INTUITIVO, INNOVADOR Y AUDAZ CINEASTA
Hoy se cumplen treinta años del fallecimiento del director cinematográfico inglés Michael Powell. Admirador de Chaplin y Buñuel, aprendió el oficio empezando desde cero en la última etapa del cine silente. El florecimiento de estudios británicos como Denham y Pinewood posibilitaron su acceso a la dirección a comienzos de la década de los 30, curtiéndose con la realización de una serie de 23 títulos denominados 'quota quickies', de presupuesto y duración reducidos. En 1939, trabajando para Alexander Korda, entró en contacto con el guionista Emeric Pressburger. Ambos formaron equipo y fundaron una productora compartida hasta 1957, que logró éxitos de público y crítica como El espía negro, Los invasores, Coronel Blimp, Un cuento de Canterbury, Sé a dónde voy, A vida o muerte, Narciso negro, Las zapatillas rojas o Los cuentos de Hoffmann, hoy clásicos destacados por su libertad creativa, sentido de la experimentación y utilización del color como elemento expresivo. Powell y Pressburger firmaron sus películas conjuntamente como guionistas, productores y directores, si bien la mayor parte de la dirección corría a cargo del primero y los guiones, producción y montaje, principalmente a cargo del segundo. Disuelto el binomio, Powell aportó al séptimo arte otro clásico, El fotógrafo del pánico, un film muy audaz y polémico en su día que le condenó al ostracismo en la industria británica. Redescubierto en los años 70 por directores americanos como Coppola, Spielberg o Scorsese, su obra es reconstruida y objeto de estudios y retrospectivas. En 1981 Powell y Pressburger recibieron un BAFTA honorífico. Hoy se considera a Powell uno de los cineastas británicos más importantes de todos los tiempos.
El menor de los dos hijos de un terrateniente cultivador de lúpulo, Michael Latham Powell fue educado en The King's School, Canterbury y en el Dulwich College. Entre 1922 y 1925 trabajó en un banco, pero su interés por el cine cambió su orientación profesional. Su padre poseía un hotel en Niza y por su mediación el joven Michael entró en contacto con el célebre director irlandés Rex Ingram, a la sazón propietario de un pequeño estudio en esa localidad francesa. Allí comenzó Powell como recadero y chico para todo, progresando sucesivamente a otros cometidos como la foto fija o escritura de títulos, e incluso trabajó como actor. En 1928 regresó a Inglaterra, donde fue ayudante de Hitchcock en la época de la transición del cine silente al sonoro.
Hoy se cumplen treinta años del fallecimiento del director cinematográfico inglés Michael Powell. Admirador de Chaplin y Buñuel, aprendió el oficio empezando desde cero en la última etapa del cine silente. El florecimiento de estudios británicos como Denham y Pinewood posibilitaron su acceso a la dirección a comienzos de la década de los 30, curtiéndose con la realización de una serie de 23 títulos denominados 'quota quickies', de presupuesto y duración reducidos. En 1939, trabajando para Alexander Korda, entró en contacto con el guionista Emeric Pressburger. Ambos formaron equipo y fundaron una productora compartida hasta 1957, que logró éxitos de público y crítica como El espía negro, Los invasores, Coronel Blimp, Un cuento de Canterbury, Sé a dónde voy, A vida o muerte, Narciso negro, Las zapatillas rojas o Los cuentos de Hoffmann, hoy clásicos destacados por su libertad creativa, sentido de la experimentación y utilización del color como elemento expresivo. Powell y Pressburger firmaron sus películas conjuntamente como guionistas, productores y directores, si bien la mayor parte de la dirección corría a cargo del primero y los guiones, producción y montaje, principalmente a cargo del segundo. Disuelto el binomio, Powell aportó al séptimo arte otro clásico, El fotógrafo del pánico, un film muy audaz y polémico en su día que le condenó al ostracismo en la industria británica. Redescubierto en los años 70 por directores americanos como Coppola, Spielberg o Scorsese, su obra es reconstruida y objeto de estudios y retrospectivas. En 1981 Powell y Pressburger recibieron un BAFTA honorífico. Hoy se considera a Powell uno de los cineastas británicos más importantes de todos los tiempos.
