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sábado, 29 de febrero de 2020

La Lupe - Puro teatro

LA LUPE (Santiago de Cuba, Cuba, 23-12-1936 / New York City, US, 29-2-1992): IN MEMORIAM

Hoy se cumplen veintiocho años del fallecimiento de la legendaria cantante afrocubana La Lupe, conocida como La Reina del Soul Latino o La Yiyiyi. En sus energéticas interpretaciones eran recurrentes expresiones como 'yiyiyi' y 'ay na má' a modo de gritos de guerra. Además de cultivar con gran versatilidad ritmos caribeños como guaracha, rumba, son montuno, guaguancó, boogaloo, merengue, bomba, calipso, mambo, etc... impuso una nueva forma expresiva, desgarrada e irreverente, de interpretar el bolero. Lo suyo no era el tono lloroso y suplicante de tantos boleristas, sino la agresividad, el despecho e incluso la venganza. Mulata de fuego, volcán, ciclón, vendaval, terremoto... fueron algunas de las denominaciones con que se describió su desmesura escénica. Diva única, extravagante, apasionada e incontrolable, sus salvajes y tempestuosos arrebatos de furia interpretativa impactaron con fuerza a las audiencias de su época. Fue comparada a Edith Piaf, Judy Garland, Eartha Kitt o Janis Joplin. Lamentablemente, en medio de una vida turbulenta y desaforada, La Lupe no supo aprovechar su éxito inaudito: Su propio temperamento explosivo, dos matrimonios fallidos con hombres que la maltrataron (el segundo enloqueció), su malsano involucramiento en la santería y la pésima administración de una fortuna derrochada, la dejaron en bancarrota. Los últimos años de su corta existencia, retirada de la vida pública, constituyeron una batalla por sobrevivir en medio de una deplorable acumulación de sufrimientos, desgracias y miseria. Paradójicamente, quien empezó su carrera 'con el diablo en el cuerpo', acabó como predicadora evangelista.
Guadalupe Victoria Yolí Raymond nació en el seno de una humilde familia obrera. Su padre trabajaba en una destilería del ron Bacardí y su madre era matrona. El primer episodio que marcó la infancia de la pequeña fue el divorcio de sus padres. El padre se volvió a casar, por lo que Lupe y sus dos hermanos tendrían que vivir con él y su antipática madrastra en un convulso ambiente familiar. Poseedora de una voz privilegiada y admiradora de Edith Piaf, Olga Guillot y Lola Flores, albergaba desde niña la ambición de ser cantante. En 1954 se presentó a un concurso radiofónico para aficionados donde interpretó una desmelenada versión del bolero "Miénteme" de la Guillot y ganó el primer premio. Al año siguiente se trasladó con su familia a La Habana. Por insistencia de su padre, quien no aprobaba que la joven se dedicara al canto, ingresó en la Escuela Normal para graduarse como maestra de primaria en 1958. Un año después, encontró en el matrimonio el mejor medio para dejar la casa paterna y se casó con el músico Eulogio 'Yoyo' Reyes. Con Yoyo y Agustina del Pilar 'Tina', otra cantante, formó el Trío Tropicuba, que adquirió cierta notoriedad, pero las peleas y las infidelidades de la pareja hicieron que la unión durara poco. Yoyo la dejó por Tina y el trio se disolvió en 1960, año también del divorcio de Lupe y Yoyo.
En el efervescente contexto de la Revolución socialista que derrocó al régimen anterior y con la aparente exaltación de las libertades en la isla, La Lupe comenzó a presentarse en solitario en un pequeño y pintoresco nightclub habanero llamado La Red, frecuentado por la bohemia cubana y por artistas e intelectuales extranjeros. Además de su poderosa voz, ella tenía la habilidad de interpretar cualquier género musical, brillando con fulgor tanto en tórridos boleros como en alegres guarachas. En todo caso, sobre el escenario se transformaba en una fuerza desatada de la naturaleza entrando en una especie de trance arrebatador que cautivaba al público. Entre los primeros admiradores de sus frenéticos y excéntricos rituales cara al público estuvieron el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, Ernest Hemingway, Tennessee Williams, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Pablo Picasso, Carmen Amaya y Marlon Brando.
