PRESENCIA HABITUAL EN PELÍCULAS DE CECIL B. DeMILLE
Tal día como hoy en 1984 falleció el actor británico Henry Wilcoxon. Descubierto por Cecil B. DeMille, se convirtió repentinamente en
estrella en dos películas producidas y dirigidas por él, Cleopatra (1934) y Las cruzadas
(1935). Después trabajó principalmente como actor secundario. En su
filmografía abundan las películas históricas o de aventuras. Tras la Segunda Guerra Mundial DeMille y Wilcoxon volvieron a colaborar en varias ocasiones y el actor desempeñó también tareas de director
de casting y productor asociado en películas de su amigo. Al final de
su larga carrera también trabajó en la televisión.
Harry Frederick Wilcoxon nació en la isla de la Dominica, por aquella época perteneciente a Gran
Bretaña como miembro de la Federación de las Indias Occidentales. Sus padres eran un inglés que gestionaba un banco en Jamaica y una actriz teatral jamaicana. Harry tenía un hermano nacido tres años antes y ambos tuvieron una infancia difícil. Su madre desapareció repentina y misteriosamente (presumiblemente murió) cuando Harry tenía un año y su hermano Owen cuatro, por lo que su padre los llevó a Inglaterra a una supuesta casa de acogida (en realidad, un orfanato). Los negligentes cuidados que recibieron allí les hicieron enfermar por malnutrición: Harry sufrió de raquitismo y Owen desarrolló tartamudez y ataques epilépticos. Después de pasar por otra casa de acogida mejor, varios años más tarde el padre los llevó consigo y su nueva esposa a Bridgetown, Barbados, donde se educaron. Harry fue enviado después a estudiar en Kingston, Jamaica. A los catorce años Harry llegó a convertirse en un destacado nadador y buceador. Él y su hermano fueron conocidos como 'Biff' y 'Bang' por sus familia y amistades debido a su habilidad en peleas de boxeo amateur.
Tras completar su educación, Wilcoxon volvió a Londres, se empleó en una sastrería e intentó conseguir un visado para trabajar como chófer en los Estados Unidos. Al no conseguirlo volvió al boxeo y comenzó su trayectoria como actor. En 1927 debutó en el teatro antes de unirse al año siguiente al Birmingham Repertory Theatre. Ya curtido de experiencia escénica comenzó su carrera en 1931 en el cine británico, donde hasta 1937 actuó en diversas películas hoy olvidadas.
Su gran oportunidad llegó en 1933 cuando un cazatalentos de Paramount le descubrió actuando sobre un escenario y le propuso una prueba de pantalla que llegaría en Hollywood a manos del director y productor Cecil B. DeMille, quien a la sazón buscaba un actor que interpretase a Marco Antonio en su película Cleopatra (1934), para la que ya contaba con Claudette Colbert para interpretar a la reina de Egipto y con Warren William como Julio César. El nombre de Harry Wilcoxon fue cambiado a Henry Wilcoxon por DeMille cuando le dió el papel a aquel apuesto joven británico de resonante voz, lo que supuso el comienzo de una prolongada amistad. El costoso y espectacular film resultó un éxito y Wilcoxon repitió como protagonista, esta vez junto a Loretta Young, en Las cruzadas (1935), otra superproducción de Cecil B. DeMille aún más costosa donde personificó al Rey de Inglaterra Ricardo Corazón de León. Sin embargo la acogida a esta película fue mucho menos entusiasta y de algún modo estancó la carrera de Wilcoxon.
En adelante desempeñó papeles de menor envergadura en títulos como El último mohicano (1936) de George B. Seitz, adaptación de la novela de James Fenimore Cooper, con Randolph Scott y
Binnie Barnes, Almas en el mar (1937) de Henry Hathaway, film de aventuras en el siglo XIX con
Gary Cooper,
George Raft y
Frances Dee, Mr. Moto en fuga (1938) de Norman Foster, thriller de intriga protagonizado por Peter Lorre, Si yo fuera rey (1938) de Frank Lloyd, comedia de aventuras medievales con
Ronald Colman,
Frances Dee y Basil Rathbone, Tarzán y su hijo (1939) de Richard Thorpe, film de aventuras con
Johnny Weissmuller,
Maureen O'Sullivan y
Johnny Sheffield, Rubia, soltera y peligrosa (1940) de Ricardo Cortez, drama con Lynn Bari, Mary Beth Hughes y Joan Davis, La sombra del pecado (1940) de Irving Pichel, fantasía de intriga con
Warner Baxter y
Andrea Leeds, El corsario fantasma (1940) de Edward Dmytryk, drama bélico de espionaje con Carole Landis y
Onslow Stevens,
Más lobo que todos (1941) de Sidney Salkow, drama de intriga con protagonismo de Warren William, Lady Hamilton (1941) de Alexander Korda, drama de época de producción británica con
Vivien Leigh y
Laurence Olivier, Scotland Yard (1941) de Norman Foster, drama criminal con
Nancy Kelly,
Edmund Gwenn y
John Loder, La venus de la selva (1941) de George Waggner, film de aventuras con Brian Donlevy,
Broderick Crawford,
Andy Devine y
Maria Montez, Justicia corsa (1941) de Gregory Ratoff, film de aventuras marinas con
Douglas Fairbanks Jr.,
Ruth Warrick y
Akim Tamiroff,
El hombre que no murió (1942) de Herbert I. Leeds, intriga criminal con
Lloyd Nolan y
Marjorie Weaver, La señora Miniver (1942) de William Wyler, drama de propaganda bélica con
Greer Garson y
Walter Pidgeon, o Ella quiere ser mujer (1942) de John H. Auer, musical con
Jane Withers.
