EL MÁS INCLASIFICABLE Y DISCUTIDO DIRECTOR DE LA POSGUERRA FRANCESA
Hoy es aniversario del fallecimiento (y mañana lo será del nacimiento) del director de cine francés René Clément, uno de los más importantes cineastas europeos surgidos tras la Segunda Guerra Mundial. Ecléctico, pesimista y cínico en ocasiones, sus films, caracterizados por el rigor narrativo y la precisión formal, fueron aclamados por público y crítica hasta comienzos de los años 60. Los críticos de Cahiers du Cinéma, defensores a ultranza de la política de autores, le reprocharon sus variaciones de estilo y la carencia de un mundo propio o una actitud moral que diese coherencia tonal o temática -a diferencia de contemporáneos suyos como Clouzot o Becker- a su filmografía, peyorativamente tildada por ellos como cinéma de qualité. Un par de veces premiado en Cannes como mejor director, dos de sus obras, Demasiado tarde y Juegos prohibidos, ganaron el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, mientras que el gran éxito de A pleno sol convirtió en estrella internacional a su protagonista Alain Delon. Casi veinte años después de su retiro, en 1984, Clément recibió un César honorífico por el conjunto de su carrera.
Hijo de un decorador, René Clément desarrolló desde su infancia su gusto por la imagen. Mientras estudiaba arquitectura en París, rodó de manera artesanal un cortometraje de dibujos animados y, entre 1937 y 1944, habiendo abandonado sus estudios, realizó el corto "Cuida tu izquierda" (1937), con guión y protagonismo del cómico Jacques Tati, y otros cortos antes y durante la guerra, además de diversos documentales en Arabia y el norte de Africa. A finalizar la II Guerra Mundial, varias asociaciones de miembros de la Resistencia le encargaron la dirección de La batalla del raíl (1946), hábil mezcla de documental y ficción con actores profesionales o no, un realista y sentido homenaje a los ferroviarios rebelados contra los ocupantes alemanes, film que en el Festival de Cannes obtuvo el Premio Internacional del Jurado y el de mejor director para Clément. Su éxito fue de tal magnitud que hizo despegar la carrera del cineasta.
Clément fue uno de los primeros realizadores franceses que adoptó el sistema de coproducciones basadas en acuerdos comerciales europeos, rodando en Italia y Gran Bretaña, utilizando inteligentemente a actores extranjeros y dando a sus películas ese aire cosmopolita característico de su obra. En esta brillante primera etapa rodó Los malditos (1947), drama bélico cuya acción transcurre casi integramente en un submarino alemán que se dirige a Latinoamérica, con Marcel Dalio, Henri Vidal, Florence Marly y Paul Bernard, Demasiado tarde (1949), drama protagonizado por Jean Gabin e Isa Miranda, que supuso una curiosa mezcla de realismo poético francés y neorrealismo italiano en torno a una narración policiaca, por la que, de nuevo, Clément ganó el premio al mejor director en Cannes y en 1951 recibió el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, galardón que dos años después también logró Juegos prohibidos (1952), después de haber ganado el León de Oro en el Festival de Venecia y el BAFTA a la mejor película. Este drama rural de gran éxito internacional fue uno de los puntales del cine francés de los 50; en él la guerra es contemplada por la mirada inconsciente de dos niños insertos en un sombrío ambiente del que ignoran conceptos religiosos y morales. El film, considerado la obra maestra de su autor, cautivó a públicos de todo el mundo gracias a su gran lirismo y agudeza psicológica, a la naturalidad de la interpretación de Georges Poujouly y Brigitte Fossey (a la sazón con doce y seis años respectivamente) y a la música de guitarra de un todavía desconocido Narciso Yepes. Después Clément dirigió Monsieur Ripois (1954), comedia dramática de aventuras sobre un mujeriego (Gérard Philipe) que persigue amor y riqueza de París a Londres, nuevamente Premio Especial del Jurado en Cannes, Gervaise (1956), drama adaptador de una novela de Zola, con Maria Schell y François Périer que fue candidato al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, o Tiempos de ira (1957), drama colonial basado en una novela de Marguerite Duras, con Silvana Mangano, Anthony Perkins, Richard Conte, Jo Van Fleet y Alida Valli.