Su dos primeros álbumes, Con el diablo en el cuerpo (1960) y La Lupe is back (1961), aparecieron en el sello Discuba. En ellos predominaban las versiones de hits estadounidenses: en el primero, Loco amor y Si es que te vas (de Paul Anka), Fiebre (de Peggy Lee), Quiéreme siempre (de The Four Esquires, popularizada en Hispanoamérica por Los 5 Latinos), Alone (de The Shepherd Sisters, que en Europa popularizaron Petula Clark y Dalida), además del calipso Con el diablo en el cuerpo que daba título al disco o el bolero No me quieras así (del repertorio de Olga Guillot); en el segundo, No quiero más (de Neil Sedaka), Collar (de Connie Francis), Silueta (de The Rays y The Four Seasons), Sinceramente (de The McGuire Sisters), No te vayas (de Conway Twitty), Mañana (de The Shirelles), alternados con clásicos latinos como Canción de Orfeo, María Bonita o Alma llanera
Si bien La Lupe se había convertido subitamente en la sensación de las noches habaneras, ella sobrepasaba los parámetros de la mujer liberada que el régimen castrista exaltaba: En escena mostraba impudicia y descaro, se tiraba del pelo, se acariciaba muslos y pecho, golpeaba la pared,  gritaba y gemía, reía y lloraba, se mordía las manos, se rasgaba la ropa, se quitaba los zapatos  u otras prendas y los arrojaba al público... Su personalidad fogosa y excesiva la convirtió pronto en una artista incómoda tanto para la burguesía como para los revolucionarios recién llegados al poder. Pronto clasificada como obscena y contrarrevolucionaria y negándose a acatar el dirigismo cultural que los jerarcas de la nueva moral institucional querían imponerle, a comienzos de 1962 decidió emigrar a México, pais donde llegó con las manos vacías y su estrafalario estilo no fue bien acogido, por lo que pronto se dirigió a los Estados Unidos.
Después de pasar por Miami,  se radicó en Nueva York, donde consiguió trabajo en un modesto cabaret regentado por emigrados cubanos llamado La Barrraca y entró en contacto con el músico habanero de jazz latino Mongo Santamaría, quien la hizo debutar con él en el famoso club Bird Land. Ambos formaron equipo para grabar el álbum Mongo introduces La Lupe (1963) a base de ritmos tropicales y encabezado por su primer éxito en USA, la guaracha Besito pa tí, con otros bailables como Montuneando u Oye este guaguancó. Mongo quiso llevarla consigo de gira a Puerto Rico, pero ella no pudo acompañarlo porque estaba embarazada. En 1964 nació su hijo René, cuya paternidad se desconoce a ciencia cierta, pues a finales de ese año la cantante, perdidamente enamorada, se casó con el músico de raza blanca Willie García.
Determinante en su carrera fue su descubrimiento por parte del famoso músico portorriqueño Tito Puente, quien la incorporó rápidamente a su orquesta. Lupe y Puente se emparejaron para grabar juntos para la discográfica Tico Records cuatro álbumes de gran éxito. El primero, Tito Puente swings, the exciting Lupe sings (1965) contenía la que habría de convertirse en una de sus canciones emblemáticas, el bolero Qué te pedí. Los siguientes fueron: Tú y yo (1965), con la guaracha Soy la que soy, la cumbia Lola, los boleros Con mil desengaños o Viva mi tristeza, la copla española Y sin embargo te quiero, o los clásicos latinos Lamento borincano y Agua de beber; Homenaje a Rafael Hernández (1966), con boleros como Amor ciegoNo me quieras tanto; y El Rey y yo (1967), con canciones firmadas por ella como Cumba, cumba, Oriente y Mi gente, el bolero Esas lágrimas son pocas o una versión de Yesterday de Los Beatles. Entre el tercero y el cuarto también se publicaron otros dos álbumes de ella sin Puente: La Lupe y su alma venezolana (1966), especialmente dirigido al mercado de Venezuela, donde la artista había efectuado giras y triunfado en los carnavales de Caracas, y A mí me llaman La Lupe (1966), en el que destacan la guaracha El carbonero, Bomba gitana, versiones en samba de America (de "West side story") y joropo de Que nadie sepa mi sufrir, o los boleros Pensando en tí y Alivio. Ya convertida en aclamada diva, actuó por primera vez en el Carnegie Hall el 20 de mayo de 1966 con la orquesta de Tito Puente. También actuaría en el Madison Square Garden. La prensa latina en Nueva York  la consideró la mejor cantante en 1965 y 1966. 