Como sucedió a tantos actores de su época, la II Guerra Mundial interrumpió su carrera en el cine. Apenas declaradas las hostilidades Wilcoxon se alistó en la Guardia Costera, donde sirvió hasta 1946 con el grado de lugarteniente. De regreso a la vida civil reanudó su amistad con Cecil B. DeMille, quien le dio un papel en Los inconquistables (1947), film de aventuras dieciochescas con
Gary Cooper y
Paulette Goddard,
apareciendo después en Un yanqui en la corte del rey Arturo (1949) de Tay Garnett, comedia musical con Bing Crosby,
Rhonda Fleming,
William Bendix y Cedric Hardwicke, Sansón y Dalila (1949) de Cecil B. DeMille, drama bíblico con
Hedy Lamarr,
Victor Mature, George Sanders y
Angela Lansbury en el que también colaboró como productor asociado, La historia de los Miniver (1950) de
H.C. Potter, secuela del exitoso film ocho años anterior con los mismos protagonistas, El mayor espectáculo del mundo (1952) de Cecil B. DeMille, drama circense con Betty Hutton,
Cornel Wilde,
Charlton Heston,
Dorothy Lamour,
Gloria Grahame y
James Stewart donde volvió a ejercer como productor asociado, una cinta de gran éxito ganadora del Oscar a la mejor película, Scaramouche (1952) de George Sidney, adaptación de la novela de aventuras de Rafael Sabatini, con
Stewart Granger,
Eleanor Parker,
Janet Leigh y
Mel Ferrer, o Los diez mandamientos (1956) de Cecil B. DeMille, drama bíblico con reparto encabezado por
Charlton Heston y Yul Brynner en el que una vez más fue productor asociado. DeMille y Wilcoxon produjeron después "Los bucaneros" (1958),
una película dirigida por Anthony Quinn, quien en el momento del rodaje era yerno del primero (en ella no actuaba Wilcoxon).
El resto de su filmografía como actor incluye: El señor de la guerra (1965) de Franklin J. Schaffner, aventura medieval con
Charlton Heston y
Richard Boone, Cerveza para todos (1968) de Frank Tashlin, comedia bélica con
Gina Lollobrigida,
Bob Hope,
Phyllis Diller,
Jeffrey Hunter y
Mylène Demongeot, El hombre de una tierra salvaje (1971) de Richard C. Sarafian, western con
Richard Harris y
John Huston, La venganza de los cheyenes (1975) de Earl Bellamy, western con
Richard Boone y
Stewart Petersen, Won Ton Ton, el perro que salvó a Hollywood (1976) de Michael Winner, comedia con
Madeline Kahn,
Bruce Dern y
Art Carney, El jinete del Pony Express (1976) de
Robert Totten, western con Stewart Petersen, F.I.S.T.: Símbolo de fuerza (1978) de Norman Jewison, drama criminal con
Sylvester Stallone,
Rod Steiger y
Peter Boyle, A lo loco y con la cara del otro (1980) de Robert Day, comedia paródica con
Robert Sacchi,
Franco Nero,
Michelle Phillips y
Olivia Hussey, El club de los chalados (1980) de Harold Ramis, comedia deportiva con
Chevy Chase,
Rodney Dangerfield,
Ted Knight,
Michael O'Keefe y Bill Murray, y Sweet sixteen (1983) de Jim Sotos, film de terror con Bo Hopkins y Susan Strasberg. En las dos últimas décadas de su vida trabajó también en la televisión.
Henry Wilcoxon se casó y divorció en dos ocasiones. Sus esposas fueron la actriz Sheila Garrett (1936-1937) y Joan Woodbury (1938-1969), con la que tuvo tres hijas. El actor falleció de cáncer a la edad de 78 años.
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