FRED BUSCAGLIONE (Torino, Italia, 23-11-1921 / Roma, Italia, 3-2-1960): IN MEMORIAM
De no haber fallecido en accidente automovilístico a los 38 años de edad, el cantante, músico y showman italiano Fred Buscaglione cumpliría hoy 98. Muy popular en su país, creó un peculiar, heterodoxo y humorístico personaje: un simpático caradura inspirado en los arquetipos de la serie negra de la novela y el cine americanos, que con notoria desfachatez interpretó tanto en sus canciones como en sus películas, un gangster aficionado al whisky y las mujeres fatales. En la Italia del boom económico, recién abierta al cosmopolitismo, la repentina desaparición de Buscaglione causó un gran impacto y desde entonces su mitificada figura no ha dejado de ser evocada e imitada.
Ferdinando Buscaglione fue un niño vivaz apasionado por la música. A los once años fue admitido en el Conservatorio de Turín, que abandonó tres años después debido a su escasa simpatía por la música clásica y a las míseras condiciones económicas de su familia (su padre era un pintor y su madre una portera que ocasionalmente impartía lecciones de piano). Ferdinando se empleó primero como recadero y después como aprendiz de ortodoncia.
Siendo todavía adolescente comenzó a exhibirse en locales nocturnos de su ciudad como cantante de jazz y tocando instrumentos como el contrabajo, el violín, el piano o la trompeta. En esa época se juntó con Leo Chiosso, un estudiante de leyes apasionado por la lectura de novelas policiacas. Así nació una asociación artística que duraría hasta la desaparición de Fred.
Durante la II Guerra Mundial fue movilizado y destinado a Cerdeña, donde se dedicó a organizar espectáculos para la tropa. Hecho prisionero por los americanos, trabajó en una emisora de radio de los aliados, donde tuvo ocasión de familiarizarse con los nuevos ritmos que venían de los Estados Unidos, particularmente el swing. Liberado tras la contienda, regresó a Turín y volvió a actuar en orquestas hasta que a finales de los años 40 formó el grupo Gli Asternovas. Con ellos inició una vida errante hecha de espectáculos en locales nocturnos de varias ciudades europeas, muchas veces de ínfima categoría. Entre 1951 y 1952 lograron grabar varios singles versionando canciones ajenas para La voce del padrone.
En 1949 Buscaglione conoció en un cabaret de Lugano a Fatima Ben Embarek, una acróbata y contorsionista magrebí que formaba con su padre y hermana el trío circense Robin's. Fred la cortejó intensamente pese a la oposición del padre de ella, hasta que finalmente organizó una romántica fuga una noche nevada en un trineo arrastrado por un caballo. Ambos se casaron por la iglesia a comienzos de 1954 tras la conversión de ella al catolicismo y se fueron a vivir a la portería de los padres de él. Fatima Robin's desarrolló en los años siguientes una nueva carrera como cantante junto a su marido e incluso intervendría en algunas de sus grabaciones discográficas. Con el tiempo la relación se tornó borrascosa, debido a las infidelidades de él y los celos de ella.
Fred se metió en su paródico personaje dejándose crecer un bigote partido y presentándose en escena con un traje cruzado a rayas y sombrero de ala ancha inspirados en Clark Gable y los gangsters americanos. Siempre próximos, Chiosso y Buscaglione componían melodías un poco estrafalarias que hablaban con ironía de matones del hampa y sus despampanantes chicas, de Nueva York, de Chicago, de duros implacables con sus enemigos, pero siempre a merced de las mujeres y el alcohol. Así nacieron canciones a ritmo de jazz que darían a conocer a Fred en toda Italia. Pero esto no sucedió hasta 1955, año en que tras el reiterado rechazo de las discográficas a ese tipo de material insólito y transgresor, Fred Buscaglione e i suoi Asternovas firmaron con la compañía Cetra. Curiosamente, casi sin publicidad y por sorpresa, el primer single, que contenía Che bambola! / Giacomino, vendió cerca de un millón de ejemplares. Animado por el éxito y con el apoyo del famoso cantante Gino Latilla (vencedor de Sanremo 1954), que lo llevó a la radio, siguieron después otros éxitos como Porfirio Villarosa (parodia del célebre playboy Porfirio Rubirosa) o Teresa non sparare y apareció su primer álbum en 1956.