El menor de los dos hijos de un terrateniente cultivador de lúpulo, Michael Latham Powell fue educado en The King's School, Canterbury y en el Dulwich College. Entre 1922 y 1925 trabajó en un banco, pero su interés por el cine cambió su orientación profesional. Su padre poseía un hotel en Niza y por su mediación el joven Michael entró en contacto con el célebre director irlandés Rex Ingram, a la sazón propietario de un pequeño estudio en esa localidad francesa. Allí comenzó Powell como recadero y chico para todo, progresando sucesivamente a otros cometidos como la foto fija o escritura de títulos, e incluso trabajó como actor. En 1928 regresó a Inglaterra, donde fue ayudante de Hitchcock en la época de la transición del cine silente al sonoro.
Desde comienzos de los años 30 dirigió una serie de más de una veintena de películas de bajo presupuesto, al principio mediometrajes que paulatinamente fueron alargando su duración. Entre ellas destacan los dramas Los incendiarios (1934) y La enseña roja (1934), ambos protagonizados por Leslie Banks, o La canción delatora (1935), drama con Campbell Gullan, Marjorie Corbett y Gerald Fielding. Su primer proyecto personal fue El borde del mundo (1937), drama en una apartada isla escocesa con
Niall MacGinnis, Belle Chrystall y John Laurie.
En 1939, estando bajo contrato con el productor Alexander Korda, coincidió con Emeric Pressburger, un guionista judío de origen húngaro con quien establecería una estrecha relación profesional. La primera película en que colaboraron fue El espía negro (1939), un thriller sobre la I Guerra Mundial con
Conrad Veidt, Valerie Hobson y Sebastian Shaw, que Pressburger escribió y Powell dirigió. El drama bélico El león tiene alas (1939), con
Merle Oberon y
Ralph Richardson, fue el siguiente trabajo de Powell, en el que Adrian Brunel y Brian Desmond Hurst fueron acreditados como codirectores. De nuevo Pressburger fue su guionista en Espías en el mar (1940), drama en tiempos de guerra con
Conrad Veidt y
Valerie Hobson. La fantasía oriental El ladrón de Bagdad (1940), una superproducción de Korda, fue codirigida por Powell,
Ludwig Berger,
Tim Whelan y
William Cameron Menzies, integrando su reparto Conrad Veidt,
Sabu,
June Duprez,
John Justin, Rex Ingram y
Mary Morris. La colaboración con Pressburguer como guionista se reanudó en Los invasores (1941), drama bélico con
Laurence Olivier,
Leslie Howard, Raymond Massey, Anton Walbrook y Eric Portman que obtuvo tres nominaciones al Oscar, una de ellas a la mejor película.
