LA POETA ESPAÑOLA MÁS MEDIÁTICA
Hoy se cumple el centenario natal de la escritora española Gloria Fuertes. Ligada a la primera generación de la posguerra, su obra comprende poesía, narrativa y teatro y, asímismo, fue una prolífica autora de literatura infantil y juvenil. Nació en el seno de una familia humilde (la madre costurera, el padre conserje y portero), fue "una niña con zapatos rotos y algo triste porque no tenía muñecas" y pronto tuvo que ponerse a trabajar. Acaso por ello, su futuro interés por el mundo infantil, al que dedicó buena parte de su producción. Sus escritos revelan un profundo humanismo y una gran ternura, sencillez e ironía. Decía que ella quería ser el Charlot de la poesía española y, con su voz ronca, le encantaba recitar. Hasta alcanzar reconocimiento en edad madura, su vida fue difícil por ser mujer, lesbiana y pobre. Su pareja más estable fue la hispanista norteamericana Phyllis Turnbull, con quien mantuvo una relación de casi veinte años. A la muerte de ésta siguió la peor depresión en la vida de Gloria, que la llevó seriamente a pensar en el suicidio ("Iba a tirarme al metro pero acabé tirándome a la taquillera"). Desde mediados de los años 70, merced a sus apariciones televisivas, se convirtió en un personaje campechano, muy popular y querido. Fumadora empedernida, falleció a los 81 años de cáncer de pulmón. En su testamento dejó su fortuna (100 millones de pesetas) al orfanato conocido como Ciudad de los muchachos del padre Jesús Silva. Devolvía así a los niños el patrimonio que consiguió gracias a ellos.
Reseña biográfica procedente de la página Instituto Cervantes:
Su interés por las letras comienza a la temprana edad de cinco años,
cuando ya escribía y dibujaba sus propios cuentos. Publica su primer
poema con tan sólo catorce años en 1932, bajo el nombre de Niñez, juventud, vejez…
persiguiendo desde joven la edición de sus escritos. A los quince ya
recita sus versos en Radio España de Madrid y a los diecisiete da forma a
su primer libro de poemas, Isla ignorada.
La década de los 40 supone su incursión en el mundo literario
profesional. En los cinco primeros años se estrenan algunas de sus obras
de teatro infantil y poemas escenificados en varios teatros de Madrid.
Comienza a trabajar como redactora en la revista infantil Maravillas
(de 1939 a 1953) donde publica semanalmente cuentos, historietas y
poesía. En 1942 conoce a Carlos Edmundo de Ory, integrándose en el
movimiento poético denominado Postismo, participando activamente en las revistas Postismo y Cerbatana junto a Ory, Eduardo Chicharro y Silvano Sernesi. También colabora en otra revista, Chicas (de 1940 a 1945), publicando cuentos de humor, y en el diario Arriba con las historietas Coletas y Pelines. Paralelamente funda el grupo Versos con faldas
junto a María Dolores de Pueblos y Adelaida Lasantas, dedicado durante
dos años a ofrecer recitales y lecturas por los bares y cafés de la
capital.
En 1950 publica Pirulí, dos años después estrena su primera obra de teatro en verso Prometeo que le lleva a recibir el Premio Valle-Inclán, y en 1954 lanza Antología Poética y Poemas del suburbio.
Durante estos primeros años de la década organiza una biblioteca
infantil ambulante por pequeños pueblos con afán de paliar el
analfabetismo, y funda junto a Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal
la revista poética Arquero, que dirige hasta 1954. De 1955 a 1960 estudia Biblioteconomía e Inglés en el International Institute.
En 1960 viaja por tres años a EEUU tras obtener la beca Fullbright
para impartir literatura española en la Universidad de Bucknell, en el
Mary Baldwin College y en el Bryn Mawr College. A su vuelta su
producción poética se enriquece con Ni tiro, ni veneno, ni navaja (1966), Poeta de guardia (1968) y otro de los títulos de su corpus poético Cómo atar los bigotes al tigre (1969).
