TRIBUTO A DON BACKY (Santa Croce sull'Arno, Toscana, Italia, 21-8-1939)
El cantantautor italiano Don Backy cumple hoy 79 años. Artista original, inconformista y polifacético, con vitola de poeta, ha grabado veinte álbumes, además de ejercer como actor, pintor, escritor y autor de cómics. Formó parte del Clan Celentano, del que salió malparado, y presentó en Sanremo sus composiciones más recordadas, L'immensità (1967), Canzone (1968), Casa bianca (1968) o Un sorriso (1969), hoy clásicos de la canción italiana.
De nombre real Aldo Caponi, trabajó en una peletería de su pueblo natal, mientras cultivaba su pasión por la pintura, la poesía y el rock. De adolescente aprendió a tocar la guitarra y en 1960 autoprodujo su primer single bajo el nombre de Agaton e i Pirati, del que se editaron cien copias pagadas de su propio bolsillo. En 1962, gracias a su primera composición, La storia di Frankie Ballan, una balada inusual para la época, se integró en el Clan Celentano -creado ese año a semejanza de Rat Pack de Frank Sinatra y sus amigos-, donde le dieron el nombre de Don Backy y en cuyo sello discográfico grabó a partir de entonces canciones de cierta repercusión: Amico (1963), Io che giro il mondo (1964), L'amore (1965) o Serenata (1966). Entretanto, había escrito letras de canciones para Adriano Celentano (Pregherò, versión italiana de Stand by me, Sabato triste, Sono un simpatico) y debutado como actor cinematográfico junto a Totò y Celentano en "Il monaco di Monza" (1963) de Sergio Corbucci. Otras películas en las que intervendría fueron "Super robo en Milán" (1964) de Adriano Celentano, "Bandidos en Milán" (1968) de Carlo Lizzani, "Cuando las mujeres se llamabam madonas" (1972) de Aldo Grimaldi, "Semáforo rojo" (1974) de Mario Bava, "A fuerza de golpes" (1975) de Bruno Corbucci, "La historia de un hombre ridículo" (1981) de Bernardo Bertolucci, o "Pan y tulipanes" (2000) de Silvio Soldini.
Su consagración como cantante se produjo tras su debut en el Festival de Sanremo 1967 con L'immensità, que también interpretada por Johnny Dorelli, se clasificó en novena posición. La canción, no obstante, logró el mayor éxito de ventas de cuantas fueron presentadas aquel año a la competición canora. Hoy es un clásico que en su día también grabaron intérpretes de la talla de Mina o Milva. Ese mismo año tuvo otro éxito con la canción Poesia y publicó su primer libro, "Io che miro il tondo", el primero escrito por un cantante en Italia.
En Sanremo 1968 compitieron dos canciones compuestas por Don Backy: Canzone y Casa bianca. A la sazón, él solamente estaba inscrito en la sociedad de autores italiana como letrista. Por otra parte, las normas del festival no permitían que un compositor presentase más de una canción (sí un letrista). En el certamen Don Backy quería interpretar Canzone (presentada como letrista, con Mariano Detto como autor de la música) junto a Ornella Vanoni, pero ésta prefirió Casa bianca y a toda costa se empeñó en ser su intérprete. A fin de que este último tema pudiese también participar, el Clan Celentano, contra la voluntad de Don Backy, ideó un subterfugio: inscribir el cantable con un nombre ficticio como autor de la música, Eligio La Valle, y Don Backy como letrista, falsificando la firma de éste, lo que creó una gran tensión entre Don Backy y Celentano. Finalmente ambas melodías fueron seleccionadas a concurso, pero Don Backy no pudo participar como intérprete por las argucias de Celentano. Casa bianca, en las voces de Ornella Vanoni y Marisa Sannia, alcanzó el segundo puesto en la final, mientras que Canzone, interpretada por Milva (apasionada y brillantemente) y Adriano Celentano (con una calculada y efectista actitud mezcla de apatía y displicencia) logró el tercer puesto. Consecuentemente Don Backy rompió con el Clan Celentano y creó su propio sello discográfico, en el que publicó su personal versión de las dos canciones. Celentano lo demandó en los tribunales por incumplimiento de contrato y Don Backy le reclamó judicialmente los royalties impagados. La batalla legal se prolongaría hasta 1974, cuando Celentano se avino a una transacción. Las dos canciones resultaron importantes éxitos de ventas: Casa bianca, principalmente en la versión de Marisa Sannia, y Canzone en la de Don Backy. Ese año el cantautor se casó con la actriz Liliana Petralia, matrimonio del que al año siguiente nacería su hijo Emiliano.
En 1969, con Un sorriso, cantada por él y Milva, volvió a Sanremo y consiguió el tercer puesto. En Sanremo 1971 presentó Bianchi cristalli sereni, que, también interpretada por Gianni Nazzaro, se clasificó en séptima posición. Conforme su presencia en el mundo musical fue disminuyendo, su actividad artística se diversificó entre el cine, la comedia musical, la escritura y, a partir de los años 80, el cómic. En 2017 publicó su último álbum, "Pianeta Donna" dedicado completamente al universo femenino.
El éxito de la canción L'immensità, compuesta por Don Backy y Mariano Detto, con letra de Mogol, propició la filmación de una película con el mismo título en 1967, un musicarello dirigido por Oscar De Fina y protagonizado por el cantante toscano en el que también aparecieron Caterina Caselli, Nicola di Bari o Patty Pravo.
L'inmensità (testo)
Io son sicuro che, per ogni goccia
Per ogni goccia che cadrà, un nuovo fiore nascerà
E su quel fiore una farfalla volerà
Io son sicuro che, in questa grande immensità
Qualcuno pensa un poco a me
Non mi scorderà
Sì, io lo so
Tutta la vita sempre solo non sarò
Un giorno troverò
Un po' d'amore anche per me
Per me che sono nullità
Nell'immensità
Tutta la vita sempre solo non sarò
Un giorno troverò
Un po' d'amore anche per me
Per me che sono nullità
Nell'immensità
Sì, io lo so
Tutta la vita sempre solo non sarò
E un giorno io saprò
D'essere un piccolo pensiero
Nella più grande immensità
Del suo cielo
Tutta la vita sempre solo non sarò
E un giorno io saprò
D'essere un piccolo pensiero
Nella più grande immensità
Del suo cielo
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