El film bélico Perdido un avión (1942), con Godfrey Tearle y Eric Portman, fue el primero en el que Powell y Pressburger fueron conjuntamente acreditados como productores, directores y guionistas (ambos fueron candidatos al Oscar al mejor guión original) y con el que inauguraron su productora The Archers, para la que realizaron catorce largometrajes juntos. Su siguiente obra fue la exitosa Coronel Blimp (1943), drama sobre los recuerdos de un anciano militar británico y su amistad con otro alemán, con Roger Livesey, Anton Walbrook y Deborah Kerr, rodando después Un cuento de Canterbury (1944), comedia dramática con Eric Portman, Sé a dónde voy (1945), drama con Wendy Hiller y Roger Livesey, A vida o muerte (1946), fantasía romántica que se desarrolla entre la Tierra y el Cielo, con David Niven y Kim Hunter, Narciso negro (1947), drama religioso sobre una comunidad de monjas en el Himalaya, con Deborah Kerr, Sabu, David Farrar, Flora Robson, Esmond Knight, Jean Simmons y Kathleen Byron, Las zapatillas rojas (1948), estilizado drama musical con Anton Walbrook, Marius Goring y Moira Shearer candidato al Oscar en cinco categorías (entre ellas, mejor película), El libertador (1950), film de aventuras durante la Revolución Francesa, con David Niven y Margaret Leighton, Corazón salvaje (1950), drama rural de época con Jennifer Jones, David Farrar y Cyril Cusack (el film, coproducido por David O. Selznick, se estrenó dos años después en USA con un montaje alterado que incluía escenas añadidas rodadas por Rouben Mamoulian y suprimía algunas del original), Los cuentos de Hoffmann (1951), ópera cómica con Moira Shearer, Robert Helpmann y Leonid Massine que ganó un Oso de Plata en el I Festival de Berlín, ¡Oh, Rosalinda! (1955), comedia musical con Ludmilla Tchérina, Anton Walbrook, Michael Redgrave y Mel Ferrer, La batalla del Río de la Plata (1956), film bélico con John Gregson, Anthony Quayle y Peter Finch, y Emboscada nocturna (1957), drama bélico de aventuras con Dirk Bogarde, Marius Goring y David Oxley.
Las películas de Powell y Pressburger de los años 50 no resultaron tan taquilleras como las de la década anterior, por lo que ambos decidieron amistosamente disolver su asociación y continuar sus trayectorias por separado. Ya en solitario el primer film de Powell fue Luna de miel (1959), drama musical de coproducción anglo-española con Anthony Steel, Ludmilla Tchérina, Antonio el bailarín y Léonide Massine, y el segundo, El fotógrafo del pánico (1960), un thriller de terror con Carl Boehm, Moira Shearer, Anna Massey y Maxine Audley que presenta a un asesino en serie que fotografía a sus víctimas mientras mueren. Su violencia y osadía sexual desconcertaron al público y la crítica de su época (en diversos países fue censurado o prohibido) y hubo que esperar a los años 70 para que el film comenzase a adquirir la consideración de clásico de culto. A continuación dirigió La guardia de la reina (1961), drama militar con Daniel Massey, Raymond Massey y Robert Stephens que el propio Powell calificó como su peor obra. Siguió un periodo de ostracismo en el que trabajó para la televisión y volvió al cine con la producción australiana ¡Qué gente más rara! (1966), film que supuso su reencuentro con Pressburger como guionista, una comedia de aventuras protagonizada por Walter Chiari, a la que siguió la también australiana Corazones en fuga (1969), drama con James Mason, Helen Mirren y Jack MacGowran. Un mediometraje en 1972 guionizado por Pressburger y un documental en 1978 revisitando la cuarenta años anterior El borde del mundo fueron sus últimos trabajos como director. En 1986 y 1992 se publicó su autobiografía en dos volúmenes.
Michael Powell contrajo matrimonio en tres ocasiones. su primera esposa fue Gloria Mary Rouger, una bailarina americana con quien sólo convivió tres semanas en 1927. No volvió a casarse hasta 1943, con Frankie Reidy, con la que tuvo a sus hijos Kevin (1945) y Columba (1951) y de quien enviudó en 1983. Su amigo y gran admirador Martin Scorsese le presentó a su montadora Thelma Schoonmaker, que en 1984 se convirtió en su tercera esposa y en 1990 en su viuda. Powell murió de cáncer a la edad de 84 años.