En 1972 recibe la beca de la Fundación Juan March de Literatura
Infantil, lo que le permite dedicarse enteramente a la literatura. Se
suman dos nuevos títulos a su obra poética: Sola en casa y Cuando amas aprendes geografía (1973). A mitad de la década recibe por la obra Cangura para todo el
diploma de honor del Premio Internacional de Literatura Infantil Hans
Christian Andersen, lo que la sitúa entre los grandes autores
universales de literatura infantil. Asimismo colabora en diversos
programas de literatura infantil de TVE, los más populares Un globo, dos globos, tres globos y La cometa blanca
que, junto a numerosas composiciones de letras de canciones infantiles,
la convierten definitivamente en la poeta de los niños. También escribe
para las revistas La codorniz y Discóbolo.
A partir de estos años y durante los ochenta la actividad de Gloria
Fuertes es imparable e intensa: lecturas, entrevistas, radio, homenajes,
periódicos, pregones, viajes, visitas a colegios y publicaciones
constantes. Destacan sus cuentos para niños: La pájara pinta (1972), La gata chundarata y otros cuentos (1974), La momia tiene catarro (1978), La ardilla y su pandilla (1980), Cocoloco pocoloco (1985) y El pirata mofeta y la jirafa coqueta (1986).
El conjunto de la obra de Gloria Fuertes se caracteriza por la ironía
con la que trata temas tan universales como el amor, la soledad, el
dolor o la muerte. Despuntan las metáforas, los juegos lingüísticos y el
carácter fresco y sencillo que dotan a sus poemas de una gran
musicalidad y cadencia cercana al lenguaje oral. Su acento lírico es uno
de los más personales, auténticos y distintivos entre los poetas
contemporáneos.
De la página de la Fundación Gloria Fuertes:
"…Es importante que los niños lean poesía. Y es más que importante, es necesario…"
"... Los niños que leen poesía se aficionan a la belleza del lenguaje y seguirán leyendo poesía toda su vida…"
"...Un niño con un libro de poesía en las manos nunca tendrá de mayor un arma entre ellas…"
Gloria Fuertes
goza de un extraño don que pocas veces se da en nuestro panorama
literario: su poesía llega a todo tipo de lectores, su emoción
humanísima abraza a todas las gentes.
Pacifista a ultranza, ha utilizado el arma de la palabra especialmente contra las guerras, sin olvidar otros dramas y dolores humanos.
Espontánea, divertida, irónica, disparatada, tierna, afectiva, surrealista, sencilla, solidaria, sincera y siempre comprometida... ella, como su poesía, es única e irrepetible. Gloria, sin lugar a dudas, es como escribe y escribe como es. Habla siempre en tono confidencial y amigable, todo lo hace sencillo y cotidiano, pero con la grandeza de tener siempre un alma con una inmensa capacidad de asombro ante la vida.
Pacifista a ultranza, ha utilizado el arma de la palabra especialmente contra las guerras, sin olvidar otros dramas y dolores humanos.
Espontánea, divertida, irónica, disparatada, tierna, afectiva, surrealista, sencilla, solidaria, sincera y siempre comprometida... ella, como su poesía, es única e irrepetible. Gloria, sin lugar a dudas, es como escribe y escribe como es. Habla siempre en tono confidencial y amigable, todo lo hace sencillo y cotidiano, pero con la grandeza de tener siempre un alma con una inmensa capacidad de asombro ante la vida.
ISLA IGNORADA
Soy como esa isla que ignorada,
late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
sola sólo.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
para la muerte me dejó un misterio.
EN LAS NOCHES CLARAS
En las noches claras,
resuelvo el problema de la soledad del ser.
Invito a la luna y con mi sombra somos tres.
AUNQUE NO NOS MURÍERAMOS AL MORIRNOS
Aunque no nos muriéramos al morirnos
le va bien a ese trance la palabra: Muerte.
Muerte es que no nos miren los que amamos,
muerte es quedarse solo, mudo y quieto
y no poder gritar que sigues vivo.
Profunda su expresión poética, lírica, amorosa pero también estremecedora!
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