MAESTRO DEL TEATRO UNIVERSAL
Hoy es aniversario natal de George Bernard Shaw, escritor
de origen irlandés ganador del Premio Nobel y considerado el autor teatral más significativo de
la literatura británica posterior a Shakespeare. Además de ser un
prolífico dramarurgo -escribió más de 50 obras- fue el más incisivo
crítico social desde los tiempos del también irlandés Johnathan Swift, y
el mejor crítico teatral y musical de su generación. Fue asimismo uno
de los más destacados autores de cartas de la literatura universal.
Místico y visionario, hombre tímido, introspectivo y discretamente
generoso, Shaw era, al mismo tiempo, la antítesis del romántico, en su
papel de despiadado crítico irreverente con las instituciones.
Aderezando hasta sus trabajos más serios con un sutil sentido del humor,
consiguió convertir en interesantes obras teatrales, animadas por
epigramas y diálogos vivaces, lo que en manos de otros autores hubieran
sido estudios sobre los más distintos temas sociales.
Nació el 26 de julio de 1856 en Dublín. Su poco pragmático padre, un
comerciante con escaso éxito económico, pertenecía a la burguesía
protestante de Irlanda. El joven asistió a escuelas tanto católicas como
protestantes y, comenzó a trabajar a los 16 años, por lo que hubo de
completar su educación de un modo autodidacta. Cuando el matrimonio de
sus padres se disolvió, su madre y sus hermanas se marcharon a vivir a
Londres, donde él se les unió en 1876.
La siguiente década de su vida estuvo marcada por una pobreza rayana en
la miseria. Ni las críticas de música (en las que utilizaba como
seudónimo el apellido de un amigo suyo) ni el trabajo que consiguió en
una compañía telefónica, le duraron mucho, y sólo pudo publicar dos de
las cinco novelas que había escrito entre 1879 y 1883. Una de ellas, La profesión de Cashel Byron
(1882), anticipa la temática de la prostitución como profesión
antisocial, que constituirá el argumento central de su obra teatral Trata de blancas (1893). La otra, Un socialista asocial
(1883), se anticipa al interés del autor por los escritos de Karl Marx,
que descubriría hacia la mitad de la década de 1880, y a raíz de los
cuales comenzaría, como periodista crítico, a participar en las
polémicas de su tiempo sobre el socialismo. Se convirtió asimismo en un
firme defensor y militante convencido del vegetarianismo, en un
destacado orador y, como experimento, en autor teatral. Su papel fue
determinante en la fundación y el sostenimiento de la Sociedad fabiana,
grupo de socialistas de clase media que defendía la transformación de la
sociedad y el gobierno ingleses mediante la "impregnación", en lugar de
la revolución. A través de los fundadores de la Sociedad fabiana,
Sidney y Beatrice Webb, Shaw conoció a la rica irlandesa Charlotte
Payne-Townshend, con la que en 1898 se casó.
El trabajo periodístico que llevó a cabo durante sus primeros años
comprendía desde la crítica literaria y artística hasta brillantes
colaboraciones sobre temas musicales (en las cuales defendía con pasión
las obras del compositor alemán Richard Wagner), que firmó, entre 1888 y
1890, con el seudónimo de Corno di Bassetto y, más adelante, con sus
propias iniciales. Más tarde, en 1895, comenzó a trabajar para la
Saturday Review como crítico teatral, ocupación que mantuvo hasta 1898, y
desde la cual defendió la obra del autor teatral noruego Henrik Ibsen,
sobre el que ya había escrito un libro, Las quintaesencias (1891).
La primera obra teatral de Shaw, Casa de viudas (1892), combinaba
las influencias de Ibsen con una ácida burla de las convenciones del
romanticismo, que aún estaban siendo explotadas en el teatro inglés.
Esta obra se publicó en el volumen Teatro agradable y desagradable (1898), que reúne sus siete primeras obras para la escena, las otras eran Cándida, Fascinación, El hombre del destino, Trata de blancas y Lucha de sexos, que, o no fueron representadas en su momento, o duraron muy poco en cartel, y una de ellas, Trata de blancas fue censurada por su supuesta obscenidad.
Un poco mejor fue la andadura de una de sus Tres obras para puritanos (compuesta por El discípulo del diablo, César y Cleopatra y La conversión del capitán Brassbound), publicadas en 1901. En su siguiente obra, Hombre y superhombre
(1903), transformó la leyenda de Don Juan en obra de teatro, y en una
representación-dentro-de-otra. Esta era, precisamente, la base del
tercer acto, titulado Don Juan en los infiernos, que, desde entonces, se ha venido representando de modo independiente del resto de la obra. Hombre y superhombre entró muy pronto a formar parte del repertorio de distintas compañías teatrales, junto con La otra isla de John Bull
(1904), escrita originalmente para el Abbey Theatre de Dublín, pero
rechazada por éste por su ácida sátira del carácter irlandés. Estas dos
obras, frecuentemente representadas, extendieron la fama de Shaw como
erudito y autor teatral.
En Comandante Bárbara (1905, llevada al cine posteriormente) y El dilema del doctor
(1906), el autor irlandés continuó mostrando, a través de la comedia,
la complicidad de la sociedad con sus propios males y defectos.
Con las obras que siguieron a estas, Llegando a casarse (1908), Matrimonio desigual (1910) y La primera obra de Fanny
(1911), Shaw comenzó a acercarse a lo que podría llamarse la farsa
seria, una comedia intelectual con su habitual torrente de diálogos,
pero en la que introdujo elementos no realísticos, que explotaría por
completo más adelante. El autor dejó entrever su lado más místico en El compromiso de Blanco Posnet (1909), que trata de la súbita conversión de un ladrón de caballos, y en Androcles y el león
(1913), en la que discutió sobre la verdadera y la falsa exaltación
religiosa, y utilizó elementos provenientes de los autos medievales y
del mimo navideño victoriano.
Su pieza cómica Pigmalión (1913), que se presenta como una "alta
comedia" divertida e ingeniosa, fue escrita como introducción didáctica a
la fonética, pero en realidad trata del amor y contiene numerosos
elementos de crítica social, como la explotación de un ser humano por
parte de otro. La obra obtuvo un éxito inmediato y fue la base para una
película y un musical que con el nombre de My fair Lady se estrenó en
1955 y llevado de nuevo al cine en 1964 por George Cukor.
Intentando escapar del pesimismo de la postguerra, Shaw escribió cinco
piezas teatrales cortas en forma de parábola, muy relacionadas entre sí,
y que fueron reunidas bajo el título general de Volviendo a Matusalén (1921). Tras su obra Santa Juana
(1923), en la que convirtió a Juana de Arco en una mezcla de mística
pragmática y santa hereje, el autor irlandés recibió en 1925 el Premio
Nobel de Literatura. Shaw murió el 2 de noviembre de 1950 en su casa de
campo de Ayot St. Lawrence. Hasta sus últimos días, continuó escribiendo
brillantes prefacios a sus propias obras teatrales e inundando a sus
editores con libros, artículos y cartas malhumoradas.
(Texto procedente de la página El poder de la palabra)
Una gran reseña sobre un gran personaje.
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