El film bélico Perdido un avión (1942), con Godfrey Tearle y Eric Portman, fue el primero en el que Powell y Pressburger fueron conjuntamente acreditados como productores, directores y guionistas (ambos fueron candidatos al Oscar al mejor guión original) y con el que inauguraron su productora The Archers, para la que realizaron catorce largometrajes juntos. Su siguiente obra fue la exitosa Coronel Blimp (1943), drama sobre los recuerdos de un anciano militar británico y su amistad con otro alemán, con Roger Livesey, Anton Walbrook y Deborah Kerr, rodando después Un cuento de Canterbury (1944), comedia dramática con Eric Portman, Sé a dónde voy (1945), drama con Wendy Hiller y Roger Livesey, A vida o muerte (1946), fantasía romántica que se desarrolla entre la Tierra y el Cielo, con David Niven y Kim Hunter, Narciso negro (1947), drama religioso sobre una comunidad de monjas en el Himalaya, con Deborah Kerr, Sabu, David Farrar, Flora Robson, Esmond Knight, Jean Simmons y Kathleen Byron, Las zapatillas rojas (1948), estilizado drama musical con Anton Walbrook, Marius Goring y Moira Shearer candidato al Oscar en cinco categorías (entre ellas, mejor película), El libertador (1950), film de aventuras durante la Revolución Francesa, con David Niven y Margaret Leighton, Corazón salvaje (1950), drama rural de época con Jennifer Jones, David Farrar y Cyril Cusack (el film, coproducido por David O. Selznick, se estrenó dos años después en USA con un montaje alterado que incluía escenas añadidas rodadas por Rouben Mamoulian y suprimía algunas del original), Los cuentos de Hoffmann (1951), ópera cómica con Moira Shearer, Robert Helpmann y Leonid Massine que ganó un Oso de Plata en el I Festival de Berlín, ¡Oh, Rosalinda! (1955), comedia musical con Ludmilla Tchérina, Anton Walbrook, Michael Redgrave y Mel Ferrer, La batalla del Río de la Plata (1956), film bélico con John Gregson, Anthony Quayle y Peter Finch, y Emboscada nocturna (1957), drama bélico de aventuras con Dirk Bogarde, Marius Goring y David Oxley.
Las películas de Powell y Pressburger de los años 50 no resultaron tan taquilleras como las de la década anterior, por lo que ambos decidieron amistosamente disolver su asociación y continuar sus trayectorias por separado. Ya en solitario el primer film de Powell fue Luna de miel (1959), drama musical de coproducción anglo-española con Anthony Steel, Ludmilla Tchérina, Antonio el bailarín y Léonide Massine, y el segundo, El fotógrafo del pánico (1960), un thriller de terror con Carl Boehm, Moira Shearer, Anna Massey y Maxine Audley que presenta a un asesino en serie que fotografía a sus víctimas mientras mueren. Su violencia y osadía sexual desconcertaron al público y la crítica de su época (en diversos países fue censurado o prohibido) y hubo que esperar a los años 70 para que el film comenzase a adquirir la consideración de clásico de culto. A continuación dirigió La guardia de la reina (1961), drama militar con Daniel Massey, Raymond Massey y Robert Stephens que el propio Powell calificó como su peor obra. Siguió un periodo de ostracismo en el que trabajó para la televisión y volvió al cine con la producción australiana ¡Qué gente más rara! (1966), film que supuso su reencuentro con Pressburger como guionista, una comedia de aventuras protagonizada por Walter Chiari, a la que siguió la también australiana Corazones en fuga (1969), drama con James Mason, Helen Mirren y Jack MacGowran. Un mediometraje en 1972 guionizado por Pressburger y un documental en 1978 revisitando la cuarenta años anterior El borde del mundo fueron sus últimos trabajos como director. En 1986 y 1992 se publicó su autobiografía en dos volúmenes.
Michael Powell contrajo matrimonio en tres ocasiones. su primera esposa fue Gloria Mary Rouger, una bailarina americana con quien sólo convivió tres semanas en 1927. No volvió a casarse hasta 1943, con Frankie Reidy, con la que tuvo a sus hijos Kevin (1945) y Columba (1951) y de quien enviudó en 1983. Su amigo y gran admirador Martin Scorsese le presentó a su montadora Thelma Schoonmaker, que en 1984 se convirtió en su tercera esposa y en 1990 en su viuda. Powell murió de cáncer a la edad de 84 años.
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