy y Robert Walker, Sin sombra de sospecha (1947) de Michael Curtiz, thriller con Joan Caulfield, Claude Rains, Audrey Totter y Constance Bennett, El enigma del doctor (1948) de Edward L. Cahn, drama criminal con Tom Conway y Noreen Nash, Juana de Arco (1948) de Victor Fleming, drama biográfico medieval con Ingrid Bergman, El jarrón chino (1949) de Seymour Friedman, drama criminal de serie B con Jean Willes, Tom Powers y Ray Walker, Objetivo: asesinato (1950) de Edward L. Cahn, drama criminal de serie B con Joyce Mackenzie y Stanley Clements, y Tarzán y la esclava (1950) de Lee Sholem, film de aventuras con Lex Barker, Vanessa Brown y Robert Alda.
La carrera cinematográfica de Hatfield estaba en punto muerto, así que el actor volvió al teatro. Entre las obras que representó figuran "Venus observada" de Christopher Fry (1952), obra dirigida por Laurence Olivier, "Trabajos de amor perdidos" de Shakespeare (1953), "Camino Real" de Tennessee Williams (1953), "Anastasia" de Marcelle Maurette (1954-55), "Los amantes" de Leslie Stevens (1956), "La Duquesa de Malfi" de John Webster (1957), o "Mucho ruido y pocas nueces" de  Shakespeare (1959). A partir de los años 50 trabajó en la televisión, medio en el que obtendría una nominación al Premio Emmy como actor de reparto por el telefilm "El invencible Mr. Disraeli" (1963).
El cine lo recuperó con papeles secundarios pero más sustanciosos en los que dejó patente su buen hacer: El zurdo (1958) de Arthur Penn, western con Paul Newman, Lita Milan y John Dehner, Rey de reyes (1961) de Nicholas Ray, superproducción bíblica con Jeffrey Hunter, Siobhan McKenna, Ron Randell, Viveca Lindfors y Robert Ryan donde interpretó a un convincente Poncio Pilato, El Cid (1961) de Anthony Mann. otra superproducción histórica de Samuel Bronston rodada en España, con Charlton Heston, Sophia Loren, Raf Vallone y Geneviève Page, donde encarnó a Arias, Héroes de blanco (1962) de Enrique Carreras, drama de producción argentina, con Mercedes Carreras y Germán Cobos (donde fue protagonista), Harlow (1965) de Alex Segal, drama biográfico sobre la rubia estrella de los años 30, con Carol Lynley, Efrem Zimbalist Jr., Barry Sullivan y Ginger Rogers, Acosado (1965) de Arthur Penn, thriller con Warren Beatty, Alexandra Stewart y Franchot Tone, El estrangulador de Boston (1968) de Richard Fleischer, thriller con Tony Curtis, Henry Fonda y George Kennedy, o El Barón Rojo (1971) de Roger Corman, film bélico con John Phillip Law y Don Stroud
Un nuevo lapso en su filmografía lo llevó en los años 70, animado por su amiga Angela Lansbury, a establecerse en Rathcormac, un pueblo al sur de Irlanda. Allí salvó de la demolición un viejo edificio del siglo XVII y se dedicó a restaurarlo el resto de su vida. También se hizo coleccionista de antigüedades y de arte. 
De su retiro lo sacaron ocasionalmente tres películas, todas dirigidas por Bruce Beresford: Rey David (1985), drama bíblico protagonizado por Richard Gere, Crímenes del corazón (1986), drama rural con Diane Keaton, Jessica Lange, Sissy Spacek y Sam Shepard, donde interpretó a un abuelo, y Su coartada (1989), comedia con mezcla de romance e intriga que protagonizó Tom Selleck.
Hurd Hatfield fue un homosexual discreto y no se le conoce pareja perdurable. Hasta bien entrado en años conservó un aspecto saludable, que el actor declaró deberse a no beber, no fumar y hacer ejercicio. Su muerte se produjo tras una cena navideña con amigos, por un paro cardiaco mientras dormía. Contaba 81 años de edad.
 
 

 

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