Paralela a su éxito fue su vida desmesurada. Cuando vivía en Cuba, ella (como su madre) había practicado el espiritismo, pero en Nueva York abrazó la santería, al parecer de moda entonces en muchos de los músicos de origen caribeño, lo que derivó en su perdición. Ganó mucho dinero pero despilfarró una fortuna en los santos y amuletos que le recomendaban los gurús santeros a los que acudía buscando protección, que se aprovecharon sin escrúpulos de ella y sus recursos. Se aficionó al lujo y llegó a comprar una mansión en New Jersey que había pertenecido a Rudolph Valentino, además de cinco automóviles, joyas y varios abrigos de pieles. Según la rumorología, su actividad frenética y sus temores ocultos la condujeron al consumo abusivo de drogas y alcohol (algunos familiares, amigos y biógrafos negaron este extremo). Lo que sí se sabe es que en muchas ocasiones, al finalizar sus actuaciones había que aplicarle una mascarilla de oxígeno.
Tras serias desavenencias con Tito Puente provocadas por su extravagante comportamiento, la cantante, ya conocida como La Yiyiyi y La Reina de la Música Latina, fue separada de la orquesta del llamado Rey del timbal. A partir de 1968 realizó grabaciones con otras orquestas publicadas en tres álbumes ese mismo año, todos para la firma Tico. El primero de ellos, Dos lados de La Lupe, alude en su título a su capacidad de combinar números bailables (Que bueno boogaloo) con melódicos, algunos de procedencia española (Te voy a contar mi vida de Augusto Algueró o El emigrante de Juanito Valderrama) o francesa (Si vuelves tú de Paul Mauriat), continuando con producciones como Queen of Latin soul (1968), donde destacan memorables boleros como Amor gitano, La tirana, Negrura y una nueva versión spanglish de Fever;  y La era de La Lupe, álbum encabezado por el bolero Corazón de acero. En noviembre de 1968 se presentó en un gran concierto en Nueva York con la banda de Machito. En 1969 salen a la venta otros tres álbumes suyos: La Lupe es la Reina, encabezado por el bolero Puro teatro que le escribió el portorriqueño Catalino Curet Alonso, incluyendo una curiosa versión de un antiguo éxito de Imperio Argentina, El dia que yo nací, y composiciones propias como La Reina o Me siento guajira; Definitivamente La Yi Yi Yi, asímismo encabezado por otro bolero de Curet, Fíjense; y The Queen does her own thing, conteniendo versiones de hits de Janis Joplin (Down on me), The Doors (Touch me) o Aretha Franklin (Don't play that song), además de otro bolero famoso, Se acabó de Julio Gutiérrez.
En 1970 apareció Ese genio llamado La Reina, con personales versiones de "My way" de Anka y Sinatra (Como acostumbro) o los Righteous Brothers (Unchained melody); en 1971, La Lupe en Madrid, con el bolero Me vas a recordar y peculiares versiones de Luigi Tenco (Ciao amore) o Augusto Algueró (Estando contigo); en 1972, Stop, I'm free again, con versiones de conocidos boleros como Tan lejos y sin embargo te quiero o Mil besos y la balada Vagabundo; en 1973, ¿Pero cómo va ser?, que comienza con Lo que pasó pasó, seguida de No me quieras así; en 1974, Un encuentro con La Lupe, con Curet Alonso, quien compuso las diez canciones del álbum, encabezado por La mala de la película
El 14 de junio de 1970 se presentó de nuevo, con clamoroso éxito, en el Carnegie Hall, escenario al que regresó el 17 de septiembre de 1971. En ese año trabajó en Broadway junto al actor portorriqueño Raúl Juliá en la comedia musical "Two gentlemen of Verona", pero fue despedida tras un incidente. Otro de sus mayores disgustos profesionales derivó de la prominencia desde 1968 de Fania All Stars, agrupación latina de música salsera que favoreció el estrellato de la entonces emergente Celia Cruz en detrimento de La Lupe. Ambas protagonizarían un altercado que finalizó con un ultimátum de Celia a los directivos de Fania: "O ella o yo". Los ejecutivos optaron por encumbrar como nueva diosa latina a la menos controversial Cruz. Peor aún fue cuando Fania adquirió en 1974 el sello Tico Records, para el que Lupe grababa habitualmente y que la fue relegando a un segundo plano. Ella continuó sacando discos en el mismo hasta 1980, pero la producción y ventas fueron disminuyendo paulatinamente. En 1974 actuó por última vez en un gran concierto en Nueva York, junto a Tito Puente, Ismael Rivera, Vicentico Valdés y otros muchos artistas caribeños, evento musical que sería registrado en un álbum titulado Tico-Alegre All-Stars. Al año siguiente nació su hija Rainbow, que aunque llevó el apellido García, no era hija de Willlie sino de un amante ocasional de La Lupe.