Clément fue uno de los primeros realizadores franceses que adoptó el sistema de coproducciones basadas en acuerdos comerciales europeos, rodando en Italia y Gran Bretaña, utilizando inteligentemente a actores extranjeros y dando a sus películas ese aire cosmopolita característico de su obra. En esta brillante primera etapa rodó Los malditos (1947), drama bélico cuya acción transcurre casi integramente en un submarino alemán que se dirige a Latinoamérica, con Marcel Dalio, Henri Vidal, Florence Marly y Paul Bernard, Demasiado tarde (1949), drama protagonizado por Jean Gabin e Isa Miranda, que supuso una curiosa mezcla de realismo poético francés y neorrealismo italiano en torno a una narración policiaca, por la que, de nuevo, Clément ganó el premio al mejor director en Cannes y en 1951 recibió el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, galardón que dos años después también logró Juegos prohibidos (1952), después de haber ganado el León de Oro en el Festival de Venecia y el BAFTA a la mejor película. Este drama rural de gran éxito internacional fue uno de los puntales del cine francés de los 50; en él la guerra es contemplada por la mirada inconsciente de dos niños insertos en un sombrío ambiente del que ignoran conceptos religiosos y morales. El film, considerado la obra maestra de su autor, cautivó a públicos de todo el mundo gracias a su gran lirismo y agudeza psicológica, a la naturalidad de la interpretación de Georges Poujouly y Brigitte Fossey (a la sazón con doce y seis años respectivamente) y a la música de guitarra de un todavía desconocido Narciso Yepes. Después Clément dirigió Monsieur Ripois (1954), comedia dramática de aventuras sobre un mujeriego (Gérard Philipe) que persigue amor y riqueza de París a Londres, nuevamente Premio Especial del Jurado en Cannes, Gervaise (1956), drama adaptador de una novela de Zola, con Maria Schell y François Périer que fue candidato al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, o Tiempos de ira (1957), drama colonial basado en una novela de Marguerite Duras, con Silvana Mangano, Anthony Perkins, Richard Conte, Jo Van Fleet y Alida Valli.
A comienzos de la década siguiente se estrenó, con gran éxito de público y crítica, A pleno sol (1960), excelente adaptación (aun traicionando su final) de la novela "El talento de Mr. Ripley" de Patricia Highsmith, con
Alain Delon (en una de sus interpretaciones más sobresalientes),
Maurice Ronet y
Marie Laforêt, un thriller policiaco de asfixiante intensidad realizado a contracorriente de los principios de la Nouvelle Vague (que preconizaba en aquel momento la narración libre y el desprecio por los guiones compactos) y hoy un clásico imprescindible. Siguieron ¡Qué alegría vivir! (1961), deliciosa comedia sobre un joven ingenuo utilizado por una familia de anarquistas en la Roma de 1921, señalada por el nacimiento del fascismo, con Alain Delon y Barbara Lass, El día y la hora (1963), drama en tiempos de guerra con
Simone Signoret y
Stuart Whitman, Los felinos (1964), thriller de intriga con Alain Delon y Jane Fonda, y ¿Arde París? (1966), superproducción bélica sobre la liberación de la capital francesa plagada de estrellas que triunfó ampliamente en su país de origen y menos fuera de él.
Despues de entonces, ya catalogado como un director impersonal con producciones más pensadas para el mercado americano (que, empero, no logró conquistar), Clement sólo dirigió títulos menores: El pasajero de la lluvia (1970), thriller criminal con Charles Bronson y
Marlène Jobert, La mansión bajo los árboles (1971), drama con Faye Dunaway y Frank Langella, Como liebre acosada (1972), policiaco con
Jean-Louis Trintignant,
Robert Ryan,
Lea Massary y Aldo Ray, y La cicatriz (1975), thriller con
Maria Schneider,
Sydne Rome,
Vic Morrow y
Robert Vaughn. Después se retiró y cultivó su afición por la pintura.
René Clément tuvo dos esposas, Bella y Catherine. Su fallecimiento se produjo la víspera de su 83 cumpleaños.
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