Su repertorio a partir de entonces se hizo muy amplio, alternando canciones con letra de Chiosso con otras de diferentes estilos: Io piacio, Silbando mambo, Mister Sandman, Astermambo, Pensa ai fatti tuoi, Le rififi, Five o'clock rock, Supermolleggiata, Voglio scoprir l'America, Pericolosissima, Whisky facile, Eri piccola così, Fantastica... Después fue grabando temas más melódicos y románticos: Come prima, Love in Portofino, Non partir, Magic moments, Al chiar di luna porto fortuna, Ogni notte così o Guarda che luna, uno de sus más recordados éxitos.
El cine italiano contó con Buscaglione en películas como "Pobre y millonario" (1959) de Dino Risi, "Contrabando en Nápoles" (1959) de Lucio Fulci, "Somos dos fugitivos" (1959) de Giorgio Simonelli u otras en las que solía interpretarse a sí mismo o actuar con sus Asternovas. Crecientemente autoparódico, entre su últimas grabaciones figuran Criminalmente bella, Si son rotti i Platters, Una sigaretta, Le bambole d'Italia, Che bella cosa sei, Ninna nanna del duro, A qualcuno piace Fred, Noi duri o Cielo dei bars.
La frenética actividad de Buscaglione comprendía el rodaje de varias películas simultáneas, espectáculos televisivos, grabación de discos y actuaciones nocturnas, desplazándose de un lado a otro en su llamativo Ford Thunderbird color rosa. Las revistas de la época lo retrataban como un seductor irredento y le atribuyeron flirts con las actrices con las que trabajaba, entre ellas Scilla Gabel o Anita Ekberg. Su esposa Fatima, acaso celosa de sus éxitos, dio crédito a la chismografía y acabó por dejarle en octubre de 1959, yéndose a vivir a un hotel en Roma. En enero de 1960 se volvieron a encontrar en Florencia por concomitancias artísticas (actuaban en sendos clubs de la misma ciudad), lo que dio pie a especulaciones sobre una posible reconciliación. Pero no hubo tiempo...
Una madrugada, después de actuar en un night club romano de Via Margutta, Fred fue a pasar un rato con Anita Ekberg. Horas después, conduciendo su vehículo de regreso al hotel, chocó violentamente con un camión y se mató (dicen que, falto de sueño, se durmió al volante). Cuatro días después, a su funeral en Turín acudieron decenas de miles de personas y varias celebridades.
Tres semanas antes había declarado a un periódico su intención de retirarse temporalmente aduciendo: «Antes de que el público me vuelva la espalda, Fred el duro desaparecerá y yo volveré a ser sólo Ferdinando Buscaglione».
Guarda che luna es una balada romántica con letra de Bruno Pallesi y música de Walter Malgoni, cuya introducción recuerda el inicio de la sonata 'Claro de luna' de Beethoven. Uno de los mayores éxitos de Fred Buscaglione, fue versionada después por Flo Sandon's, Marino Marini, Milva o Fred Bongusto, entre otros artistas. Esta última versión fue incluida en la banda sonora de la película "La ley del deseo" (1987) de Pedro Almodóvar.
Guarda che luna (testo)
Guarda che luna,
guarda che mare,
da questa notte
senza te dovrò restare.
Folle d’amore,
vorrei morire
mentre la luna di lassù
mi sta a guardare.
Resta soltanto
tutto il rimpianto
perché ho peccato
nel desiderarti tanto.
Ora son solo a ricordare
e vorrei poterti dire
guarda che luna,
guarda che mare!
Ma guarda che luna,
guarda che mare,
in questa notte
senza te vorrei morire.