En esta época se acumularon los problemas e infortunios para Lupe. Su marido Willie García, que solía apalearla, había desarrollado un cuadro esquizofrénico que la obligó a gastar ingentes sumas de dinero en tratamientos médicos. Finalmente tuvo que internarlo en una institución estatal para enfermos mentales. Declarada en quiebra, su banco acabaría por quedarse con su mansión de New Jersey y todas las pertenencias que en ella había. Ya en pleno declive se publicaron sus tres últimos álbumes: Única en su clase (1977), con baladas como Cualquiera, Tu vida es un escenario o Esta es mi vida (versión del hit de Shirley Bassey); La pareja (1978), reencuentro con Tito Puente, en el que destaca el bullicioso merengue La lloradora, un disco que no se promocionó apenas; y En algo nuevo (1980), que finaliza con la melodía No volveré a amar así. A este punto, en Nueva York estaba acabada La Lupe.
En 1980, abandonada de todo el mundo (incluidos sus antiguos santeros), planeó rehacer su carrera en Puerto Rico, pero no lo consiguió (varias cadenas de televisión acabaron vetándola por sus excesos). Con ella estaba su hija Rainbow y ambas se vieron en la miseria y pasaron hambre. Cuentan que mendigó, pobre y olvidada, por las calles de San Juan. En 1982 regresó a los Estados Unidos; primero fue a vivir con su madre, a la sazón residente en New Jersey con su nieto René, y tras la partida a Cuba de aquella en 1983, a Nueva York con sus dos hijos. Allí, acorralada económicamente, tuvo que subsistir de mala manera del welfare, una exigua prestación estatal que no le bastaba para pagar el apartamento que alquiló. En la Nochevieja de 1984, mientras colgaba una cortina, se cayó y se partió la columna vertebral. Pasó un calvario por varios hospitales, fue operada y quedó inválida en silla de ruedas, padeciendo dolores atroces. En el otoño siguiente su casa se incendió y perdió todas las posesiones que le quedaban, incluyendo su vestuario y sus 25 discos de oro. La Cruz Roja la recogió en la calle y la llevó con su hija a un hotelucho de prostitutas, donde permaneció durante una semana hasta que el welfare la trasladó a un miserable refugio en el Bronx en un cuarto piso sin ascensor, rodeada de menesterosos, donde malvivió cuatro o cinco meses. A fin de paliar su indigencia, comenzó a asistir a unas clases subsidiadas en la Universidad de Lehman, en el Bronx, y consiguió alquilar un apartamento mejor, pero no tenía para comer. Tragándose su orgullo, acudió a la prensa y a la radio para pedir ayuda. Sus antiguos compañeros le organizaron un homenaje recaudatorio en el Club Broadway, donde atiborrada de analgésicos, cantó por última  vez como La Lupe, acompañada de Tito Puente. Después le llegaron ofertas para volver a grabar discos, que rechazó. El dinero del homenaje lo destinó a ingresar en un hospital para someterse a terapia con la frustrada esperanza de rehabilitar su columna vertebral. Por último logró volver a caminar (según ella por la sanación de un predicador de una secta evangelista) en 1988. En sus últimos años renunció a la santería, se vinculó a la iglesia pentecostal y acabó convirtiéndose en predicadora. Grabó varias series de cantos evangélicos publicados en cassette antes de que su corazón se detuviese para siempre, mientras dormía. Contaba 55 años.
Desde 2002 hay una calle a su nombre en el Bronx neoyorquino.



El éxito internacional de la película "Mujeres al borde de un ataque de nervios" (1988) de Pedro Almodóvar, propició el resurgimiento popular de La Lupe, al incluir en el final de su banda sonora el bolero Puro teatro que para la artista cubana compuso 'Tite' Curet Alonso. Con posterioridad sus discos fueron reeditados y los originales llegaron a ser codiciados objetos de coleccionistas. La comunidad gay latina la adoptó como referente icónico camp y muchos transformistas la imitaron, considerándola una especie de Judy Garland latina.

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