CINE 'DE MENSAJE'
Hoy se cumplen quince años del fallecimiento del director cinematográfico español Juan Antonio Bardem. De irregular carrera, sus mejores aportaciones fílmicas datan de la primera etapa de la misma, por las que se le incluyó como una de las prominentes 'tres B' del cine español (junto a Buñuel y Berlanga), siendo el suyo el más obviamente politizado. En lucha permanente con la censura franquista, pergeñó varias películas 'de mensaje' (concepto de moda entonces), de la mayoría de las cuales fue también guionista, antes de verse obligado a rodar un cine 'alimenticio' hasta el fin del régimen. Con la llegada de la democracia, volvió a hacer lo que le interesaba: películas con mayor carga política, pero menor sutileza. Meses antes de morir recibió un premio Goya honorífico.
Juan Antonio Bardem Muñoz nació en el seno de una familia de actores. Sus padres eran Rafael Bardem y Matilde Muñoz Sampedro y su hermana menor la actriz Pilar Bardem. Desde pequeño su vida estuvo siempre vinculada al trabajo de sus progenitores, que les obligaba a recorrer la ciudades españolas con sus repertorios escénicos. Tras la Guerra Civil cursó los estudios de ingeniero agrónomo y después ingresó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, donde no llegó a obtener el título de dirección. En esa época participó en varios proyectos fílmicos, escribió guiones y colaboró como crítico en diversas publicaciones. También se adhirió al entonces ilegal partido comunista español, al que se matendría fiel toda su vida.
Dio sus primeros pasos como cineasta al lado de Luis García Berlanga, codirigiendo Esa pareja feliz (1951), apreciable comedia satírica con
Fernando Fernán Gómez y
Elvira Quintillá en la que se pretendía hacer una radiografía de la España de la época. También escribió el guión de Bienvenido Mister Marshall (1952) junto a Berlanga, su director, y el autor teatral Miguel Mihura, quien se ocupó de los diálogos. Ya en solitario dirigió Cómicos (1954), acercamiento al mundo del teatro y de las compañías de repertorio, con
Elisa Galvé,
Fernando Rey y
Emma Penella, y Felices Pascuas (1954), comedia agridulce con
Julia Martínez y
Bernard Lajarrige. No pasó desapercibida su asistencia a las Conversaciones de Salamanca,
celebradas en 1955. Allí fue donde dejó plasmado el famoso diagnóstico sobre los defectos del cine español, que según su
opinión era "políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente
ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico". Fueron
momentos políticamente intensos, en los que los jóvenes buscaban
alternativas al cine que dominaba el panorama español de la época.
Los dos siguientes films de Bardem aumentaron su prestigio: Muerte de un ciclista (1955), desasosegante drama con Lucía Bosé y Alberto Closas
en los papeles protagonistas, que ganó el Premio de la Crítica Internacional en el Festival de Cannes y mostraba claramente las
tendencias del autor hacia el reflejo y comentario social, lo que
subrayaría en títulos posteriores; y Calle Mayor (1956), drama libremente inspirado en la obra "La señorita de Trevélez" de Carlos Arniches, con
Betsy Blair y
José Suárez, fiel retrato de la dura vida en provincias en la España de mediados de los cincuenta, que supone una sobrecogedora mirada sobre el papel de la mujer en ella. En esta ocasión el film ganó el Premio de la Crítica Internacional en el Festival de Venecia. Estas valientes películas irritaron al régimen y durante el rodaje de la segunda, Bardem fue arrestado por su filiación política izquierdista. Su siguiente film, distorsionado por la censura, fue La venganza (1957), drama rural protagonizado por
Carmen Sevilla,
Raf Vallone y
Jorge Mistral, primera producción española en ser candidata al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa. Peor acogida obtuvo Sonatas (1959), drama de coproducción hispano-mexicana basado en la novela de Ramón del Valle-Inclán, que protagonizaron Aurora Bautista,
Francisco Rabal, María Felix y
Fernando Rey.
En los años 60 rodó A las cinco de la tarde (1961), drama que mostraba una visión crítica del mundo taurino, con
Francisco Rabal, Enrique Diosdado,
Nuria Espert,
Germán Cobos y
Julia Gutiérrez Caba, Los inocentes (1963), drama producido en Argentina, con
Alfredo Alcón y
Paloma Valdés, Nunca pasa nada (1963), drama con
Corinne Marchand,
Antonio Casas,
Jean-Pierre Cassel y
Julia Gutiérrez Caba, en el que revisitaba el universo de la provincia castellana, con su
mezquino puritanismo, sus prejuicios de clase y su hipocresía, otra de sus obras más logradas y que no se estrenó en España hasta 1965, y Los pianos mecánicos (1965), drama basado en una novela de Henri-François Rey, con Melina Mercouri, Hardy Krüger y
James Mason,
con el que empezó a perder el favor de la crítica.
Su problemas con la censura franquista le inclinaron en la década siguiente a hacer un cine de planteamiento más comercial: El último día de la guerra (1970), drama ambientado en la Segunda Guerra Mundial con
George Maharis y
Maria Perschy, Varietés (1971), una película musical con Sara Montiel como estrella, La corrupción de Chris Miller (1973), terrorífico drama con Marisol y
Jean Seberg, La isla misteriosa (1973), adaptación de la novela de Jules Verne, con
Omar Sharif como protagonista, El poder del deseo (1975), thriller con Marisol y Murray Head, o El puente (1977), comedia dramática itinerante con Alfredo Landa que muestra los cambios sociales de la transición española, film que supuso su parcial reconciliación con la crítica. Ya instaurada la democracia española realizó 7 días de enero (1979), que narraba el suceso más grave de la transición: el asesinato en su despacho madrileño de cuatro abogados laboralistas y un administrativo (además de otros cuatro letrados malheridos) a cargo de una asociación ultraderechista.
En el decenio siguiente su único largometraje fue la producción búlgara La advertencia (1982), que contaba la historia del líder comunista Georgi Dimitrov, quien gobernó Bulgaria desde el fin de la II Guerra Mundia hasta su muerte en 1949. Sus siguientes trabajos fueron para la televisión: el episodio Jarabo (1985) de la serie La huella del crimen, drama basado en hechos reales que protagonizó
Sancho Gracia, y la miniserie de seis episodios Lorca, muerte de un poeta (1987), drama biográfico protagonizado por
Nickolas Grace.
Otra miniserie biográfica televisiva que dirigió fue El joven Picasso (1994), con Tony Zenet. Resultado final (1997), drama muy mal acogido con Mar Flores y
Sergi Mateu, cerró su trayectoria en la gran pantalla. Ya retirado, Bardem fue premiado en 2002 con un Goya de Honor por el conjunto de su carrera.
De su matrimonio con María Aguado Barbado nacieron cuatro hijos, uno de los cuales, Miguel Bardem, ha seguido sus pasos en la dirección. Sus sobrinos Javier Bardem, Carlos Bardem y Mónica Bardem son actores. Juan Antonio Bardem falleció a los 80 años de una enfermedad hepática.
En la memoria me quedó Varietés. Javi, con esta reseña me ha enriquecido la valoración sobre él.
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