Ora son solo a ricordare
e vorrei poterti dire
guarda che luna,
guarda che mare!
Guarda che luna,
guarda che mare!
Che luna! Ah!
Su repertorio a partir de entonces se hizo muy amplio, alternando canciones con letra de Chiosso con otras de diferentes estilos: Io piacio, Silbando mambo, Mister Sandman, Astermambo, Pensa ai fatti tuoi, Le rififi, Five o'clock rock, Supermolleggiata, Voglio scoprir l'America, Pericolosissima, Whisky facile, Eri piccola così, Fantastica... Después fue grabando temas más melódicos y románticos: Come prima, Love in Portofino, Non partir, Magic moments, Al chiar di luna porto fortuna, Ogni notte così o Guarda che luna, uno de sus más recordados éxitos.
El cine italiano contó con Buscaglione en películas como "Pobre y millonario" (1959) de Dino Risi, "Contrabando en Nápoles" (1959) de Lucio Fulci, "Somos dos fugitivos" (1959) de Giorgio Simonelli u otras en las que solía interpretarse a sí mismo o actuar con sus Asternovas. Crecientemente autoparódico, entre su últimas grabaciones figuran Criminalmente bella, Si son rotti i Platters, Una sigaretta, Le bambole d'Italia, Che bella cosa sei, Ninna nanna del duro, A qualcuno piace Fred, Noi duri o Cielo dei bars.
La frenética actividad de Buscaglione comprendía el rodaje de varias películas simultáneas, espectáculos televisivos, grabación de discos y actuaciones nocturnas, desplazándose de un lado a otro en su llamativo Ford Thunderbird color rosa. Las revistas de la época lo retrataban como un seductor irredento y le atribuyeron flirts con las actrices con las que trabajaba, entre ellas Scilla Gabel o Anita Ekberg. Su esposa Fatima, acaso celosa de sus éxitos, dio crédito a la chismografía y acabó por dejarle en octubre de 1959, yéndose a vivir a un hotel en Roma. En enero de 1960 se volvieron a encontrar en Florencia por concomitancias artísticas (actuaban en sendos clubs de la misma ciudad), lo que dio pie a especulaciones sobre una posible reconciliación. Pero no hubo tiempo...
Una madrugada, después de actuar en un night club romano de Via Margutta, Fred fue a pasar un rato con Anita Ekberg. Horas después, conduciendo su vehículo de regreso al hotel, chocó violentamente con un camión y se mató (dicen que, falto de sueño, se durmió al volante). Cuatro días después, a su funeral en Turín acudieron decenas de miles de personas y varias celebridades.
Tres semanas antes había declarado a un periódico su intención de retirarse temporalmente aduciendo: «Antes de que el público me vuelva la espalda, Fred el duro desaparecerá y yo volveré a ser sólo Ferdinando Buscaglione».
Guarda che luna es una balada romántica con letra de Bruno Pallesi y música de Walter Malgoni, cuya introducción recuerda el inicio de la sonata 'Claro de luna' de Beethoven. Uno de los mayores éxitos de Fred Buscaglione, fue versionada después por Flo Sandon's, Marino Marini, Milva o Fred Bongusto, entre otros artistas. Esta última versión fue incluida en la banda sonora de la película "La ley del deseo" (1987) de Pedro Almodóvar.
Guarda che luna (testo)
Guarda che luna,
guarda che mare,
da questa notte
senza te dovrò restare.
Folle d’amore,
vorrei morire
mentre la luna di lassù
mi sta a guardare.
Resta soltanto
tutto il rimpianto
perché ho peccato
nel desiderarti tanto.
Ora son solo a ricordare
e vorrei poterti dire
guarda che luna,
guarda che mare!
Ma guarda che luna,
guarda che mare,
in questa notte
senza te vorrei morire.
Ora son solo a ricordare
e vorrei poterti dire
guarda che luna,
guarda che mare!
Guarda che luna,
guarda che mare!
Che luna! Ah!
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