FRANCESCO CILEA (Palmi, Reggio Calabria, Italia, 23-7-1866 / Varazze, Savona, Italia, 20-11-1950): IN MEMORIAM
En el aniversario de su fallecimiento recordamos hoy al compositor operístico italiano Francesco Cilea. Músico culto y refinado, logró fundir la experiencia del verismo musical italiano de finales del siglo XIX con la tradición francesa. Sus óperas se caracterizan por su finura melódica y colorido instrumental, influenciadas sobre todo por Jules Massenet, con un envoltorio de suave melancolía. De las cinco que consiguió estrenar, Adriana Lecouvreur es hoy la única que se mantiene en el repertorio lírico internacional, así como pasajes de L'Arlesiana, como el 'Lamento de Federico'.
El padre de Francesco Cilea era un destacado abogado que esperaba que su hijo siguiese su profesión, pero cuando el niño tuvo nueve años le mostró algunas composiciones a Florimo, bibliotecario del
Conservatorio de Nápoles y una antigua figura de renombre en la música
napolitana. Florimo quedó lo suficientemente impresionado como para
recomendar una enseñanza musical formal. Después de algunos estudios
preparatorios, el muchacho fue admitido en el Conservatorio de Nápoles en
1881 y permaneció en él hasta 1889. A partir de este momento haría compatible su carrera docente con su labor como compositor.
Unos meses antes de la graduación de Cilea, se estrenó en el propio conservatorio su primera incursión en la ópera, Gina,
y fue tan favorable la impresión que causó, que el joven consiguió un
contrato con la casa editora Sonzogno. El primer fruto de esta
asociación fue La tilda (1892), que puede ser considerada como la primera obra auténticamente verista de este
compositor, al menos por su tema, pues trata de los esfuerzos de una
prostituta por salvar a una rival a costa de su propia destrucción. Estrenada en Florencia, se representó después en numerosos teatros italianos e incluso en Viena. Cilea manifestó siempre escasa simpatía por esta ópera de encargo. Hoy se ha perdido la partitura orquestal.
El primer puesto académico de Cilea fue como profesor de piano en el Conservatorio de Nápoles en 1894. Dos años después se trasladó a Florencia para enseñar teoría y contrapunto en el Reale Istituto Musicale, cargo que ostentaría hasta 1904. La siguiente aventura operística de Francesco Cilea fue mucho más
exitosa. En el Teatro Lírico de Milán estrenó en 1897 L'Arlesiana,
basada en la obra del escritor francés Alphonse Daudet y con un jovencísimo Enrico Caruso en el rol de Federico. El
impacto causado por el tenor con el célebre 'Lamento' ayudó a promover la ópera y
los inicios de su propia carrera. Cilea más tarde revisó y mejoró su obra en varias ocasiones. Algunos fragmentos extraídos de la misma han pasado a formar parte del repertorio habitual de los conciertos.
Pero, sin duda, la ópera más conocida de Francesco Cilea es
Adriana Lecouvreur, basada en la obra de Eugéne Scribe y Ernest Legouvé que había promovido Sarah Bernhardt. Ambientada en el siglo XVIII francés, narra los amores de una actriz de la Comédie Française con un militar y su música conjuga influencias de Puccini y Massenet, combinando el verismo con el legado belcantista. Esta obra se estrenó asímismo en el Teatro Lírico de Milán, casi inmediatamente después de
que el compositor la concluyera, en el año 1902 y, poco después, también fue acogida con entusiasmo en diversos teatros extranjeros, como los de Lisboa, Buenos Aires, Nueva Orleans, Nueva York o San Petersburgo.
Basada en una obra de Victorien Sardou, Gloria fue su última ópera que vio la luz. Estrenada en La Scala de Milán en 1907 por un notable elenco encabezado por
Toscanini desde el podio, la obra no tuvo éxito, y en una versión
revisada que se presentó en Nápoles en 1932, tampoco lo consiguió. La
ópera en si es una gran obra y el mas ambicioso esfuerzo de Francesco
Cilea.
En 1913 fue nombrado director del Conservatorio de Palermo y en 1916
cambió a un puesto similar en el Conservatorio de Nápoles, que
mantuvo por dos décadas. En 1909 escribió una ópera más, Il matrimonio selvaggio, ya apartada del verismo, pero la obra nunca se estrenó. Entre las otras partituras de Francesco Cilea hay dos suites orquestales, un poema sinfónico para tenor, coro y orquesta y diversas obras de cámara, incluyendo un trio con
piano y una sonata para este instrumento. También escribió numerosas
canciones. Sus últimos años los pasó tranquilo pero con una salud decadente y una sordera creciente en su villa en Varazze, donde falleció a la edad de 84 años.
Io son l'umile ancella es el aria más conocida de la ópera en cuatro actos Adriana Lecouvreur de Cilea, con libreto de Arturo Colautti, y corrresponde al primero de ellos. Esta grabación de Maria Callas con la Orquesta Philharmonia dirigida por Tullio Serafin fue publicada en 1955.
Espectacular!!
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