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viernes, 7 de julio de 2017

Original Soundtrack ("The third man", Anton Karas) - The Harry Lime theme

ANTON KARAS (Viena, Imperio Austrohúngaro, 7-7-1906 / Viena, Austria, 9-1-1985): IN MEMORIAM

Hoy es aniversario natal del compositor y músico vienés Anton Karas, especializado en la cítara y conocido mundialmente por haber compuesto la banda sonora de la película "El tercer hombre" (1949) de Carol Reed. Obra maestra y autentico clásico del cine, fue en su día un film curioso, original y rompedor en el que la propia ciudad y los escenarios se convirtieron en un personaje más, aportando una personalidad y carácter únicos e irrepetibles. A ello contribuyó decisivamente la música compuesta por Anton Karas, una de las más conocidas de la historia del cine. El icónico tema de la cítara complementa el diálogo sin dominarlo y su melodía evoca el estado de ánimo de aquella Viena de posguerra, exótica, elusiva y misteriosa. Quien haya visto la película nunca puede olvidarlo.
Uno de los cinco hijos de un obrero de fábrica, Anton Karas se sintió atraído por la música desde pequeño. Soñaba con ser director de orquesta, lo que, dada la precaria situación económica de su familia, era practicamente imposible. No obstante, como a sus dos hermanos y dos hermanas, se le permitió aprender a tocar un instrumento musical. Una cítara encontrada en el ático de su abuela fue el que le correspondió a él a la edad de doce años. Cuando tenía catorce, su padre lo colocó de aprendiz en una fábrica de manufacturas y, en su tiempo libre, el chico estudió música en una institución privada. En 1924 entró a trabajar en una fábrica de coches, pero a comienzos del año siguiente quedó desempleado. Mientras continuaba estudiando en la Universidad de Viena, se ganaba la vida tocando en una taberna y pronto llegó a ganar más dinero que su padre. Sus estudios continuaron hasta 1928. En 1930 se casó con su novia embarazada y tres meses después nació su primera hija. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en 1939 -Austria había sido invadida por los alemanes- fue movilizado para servir en la Wehrmacht y enviado al frente ruso. Incluso allí siguió tocando la cítara y, a veces, en acciones bélicas perdió su instrumento, aunque siempre se las arregló para encontrar otro.
Finalizada la contienda, Karas volvió a tocar en su taberna vienesa, donde, gracias a su destreza, llegó a adquirir cierto renombre. El azar hizo que el director inglés Carol Reed, que visitaba Viena localizando exteriores para su película "El tercer hombre", lo encontrase allí. Cuando Reed escuchó al músico, lo invitó a su habitación para que le interpretara diversas piezas tradicionales, de las cuales terminó enamorándose. El cineasta, en principio, no había pensado usar música para su película y después se había planteado utilizar versiones de piezas tradicionales, que ayudaran a transportar al espectador a la Viena de la posguerra. Conocer a Karas y su música le hizo cambiar de opinión, pues pronto se dio cuenta que era el sonido tan especial y original de la cítara lo que proporcionaría el tono y ambiente de las callejuelas y garitos de Viena, por lo que se puso a trabajar con el músico a fin de que escribiese una partitura original para el film. Esta decisión daría a la película un sonido completamente distintivo. La música podría haber sido convencional y orquestal, incluso incorporando los valses que se suelen asociar con la vieja Viena. Pero esto probablemente hubiese resultado completamente inapropiado en una película ambientada en la Viena de posguerra, muy afectada por los masivos bombardeos aliados que la convirtieron en un fantasma de lo que había sido su elegante fin de siglo.
A tal efecto invitó a su propia casa en Londres a Karas, donde éste trabajó arduamente durante tres meses con los fragmentos de cinta que le iban haciendo llegar, improvisando y ajustando la música hasta que director y compositor quedaban satisfechos. Así, el elemento final de la personalidad de la ciudad y la película quedó definido completamente, en especial con ese famosísimo tema principal, que se ganó el derecho a convertirse en el protagonista principal de sus créditos iniciales.
Cuando "El tercer hombre" se estrenó en septiembre de 1949, el éxito del film fue clamoroso. Todas las críticas señalaban el peculiar sonido de la cítara como gran responsable de la efectividad de la película, que alcanzó enorme difusión mundial. Se editó un disco, 'The Harry Lime theme', que vendió un millón de copias en solo tres meses, algo inusitado en aquella época. Incluso los productores se asombraron del beneficio en royalties que estaban obteniendo. El nombre de Anton Karas se hizo conocido en todo el mundo y, a partir de ahí, el músico realizó largas giras por Europa y América durante 1949 y 1950, y llegó a interpretar sus piezas tanto ante la Familia Real británica como ante el Papa. Con sus cuantiosas ganancias decidió comprar su propia taberna en Viena, a la que puso el nombre de la película que le hizo famoso. Inaugurada en 1954, se puso de moda visitarla entre las celebridades del cine y los turistas, que invariablemente pedían a Karas que tocase su célebre composición. Sin embargo, a los propios vieneses y a muchos austriacos empobrecidos por la guerra no les había agradado demasiado que una película mostrase la derrota y destrucción de su país y se sintieron celosos del éxito de Karas. Mientras pudo, el músico continuó grabando discos y realizando giras internacionales, llegando a tocar en Japón para el emperador Hirohito. Finalmente, Karas, gran musico pero sin madera de estrella, cerró su establecimiento y se retiró. Falleció casi olvidado a los 78 años.



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